La Eurodiputada de EAJPNV Izaskun Bilbao
Barandica ha lamentado esta mañana que la utilización de Venezuela como arma
arrojadiza en el debate político beneficia a Nicolás Maduro. La representante
jeltzale ha propuesto en consecuencia priorizar lo que une a la mayoría, el
rechazo a la dictadura que oprime el país y ha animado tanto a la oposición
sobre el terreno como a la Unión Europea a priorizar la recuperación de las
libertades en el país.
El Parlamento Europeo ha acogido este miércoles un nuevo debate sobre
la crisis humanitaria, social, económica y política que se vive en Venezuela
desencadenado esta vez por el envío de una misión diplomática de la UE al país
para negociar un aplazamiento de las elecciones previstas para el próximo mes
de diciembre. El debate fue impulsado por algunos diputados procedentes del
estado español que interpretaban que el envío de esta misión suponía un
reconocimiento de la dictadura de Maduro, cuando este tipo de misiones son un
procedimiento ordinario de la diplomacia europea para preparar misiones de
observación electoral.
La eurodiputada vasca ha sugerido esta mañana que el debate propuesto está
más relacionado con la utilización de esta crisis en el debate doméstico que
con seguir avanzando en la búsqueda de soluciones para la crisis. “Aportar,
ayudar, propiciar una solución pacífica, dialogada y en consecuencia duradera y
viable para resolver el drama humanitario, social y político que vive Venezuela
exige que nos centremos, aquí y allá en lo que nos une, ha dicho, Lo que nos
une es que cada observación, cada escrutinio, constata que, en Venezuela hoy,
no hay democracia ni condiciones para unas elecciones libres”.
Frente a las tentaciones de desviar el debate de lo sustancial Izaskun
Bilbao Barandica ha considerado que “nuestro deber al hablar de Venezuela es
recordar que millones de personas en aquel país merecen que nos centremos en
ayudarles a recuperar la libertad”. Por eso ha insistido en promocionar
acuerdos sobre diferencias y ha solicitado “que el consenso para recuperar los
derechos y libertades fundamentales sea la divisa y la primera herramienta de
los que, sobre el terreno, padecen y se oponen al régimen madurista”. Pero a
continuación ha dirigido el mismo mensaje “a todos los que desde la Unión
Europea queremos ayudar. Cualquier debate que siembre dudas sobre nuestro
acuerdo básico ayuda a Maduro. Le permite sugerir que tiene mucho más apoyo
fuera de Venezuela del que realmente tiene, que es muy poco. La inmensa mayoría
sabemos que es un dictador”.
Para cerrar su intervención la eurodiputada vasca ha subrayado que “a la
causa de la libertad en Venezuela no le ayuda nada que esta tragedia se utilice
como arma arrojadiza en el debate político. Centrémonos mejor en subrayar que
allí el debate es imposible y que la prioridad es recuperar la democracia”.
A raíz de la
publicación, el sábado pasado, de una fotografía del Txakoli de
Larrazabal, poco conocida, he recibido de una prima la fotografía de este
cuadro que desconocía.
Su aita, hermano de mi amama Aurelia, supo que iban a derruir el
caserío en tiempos del franquismo y encargó a un pintor le
reprodujera como recuerdo lo que era aquel lugar clave en la historia del
nacionalismo.
Mi prima tiene el cuadro en su casa con la indicación a sus hijos que
el óleo sea entregado a la Fundación Sabino Arana cuando ella fallezca, dentro
de muchos años. Un bonito gesto.
Su aita era un sabiniano militante y esta iniciativa es buena prueba
de ello.
Me encanta que la nota del sábado nos aporte este dato de lugar
tan simbólico hoy ya desaparecido.
Desgraciadamente el lugar donde retumbó la voz clara de Sabino Arana
ya ni existe pero queda su obra y este óleo que nos recuerda su
grito-programa: Euzkadi es la Patria de los Vascos.
Antes
solo había obligaciones. Ahora solo hay derechos. La conjunción derecho-obligaciones
hoy no se conjuga. Mucho menos en el mundo sindical. Se pide sobre todo lo
imposible y luego se queja uno de no haberlo conseguido. No quiere decir esto
que no haya que resolver problemas ni priorizar las necesidades en tiempos de
recursos escasos y crisis económica. Una crisis que sería hoy brutal de haber
seguido las pautas de una Izquierda desnortada que buscaba contraponer economía
y salud. Y se emplearon a fondo. No querían elecciones y acusaron al Lehendakari
de irresponsable y de estar vendido a la patronal. Hoy, ante este rebrote nos
propondrían una Gestora y quizás elecciones el 5 de abril pero del año que
viene.
