No estamos siendo conscientes de ésto

Viernes 17 de agosto de 2018
El editor del diario El Nacional de Venezuela, exiliado como cientos de periodistas, Miguel Henrique Otero me ha mandado este trabajo donde analiza la tragedia de aquel país del que Europa no es consciente, y Euzkadi, menos, aunque comienzan a saberse datos de la hemorragia de huidos de aquel infierno, el mayor ocurrido en América, porque en el paraíso bolivariano no se puede vivir.
Dice así:
Ahora mismo, el más complejo y creciente problema común que afecta a América Latina, es la llegada de compatriotas venezolanos a países como Colombia, Brasil, Ecuador, Perú, Chile, Argentina, Uruguay que se desplazan por miles y miles cada día.
Esos flujos, menos numerosos, también han causado impacto y preocupación en países de Centroamérica como República Dominicana y Panamá, cuyas autoridades han comenzado a tomar medidas para controlar el acceso y evitar que la presencia excesiva se convierta en un problema de opinión pública que produzca consecuencias sociales, políticas y económicas.
Desde hace meses, algunos gobiernos de estos países han creado grupos de trabajo y han implantado estructuras para socorrer a los que llegan. Se han puesto en marcha operaciones para prestar ayuda en materia de salud y alimentación, principalmente. La irrupción de venezolanos, en algunos casos, de familias enteras y con niños, es percibida como el resultado de una catástrofe natural, como si hubiese ocurrido un evento que los impulsó a escapar temporalmente, para salvar sus vidas. Muchas de las declaraciones que se publican, las imágenes y hasta los testimonios de los que han huido, tienen un aire de provisionalidad, de situación del momento, que podría arreglarse en cuanto el gobierno de Maduro llegue a su fin.
Pero estas realidades no son coyunturales. No es atinado pensar que, al derrumbarse el régimen encabezado por Maduro, esos millones de venezolanos volverán al país de inmediato. Es probable que una pequeña parte de la diáspora regrese apenas sea posible. Pero también es muy probable que, dado el extendido estado de destrucción del país y de la economía, bajo un nuevo gobierno, la emigración continúe. Es vital entender que, lo que está en el fondo de los sentimientos de millones de venezolanos, es que nuestra nación se ha vuelto invivible, es decir, un lugar sin esperanzas, donde estudiar y trabajar, esforzarse y tener una visión de futuro, o no es posible o carece de sentido.
Muchos de nuestros compatriotas, especialmente los jóvenes, no volverán, salvo para visitar a sus familiares y reencontrarse con la cultura de sus afectos. Una parte importante irá regresando, de forma paulatina, a medida que la reconstrucción del país haga posible pensar que Venezuela ha vuelto a ser un país viable con futuro. Una política pública fundamental de la Venezuela post Maduro será la de generar una nueva promesa, una nueva propuesta de vida digna y con posibilidades reales de progreso.
Cada venezolano que ha huido, lleva consigo una historia dolorosa y de dificultades. No estaba en los planes ni en la visión de mundo, de la mayoría, salir de Venezuela. Dejar la familia atrás; sobrevivir y avanzar en realidades, culturas y lenguas distintas, lograr un espacio social y de trabajo; vivir con la conciencia de que estás en un lugar al que no perteneces de forma plena, demanda esfuerzos muy grandes.
A ello hay que añadir el desprecio absoluto del régimen de Maduro, que se ha propuesto denigrar de los venezolanos que han huido, con calificativos como lava-pocetas, esclavos y mendigos, lo cual es otra muestra más, de su absoluta amoralidad. Al venezolano que ha huido no solo le persigue la ruindad de la revolución bolivariana, sino, a menudo, la incomprensión de quienes se han quedado en el país, sometidos a padecimientos de la hiperinflación, el hambre, la enfermedad, la delincuencia y la carestía de todo.
El que ha sido calificado como el desplazamiento masivo más grande ocurrido en la historia de América Latina, y que ya ha movilizado entre 2 y 3 millones de personas, podría duplicarse, si la tendencia actual se mantiene. Al día de hoy, nada indica que el flujo pueda amainar o revertirse, sino lo contrario: parece un problema que tiende a empeorar cada día. En varios países, las alarmas están encendidas. Las reacciones de los gobiernos han sido desiguales: en algunos casos de amplia apertura y acogida (y a ellos los venezolanos debemos gratitud), en otros, de cautela y repliegue. Por delante, dos riesgos son inminentes: uno, que las capacidades de los gobiernos para socorrer a los que llegan, están al borde del límite, y dos, que la presencia masiva y reiterada de compatriotas en algunas ciudades, sea fuente de expresiones de rechazo. Como se sabe en algunos lugares –pocos, por fortuna-, han producido brotes xenofóbicos que, hasta ahora, han sido focalizados y no han encontrado eco.
Hay que entender esto: sin el talento, las energías y las ideas y la voluntad de los que se han marchado, la reconstrucción de Venezuela enfrentará todavía mayores dificultades. El nuevo país no solo requerirá del compromiso y la decisión de los que se quedaron y de los que regresarán de inmediato, sino de muchos de los que ya han fundado unas vidas en otras partes del mundo, y que solo volverán si nuestro país vuelve a ser un lugar donde las expectativas reales de progreso y la esperanza ocupan un lugar protagónico en el espacio público.

