Una celebración incompleta y dejando sentimientos heridos

Martes 29 de marzo de 2022

Este lunes en el BEC se celebró el cuarenta aniversario de la segunda época de la Ertzaintza. Digo segunda época porque la Ertzaña, que así se llamaba, nació en 1936, un dato fundamental de no ser que asumamos que el Gobierno  Vasco nace con la Constitución del 78 y hayamos asumido que formamos parte del nuevo regionalismo español.

Por las pocas imágenes que vi en ETB, cuya obligación hubiera sido haber hecho un programa extraordinario con un buen documental y haber abierto los informativos aunque ya sé que es pedir peras al olmo, me gustó ver el traje de gala, rojo, que como Labayen decía es signo de autoridad y se le ve desde lejos. Es muy elegante. Me gustó oir el Himno Vasco, himno oficial aprobado por ley y que desgraciadamente es en muy contadas ocasiones que se interpreta Carmelo Bernaola nos decía: es un verdadero Himno, el resto son canciones.

Estuvo bien el recuerdo a los Ertzainas asesinados por ETA y en los discursos del Lehendakari y del Consejero Erkoreka las alusiones a la Ertzaina de 1936 en un Bec que si algo tiene es espacio. No puedo decir más porque no estuve en la ceremonia habiendo sido uno de los parlamentarios que votó su creación y ya no somos tantos. Si estuvo la presidenta del Parlamento Vasco pero como está en todas partes, no me llamó la atención. Si, si le hubieran invitado a Inmaculada Boneta que era la Vicepresidenta en 1982 y hubiera percibido una gota de sensibilidad en los organizadores por el pasado. No todo debe ser el ejecutivo. El gobierno nace del Parlamento y no al revés. En democracia  funcionan el ejecutivo, el legislativo y el judicial y nada les hubiera costado poner unas sillas más para tener  mayor presencia en algo que nació con su voto. Es cuestión de sensibilidad y quien organizó el acto no parece la tiene en demasía. O es persona inculta o es persona insensible y prepotente, dos muy malas cualidades para una policía integral que ha de cuidar su imagen de policía del pueblo.

Hubiera estado bien que hubieran invitado a la familia Retolaza y a la familia Galdós, Consejero y Viceconsejero en 1982. Han fallecido y las familias agradecen estos recuerdos ya que fueron sus padres quienes pusieron en marcha esta Institución. Hubieran sido otros, pero fueron ellos. Me consta que están dolidos. Y tienen razón. Le recuerdo a Retolaza negociando con el ministro Rosón desde las pistolas hasta los coches, y no digamos nada de la puesta en marcha de Berroci. Si hablamos tanto de identidad, respetemos a los protagonistas de la identidad.

Hubiera estado bien que hubieran invitado a toda la promoción de la Ertzaintza  de cuando nació. No solo mandos, sino ertzainas rasos, que tienen corazón y lo dieron todo. ¿Costaba tanto?. Solo unas sillas más y esas familias y esos números lo hubieran agradecido en el alma. Fueron los primeros en formar parte de un proyecto de la inmensa importancia de la Ertzaintza cuando ser policía se asociaba a los “grises” represores. Fue gente vocacional y muy meritoria. Me consta también que, aunque ya no sirva de nada porque no hay la menor sensibilidad y si un frontón, van  a plasmar su dolor en una carta.

El colmo ha sido pagar y emitir un spot en ETB diciendo que se cumplen cuarenta años, sin poner abajo junto al 40  las tres cifras 1936-1982-2022 me parece muy grave y una insensibilidad, un abuso de posición dominante y un desconocimiento de la historia muy grave a lo que se le une la obligación de no herir sentimientos cuando uno ocupa una posición institucional. No lo han hecho y  clama al cielo.

Me contaba el amigo de una ertzaina, cuyo abuelo ertzaina, fue fusilado y que si a su ama le hubieran invitado  al Bec hubiera sido la mujer más feliz del mundo. A su aitona  le habían fusilado  por ser ertzaina y ella, la nieta, es ertzaina como lo fue su abuelo, pero para los organizadores su abuelo no existió.