Lamentablemente
no hay una opinión pública con músculo que les recuerde sus inmensos errores. Falta
respuesta cívica. Vivimos una sociedad muy blanda que no percibe que la
política es diferenciación y que ELA hoy es una plataforma antisistema extraordinariamente distorsionante. No es un sindicato democrático
al uso. Nada que ver con su origen. Es
la antipolítica en estado puro. Su
lema es la huelga por la huelga sin acudir a ninguna mesa de diálogo. Lo avisó
Arzalluz en el BEC. Seguimos aguantando impávidos su comportamiento
antidemocrático de no aceptar los resultados electorales. Trump pretende hacer lo mismo en USA. Lo que no se consigue
en las urnas se consigue en la calle.
Bildu
al unísono ha descubierto la queja continua y la palabra rodillo. Y sobre todo
la sistemática denuncia jeremíaca, sin
aportar soluciones a nada. Salvo en Madrid, donde se arrastran por la alfombra.
Entiendo que les preocupe la situación de los presos pero esa es su mochila, no
la gran preocupación de la sociedad
vasca que sufrió las consecuencias de aquella violencia cruel y sectaria. Es la mochila de un inmenso fracaso que nunca
aceptarán. Por eso les reciben con vítores en la calle ofendiendo y humillando
a las víctimas. No han aprendido nada, no
han olvidado nada. Escucharle a Arkaitz Rodríguez decir que los presos no son
violadores y que tienen el apoyo de parte de la sociedad ante el recibimiento
nos indica que el nivel ético de este caballero es nulo. Sigue defendiendo
aquellos asesinatos. Que se lo digan a
la viuda de Txema Agirre el ertzaina asesinado en la inauguración del
Guggenheim. Era de ver el recibimiento a Ibon Gogeaskoetxea en el puente de San
Antón y en Oñati de Oihane Bakedano, con pasillos y aplausos en la vía pública.
No abjuran de esa historia, como el franquismo no abjura de la suya. Los
extremos se tocan. De ahí que la bronca
que le montaron al presidente de las juventudes del PSE en su discurso del domingo
20 cuando pidió que no se blanqueara
esta historia me pareció injusto. Tenía razón. Escucho a Iker Casanova en las
tertulias de Radio Euskadi los sábados insultando al PNV y me parecen sus
argumentaciones escandalosas. Ataca sin autoridad moral ninguna porque se niega
en condenar aquella barbarie. Escucho a
Arkaitz Rodríguez, secretario general de Sortu, seguir justificando a ETA y me parece algo irreal. Ya
dijo que los 42 ataques a los batzokis se quitaban con acetona. Siguen
aferrados al dogma y creyendo representar en exclusividad a un Pueblo Vasco que
no les ha otorgado mayoría alguna. Están los dos en el Parlamento Vasco y son
los Comisarios del cotarro. La Sra. Iriarte pinta menos que Iturgaiz en un
concurso de acordeones. Nada. Parlamento y pancarta. Jarabe democrático.
De ahí
toda esta agitación solo explicada porque siguen sin asumir su derrota y creen
que ser opositor es ser alguien con un palo para meterlo en las ruedas de lo
que funciona y aunque todo lo exagerado no es creíble, distorsionan gravemente el día a día en una situación de
emergencia. Para colmo tienen la gran ayuda
de unos informativos de ETB que magnifican sus manifestaciones, sus huelgas, su
discurso marginal. Una información muy
parcial que silencia los logros y que minimiza calculadamente lo institucional
y que lo mete en igualdad de condiciones en un totum revolutum. Esa no es
mayoritariamente la sociedad vasca.
Recibieron
al nuevo gobierno con una huelga. No le dieron tiempo al Consejero en sentarse
en su despacho, y aunque les había recibido y pedido tiempo, pararon un día en un
ámbito tan frágil y sensible como la educación. Les importa poco. Siempre
tienen razón en todo. Pues no. La vida educativa con algunos picos, no es lo
que nos contaron. Algún día los padres
se cansaran de que sus hijos sean utilizados como rehenes. Y como gran programa
nos anuncian huelgas y más huelgas, paros y más paros en sanidad y educación, algo
que debería ser la “última ratio” tras el fracaso de una negociación. No el
primer cartucho. Nada que ver con los sindicatos en los países que funcionan
pensando en el bienestar colectivo. Nada que ver con el acuerdo de los Ertes. La
guerra por otros medios como decía Clausewitz, es la desestabilización permanente
en tiempos de crisis, es malograr todo
lo que tocan. Lo han hecho con el movimiento de los pensionistas de los lunes y
lo hicieron con el hoy desaparecido vertedero de Zaldibar del que ya no hablan.