Un palacete digno de ser conocido.

Jueves 16 de agosto de 2018

Hoy he estado en Gipuzkoa. Concretamente en Mutriku, el pueblo de mi ama. Previamente, en un kiosko he ojeado el Diario Vasco. Como me lo imaginaba, manipulaban la noticia de mi post. Me lo esperaba. Pero el hecho no me ha impedido hablar con los parroquianos ni visitar un palacete que recomiendo visitar el palacio de Arrieta, que lo acaba de abrir a visitas públicas la familia Areilza, consorte de los Churrucas dueños de la propiedad comprada por Cosme Damián de Churruca a finales del siglo XVIII. Originalmente fue de otra personalidad de primera, nacida también en Mutriku: Antonio de Gaztañeta, teniente General de la Armada y cuyas aportaciones a la construcción naval de la época marcaron la hechura de los barcos de aquel siglo durante tres décadas.

Churruca, el héroe de Trafalgar era también un investigador, amén de científico, brigadier y alcalde de Mutriku, que siéndolo mandó construir la actual iglesia. Murió luchando contra el almirante Nelson en aquella batalla que él sabía iban a perder.

La casa tiene todo el mobiliario de la época y hasta el traje de embajador de Areilza que tras andar por el mundo está enterrado en el cementerio de esta bella localidad del Golfo de Bizkaia. Areilza era conocido como el conde de Motriko ya que estaba casado con Mercedes Churruca. Otro Churruca fue quien logró superar la barra de arena del puerto de Bilbao.

Destaco de esta visita el video inicial, la conservación del palacio casi tal cual y las magníficas explicaciones de una guía que hablándonos de la batalla de Trafalgar parecía que uno estaba dentro del San Juan Nepomuceno. Al despedirnos nos ha dicho que hagamos propaganda del museo al que se puede visitar tras concertar cupo pidiéndolo en la página web. Dicho está.

En la plaza, además de la estatua de Churruca, se encuentra la iglesia parroquial que es sin duda, es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura neoclásica de Gipuzkoa. Proyectada por el arquitecto Silvestre Pérez, comenzaron sus obras en 1803, colocando su primera piedra el entonces alcalde Cosme Damián de Churruca, terminándose la obra cuarenta años después. En una de sus capillas se encuentra un lienzo atribuido a Zurbaran.

En resumen, una buena mañana cultural en el pueblo de mi ama conociendo una de las joyas históricas que tiene Gipuzkoa y que, como la guía, recomiendo ver. Y solo lamentar que en vida de mi ama no hubiera podido conocer esta casona y comentar como la veían ellos y lo que opinaban de aquella familia encerrada en esos muros de sillería barroca.

La cláusula antiAthletic

Miércoles 15 de agosto de 2018

No es casualidad que el Diario Vasco reproduzca la polémica que al parecer he suscitado por mis comentarios en mi blog. Ni que Denis Itxaso haya montado una escandalera por este tema. Está en su guion y no me conoce de nada.

Llevan años, teniendo el mismo Consejo de Administración en Vocento, hurgando en heridas territoriales. Dicen que reflejan la realidad pero no es así. Venden más y esa enemistad entre territorios no les molesta demasiado. En los últimos años hemos hecho actividades de todo tipo en cultura y en política en Donosti sin merecer una sola línea de diario tan poderoso. Como no recogerán nada de mi argumentación. Lo de ellos es otra cosa.

Y está vinculado con mi educación sobre la Real Sociedad como directiva, no de su afición de la que no he dicho ni una palabra de más. Sería tonto y desagradecido. La familia de mi ama es gipuzkoana y la de mi aita, bizkaina. Yo he estudiado en Donosti y en Bilbao. Y mi Aitona, Patxi Olabeaga, donostiarra de la calle Campanario, fue quien me educó en ese espíritu.

Don Francisco era en 1936 el Director del Banco Guipuzcoano de Zarautz y siguiendo órdenes del Gobierno Vasco tuvo que ir a Bilbao. En Zarautz apresaron a toda su familia y a mi ama le cortaron el pelo al cero. El volvió años después, tuvo que pagar una multa millonaria y le destrozaron la vida, pero no tanto como para no ser socio de Gaztelupe, pero no de la Real Sociedad. Lógicamente no le gustaba la nomenclatura del régimen, entre ellas la directiva de esa Real Sociedad, experta en genuflexiones en el Palacio de Ayete ante Franco y que ahora reconvertida expide certificados de democracia y buena conducta. Mi Aitona escuchaba el llamado parte en la Radio Nacional del régimen, no había otra, y antes de los gritos de rigor, apagaba la radio.

