Lo que nos puede venir.

Domingo 2 de junio de 2019

Jueves 23 de mayo. Víspera de las elecciones y jornada de mítines y debates. El último del día en ETB con los candidatos a Diputado General. Finalizaba el torneo. Bea Ilardia candidata de Bildu en tono apocalíptico, en línea con Podemos, ataca al PNV cuando el candidato Unai Rementeria hablaba del tren de Bermeo. Sin levantar la voz, con educación, Rementeria pone las cosas en su sitio y le dice que el PNV lleva gobernando cuarenta años por el pequeño detalle de que así lo han querido los ciudadanos con su voto. Le argumenta que a sus planes faraónicos le falta un anexo económico que explique quien va a pagar esas grandezas y termina diciéndole a la candidata de Bildu que la historia de lo que ella representa y reivindica con tanta contundencia ha sido el gran lastre que ha tenido Euzkadi en estos cuarenta años. Y todo sin levantar la voz. Ilardia representaba en el debate una opción que durante la campaña electoral se ha manifestado en Ugao-Miraballes en apoyo a Josu Urrutikoetxea, pueblo de Iñaki Ibargutxi del PNV asesinado por ETA. Una IA que no termina de abjurar de tan deleznable pasado y se ha manifestado en campaña en Bilbao, por la Gran Vía, en apoyo del régimen de Maduro que ni paga las pensiones de los vascos que viven aquí y que además, como ideología tóxica, ha destrozado un país. Ese doble juego de Bildu ha sido denunciado en campaña porque no se puede hablar de la importancia de la gestión y de una industria que antes aborrecían sin previamente quitarse el sayal harapiento del apoyo sistemático al terror en este país. Y mientras no caigan en esto y no hagan su perestroika, podrán seguir usando diversas máscaras, pero la historia estará ahí señalándoles. Ramiro González en el Arenal lo dijo gráficamente. ”Se han disfrazado de PNV, pero solo hay un PNV, el nuestro”. Con parecida contundencia, Andoni Ortuzar lo resumía en dos platos, ”aunque la mona se vista de seda, izquierda abertzale se queda”.

Nadie pone la menor objeción a la necesaria evolución de un mundo que tomaba como modelo la Nicaragua tercermundista y que nos repetían de Zabalgarbi lo que íbamos a vivir. “incineradora, un muerto cada hora”, o que suspendía la construcción de la planta gipuzkoana para presentarse durante la campaña en Gasteiz con el modelo danés de incineración en el centro de la ciudad y con una pista de esquí en el techo, o tratar de romper la ponencia de autogobierno porque no tienen más discurso que su dogma o, como no les gusta la política industrial del gobierno vasco de coalición, manifestarse en campaña ante Sabin Etxea, o pedir la intervención a Iberdrola, la empresa que mayor aporte en impuestos hace en Bizkaia, o adscribirse en el Parlamento Europeo en el Grupo de los Verdes con Podemos e IU no con el Sinn Fein y ERC, en ALE cuando los Verdes lo que quieren cargarse es toda la industria de la pesca. Pero aciertan cuando no repiten ninguna de las consignas de cartón piedra de la escolástica comunista, un lenguaje fósil que perdió desde hace mucho tiempo el contacto con la realidad.

Entiendo que en campaña vale todo. Vivimos un momento en los que la cortesía, la sinceridad, las buenas maneras son un estorbo y, la mentira, el arma obligatoria. Los insultos de desesperación y cuchillos largos así como la agresividad tabernaria impregnan debates y esos espacios de segundos en televisión donde el ataque continuo al PNV es lo obligado. Ha sido éste el programa de gobierno de Bildu y de Podemos. Somos la derecha neoliberal y oligárquica y ellos la izquierda progresista. Quieren hacernos creer que la historia y la democracia les estuvieron esperando para empezar con ellos y quieren que olvidemos el inmenso daño hecho a este país. Pero como se ha visto el domingo pasado esa burda especie no ha colado. El PNV arrasó y aunque han tenido un buen resultado es difícil de materializar pues nadie quiere pactar con ellos. Ni ERC en el Congreso, pese a lo que dijeron.

