Viene Valverde, Bielsa se va y Urrutia se queda

Domingo 2 de junio de 2013

Opino como socio del Athletic y no como senador del PNV. Los partidos no tienen por qué meterse como tales en el mundo del futbol que es un mundo propio. Pero sí los socios de los equipos que pagamos nuestra cuota. ¡Faltaría más!.

En 1977 era yo miembro del BBB y del EBB del PNV. Finalizaba la presidencia no democrática de José A. Egidazu y desde el BBB decidimos apoyar la candidatura de Beti Duñabeitia que en mayo de 1977 fue elegido presidente. Decidimos hacerlo para acabar con la hegemonía de Neguri que si bien había conservado al Athletic como un club vasco y de cantera, no permitía se pusiera la ikurriña en San Mamés y todo lo específicamente vascos lo sorteaba. Recuerdo que siendo Félix Oraa presidente del club viajaron a Venezuela  al Torneo Cuatricentenario. Les recibimos en el viejo aeropuerto de Maiquetía  e hicimos un túnel de ikurriñas para que pasaran los jugadores. Oraa se negó y prohibió a los jugadores visitar el Centro Vasco de Caracas. Mi tío Olabeaga y yo fuimos a visitarle a Iribar al hotel donde años antes habían secuestrado a Di Estefano. Y por eso aquel BBB decidió involucrarse en la elección de un presidente del Athletic de la democracia.  La dictadura le había cambiado hasta el nombre. Era el Atlético de Bilbao. No podía tener nombre inglés. Sin embargo en Santander el Racing conservó su nombre en inglés. No era Santander una «provincia traidora». Por todo eso había que cambiar aquello y se cambió. Beti lo hizo muy bien. Pero Ajuriaguerra nos decía. «Esto debe ser una excepción. En un partido hay gentes, y mucho más en el futbol, que unos opinan de una forma y otros de otra. Dejemos a la ciudadanía que respire y haga y vote lo que crea conveniente. No podemos  condicionarlo todo. Otra cosa es que si hay uno nuestro que se presenta, le echemos una ayudita. Pero sin pasarnos». Tras Beti vino Aurtenetxe que había estado en la directiva de Beti y tras Aurtenetxe, Arrate que había sido portavoz de la directiva de Duñabeitia. Entraba pues dentro de lo lógico y del buen juego.

Todo ésto para decir que opino como socio del Athletic. Club de mi familia por generaciones.

Y bien. Parece que el nuevo entrenador va a ser Ernesto Valverde. Un secreto a voces. Un buen técnico que el mismo Bielsa valora como uno de los mejores y que puede optar a cualquier club por su calidad. Y seguramente  será  bueno para el Athletic. Viene de  demostrar su valía.

Este es un dato, pero en el extremo contrario  quiero destacar las malas formas de esta directiva actual de mi club.

Josu Urrutia se presenta a las elecciones con Bielsa como gran baza. Urrutia hace una campaña sin ningún debate (anunciaba lo que iba a ser su presidencia en el sentido de no dar la cara  demostrando que se puede ser un buen jugador pero a la vez un pésimo  presidente de una entidad tan importante y sensible  como el Athletic). Y gana  las elecciones frente a un  respetuoso García Makua  que no le ha incordiado en nada y el primer año del Athletic fue brillantísimo. Dos finales malogradas pero muy  entusiasta y con la gabarra vuelta a pintar. Y ante la crisis  del vacío producido por las pérdidas gestiona fatal aquella situación. Realiza una mala gestión de formas y de hechos. No negocia la salida de Llorente de forma adecuada y da al jugador y a la afición un año absurdo y el Athletic no cobra un euro.  Javi Martínez se va y al final se enrarece el ambiente, le monta un pollo a Bielsa porque éste con razón y profesionalidad y celo por su trabajo  criticó a una empresa en sus obras de Lezama. Le trata de usted  en público, le afea su conducta y OH Cielos!,  defiende a la empresa, algo insólito, desmesurado, sospechoso y  de un mal gusto extraordinario y además, no rectifica no habla con su entrenador, no da la cara ni informa y como remate la despedida de San Mamés fue un funeral de tercera. Sin viejas glorias que habían  logrado esas  glorias en San Mamés, sin un espectáculo, sin mostrar las Copas, sin cantar el himno. Una autentica castaña. El cinco de junio  quieren paliar algo este despropósito pero la fecha, que fue la del domingo  26  pasó. Un partido con  jugadores de Bizkaia está bien, pero San Mames merecía mucho más. Y por no hablar es incapaz de afrontar  que el Arco continúe involucrándose él en su ubicación y dando participación al socio. Si no hubiera sido por la Peña de Deusto, ese Arco  estaría ya en el cementerio.

