EUZKADI ES ASÍ

Jueves 29 de mayo de 2025

La foto es expresiva. Dos caras de una moneda. Los dos propiciaban en octubre de 1979 la aprobación del Estatuto de Autonomía de Gernika en el mitin de la Casilla en Bilbao con todos los partidos que lo apoyaban. Alianza Popular no estaba entre los que apostaron por aquella salida estatutaria que ahora hacen suya y restriegan a los demás, aunque anteayer votaran para que Europa no reconociera el euskera como una de sus lenguas institucionales.

Mitxel Unzueta, a la izquierda, era el portavoz del PNV en el Senado. Uno de los ideólogos de la apuesta negociadora del PNV con la reintegración foral plena plasmada de alguna manera en la Disposición Adicional constitucional que dio como resultado el mejor estatuto que se podía aprobar en aquel momento. Tan bueno que sigue sin cumplirse siendo una ley orgánica refrendada.

Abogado, foralista, persona comprometida ahí lo vemos al lado de un Mario Onaindia con el puño comunista en alto y muy cerrado. Se había declarado marxista leninista en el propio Juicio. Mitxel Unzueta parece decir. !Que paciencia!, pero el ponerse de acuerdo con alguien que había sido de EGI, luego de ETA condenado en Burgos, para pasar a EE y luego al PSOE, con el fin de  sacar este país adelante requería el remar juntos, aunque el discurso de Mario Onaindia hasta entonces había sido el de la dictadura del proletariado. Posteriormente fue cambiando.

Algunos analistas dicen que la actual Bildu va camino del discurso final de Onaindia. No lo creo. Al final de su vida tenía verdadera obsesión contra el PNV y los jesuitas hasta el punto de que una noche, Joxe Joan Gonzalez de Txabarri y yo, estando en el Congreso, le invitamos a cenar a la Redondela del hotel Palace y le contamos algo que no sabía.

Al haber dos sacerdotes entre los encausados, según el Concordato el Juicio debía celebrarse a puerta cerrada. Pero se buscaba fuera a puerta abierta para que tuviera seguimiento informativo. Los militares querían un juicio con condenas a muerte rápido y a puerta cerrada. Y había que lograr que el Vaticano pidiera se celebrara a puerta abierta.

Se logró y él, entre otros salvó la vida porque en Roma estuvieron el Lehendakari Leizaola y su vicepresidente Rezola, tocando las puertas de la DC italiana, y de los clérigos vascos o amigos de los vascos, para que influyeran en el Vaticano y permitieran un juicio abierto. Al final, se logró. Y eso le salvó la vida ante la protesta mundial que se organizó contra el franquismo.

Posteriormente Onaindia fue parlamentario vasco del primer Parlamento y cuando Leizaola dejó el Parlamento en noviembre de 1980 le despedimos en el Portalón de Gasteiz todos los Grupos. Cuando le tocó el turno para la despedida, nos contó una vivencia con él.

Tras salir de la cárcel, en octubre de 1977, y andar por Francia como “preso extrañado” decidieron ir a visitarle al Lehendakari a su despacho en París. Leizaola les recibió con consideración y les habló de Kili Kili aquella revista infantil para la recuperación del euskera y algo más. Aquellos hombretones forjados en la lucha violenta y revolucionaria salieron despotricando de la reunión, pero, en la comida del Portalón le dijo al Lehendakari que quien tenía la razón era él y no ellos pues en ese momento no había que plantear la “revolución pendiente” sino la construcción nacional entre todos, consolidando las instituciones y hablando de la recuperación del euskera y la educación d ellos niños. Fue un respetuoso reconocimiento que aplaudimos.

Páginas de nuestra historia reciente reverdecidas tras cumplirse este año el 45 de la puesta en marcha del Parlamento Vasco.

ELOGIO (ESCALOFRIANTE) DE LA MISOGINIA

Miércoles 28 de mayo de 2025

El pasado viernes, el programa de TVE2 Cafè d’idees trajo a una tal Najia Lotfi, adecuadamente coronada con un hiyab, para hablar de la eterna polémica del velo islámico. El programa debía de tener la intención de responder a la pregunta que se ha convertido en central en nuestra sociedad: ¿qué hacer con los hiyabs, niqabs y burkas que se están multiplicando en nuestro país a una velocidad imparable? ¿Prohibirlos en las escuelas o en la calle? ¿Prohibirlo en todos los sitios o en ninguno? Pero si esa era la intención, fue fallida, porque lo único que logró TVE fue dar voz a un discurso blanqueador de la misoginia, capaz de llegar a asegurar que el burka es una cuestión cultural.