En ese mitin en el Arenal veía el Arriaga y me acordaba de Xabier Arzalluz a tres meses de su fallecimiento y de lo que han supuesto estos 31 años de remontada tratando de poner las cosas en perspectiva tras el mitin de cierre donde se puso en valor la sigla y los cuarenta años de hilo conductor y eje del país del PNV, sin olvidar que en 1986 nos dividimos y en 1987 no obtuvimos representación en el Parlamento europeo junto a unos penosos resultados que vivimos en aquella “noche triste”. Tras la división y de las distintas derrotas vividas, el PNV reflexionó sobre lo ocurrido e hizo su particular perestroika. Tuvimos la Asamblea General en Zestoa, donde Arzalluz recordó a San Ignacio que decía que “en tiempos de desolación no hacer mudanza” y con unos nuevos estatutos culminó aquel proceso el 9 de enero de 1988 que podríamos decir ha culminado este domingo 28 de mayo, recuperando aquellas posiciones perdidas. Seis diputados, diez senadores, capitales, diputaciones y localidades significativas.

Arzalluz subió a la tribuna minutos después de ser confirmado como presidente del EBB. Sus pala¬bras reflejaban el nuevo talante que la cúspide del PNV quiso imprimir en su camino de recuperación. Sólo una amenaza de bomba y el anuncio de Arzalluz de continuar hablando provocó una cerrada ovación.

«Se nos ha acusado -continuó Arzalluz- de hegemonismo, de considerar Euzkadi como patrimonio exclusivo nuestro, de intentos de ‘batzokizar’ el país. Es cierto que ha existido entre nosotros una tendencia a considerar que Euzkadi es un patrimonio nacionalista y a equiparar el concepto de vasco con el de nacionalista. Pero esta concepción es injusta, es agresiva y es antidemocrática. Euzkadi es de todos los vascos. Y será libre en la medida en que todos, sepamos respetarnos mutuamente. Y si un día es nacionalista, deberá serlo por la persuasión y no por la imposición».

Defendió, también las señas de identidad del PNV y reclamó in¬cluso el calificativo de «partido subversivo», en la medida en que «no aceptamos, aunque acatemos, una Constitución que no reconoce la soberanía del pueblo, que diluye nuestra voluntad colectiva en la voluntad general de lo que se define como nación española». Dijo también que el PNV no es un partido «domesticado» y que seguirá defendiendo sus ideales, «otra cosa son los modos y los ritmos». Y terminó ese argumento asegurando: «Hemos aprendido la difícil y ne¬cesaria virtud de la paciencia política».

Arzalluz hizo ver su intuición sobre el futuro afirmando que quienes hablaban de independencia se convertirán en portavoces del derecho de autodeterminación, «y pretenderán convertirnos en corifeos de su estrategia. Se establece ya hoy, y aumentará mañana, la pugna so¬bre quién es más nacionalista, pero nosotros no nos dejaremos arrastrar a esa carrera infantil».

Dijo muchas más cosas y de forma clara considerándose aquel discurso “el espíritu del Arriaga” que hizo que aquel partido hundido no rompiera la cadena de la historia y siga siendo la columna vertebral del país pero que al que los demás partidos no van a regalarle absolutamente nada.

Se avizora un poderoso eje Bildu-Podemos-ELA envuelto en un falso debate ideológico entre derechas e izquierdas para posibilitar, con el tiempo, el descuelgue del PSE con la voluntad de aislarnos y la manifiesta voluntad de encasillarnos en la derecha vasca neoliberal como designación reiterativa y su intento de anularnos políticamente, algo que no debemos tolerar.