Y para colmo, jugando al gato y al ratón, con silencios, no informando, no diciendo por que no continua el Bielsa que había sido su talismán, negocia  con Valverde  y éste lógicamente viene al club del que salió en su día   de mala manera. No hay forma de que los presidentes y sus directivas no dejen de tratar a los entrenadores y a la gente como kleenex y no como seres humanos.

Marcelo Bielsa se despidió a su manera en la última rueda de prensa. Como un señor. Con ese señorío que le ha faltado al Athletic. Y creo que un año más de Bielsa era lo lógico. Iba a ser un buen año. Y dije hace una semana que si se iba Bielsa, se fuera Urrutia que fue quien lo trajo, pero que prefería que se quedaran los dos. No va a ser así. Urrutia se queda y jamás hará la menor autocritica de semejante comportamiento tan poco del Athletic. Una autentica pena.

Que triunfe Valverde y que Bielsa vuelva en el futuro con otro presidente más sensato, más serio y más señor. O presidenta.

Ataque al Concierto Económico

Sábado 1 de junio de 2013

¿Alguien en Euzkadi entendería que un político del PNV se dedicara a defender a la Infanta Cristina de sus presuntas responsabilidades en el caso Noos y Aizoon?. No le veo a Arzalluz haciendo este trabajo ni a Mario Fernández correr solícito para mantener el puesto de trabajo de esta señora en la BBK como Fainé sí lo hace en la Caixa.

Y sin embargo Miquel  Roca está encantado con el encargo. Roca fue ponente constitucional en 1978 y trató de disuadir al grupo del PNV que negociaba  la Constitución, que no reivindicáramos la devolución del Concierto para Gipuzkoa y Bizkaia castigadas como »provincias traidoras» en 1937 porque «nada hay más odioso que la recaudación». Sin  embargo nuestros mayores lo tenían claro. “Estatuto de Autonomía, Concierto Económico y el Capitán general, cuya sede estaba en Burgos, pasara a Bilbao con el fin de tenerlo cerca”. Eso nos decían y al final se logró que Leizaola volviera en diciembre de 1979 del exilio parisino a aquel grandioso  acto en San Mamés y que en 1980, viendo Suárez su pronta dimisión, abordara la solicitada devolución del Concierto. El PNV aquel año se había retirado de las Cortes Generales y había convocado varias manifestaciones reivindicativas así como había hecho el boicot al presidente del gobierno en su visita oficial a Euzkadi. Si por el PSE, HB, AP y UCD hubiera sido, estaríamos ahora como se encuentran los catalanes  gracias a la mala negociación de Roca  y a la poca importancia que le dieron a una «antigualla».

Pasado el tiempo Catalunya se ha dado cuenta que quien recauda, manda, y reivindica con todo derecho el Pacto Fiscal que no es más que un eufemismo del Concierto Económico, pactado en Euzkadi en 1878 tras la segunda guerra carlista. Un resto de foralidad firmado por Cánovas del Castillo con lo que quedaba de aquel sistema y con un territorio pobre y sin catastro ni censo. De ahí vino el pago del  Cupo, una cantidad alzada, para subvenir los gastos de la Corona, de la defensa y de algo más. EI Convenio se había firmado en Navarra en  1841.

