El socialista Zapatero indultó al banquero Sáenz

Miércoles 13 de febrero de 2013

El partido socialista se suele preguntar qué es lo que le pasa. Y no se da cuenta que lo que le pasa es algo muy sencillo. La gente no distingue entre el PP y el PSOE. En muchos temas. En relación a la monarquía, a los desahucios, a la corrupción, al debate autonómico, y al encarcelamiento de banqueros. Es más. Zapatero como acto final a su desastrosa legislatura indultó a un banquero que debía haber estado en la cárcel el tiempo que le habían sentenciado los jueces. Como Emilio Ibarra que en su día eludió la condena impuesta y como las ha eludido Emilio Botín con sus continuas artimañas. Y es que parte de lo que les ocurre es consecuencia de la bula que han dado los banqueros para delinquir, para condonar deudas en los partidos, para comprar voluntades y dejarse comprar, y para todo. Han tenido patente de corso y el PSOE lo ha avalado.

El último caso es el indulto de Zapatero a Sáenz.

Afortunadamente el Tribunal Supremo anuló el lunes 11 de febrero parcialmente el indulto que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero concedió a Alfredo Sáenz, consejero delegado del Banco Santander. La Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Supremo estima que el anterior gobierno se excedió en su ámbito de aplicación. Y concluye que no puede ser objeto de indulto la aplicación de la normativa bancaria que prohíbe ejercer de responsable de un banco a alguien con antecedentes penales por delito doloso. La clave está en que la ley de indulto permite conmutar penas, pero no sus consecuencias en el ámbito administrativo. El Ejecutivo socialista indultó al banquero en noviembre de 2011, en uno de los últimos Consejos de Ministros que celebró el Gobierno de Zapatero antes de dejar La Moncloa. De esta forma, perdonó a Sáenz la condena que había recibido por delitos cometidos cuando era presidente de Banesto. El consejero delegado del mayor grupo bancario español había sido condenado a tres meses de prisión e inhabilitación por un delito de acusación falsa cometido en 1994 contra unos acreedores de Banesto.

El indulto era «parcial»: la pena de arresto y la suspensión del ejercicio profesional se cambiaron «por la multa máxima prevista en la legislación aplicable al caso», según explicó entonces el Ministerio de Justicia.

La medida tomada por el gobierno de Zapatero permitió a Sáenz mantenerse en su cargo como consejero delegado de Santander. El directivo contó en todo momento con el apoyo explícito del presidente, Emilio Botín, quien expresó públicamente que el banco no quería renunciar «al mejor consejero delegado de la banca». Este señor nunca ha sido muy escrupuloso con la ley.

Por eso, ahora, el Supremo considera que el gobierno carecía de la autoridad para decidir que Sáenz no tuviese que obedecer la legislación bancaria

Para proteger a los banqueros el Ejecutivo de Mariano Rajoy ha elaborado un Real Decreto que prevé que el requisito de honorabilidad de los banqueros sea discrecional. El texto que, según fuentes oficiales, será aprobado en marzo por el consejo de ministros, otorga al Banco de España la autoridad de decidir si un directivo mantiene los requisitos de honorabilidad, pese a haber recibido una condena de la Justicia. De este modo, será el supervisor el que deberá decidir si Sáenz puede continuar o no como número dos del banco cántabro. ¿Y quién nombra al presidente del Banco de España?.

El Gobierno dijo en su momento que estos cambios de la ley obedecen a las directrices de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), en su intento de unificación de criterios de las legislaciones bancarias nacionales. No me lo creo.

En el caso de Sáenz, el Banco de España como era de esperar con semejante gente decidió no actuar después de la condena, pese a que la ley así lo establecía, por considerar que el indulto limpiaba los antecedentes penales del directivo. Ahora, el Supremo establece que esto no es así. Así que la pelota vuelve al tejado del gobernador, Luis María Linde.

El Banco Santander no ha realizado ningún comentario sobre la decisión del Supremo, que aún no le han comunicado la sentencia de forma oficial. De todas formas, no es descartable que la entidad recurra la sentencia. Fuentes del sector consideran que la decisión del Supremo no afectará a la actividad de Sáenz en el banco. Es decir impunidad e inmunidad, en una España podrida y sin democracia.

¡Vaya renovación!. Eguiguren sigue y se cargan el derecho a decidir.

Martes 12 de febrero de 2013

Se celebró el tan mentado Congreso del PSE que venía precedido de una palabra mágica: renovación. Y aunque cada partido puede hacer lo que crea conveniente conviene comentar lo más llamativo de una renovación que no ha pasado por cambiar a un sonado Sr. Eguiguren de la presidencia del partido a pesar de todos sus cantos a pasar a la descansada vida de los que huyen del mundanal ruido y de sus amistades con Arnaldo Otegi. Puro cuento.

