Cuatro sugerencias

Martes 27 de noviembre de 2012

En la semana que  comienza el lunes  se abre un nuevo ciclo, una nueva etapa en la política vasca. El Parlamento Vasco con el reloj de una nueva legislatura comienza a hacer tic.tac. Un parlamento completo, una mayoría minoritaria del PNV sin pactos de momento, una nueva Mesa ya elegida, las incompatibilidades analizadas y la  voluntad de que el Parlamento sea el centro de la vida política del país. Y con todo esto, estamos en ciernes,  del debate de investidura que dará la presidencia del gobierno vasco a Iñigo Urkullu.

José Antonio Aguirre, Jesús María de Leizoala, Carlos Garaikoetxea, José Antonio Ardanza, Juan José Ibarretxe, Patxi López y ahora Iñigo Urkullu. Y en cada etapa nuevas metas, nuevas ilusiones, nuevas alianzas.. Y en esta lucha contra la crisis, consolidar la paz y apostar por el autogobierno a tope.

En este contexto viajaba la semana pasada de Madrid a Bilbao. Leía la prensa cuando un joven que trabaja en una empresa pública me saludó y me entregó un papel con cuatro deseos que había pergeñado en el vuelo. Se lo agradecí y se lo hice llegar al futuro Lehendakari que tiene un carpetón lleno de peticiones, sugerencias, ideas. Las agradece. Lo que escribió el autor del mensaje es sensato y lógico. Se trata de profesionalizar más la Administración y controlarla de manera adecuada. Su petición fue ésta:

Tengo 4 propuestas

1.- ¿Por qué no se profesionaliza la dirección de las empresas públicas?. Es decir, que el director general de las mismas sea elegido en base a un procedimiento de selección con unos parámetros de experiencia y aptitudes determinados. El control político ya estaría tutelado por el consejo de administración.

2.- ¿Por qué no se potencia el talento dentro de la administración pública?. El generar funcionarios capacitados mediante planes de formación adecuados redundaría en beneficios evidentes para la Administración.

3.- ¿Por qué no se genera un órgano de control fiscal y económico independiente para velar por el cumplimiento de los presupuestos y evaluar la necesidad de las inversiones en clave de país y no independientemente?.

4.- ¿Por qué no se sale más en los medios a denunciar el destrozo que están haciendo los socialistas en los últimos 4 meses de legislatura, dejando la caja vacía y comprometiendo los presupuestos de EUZKADI para los próximos 3 años. Quizás si existiese el punto 3 no sería posible en la dimensión que está ocurriendo. Se deberían prohibir las nuevas adjudicaciones en el proceso de conformación de un nuevo gobierno y durante las elecciones, es más preocupante el hecho de que puedan hacerlo y sobre todo repetirlo en un futuro.

Hasta aquí las cuatro sugerencias. Ojalá se tomen en consideración.

 

Mas resucitará y CiU dobla‏

Lunes 26 de noviembre de 2012

Mas y CiU han fallado en sus expectativas y objetivo, pero Ciu está tan fortalecida o más que antes. Si se analizan los resultados ciudad a ciudad y comarca a comarca Ciu dobla en votos a los dos siguientes en la mayoría de los casos pero el voto independentista se lo ha llevado ERC .

Como dato curioso en los barrios chic burgueses de Barcelona -Sarria y Sant Gervasy- Ciu barre y dobla al PP, pero ambos bajan y sube algo Ciutadans. En ambas la participación ha sido del 79,8%.

CiU pierde, segunda fuerza, en los Nous Barris donde únicamente gana el PSC, pero casualmente la participación es menor que la media.

El PP recoge votos en los valles del Pirineo, eminentemente conservadores y donde sigue ganando Ciu. Pero curiosamente suben PP y ERC con bajón significativo del PSC.

Las cuatro capitales son de CIu y en las cuatro suma tanto como los dos siguientes.

Catalunya sigue siendo Catalana pero tiene un cierto miedo a la independencia y más tras la campaña contra su salida de Europa y el boicot a los productos catalanes. España sigue teniendo un problema aunque no el de la independencia pero sí el de la diferencia y ahora radicalizada gracias al PP y PSOE.

