Fallece Jiménez de Parga, el Expresidente del Constitucional que se jactó de no haberle dado la mano a Ibarretxe

Jueves 8 de mayo de 2014

517.14Ministro de Trabajo con UCD, entre 1977 y 1978, registró su desprecio a los territorios históricos entre sus afirmaciones.

El expresidente del Tribunal Constitucional Manuel Jiménez de Parga, magistrado emérito de la institución, falleció a los 85 años en Madrid. Nacido en Granada en 1929, se licenció en Derecho con Premio Extraordinario por la Universidad de Granada en 1951, y dos años más tarde se doctoró por la Universidad de Madrid y empezó su vida docente como profesor encargado de la cátedra de Derecho Político en la Universidad de Madrid en 1956, ejerciendo de catedrático por oposición de la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona durante 20 años. Asimismo, fue decano de la Facultad de Derecho (1976) y rector de la Universidad de Barcelona del año 1976 a 1977, y terminó su vida académica como catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Madrid en 1995.

Le llamaban, «Copito de Nieve». Aquel ministro de trabajo con UCD, el hombre que escribía breves comentarios bajo el seudónimo de Secondat, el férreo Presidente del Tribunal Constitucional de la época de Aznar (2001 a 2004), este granadino, junto a Francisco Hernando, Enrique Múgica y Jesús Cardenal marcaron toda una época en la justicia conservadora hecha en nombre de sus peculiares visiones del estado bajo la égida Aznar.

Elegido presidente, con 7 votos a favor y cinco abstenciones de un órgano que teóricamente debe velar por la constitucionalidad de las leyes fue un extraordinario sectario. Frente al equilibrio y a la ponderación que debe exigirse a un «patriota constitucional» y a un servidor público, nos encontramos con un personaje no neutral que dijo que en Estados Unidos ningún lehendakari de Oklahoma había protestado por los bombardeos en Afganistán. En un aniversario del Constitucional se jactó ante su grupo de no haberle dado la mano a Ibarretxe.

 

Presentación en el Senado de “Relatos de plomo”

Martes 6 de mayo de 2014

Relatos de plomoNo he estado este mediodía en el Salón de los Pasos Perdidos del Senado en la presentación del libro RELATOS DE PLOMO que trata de los atentados de ETA en Navarra. El libro está financiado por el gobierno navarro presidido por la Sra. Barcina. Seguí el acto a través del monitor, porque estoy de acuerdo que las memorias de las víctimas de ETA no se pierda, sobre todo, para que no se vuelva a repetir aquel horror y para que aquellos momentos durísimos no se olviden y deje solos a los familiares. El libro está francamente bien. Respeto el dolor de sus familiares.

Pero no he ido porque este domingo en Sartaguda, ha habido un acto en el pueblo de las viudas en recuerdo de las tres mil víctimas de la derecha navarra y del ejército español tras la sublevación militar del 18 de julio y allí no ha estado ni la Sra. Barcina, ni los autores del libro, ni el ministro del interior, ni el presidente del Senado. Los tres mil muertos no van con ellos. Solo hay un tipo de asesinados. ¿Por qué hay para el gobierno navarro dos tipos de víctimas? ¿Por qué los tres mil asesinados navarros, cuyos familiares viven y estuvieron muchos de ellos en Sartaguda el domingo, no tienen derecho al reconocimiento que el actual gobierno navarro solo da a las víctimas de ETA? ¿Por qué el silencio y la invisibilidad? ¿Por qué? ¿No son seres humanos? ¿No se dicen cristianos?.

Yolanda Barcina, abriendo el acto, ha recordado que hoy se cumplen 16 años del asesinato de Tomás Caballero, que fue concejal de UPN en el ayuntamiento de Pamplona y el municipio que recibió a Don Manuel de Irujo, cuando éste volvió del exilio en 1977. Aquel crimen, como todos los de ETA fue execrable, pero estoy seguro que el talante democrático de Tomás Caballero hubiera tenido en vida la sensibilidad de recordar también a los tres mil asesinados en la sublevación militar porque recuerdo sus palabras de afecto a lo que el ex ministro representaba en aquel recibimiento a Irujo.

Estoy de acuerdo en el homenaje a las Víctimas, y en la edición de este libro, pero que se haga a todas las Víctimas. A las de Sartaguda el domingo y a las de ETA este martes en el Senado. Lo demás es contar la historia de forma parcial. Y muy manipulada.

Imelda Navajo, Duran y Bildarratz presentan Jarrones Chinos en Madrid

Martes 6 de mayo de 2014

502.14 - copiaEl pasado martes 29 de abril, en la famosa librería Blanquerna, presenté el libro «Jarrones Chinos», mejor dicho, me lo presentaron Bosch, el Delegado de la Generalitá en Madrid, la editora Eimelda Navajo, y los portavoces Jokin Bildarratz y Josep A. Duran i Lleida.

Era día de partido de fútbol y por eso empezamos a las siete para acabar a las ocho. En una hora se puede hablar de todo. Y creo lo hicimos. Y con una particularidad. Me ha tocado estar en presentaciones de libros, cuyos presentadores no habían leído lo que presentaban. El martes eso no ocurrió. Tanto Imelda, Jokin, como Duran lo habían leído y subrayado y por eso destacaron aquello que les había llamado la atención. Por ejemplo, en el caso de Jokin la consideración final del capítulo dedicado a Suarez cuando recuerdo que fue el PNV quien en 1982 premió al ex presidente cuando nadie daba por él un duro y decía que cuando falleciera, los ditirambos y los codazos para ser el más suarista del hemiciclo, lo íbamos a ver. Y así fue.

En el caso de Duran el recuerdo de cuando estábamos juntos en Colonia cuando nos dijeron que el rey había elegido a un ex Secretario General del Movimiento como presidente del gobierno en sustitución de Arias Navarro y yo debí decir que «mejor nos quedamos en Colonia». Año 1976.

El libro se ha presentado en Bilbao, en Barcelona y en Madrid y ahí está hablando de los Jarrones Chinos, expresión venezolana y no de Felipe González, que dice que los ex presidentes son muy valiosos, como los jarrones chinos, pero nadie sabe dónde ponerlos. Y estos días hemos asistido al cabreo de Aznar porque no le habían dado ningún mitin en la campaña electoral europea. Todo un Jarrón Chino lleno de mala leche.