Este sería el fragmento más estridente del programa, en boca de la tal señora Lotfi: «El burka es más cultural que religioso, es una cultura, las mujeres quieren ir así». Y ante la pregunta de la presentadora: «¿Quieren ir así o las obligan a ir así?», la culminación de la respuesta: «Depende de las interpretaciones de cada uno». Vemos las «interpretaciones» de la cosa…: si no llevan burka en Afganistán, serán azotadas, golpeadas, encarceladas y corren un riesgo real de muerte. En otros países donde el niqab es obligatorio, como Irán, conocemos muy bien el precio de sangre que han pagado las mujeres. Añadamos, al mismo tiempo, las múltiples prohibiciones que destruyen sus derechos básicos, y que en el caso de Afganistán llegan a la prohibición absoluta de estudiar, hablar en la calle, mirar por la ventana, pintarse las uñas (el castigo es cortarles los dedos) y, huelga decirlo, la lapidación en caso de adulterio. No hay espacio en este humilde artículo para relatar los millares de leyes en los países donde se aplica la sharía, que convierten a la mujer en un ser minorizado, secuestrado y esclavizado. Sin olvidar la práctica de estas leyes misóginas en ciudades y barrios de Europa donde el salafismo se ha hecho fuerte. ¿O acaso no vemos niqabs en nuestras calles? Es tal el odio a la mujer que surge de esta ideología, que las expresiones grotescas e indecentes de la tal Lotfi en la televisión pública pueden llegar a ser consideradas «normales».

Obviamente, el principal problema es la ideología salafista, que ha convertido en ley implacable —y legalmente violenta— los aspectos más reaccionarios y misóginos del texto sagrado, y que se sustenta en un poder económico inimaginable. El salafismo quiere conquistar el mundo —y me excuso por un concepto que podría parecer medieval, pero que es muy actual—, y la conquista, allí donde tenemos democracias liberales, pasa por poner en cuestión los derechos democráticos, con la mujer convertida en el centro de este combate ideológico. Considerar, a estas alturas, que detrás de esta presión sobre el velo —y todas sus variantes— hay una cuestión cultural o tradicional, y no un reto ideológico, es no entender nada de lo que está ocurriendo en el mundo. Y, este es el segundo problema: lo tarde que llegamos al debate sobre la cuestión. Con el problema del islam ideológico siempre vamos a destiempo, amordazados por el miedo a lo políticamente correcto. Si me permiten la autorreferencia, recuerdo haber protagonizado una portada de El Periódico en los años 90 (en la época en la que lo dirigía Rafael Nadal), planteando justamente el reto islámico. Todavía estábamos a tiempo de sentar las bases para gestionar adecuadamente el fenómeno, pero no hubo manera. Inmediatamente, el debate se abortó por la presión de las izquierdas, que, en este tema, muestran una mentalidad reaccionaria, irresponsable y a menudo utilitaria, no en balde mercadean con los votos. Y, por el camino, abandonan completamente a las mujeres musulmanas que luchan por sus derechos en las peores condiciones.

Con el problema del islam ideológico siempre vamos a destiempo, amordazados por el miedo a lo políticamente correcto

De hecho, es la postura de este progresismo paternalista y buenista, que inmediatamente saca el eslogan de la islamofobia para impedir el debate, la culpable de que la extrema derecha se la apropie sin competencia. Paternalista, buenista y censor, porque también hay que añadir una cuestión que no es menor: hoy por hoy, los principales enemigos del pensamiento libre son los gurús progresistas, que practican una cultura de la cancelación a todos los temas y todas las personas que no entran en su mollera ideológica. Es sorprendente y alarmante cómo los partidos más radicales de este espectro ideológico no ganan elecciones, pero imponen el relato público.