Es el
agit pro desde la Herriko Taberna. Hacen impunemente lo que en un país
totalitario no podrían hacer. Se puede ser comunista en una democracia. No se
puede ser demócrata en un país comunista. Y usan sus tácticas. EA no existe. Se
la comió Sortu de un bocado. Típico. Le exprimieron el jugo, pusieron un
mascarón de proa y a aplaudir. ”Si no hacemos
algo antes de junio, EA puede desaparecer como partido” decía Miren
Aranoa de la Coordinadora de EA en
Navarra. Eso no le importa al portavoz de Eusko Alkartasuna, Iker Ruiz de Egino
que denunciaba el 20 de septiembre “la enorme falta de autocrítica del nuevo
Gobierno Vasco y justificaba las huelgas porque nacen de la preocupación”. Un
fino analista. El capitán del Titanic.
Por eso
la política ahora es la del calamar. Tinta y huida. El 17 de septiembre en Gara,
dos de sus gurús Rafa Diez Usabiaga y Eugenio Etxebeste
“Antxon” escribían una salmodia con este titular. ”Con este PNV no es posible”.
Lo leí y me dije, ”afortunadamente”.
Finalizaban
su memorial de agravios diciendo que “el PNV ha situado de forma obsesiva a la
Izquierda independentista (ya no es abertzale) como enemigo principal, como
foco de sus críticas e insultos, en el fondo la izquierda independentista ha
sido, es y será el espejo de su renuncia nacional, conservadurismo económico y
prepotencia política” .Justamente lo que hacen ellos, pero atribuido al PNV, el
partido del Negocio Vasco, el lacayo de Confebask, el neoliberalismo hecho
partido. Ellos no insultan. Ellos no convocan huelgas. Ellos no manipulan la
desgracia del vertedero. Ellos no se cargan el movimiento de los jubilados. Ellos
negocian con Madrid buenas lentejas tras cuarenta años en que éramos tildados
de traidores a una patria que solo ellos representaban.
Es lo
que hay. Que tengan cuidado. El premio al zorro que más corre es cepo
electoral. Y el cansancio de la parroquia. A un mes de su pérdida en las urnas,
el fracaso, se lo atribuyen al PNV y a
Urkullu. Ellos son “la solución frente
al fracasado modelo de imposición de
Urkullu”. Pues vaya. Un poco de tila no les vendría nada mal. Lo malo de este
dibujo es que no son estos buenos tiempos para tener semejante oposición bisoña, adolescente,
enrabietada, abonada a la crítica por la crítica y deseando fracase todo para en la cloaca poner nadar. La
democracia es alternancia y ésta comienza con la competitividad. La sana
competitividad, y no esta espúrea versión
de un escenario distorsionado donde solo pretenden medrar los extremos, ante
la pasividad de la gente normal que piensan no va con ellos. Y ¡vaya que si va!.
No se dan cuenta que
para hacer una nación se ha de partir de la realidad misma de los vascos
actuales y de su libre voluntad, de lo que votan y de cómo superan la adversidad.
Sin despreciar todo lo que una secular convivencia ha creado y transmitido. No
es de recibo vivir mirando hacia atrás aferrados a formas de lucha ya periclitadas. Es hacia el futuro a donde
hemos de mirar desde lo que hoy somos, abordándolo como un reto que hemos de
afrontar colectivamente y no desde la parcialidad impuesta. Es importante
sentirse portadores de un nacionalismo
probado, firme y sereno. Hemos recibido un legado exento de fanatismo y de
cualquier sombra de totalitarismo y
anclado en un profundo sentido democrático. Por lo menos nosotros.
Recibimos también los
ataques de quienes, después de pasar por todos los radicalismos y dogmatismos,
han sentado plaza de racionalidad, de modernidad y de un neo-abertzalismo
difuso y acomodaticio. La racionalidad constituye un buen instrumento para
huir del fanatismo. Es, también, una buena brújula, aunque no la única, para
señalar el camino. Pero si la razón puede dar luz, nunca proporciona calor. Si
es brújula nunca es motor. Por eso nosotros buscamos brújula y motor, razón y
corazón Y no nos dejamos inmutar por la sonrisa burlona de esa progresía de
taberna. Quien presume mucho de modernidad oculta por lo general, inseguridad
y necesidad de autoafirmación.
Lástima que estos días constatemos que los recién
llegados al juego institucional sigan sin aprender el abc de la democracia y
que el porvenir y la cohesión de Euzkadi les importe una higa.
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