Dicen en Madrid que hoy para España sería inasumible un Concierto para Catalunya. «Euzkadi es pequeña y poco poblada. Catalunya son casi ocho millones y la dimensión de un estado nos dicen. El caso es que la demanda catalana insatisfecha preocupa en la Villa y Corte y en este clima, comienzan a salir a la palestra escuderos y francotiradores que en lugar de trabajar por ese Pacto Fiscal miran al Concierto con deseos de que sea eliminado. «Si no lo tenemos nosotros que no lo tenga  nadie» parecerían decir, y para comenzar con la  labor de demolición nada mejor que bautizarlo de “privilegio».

Uno de estos picapedreros es el analista catalán Enric Juliana quien el domingo 19 de mayo escribió un durísimo artículo titulado «Euskadi contra Catalunya». «En la fase más exacerbada del debate territorial –decía Juliana- y en un momento de verdadero sufrimiento social por las políticas de austeridad, poca gente se pregunta en España qué sentido tiene que dos de las comunidades con mayor renta per Cápita (País Vasco y Navarra, primera y tercera en el ranking respectivamente) apenas aporten nada a la solidaridad interterritorial, e incluso tengan saldos fiscales positivos y en algunos ejercicios. Hay datos demoledores al respecto, pese a la opacidad que rodea el cálculo del Cupo Vasco y del Convenio  navarro. La renta per cápita del País Vasco es hoy casi 30 puntos superior a la media española. Sesenta puntos por encima de la región más  pobre, Extremadura. En un país en el que se discute acaloradamente sobre casi todas las cosas, que dos de las regiones más ricas apenas no aporten esfuerzo fiscal a la caja común no es asunto de debate público. Curiosa España. He  ahí uno de los  grandes  logros del Partido Nacionalista Vasco y de la sociedad  vasca en su conjunto. Si alguien osase abrir esa discusión, si alguien lo hiciese en los términos con los que algunos políticos españoles hoy, se refieren a los asuntos de Catalunya, la respuesta sería muy contundente, veríamos a todos los  partidos vascos detrás de la misma pancarta: «EI fuero no se toca». Jaime Mayor Oreja y Arnaldo Otegi suscribirían el mismo manifiesto. Atención línea roja. Hay cosas sobre las que no se  debe discutir”, escribía contundente Juliana.

No sé si sería tan así, pero es bueno que nos vean así. ¡Claro que es una Iínea roja! Y es que no  se quiere reconocer que el Concierto de privilegio no tiene nada, que es el resto de una foralidad conculcada y hoy constitucionalizada, que para que funcione se ha de recaudar más de lo que se gasta, que Franco nos lo quitó y Suárez nos lo devolvió y que Miquel Roca les hizo a los catalanes la gran faena por no plantearlo. Hoy apoyamos tengan ellos su Pacto Fiscal, pero sin que unan su consecución a la eliminación de esta pieza clave en nuestro autogobierno.

Éxito en la presentación del libro sobre el policía Pedro Urraca

Jueves 30 de mayo de 2013

El martes a las siete y media en FNAC se presentó el libro de la periodista catalana Gemma Aguilera  «Agente 447. El hombre que secuestró a Lluís Companys». En primera fila estaban Itxaso Aututxa, José Antonio Pastor, Ibone Bengoetxea, Teniente de Alcalde y Presidenta de EUDEL, la concejala Oihana Agirregoitia, Josu Erkoreka, Fede Bergaretxe, Fernando García Makua, Juan Antonio Zárate, Ramón Sota, Josune Ariztondo, Javier Batarrita, Roberto Lertxundi, Josune, Gontzal Mendibil, Ekain Rico, Ander Landaburu, Andoni Olabarri y un elenco de gentes interesadas en este asunto oculto en cincuenta años. Irune Zuluaga excusó su asistencia. También se excusaron Javier Madrazo y el concejal Mariano Gómez.  Presentó el acto Jaume d´Urgell y organizó la estancia y los contactos Iñigo Landa. Con éxito.