Digo ésto, no como una batallita, sino como explicación de lo que él me inculcó. Para una persona como aquel donostiarra el que su equipo llevara el símbolo de la monarquía fenecida, se llamara Real Sociedad y fichara jugadores de todos los sitios no iba con su abertzalismo. Para él el equipo con el que se identificaba era el Athletic, llamado bajo el franquismo el Atlético de Bilbao, al que curiosamente solo le cambiaron el nombre, pero no la filosofía de jugar con futbolistas de cantera o vascos y no entendía como se podía ser patriota vasco (así se definían los abertzales en esa época) y no ser del Athletic.

Y esa fue la filosofía que me imbuyó aumentada por otra parte por mi Aita, seguidor del Athletic y quien me hablaba del Lehendakari Aguirre como jugador a quien había seguido en San Mamés. También es verdad que como vasco me decía que el segundo equipo tenía que ser o el Alavés, el Osasuna, ahora el Eibar, o la Real. Lógico.

Esa fue mi escuela y soy socio del Athletic.

Pero mi indignación, y eso es lo que he manifestado a raíz de las noticias sobre Kepa y Oyarzabal, y que al parecer gentes de bien ven normal es esa cláusula antiAthletic que ha salido a la luz con el posible fichaje de Oyarzabal que tiene la Real Sociedad. Me parece de una bajeza supina y una inmoralidad extrema. Decía Pitigrilli que en la vida se podía ser todo menos anti nada y por no serlo ni antituberculoso. Pues la directiva de la Real es AntiAthletic con la que yo en mi escrito me metía duramente contra esta anomalía extrema por acomplejada que al parecer a algunos les parece inofensiva y hasta normal así como contra ese sector hiper abertzale que comulga con un nombre monárquico y que no respeta la filosofía de un club vecino de que los jugadores sean todos vascos o hechos aquí. Hasta Luis M. Ansón destacaba el hecho de que era el único equipo “formado todo por españoles”. Cada cual arrima el ascua a su sardina particular. Y no quiero decir que la afición de la Real no sea sana, espetable y animosa ni que no defienda sus colores, aunque no haya tomado la iniciativa que tomaron en Lleida de quitar la corona borbónica de su escudo, así como el Girona. No estaría nada mal.

No creo que el asunto por estos fichajes deba llegar a más, como en tiempos de la presidenta Ana Urquijo que rompió relaciones con la Real por éste y parecidos asuntos pero que se me ataque por lo dicho contra esa aberrante cláusula y la frescura de dos jugadores hiper millonarios que a la primera de cambio se irán donde les ofrezcan más sin analizar el disloque suicida existente con estos fichajes billonarios cuando antes de llegar a las noticias deportivas en ETB vemos en los informativos a los miles de personas que se mueren de hambre, no deja de tener bemoles y nos ilustra cómo anda nuestra sociedad en su sistema de valores. El propio alcalde de Donosti alertaba sobre la situación de posible colmateo de las instalaciones sociales para atenderlos, cuando lo que ganan en un día estos jugadores dan para subvenir las necesidades de cien barcos Aquariums. Haría bien Goia en denunciar esta doble vara de medir.

¿Por qué no se dicen estas cosas y sin embargo se rasgan las vestiduras porque me atribuyen llamar ñoñostiarras a todos los donostiarras cuando en ningún momento he dicho eso?.

Y como estamos en verano y si no hay noticias se crean, pues nos encontramos ante una tormenta que si creen me intimida, no me conocen. Pienso y pensaré lo mismo y lo seguiré denunciando y solo me extraña que ese concepto de ñoñostiarras, aplicado por los propios donostiarras a un sector de la ciudadanía de Donosti por su pijería, exclusivismo, ñoñez y mirada por encima del hombro, el alcalde Goia me lo atribuya a todos los donostiarras, cuando sabe bien que yo no he dicho eso, y sin embargo él, tan sensible, no diga nada ante cláusula tan anti vasca como la cláusula antiAthletic. No ha actuado con verdad. Entiendo que prefiera quedar bien con Denis Itxaso que le apoya como concejal en su gobierno y le presiona para que escriba lo que ha escrito que meterse en otros charcos. Lo entiendo pero no está nada bien. Y menos en un correligionario. Podía mínimamente haberse enterado, pero él está en otras cosas.

Porque, ¿está de acuerdo el alcalde con dicha cláusula?. Pues que lo diga. Eso es lo grave y no lo escrito por mí.

A pesar de que esos ñonostiarras, de los que hablo, su segundo equipo no sea el Athletic y solo desean baje a segunda, lo dicen continuamente y se felicitan cuando al Athletic le meten un gol, mi segundo equipo seguirá siendo la Real que espero inaugure las obras de Anoeta venciendo al Real Madrid como hizo en su día y que Eneko Goia en el palco aproveche la oportunidad para comentarle a Aperribay que esas cosas no se hacen.