Hoy viernes, he estado a las doce en el Arriaga. La Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Bilbao celebraba el quinientos aniversario del Consulado de Bilbao nombrando cinco Cónsules.
Detrás nuestro en el teatro, Josu Urrutia. Al lado, Iñaki Azua, cónsul honorario de México. Delante, familiares de los nuevos cónsules y de los ya nombrados. Me hizo ilusión saludar a Antón Madariaga, Adrian Celaya, Rafael Ossa Etxaburu, José Ignacio Berroeta,…
Acto sobrio. Intervención musical de la Coral de Bilbao. Corres Abasolo, el presidente de la Cámara actuaba como Prior del Consulado. El primero a nombrar Joaquin Almunia. Ha hecho un buen discurso sin papeles. Se notaba se había leído la historia del Consulado. Ha contado su primer trabajo en Bruselas enviado por Pedro Guzmán. Y su visita a la plaza del Consulado en Brujas. Y lo ha unido a Europa. Aquella gente hace quinientos años, internacionalizó el comercio bilbaino. Tipos europeos.
El segundo ha sido Alejandro Aznar. Ha contado la historia empresarial familiar. No de forma muy completa. Su abuelo, primo de los Sota, se quedó con la naviera Sota y Aznar y le cambiaron los nombres a los barcos. De los famosos Mendis a Monte…
El tercero ha sido Ignacio Etxeberria Monteberria. Fue diputado por el PNV por Gipuzkoa y Bizkaia. Y presidente de la Cámara doce años. Muy católico y buena gente.Viajamos a Roma en 1998 para que el Ppapa nos recibiera en El vaticano.No lo hizo. El cuarto ha sido Mario Fernández. Como Almunia, un discurso sin papeles. Tipo brillante. Y ha cerrado Miguel Zugaza, director de El Prado. Ha tenido el gesto de nombrar a Bidarte. Buen tipo. Allí estaba su padre Leopoldo, un erudito, y toda su familia. Gente sólida. Leopoldo es un devoto de José Antonio Aguirre.
La comida ha sido en La Bilbaina a las tres ya que Patxi López tenía otros compromisos y hemos tenido que esperarle. Menú casero. Menestra y pescado. Sin alarde.La crisis. Y palabras de Corres y el Lehendakari. Recuerdo de la historia del Consulado y de los Códigos de Comercio de 17 y repúblicas iberoamericanas. He hablado con Adrian Celaya de ésto. Ojalá se hiciera un comic y un audiovisual con esta historia tan singular de la gente emprendedora de aquel Bilbao. Los bilbaínos de hoy no tienen ni idea de esta brillante historia. Y le he preguntado a Ibon Areso si El Consulado de Bilbao tiene una calle en la Villa. No sabía. Hubo aquel barco que se hundió en la riada de 1983. Y los quinientos años requerirían una calle. Ni se lo propongo a Azkuna. Pero una historia como esa debería tener un reflejo en la Villa. Es una historia hermosa.
El acto sobrio y ajustado. Solo hemos echado en falta la presencia de la mujer. Hay bilbainas emprendedores que requieren un consulado. Y han sido los viejos cónsules quienes más han pedido el otorgamiento de este título a la mujer. El año que viene, seguro que ésta anomalía se subsana.
He hablado después con Almunia. Fuimos compañeros en la Junta de Portavoces muchos años. Me ha reclamado el republicanismo de forma amistosa y yo a él que nombrara a Juan la Loca. Le he dicho que con él para rato conseguiríamos lo que hemos conseguido en esta agónica legislatura de Zapatero. Ha sido una conversación interesante. Fue ministro de trabajo y de Administraciones Públicas. Y portavoz y secretario general del PSOE. Vivió en el Campo de Volantín y se acordaba de los magnolios de la casa. Y le encanta la Plaza Albia. El, que conoce todo el mundo, le parece la plaza Albia una plaza fantástica.
Ha sido un acto importante. Le ha faltado algo de glamour. Era el viejo Bilbao recordando su historia. Lamento que una fecha tan redonda y tan importante no tenga mayor traca. Pero la vida es así. De todas formas felicito a los organizadores.