El resultado electoral del 28 del EAJ-PNV premia una estrategia, un buen uso de la brújula, y un discurso pegado a la realidad que la ciudadanía agradece, mucho más en tiempos de zozobra. No despegar los pies del suelo, actuar con cercanía y humildad son claves para seguir rompiendo la barrera del sonido teniendo muy claro que la cúpula de Bildu no es nuestro hermana política sino alguien que viene con el cuchillo entre los dientes para ser ellos el eje del país. Y no van a parar.

Cena en 1983 con la colectividad vasca de Panamá del Lehendakari Garaikoetxea

Viernes 31 de mayo de 2019

Con motivo del partido de fútbol entre la Selección de Panamá con la de Euzkadi, el actual gobierno vasco ha querido recordar la figura del cónsul panameño Germán Gil de Guardia Jaén que facilitó la huida por Europa del Lehendakari Aguirre.

Considero asimismo bueno recordar que en 1983 el Lehendakari Garaikoetxea hizo lo propio y además y nada menos que con la viuda del cónsul panameño en su viaje a este país donde fue recibido por el entonces presidente Ricardo de la Espriella y donde el Nuncio del Vaticano, José Sebastián Laboa nos abrió todas las puertas.

Después de las visitas oficiales y terminando su estancia en la capital de Panamá, tuvo lugar una cena con la colectividad vasca en la que el lehendakari reconoció a varias personalidades, entre ellas a Dña. Berta Conte.

Esta es la crónica de aquella noche que conviene recordar pues la historia existe para ser contada:

existe para ser contada: “Antes de salir del hotel, el Lehendakari Garaikoetxea se entrevistó con dos industria¬les interesados en instalar una fábrica de bicicletas en Panamá. Tras la conversación, salió hacia el restaurante «La Cocina Vasca», donde se había concentrado casi un centenar de vas¬cos y simpatizantes para agasajar al Lehendakari. Al llegar saludó a Dª Berta Conté, viuda de D. Germán Gil de Guardia Jaén, el cónsul panameño de Amberes que salvó la vida de José Antonio Aguirre cuando éste, perseguido por la Gestapo, recurrió a él. D. Germán le proporcionó una identidad falsa posibilitándole huir. Doña Berta estaba allí con todos sus hijos. También se encontraba en el restaurante una delicada señora panameña viuda del primer Delegado del Gobierno Vasco en Panamá, Juan González de Mendoza Garayalde. También se encontraba allí la esposa de Juan Astigarrabia, Consejero comunista del primer Gobierno Vasco. El Lehenda¬kari se sentó con ellas y el Nuncio, bajo la ikurriña y un letrero que ponía «Ongi Etorri Lendakari», y dio comienzo la cena.

En el transcurso de la misma se entregaron hojas de petición de direc¬ciones con el fin de que en un futuro pueda enviarse desde Euzkadi una publicación quincenal. En los postres tomó la palabra el P. Villanueva, en castellano, donde después de destacar el hecho de que tanto él como el Lehendakari son navarros, hizo un repaso sobre la importancia de las vías democráticas de actuación. Otro sacerdote dirigió unas palabras en euskera. Terminó el Lehendakari agradeciendo a los allí presentes su participación en aquella cena y señalando el hecho de la presencia de las señoras Mendoza, Guardia y Astigarrabia y los servicios prestados por estas familias a la causa de Euzkadi.

“Nos guía el convencimiento de que somos una nación», dijo el Lehendakari en su discurso, en el que explicó con todo detalle el proceso autonómico desde 1977 y reafirmó la voluntad mayoritaria del pueblo vasco por alcanzar la paz. Al final entre¬gó una ikurriña al veterano gudari Guillermo Intxausti para que fuera semilla de un nuevo centro vasco en Panamá.

«Vosotros tendréis siempre las puertas abiertas en ese país que esta¬mos construyendo y que —aseguró— llegará a ser la realidad que todos esperamos», terminó diciendo el Lehendakari.

Fue muy importante esta reunión de vascos en Panamá porque puede constituir la primera acción para una colectividad que puede organizarse.