No sé como se pueden organizar las cosas hiriendo sentimientos, con prepotencia y no escuchando a gente que de buena voluntad solicitaba ser escuchada  y que además todo esto  hubiera sido  hecho  sin añadir un euro al coste de la celebración sino el sumar sillas a un acto que pudo haber sido precioso y fue muy incompleto. Por lo menos para la gente excluida sin mayor razonamiento.

Y lo lamento mucho. Quizás nos faltó  en 1982 poner una adenda en la ley que aprobamos en el Parlamento, porque se aprobó en el Parlamento, que a los cuarenta años se celebrara la efemérides con visión de la historia y agradeciendo a todos los que la pusieron en marcha en plena vorágine de ETA.

Muy lamentable.

Esta es la verdadera historia del nombre de Ugarteko

Lunes 28 de marzo de 2022

Hace un mes me robaron el móvil en la calle. Fui a denunciarlo a la comisaría de la Ertzaintza de Deusto, conocida como Ugarteko. Me fijé en el hall. Allí estaba el cuadro pintado por un amigo del tío de Josu Bergara con aquel caserío que se llamaba Ugarteko. Por eso la Comisaría se llama así.

Desgraciadamente se hizo famoso el nombre tras el fallecimiento de Iñigo Cabacas en una carga policial y las teorías sobre el origen del nombre se  dispararon. Se llegó a decir que era el nombre del caserío en Llodio de aquel mando de la Ertzaintza que ordenó la entrada “con todo lo que tengan” en el callejón fatídico que originó la muerte de Iñigo Cabacas.

No es verdad. Josu Bergara, ex Diputado general de Bizkaia, nos  contó la historia. Es así:.

Ugarteko es el nombre del caserío de mi familia, que era usufructuaria de la casa porque la propiedad era del Conde de Zubiria. Una vez al año, mi abuela pagaba el día de Santo Tomás el alquiler de todo el año yendo al Palacete de Sarriko donde los condes tenían su vivienda porque mi abuelo, mi bisabuelo y todos sus antepasados trabajaron en él y en sus tierras. Eran usufructuarios.

Cuando falleció el conde dejó en testamento aquellas tierras y todo lo que en ellas había a los Salesianos que allí construyeron su colegio y su Escuela de Formación Profesional. Hicieron unas magníficas instalaciones que siguen ahí y mi familia por unos años tuvo que vivir en el txakoli de Montenegro llamado también de Petra. Con el tiempo tiraron el caserío Ugarteko, el de toda la vida de mi familia, y como  toda mi vida había oído hablar de Ugarteko y coincidí siendo Consejero con Juan María Atutxa éste me prometió, como así hizo, que la Comisaría principal de Deusto se llamaría Ugarteko cuando se construyera y cumplió su palabra al inaugurarse  la Comisaría de Ibarrekolanda. Es más. Le dije que teníamos un cuadrito de mala calidad pero en el que salía el caserío Ugarteko. Me lo pidió y colocó en el hall.

Cuando Azkuna llegó al ayuntamiento y ante mi insistencia de recuperar nombres de caseríos tradicionales de Deusto le puso el nombre de Ugarteko a la plaza que está sobre los túneles y en sus jardines. Esa es la historia real del por qué Ugarteko se llama así”.

Josu Bergara me añade. ”Había otros dos caseríos muy bonitos y con nombres en euskera preciosos. Uno se llamaba Barbarako y otro Nire Kaiola. Los dos los tiraron. El ayuntamiento nunca ha tenido sensibilidad para recuperar sus nombres en una calle, placita, esquina, o lo que sea. Y eso que estaban ahí de forma centenaria y no me digas que no son preciosos.

Y otro apunte más.

Zorrotzaurre no se llamaba así sino Ribera de Deusto. Lo de Zorrotzaurre era solo lo que estaba enfrente de Zorroza, no toda la isla que era la Ribera de Deusto hasta Lutxana. Incluso hubo un equipo de fútbol que se llamaba el Rancing de Elorrieta con su campo de fútbol y como era un club modesto el franquismo no le quitó el nombre de Rancing como lo hizo con el nombre inglés  Athletic al que bautizó Atletico. Fue el único que se salvó”.