De todas maneras, más tarde o más temprano, este debate tiene que abrirse en canal, porque el problema ya es masivo en nuestro país. Y no irá a menos, sino al contrario, irá a más. Es un combate ideológico entre la democracia y una doctrina totalitaria que quiere imponer conceptos medievales a nuestra sociedad. No se trata de Dios y de la religión, sino de ideología, y se sitúa la cuestión de la mujer en el centro de la diana para reventar la sociedad democrática. Hiyab, niqab, burka… variables diversas de una misma concepción misógina que ha llegado para quedarse y que tiene intención de conquistar el espacio.

Pilar Rahola

LAUAXETA, 120.

Martes 27 de mayo de 2025

La fotografía, de mi aita, es de un grupo de activistas de aquella histórica Juventud Vasca de Bilbao en tiempos de la República que Don Manuel de Irujo calificaba como “aquello era un horno de nacionalismo”.

Podemos ver en la foto, sentados a José Luis Irisarri, muy conocido por todos ya que tras ser Delegado en México en 1978 fue miembro del BBB, ocupándose posteriormente de la relación con el ayuntamiento de Bilbao, Esteban Urkiaga “Lauaxeta”, Andrés de Aranbalza (estuvo posteriormente exiliado en Venezuela). De pie. José Domingo de Arana, Pedro de Albisu, Pedro de Basaldua (fue secretario del Lehendakari Agirre y delegado del Gobierno Vasco en Argentina), Sabino de Artolozabal (exiliado en Chile y asiduo  del batzoki de Abando ), Emilio de Abando. Todos  están muy pinchos. Y es que Juventud Vasca de Bilbao, fue el motor del PNV en aquellos años. Euskera, excursiones, conocimiento de Euzkadi, mendigoizales, campeonatos de pelota, asambleas, discusiones, grupos de baile, teatro,….Y allí Lauaxeta brilló con luz propia.

Está  en esa foto en el centro  Lauaxeta, cuyo 120 aniversario de su nacimiento celebró con acierto y buen discurso de Elixabete Etxanobe, la Diputación de Bizkaia. El acto contó con familiares de Lauaxeta y representantes institucionales en un emotivo acto celebrado frente a su casa natal en Laukiz, actual sede del Ayuntamiento.

El acto contó con las actuaciones musicales de Antton Valverde y Eñaut Elorrieta, quienes  interpretaron  piezas inspiradas en los versos del autor.

En su intervención, la Diputada General de Bizkaia destacó la figura de Lauaxeta, «un bizkaino de pura cepa, un ciudadano sabio de la segunda república, un agente social impulsor, de las más altas personalidades de esta generación. Con una influencia como pocos en la política y en el mundo del euskera de esa época, siempre, con una responsabilidad profunda, una conciencia clara y una lealtad firme «.

Elixabete Etxanobe subrayó  el valor de la memoria y la transmisión «porque en la construcción de Euzkadi estamos mirando hacia adelante, pero para ello también tenemos que mirar hacia atrás. Sin nostalgia, pero para ser constructores proactivos, es necesario tener un conocimiento exacto del pasado. «

En el marco del acto se presentó  la exposición itinerante «Lauaxeta, arquitecto de sueños», comisariada por el catedrático y crítico literario Jon Kortazar, que recorrerá hasta final de año diversos municipios fundamentales en la vida del autor: Laukiz, Mungia, Durango, Bilbao y Gernika. Echo en falta no pase por Bakio que en Txakoligunea tiene un espacio estupendo de exposición sabiendo como sabemos, el  cariño que tenía Lauaxeta por esta localidad bizkaina.

La muestra, compuesta por 10 paneles, ofrece un recorrido visual y narrativo por los principales hitos de la biografía de Lauaxeta. Cada panel evoca uno de sus grandes sueños: la infancia, la vocación poética, la militancia cultural, el compromiso político, el despertar nacional… hasta llegar a la tragedia de la guerra y su ejecución en 1937.

La exposición incorpora además documentos inéditos y materiales recientemente recuperados, como el testimonio del lehendakari Leizaola, el registro de su ingreso en prisión o el homenaje que recibió en Barcelona en 1938 por parte de escritores vascos en el exilio.

Con este proyecto, la Diputación Foral de Bizkaia pone en valor la figura de Lauaxeta y su legado literario y político, reafirmando el compromiso institucional con la memoria histórica y la difusión de la cultura vasca.