Contó la periodista cómo había llegado donde Urraca. Resulta que cada 15 de octubre en Catalunya se recuerda el fusilamiento de Lluís Companys en los fosos de Montjuich y siempre, al recordar aquella triste historia aparece Pedro Urraca el siniestro policía que lo había detenido, fotografiado y viajado con él a España, para la farsa de su juicio y su posterior fusilamiento. Y no era fácil. En el PNV, nuestros mayores de París, desde Aguirre a Landabaru pasando por Irujo y Rezola siempre habían querido saber algo de la vida del policía o incluso su imagen desconocida. Nadie conocía su rostro. Fue condenado a muerte en 1947 en Francia por haber robado a la viuda de Jean Moulin, jefe de la Resistencia francesa. Y se le ocurrió revisar una a una las esquelas del ABC por espacio de diez años teniendo en cuenta que debía ser mayor. Y dieron con ella. La había puesto su mujer y hablaba de su hijo, de su nuera y de su nieta. Pero salvo su mujer Elenne Cornette no hubo más familiares en aquel funeral patético ya que padre e hijo no se hablaban.

De ahí buscaron a Urraca en el cementerio de la Almudena por si había sido enterrado allí. Y no hubo forma de encontrarlo. Pero el enterrador les sugirió buscaran en los incinerados, práctica muy minoritaria en aquellos tiempos. Y allí estaba ya que las cenizas las había llevado su esposa a París. En París costó un mundo dar con el apellido de la esposa de Urraca ya que él, tras la guerra mundial había cambiado su apellido al segundo Rendueles y su mujer también. Pero dieron con él, lo metieron en varias páginas de internet y salió un señor retirado que en un Campo de Golf de Murcia arreglaba mecánicamente cosas a los golfistas ingleses que iban allí a jugar en sus vacaciones.

Haciéndose pasar por un familiar dio con el hijo que no quería hablar de su padre. Tras mucha insistencia logró no solo hablar sino que le entregara varias cajas que tenía en el garaje y donde se encontraban 150 fotografias, una de ellas vestido con uniforme de la Gestapo, y todos sus diarios desde 1924. Una joya con la que Gemma ha reconstruido la vida de este canalla que secuestró varios líderes republicanos, socialistas y nacionalistas, denunció la red Álava, impidió a Rafael Pikabea subir a su barco en Marsella, hostigó a Alcalá Zamora, trató de secuestrar a Mariano Ansó, lo hizo con Rivas Cherif, Julian Zugazagoitia, Cruz Salido, Sbert y anduvo tras la pista del lehendakari Aguirre y Manuel Azaña. Robaba a los judíos, la Gestapo era su base de operaciones así como el edificio incautado del Nº 11 de la Av. Marceau donde estaba la Delegación del Gobierno Vasco en París bajo el coronel Antonio Barroso, en definitiva un angelito que se fue acomodando a los tiempos. Republicano en la República, franquista y nazi bajo ocupación alemana, anticomunista cuando la Guerra Fría y cazador de miembros de ETA desde el consulado de Amberes. Como para hacer varias películas.

El libro se lee muy bien, tiene fotografías y la periodista contextualiza los hechos para que la gente sepa de qué se está hablando.

Por la mañana lo habíamos presentado ante la prensa en el Edificio de la Bolsa de Bilbao y tras este acto habíamos ido a los locales de la Fundación Sabino Arana. Aguilera conocía la sede de Artea no la de Bilbao, al lado del funicular. Y había viajado y conseguido los primeros papeles sobre Urraca en la Fundación ya que la Delegación fue su base de operaciones contra «los rojos» y al huir al entrar los aliados en París dejó todo el archivo que parte está en Salamanca, parte en la Fundación y ahora todo el material de Urraca en el Arxiu Nacional de Catalunya. Allí departió con la directora Irune Zuluaga, Iñaki Goioaga y Eduardo Jauregui.

Hay material para un libro de aquellos siniestros años en Paris bajo ocupación alemana y con un policía de tan acertado apellido y bajo la protección del embajador Lequerica y de Serrano Suñer. Lequerica quiso llevárselo a Estados Unidos, pero prefirió quedarse en Europa y, para colmo de aventuras, su mujer tuvo una relación amorosa con León Degrelle, aquel nazi belga de Rex que huyendo aterrizó en la playa de la Concha. Toda una historia.