Martes 22 de mayo de 2012
No me cogió de sorpresa el anuncio del EBB de apoyar por unanimidad la candidatura de Iñigo Urkullu. A nada que uno conozca el PNV, la noticia estaba cantada. Ya dio él alguna pista en la rueda de prensa que tuvimos en Sabin Etxea presentando el nuevo Grupo Vasco en Madrid. Le preguntó Olatz Barriuso sobre si ser presidente del EBB le inhabilitaba para ser candidato y él respondió que una cosa era ser incompatible y otra ser inelegible. Y esas respuestas no se improvisan. Y como a mí me tocó todo el trabajo en 1979 de levantar la incompatibilidad para que Garaikoetxea, que era presidente del EBB, lo fuera del Consejo General Vasco, sabía que todo es posible si se desea liderar un proyecto. Y creo que Iñigo hace tiempo tiene claro ese proyecto y lo ha ido asumiendo poco a poco.
El Urkullu de hoy no es el Urkullu de sus años de presidente dela Comisiónde Derechos Humanos del Parlamento Vasco. Es un hombre cuajado en la pelea política que ha conocido la negociación de Loiola, ha conocido a Xabier Arzalluz y a los clásicos del PNV, y pese a su juventud, ha contado con el apoyo de Javier Atutxa y de otros líderes señalados desde el comienzo y ha sido fiel a una trayectoria desde la sala de máquinas del partido. Y es bizkaino, que también es un dato. Los lehendakaris habidos han sido de Navarra, Garaikoetxea, de Gipuzkoa, aunque nacido en Elorrio, como Ardanza, de Araba como Ibarretxe y tocaba. Tiene conocimiento, sabe quién es quién, conoce el parlamento vasco, ha negociado con un agónico presidente del gobierno español como Zapatero que incluso lo alabó en su reelección, cuenta con un sólido equipo que le apoya irrestrictamente y es hombre de larga paciencia.
Yo le felicité por la que le venía encima. Y me contestó inmediatamente con estas sencillas palabras, que agradecí, y que describen una personalidad de servicio: «Eskerrik asko Iñaki” ¡No ha sido fácil ni cómoda la decisión. Lo vamos a conseguir entre todos y yo me esforzaré en ello. Besarkada bat! Iñigo». No descubro ningún secreto sino doy cuenta de cómo enfoca su nueva responsabilidad. En equipo, que es lo bueno en un partido de 117 años.
Y si la noticia no ha tenido mayor impacto en algunos ámbitos es porque saben que su candidatura será la ganadora y le dan ya como lehendakari y no quieren jalearle demasiado. Pero como dice, hay que conseguirlo entre todos. Y piedras en el camino no van a faltar.
El Guti
Me ha sorprendido la muerte de José Luís Gutiérrez, «El Guti». Todo un personaje a quien conocí en muchos lugares y haciendo mil cosas. Y siempre me contaba que habiendo nacido en León, trabajó en el tren de laminación de Altos Hornos en Sestao para acabar de periodista en Madrid. Era un periodista de la transición excesivo, valiente, paranoico, tierno y duro, y quizás demasiado afectivo. Su libro «La ambición del Cesar», desde el despecho que le produjo la frialdad con la que le trataba Felipe González, después de haber sido su confidente en los viajes al Caribe, le marcó. González no le volvió a dirigir la palabra y lo pasó muy mal cuando desdela Cortemarroquí con la ayuda del tribunal Constitucional español le condenaron y todos los que hoy le lloran le dejaron solo. Menos mal que en Estrasburgo le dieron la razón, pero lo pasó muy mal.
Dirigía la revista Leer y como un día me sacaron una foto con ella en la mano me llamó emocionado y la reprodujo como la gran cosa. Y hace dos años, en un programa de televisión que él dirigía me solía llamar para que pusiera el toque vasco de contrapunto a las diatribas madrileñas. Se ha ido El Guti y se van los viejos rockeros como el cantante de los Bee Ges, un trío fantástico cuyas canciones acompañaron nuestros años adolescentes en Venezuela. Para mí su canción Massachusetts, cada vez que la oigo, me hace recordar la sede de Euzko Gaztedi en el Centro Vasco de Caracas. Y es que la vida, poco a poco, día a día, se va consumiendo.
Menage a dos
Pide Pérez Rubalcaba entrevistarse con Rajoy para hablar de una política común en Europa. A dos. PP y PSOE. Negocian estos dos partidos el nuevo Consejo de RTVE, a dos. Como un chotis. Y es que la política española es a dos. Y luego hablan del nacionalismo vasco y catalán excluyente. Pero nadie excluye más y diariamente que estos dos partidos. Todo es a dos.
Pako y la cocina
Le he pedido al ministro García Margallo que pida el indulto para Pako Larrañaga. Me ha dicho que seguirá pidiéndolo. Como hicieron Moratinos y Trinidad Jiménez.
Larrañaga disfruta en la actualidad de un régimen abierto, que no es un tercer grado. Y quiere estudiar cocina y desea matricularse en alguna de las escuelas, o la de Argiñano o la de Irizar. Y es inocente. Seguiremos insistiendo.