Si CiU se hubiera centrado en la batalla de la financiación posiblemente el resultado hubiera sido otro. El asunto es complejo y quizás CIU no tiene el label independentista que tiene ERC. Pero su militancia sobre todo fuera de Barcelona es otra cosa. Examinad por ejemplo Lleida y Girona y en esta coyuntura en particular Tarragona.

No olvidemos que a Mas le ha perjudicado su política de recortes pero nadie ha sacado provecho de esta política, ni PSC ni PP. Sólo los restos que suman CUP e ICV y Ciutadans. Pero ésta sólo en Barcelona y aquella en el conjunto quitándole a PSC en particular en Lleida donde han tenido el Ayuntamiento y la Diputación.

Una lectura para los españoles cerriles. Los votos de PP, PSC y Ciutadans sólo igualan los votos de CiU. Está por ver si todos los votos de PSC se pueden homologar como españolistas.

En resumen nadie está a gusto en esta España pero eso de irse a algunos en esta coyuntura le ha dado miedo porque el tema es complicado. Sí hay una opción por más autogobierno y más recursos para ese autogobierno pero decidiendo en Catalunya la gente se apunta.

Yo apuesto porque Mas resucitará de sus aparentes cenizas, No hay recambio a corto plazo y Oriol Pujol puede estar quemado para el primer plano político. Pero seguirá. Es un valor.

No veo la ruptura en CiU aunque sí crisis para centrarse en una política de exigencia en el tema de la financiación y posiblemente de la consulta pero orientada a reclamar la diferencia más que la independencia. El PP no está para nada salvo para echar en cara el aparente fracaso de Mas, cincuenta parlamentarios frente a 19 del PP, en la búsqueda de su mayoría absoluta. El PP estaba asustado, como el PSOE pero echar en cara el resultado fallido tiene poco recorrido. En cuanto se forme el parlamento se verá la política real.

Todo sigue igual pero con matices. Y una reflexión final: los catalanes no son tontos. Y saben lo que votan.

El amigo de Catalunya

Domingo 25 de noviembre de 2012

Santiago Carrillo reflexiona en sus memorias sobre el derecho de la «nación catalana» a decidir su destino.

“En la época en que vivi­mos, quien piense retener por la fuerza, por la coacción, a Catalunya, quien crea que negar a Catalunya su calidad de nación, y como tal su derecho a decidir sus desti­nos, se equivoca de medio a me­dio». Quien hace unos meses, po­co antes de que desencadenara el proceso  soberanista  impulsado por Artur Mas, se expresaba con esta contundencia sobre las aspiraciones de Catalunya no es un nacionalista encendido, sino Santiago Carrillo, uno de los grandes protagonistas de la transición de­mocrática española.

El que fue líder del Partido Co­munista entregó el original de sus memorias, que incluyen esta reflexión sobre el hecho catalán, apenas dos meses antes de falle­cer, el pasado 18 de septiembre, a la edad de 97 años. La colabora­ción de sus familiares más direc­tos ha permitido que “Mi testa­mento político” (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores) pueda ver la luz este mes de noviembre.

En el libro, Carrillo repasa casi un siglo de historia de España y del mundo. En uno de los aparta­dos del libro titulado precisamen­te «Catalunya es una nación», de­muestra un nivel de compren­sión de la diferenciada realidad nacional, cultural y política cata­lana nada frecuente en la España actual. Parte de la constatación de que «los españoles conocemos mal la historia de Catalunya, co­mo conocemos mal la historia de nuestro propio Estado». Y conclu­ye que «hemos estado hablando muchos años del problema cata­lán cuando el verdadero proble­ma eran las estructuras centralis­tas del Estado español, que ignoraban, testarudamente, el hecho nacional catalán».

, sino a sentir como propias las razones del catalanismo», afir­ma el político comunista recor­dando el discurso pronunciado por el que fue presidente de la República Española en 1930, en un encuentro entre intelectuales ca­talanes y castellanos en Barcelo­na. Un discurso que hoy firmaría, si lo hubiera, el socialista-federa­lista español más respetuoso con el derecho a decidir.

El que fue dirigente del PCE concluye su reflexión catalana con una grave sentencia: «La separación de Catalunya sería una mutilación dolorosa del Estado». Y advierte a quienes niegan el de­recho a decidir y «alardean de un equívoco patriotismo» que «si tra­taran de dificultar un encaje có­modo y libremente aceptado por Catalunya, quien más tendría que perder en el empeño sería precisamente España, el Estado español».