Vivimos el adanismo más perfecto. Mucha Memoria Histórica pero se desconocen estas pequeñas cosas. Como el nombre de la mejor plaza de Bilbao, la Plaza Elíptica, que se llama Moyua con el nombre del alcalde de la dictadura de Primo de Rivera, puesto a dedo, que anexionó Deusto a la fuerza. Estoy seguro que un ucraniano no admitiría que la plaza de Maidán en Kiev  se llame Vladimir Putin.

No es el mismo el éxodo ucraniano que el venezolano

Domingo 27 de marzo 2022  

No paro de repetir y agradecer el inmenso mérito de las familias vascas que durante años se han ocupado en Euzkadi  de los niños de Chernobyl, trabajo que ha facilitado enormemente que familias enteras, madres con niños y jóvenes que ya habían estado aquí en verano se reencuentren con sus familias vascas. Ojalá no tengan que seguir huyendo de su país que es donde deberían estar. Lo mismo la pareja de Afganistán que agradece la acogida pero se queja de trato discriminatorio que reciben los afganos sin criticar un ápice que a los ucranianos se les trate como se les está tratando en esta ocasión. Tienen todo el derecho. El problema es la asimetría. Y eso los vascos nos lo deberíamos mirar.

En Euzkadi no tenemos 300 sino 21.000 emigrantes venezolanos. ¿Se ha enterado usted?. Pues no. Están invisibilizados, por los medios y por la política. Y han salido adelante como han podido, desde luego si hubiera sido por la sensibilidad de Paul Ortega que es el Director de la Agencia Vasca de Cooperación para el Desarrollo, Igualdad, Justicia y Políticas Sociales quien con tan rimbombante título se lavó las manos desde el primer momento diciendo que no era su competencia, estarían todos bajo un puente. Podía haberse preocupado en algo, orientar, llamar, buscar soluciones. Tiene mentalidad de viejo funcionario y se acabó. No hizo NADA. Me llamó poderosamente la atención la falta absoluta de empatía estando como está en un gobierno que predica lo contrario.

Si lo ha hecho Gorka Álvarez, Director para las Comunidades vascas del Exterior quien siempre ha estado ahí tratando de ayudar y resolver problemas. El alcalde Aburto consiguió una lonja para que la Asociación Tierra de Gracia pueda atender a tanta demanda, aunque costó que el ayuntamiento de Bilbao aceptara el pasaporte caducado, por culpa de la dictadura, para que pudieran empadronarse los miles que nos han llegado de un país que abrió sus puertas al exilio vasco en 1939. Todo eran pegas. Ahora los ucranianos resuelven su documentación en una hora. Que es lo que se debería hacer con todos.

Esto lo ha detectado la buena periodista Ludmila  Vinogradoff que ha escrito lo siguiente:

“Unos 10 millones de ucranianos, según cifras oficiales de la ONU, han tenido que abandonar sus hogares, de los cuales unos 3,5 millones se han refugiado en los países europeos vecinos, donde les han abierto las puertas a la inmigración de inmediato desde el primer día en que comenzó hace un mes, el 24 de febrero, la guerra iniciada por el presidente de Rusia, Vladimir Putin.

Putin y Maduro impulsan el éxodo

Ucrania, de 44 millones de habitantes, ha sufrido la peor tragedia después de la Segunda Guerra Mundial, tan solo comparable a la hambruna ocurrida entre 1930 y 1932 cuando Stalin diezmó a la población con el denominado Holodomor y  murieron de inanición unos 4 millones de ucranianos.

Este 4 de marzo observamos una conmovedora situación. En una estación de Kiev para tomar el tren a Lviv, Aleksander, de 41 años, se despide con lágrimas de su pequeña hija Ana de 5 años. Aleksander prefirió quedarse para luchar en la guerra mientras su familia sale de Ucrania para buscar refugio en un país vecino.