Y como colofón, el comentario sobre los obsequios realizados por el Lehendakari a las ilustres señoras. A D.a Berta Conté una placa en plata con la siguiente leyenda: «A la familia de D. Germán Gil de Guardia Jaén en reconocimiento por su importante colaboración para salvar la vida de D. José Antonio Aguirre y Lekube». A la señora Mendoza el libro «El Bolívar de los Vascos» y un Lauburu de oro. En el libro aparece un artículo de Mendoza cuando era delegado en Panamá. Y a la señora de Astigarrabía un Lauburu de oro.

Fue una velada muy grata que terminó con la entonación del “Gernikako Arbola” y del himno vasco.

¿Por qué no se callan? y ¿Por qué gana siempre el PNV?

Jueves 30 de mayo de 2019

Esta semana postelectoral, parece mentira que las elecciones hayan sido el domingo pasado, se ha caracterizado por lo mucho que se está hablando de pactos sin dejar sedimentar las aguas. Parece mentira que unos y otros hablen y condicionen pactos, cabreen al personal, se menosprecien y sean incapaces de estar callados. No entiendo como gentes de partido toman iniciativas sobre lo suyo sin tener en cuenta que la negociación ha de ser global.

No entiendo tanta locuacidad cuando lo que está en juego es la estabilidad de las instituciones durante cuatro años.

¿Por qué no se callan?

¿Por qué gana siempre el PNV?.

Antonio Rivera fue Viceconsejero de Cultura del Gobierno Vasco bajo el mandato de Patxi López. Pero más que hombre de cultura parece un militante del antipeneuvismo más rancio y menos refinado para un hombre que se jacta de ser alguien del mundo del pensamiento pero demuestra ser alguien con mucho resentimiento y mucha envidia acumulada.

El lunes en El Correo publicó un artículo analizando los resultados electorales con este llamativo título y explicando el por qué cree él que la fórmula del éxito es la que apunta en tan abominable bazofia. Copio estos tres párrafos y opinen ustedes:

“Del Ebro para abajo asisten abobados a semejante embrujo y lo jalean como demostración de genio. Hacia arriba, al ser más molesta la presencia, tendemos a preguntarnos por las razones del éxito, porque, en realidad, esto viene siendo así desde la Transición, desde finales de los años 70. Desde entonces, todos los gobiernos, empezando por los de Suárez, convinieron en que la interlocución de todos los vascos la llevaba el PNV, dejando continuamente en mal lugar a sus correligionarios del paisito. A fuerza de repetir ese error, todos, propios y extraños, se acaban creyendo que el País Vasco se representa adecuadamente en ese partido; gana así una hegemonía por incomparecencia. Solo la cultura de ETA (la izquierda abertzale) le disputó desde el primer día esa partida; el resto se ha resignado.

“Importante; la manera de aprovechar esa ventaja que se le ha dado en Madrid es conseguir favores colectivos para Euzkadi. Ese era el procedimiento por excelencia del caciquismo político de los siglos XIX y XX, la manera de fidelizar el voto con la recompensa de instalar antes el teléfono, reducir el importe a pagar del cupo o traerse recursos para gastos a los que no contribuimos. La diferencia es que ahora quienes pagan más allá del Ebro lo interpretan como genio político (y siguen pagando). Obviamente, ello proporciona un gran sentido a ese voto porque las consecuencias se ven. La política moderna es pura abstracción; te crees las promesas. Pero si alguien la materializa en bienes tangibles, la fidelidad será eterna.

 “Últimamente, además, le votamos para que nos deje en paz, para que no desate su inclinación intrínseca soberanista y se ponga a maquinar planes. Cuesta una pasta esa prudencia, pero la damos por bien empleada. En Madrid también, y pagan como si les fuera en ello la vida. La red clientelar alcanza así proporciones exageradas. El bien que derrama por el país nos tapa la boca. Es la reedición perfecta del genio de Maquiavelo, la técnica de San Ignacio y los buenos deseos del último soñador de nuestro tiempo. Tres en uno. Y luego se preguntan por qué no hay manera de que suelte aquello que agarra”.