Viernes 1 de marzo de 2013
Lo dijo Calvo Sotelo en el frontón Urumea de San Sebastián en 1935: “Más quiero una España Roja que rota”. Y la definición sigue ahí coleteando cada día. Y así les va, tanto al PP como al PSOE. Hasta los catalanes del PSC se divorcian del PSOE como lo hacía cualquier ciudadano que escuche una noticia los viernes tras el consejo de ministros verbalizada por la Sra. Soraya Sáenz de Santa María, vicepresidenta del gobierno español si no se hace abertzale, es que no tiene un gramo de sensibilidad. No sé si les pasa a ustedes pero esta señora tan repipi, tan sabionda, con tanta suficiencia encima, es de lo más torpe y repelente que ha pasado por dicha sala. Y hoy hemos tenido una nueva muestra de cómo daba la noticia de la impugnación gubernamental a la decisión democrática del Parlamento catalán. Con chulería.
¿Y qué ha dicho la sucesora de Cánovas del Castillo?.
El Consejo de Ministros ha acordado impugnar la declaración soberanista aprobada por el Parlamento de Cataluña al entender que su contenido «no sólo no es compatible» con la Constitución sino que «produce efectos», al plantear el inicio de un proceso «para el que mandata a poderes públicos y ciudadanos». El Gobierno pedirá su inmediata suspensión.
La vicepresidenta y portavoz del Gobierno, la tan repipi Soraya Sáenz de Santamaría, ha aclarado que el Gobierno da el paso tras escuchar a la Abogacía del Estado y al Consejo de Estado, que han confirmado la oportunidad de esta impugnación. Ha precisado también que no se trata de un recurso de inconstitucionalidad ni de un conflicto de competencias, sino que se emplea la «tercera vía» que ofrece la Constitución, la de impugnar el acuerdo del Parlamento catalán.
Sin embargo y a pesar de los anuncios de Floriano, de María Dolores de Cospedal en su balbuciente anuncio donde habló de “simulaciones y finiquitos en diferido” todavía no ha presentado la famosa querella contra su antiguo tesorero. Y eso clama al cielo porque tendría derecho a imputar hasta al lucero del alba siempre y cuando el PP tuviera un mínimo de sindéresis, de respeto a la justicia ya la palabra dada, de respeto a la ley y de una mínima sensibilidad democrática. Ni Ana Mato dimite, ni se querellan contra un corrupto, ni lo explican de forma clara.
De ahí que diga que si uno no se hace abertzale cada viernes es que tiene los ojos, la nariz y los oídos tapados. Es horrible lo hecho por los catalanes. Es permisible lo hecho por Bárcenas.
Por eso el Partido Popular había anunciado que estaba preparando una querella colectiva contra Bárcenas y contra los medios, y a ella se sumarían otras de carácter individual por parte de dirigentes del PP que se han visto concernidos por este asunto.
Sin embargo, a la espera de adoptar una decisión definitiva, han señalado que es previsible que, finalmente, no haya una acción judicial individual de Rajoy.
El pasado lunes, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, aseguró que su partido presentaría esta semana las acciones judiciales derivadas del caso Bárcenas y también lo harían los miembros de la cúpula actual o de las anteriores citados en los supuestos papeles del extesorero.
Cospedal no dio detalles sobre el tipo de acciones judiciales que se iban a presentar y que aún no se han concretado, y subrayó que se trata de una «estrategia conjunta» en la que también está Rajoy. La secretaria general del PP ya admitió entonces que la demanda individual de Rajoy podría no presentarse porque el partido estaba estudiando si, debido a su condición de jefe del Ejecutivo, debía llevarla a cabo, pero recalcó que, en cualquier caso, estaría en esa estrategia de toda la cúpula.
Quien sí presentó ya a mediados de febrero una demanda civil de protección de derecho del honor contra Bárcenas y contra el diario El País (por las informaciones sobre una supuesta contabilidad B) fue la propia secretaria general del Partido Popular.
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha sido hoy preguntada por la situación existente en el PP ante la evolución del caso Bárcenas y la muy caradura se ha limitado a señalar que no iba a hablar de cuestiones relativas a los partidos políticos en la mesa del Consejo de Ministros. «Yo no puedo entrar a decidir lo que los partidos pueden y deben hacer, máxime cuando los asuntos están pendientes de decisiones de la Justicia o de organismos que colaboran con ella», ha añadido. Por algo no informa. Si pudiera lo haría.
Esta señora para mí carece de toda credibilidad.