Es la misma sensación de llanto y abandono familiar que  observo en el Puente Internacional de San Antonio en el Táchira que enlaza a Cúcuta en Colombia, en las barcas que cruzan el mar incierto de Trinidad y Tobago o en el aeropuerto de Maiquetía, envuelto en las policromías de Cruz Diez, la última imagen que se llevan los venezolanos al despedirse de sus padres.

Esta vez ha sido el bombardeo ruso constante, el que ha causado el desplazamiento de 10 millones de ucranianos, que todavía se preguntan ¿por qué? y ¿para qué? cuando huyen para salvarse del implacable fuego de las bombas.

Las residencias ucranianas, los hospitales, las escuelas, los museos, las fábricas, las empresas, han sido todas destruidas. Los pueblos y ciudades se ven en ruinas, arrasadas, llenas de escombros y fantasmales como si hubieran sufrido los embates de una lluvia torrencial de misiles y metralletas imparable durante un mes.

Esta vez la naturaleza no se ha ensañado contra el sufrido país sino la ambición demencial de un psicópata que pretende anexarse a “sangre y fuego” el territorio que ha invadido.

La crisis de refugiados ucranianos es un dejá vu para Venezuela. El éxodo de venezolanos en sus interminables oleadas comenzó hace 22 con el ahora fallecido Hugo Chávez pero se intensificó hace 8 años con la toma del poder de Nicolás Maduro.

Cada vez que Maduro anuncia que se aferra al poder, mediante elecciones fraudulentas, más huyen los venezolanos al exterior. La diáspora venezolana tiene nombre y apellido, igual que la ucraniana, y ambas escapan del comunismo trasnochado.

Las Naciones Unidas también cifran el éxodo masivo en 7 millones de venezolanos, aunque la causa no son los bombardeos rusos, sino otro tipo de armas, igual de letales, y similares a las bombas solo matan gente como la represión, la inflación, el desempleo, el hambre y la corrupción.

La gran diferencia entre los migrantes ucranianos y venezolanos es que los primeros envían a sus hijos y mujeres -el 90%- a refugiarse en los países vecinos mientras los hombres se quedan luchando. En cambio la mayoría de los hombres y jóvenes venezolanos huyen al extranjero para trabajar mientras dejan a sus hijos en manos de las abuelas.

Polonia ha sido el vecino que le ha abierto los brazos a los ucranianos y ha recibido mayor cantidad de refugiados mientras que Colombia lo ha sido en el caso de los venezolanos. La diferencia es que los venezolanos no han recibido el trato humanitario de sus pares latinoamericanos “progres” por el dinero de Maduro.

Todas las guerras provocan una migración masiva de gente por la destrucción y la miseria que dejan en el camino.  Tanto la guerra militar de Putin contra Ucrania como la guerra política de Maduro contra los venezolanos, tienen en común que la gente escapa del neo comunismo y la tiranía.

En su expansión estratégica, Putin ha encontrado en Maduro al socio rico caribeño que necesita para penetrar en América Latina y amenazar de cerca a los Estados Unidos en sus narices o sea en su propio patio trasero. Sin duda, el líder chavista es el peón del ruso.

A ninguna de las dos tiranías les importa la suerte de los que se han ido, solo de los que se han quedado para poderlos someter a sus designios. Ambos saben que tienen la guerra perdida con fecha de vencimiento, las acusaciones de crímenes de guerra, lesa humanidad y la sombra en su contra por mucho que se aferren al poder.

Venezuela y Ucrania están en manos de tiranos. Putin ha logrado sembrar el desprestigio y la mala reputación de los rusos y Maduro el de los chavistas. Y por mucho que intenten lavar su imagen con la propaganda y la represión siempre quedarán como criminales de guerra. Así se lo recordarán los millones de refugiados que escaparon de sus garras y así quedarán en la historia.

Este articulo lo dedico a mi padrastro ucraniano, un superviviente refugiado de la hambruna de Stalin. Se llamaba Konstantin Iwanenko y se casó con mi madre rusa siberiana. Los rusos y ucranianos siempre se llevaron bien y así será en el futuro a pesar de que  Putin los ha tratado de dividir.”