Lo llamativo ha sido la no presencia en la ejecutiva de Pastor y de Mikel Torres, el despeje de Odón Elorza y Santano a pesar de que querían plantear «el derecho a decidir» como los catalanes. Nada que ver el PSE, con el PSC. Y eso que Eguiguren es amigo de Arnaldo.

Y aunque la pelea esté en Álava entre un leninista y un socialdemócrata, Charli Prieto terminará ganando la batalla porque cualquier aparato es mucho aparato.

Tonia Etxarri destacaba las pocas discrepancias internas que ha habido en este Congreso con presencia de Rubalcaba, que tiene sus ojos puestos en Patxi López.

La incorporación de tres nuevos valores municipales no consiguió desviar la atención hacia la “troika” del congreso. López, Ares y Eguiguren. Las mismas caras para un discurso a la defensiva que confía más en el desgaste del PP en La Moncloa que en su propia capacidad de regeneración. La “falta de credibilidad” que se aplica en los últimos meses a propios y extraños y que vale tanto para hablar de la “marca España” en Europa como para referirse a las cuentas de Bárcenas salpicando al PP o a la precipitación de Rubalcaba al pedir la dimisión de Rajoy, también se ha proyectado en el congreso de los socialistas vascos sobre la cabeza de Patxi López.

El exlehendakari tuvo que aguantar intervenciones muy críticas este fin de semana. Por haber pactado el gobierno de Ajuria Enea con el PP también. Pero, sobre todo, por haberse olvidado del partido durante su mandato, lo que facilitaba la propuesta del exalcalde de Vitoria sobre la conveniencia de instaurar la
bicefalia en el partido. Los descontentos se lamentaban de que no se estuviera poniendo las condiciones necesarias para la regeneración democrática. Muchos delegados no ocultaban su malestar ante la forma de proceder de Patxi López en los debates en las comisiones por su afán de injerencia “sin consultar con la gente”. Los secretarios generales de la margen izquierda están algo revueltos.

Y a veteranos como José Miguel Abarrategui no le pudo convencer de que la forma de asegurarse la reelección no exhibía algunos “tics” cubanos. Pero la sangre no llegó a la ría. Después de haber perdido cerca de 100.000 votos y de haber reducido su peso institucional a ocho ayuntamientos, los delegados eran conscientes de que no podían permitir que la bronca llegase a las votaciones. Y, finalmente, el informe de la gestión registró tan solo ocho “noes” de 267 papeletas afirmativas y 41 en blanco. Su desgaste personal tan solo ha perdido nueve puntos, aunque la nueva ejecutiva fue acogida con 100 votos de castigo.

Nada de renovación y un pobre debate.

Ana Mato no dimite, el Papa si

Lunes 11 de febrero de 2013

Si hubiera renunciado antes quizás hubieran sido Papa o Roger Etchegaray o el Cardenal Martini, pero el buen señor se aferró al cayado petrino.

Bueno dimitir no dimite un Papa. No tiene ante quien. Lo ha elegido el Espíritu Santo. El Papa renuncia. Y hay que decir que ha sido coherente. Se encuentra sin fuerzas y se va. Ojalá lo hubiera hecho en su día Juan Pablo II y no hubiese dado aquellos terribles espectáculos de enfermedad, senilidad, y decadencia. Era la imagen de un Papado dirigido por aquel polaco que era un reaccionario de tomo y lomo. En 1988 con Zubia, Olabarria y Echeverría, le visitamos en el Vaticano. Nos recibió en la sesión plenaria. Le regalamos una argizaiola. ¿Qué será de ella?. Se la habrá llevado el mayordomo de este Papa.

A este Papa no lo conozco.

Sí le conoció el diputado de ERC, Andreu, sobrino del dirigente catalán Andreu y Abelló. Nos contó que un día estando en Venecia le preguntaron si iba a Roma. Les dijo que sí. Le pidieron si podía llevar con él a un monseñor. Les dijo que sí. Y en el camino el tal Monseñor le habló de las bondades del Caudillo Franco. Andreu le replicó. El otro siguió. “Como siga usted con eso va usted a ir a Roma en auto stop, porque yo no le llevo”. El Monseñor pactó la tregua. Tras contarnos ésto nos preguntaba. “¿Quién era aquel Monseñor”. “Se llamaba y llama Ratzinger”.

Finalmente, me hacen gracia las casas de apuesta sobre posibles Papas. Curioso. Votan los que no votan en la Capilla Sixtina. Y allí solo entra el Espíritu Santo.