Éxito en la cena de Larrazabal

El jueves 2 por la noche, en el Batzoki de Larrazabal, recordamos el 118 aniversario de lo que luego se llamó «El Juramento de Larrazabal». En aquel año de 1893 Sabino Arana había editado cuatro trabajos sobre cuatro batallas (Munguia, Padura, Gordexola y Otxandiano) en un libro al que tituló “Bizkaia por su Independencia”. Aquello llamó la atención del Bilbao “bienpensante” y le pidieron que explicara lo que proponía. Sabino aceptó la invitación para una cena en el txakolí Larrazabal en Begoña (el franquismo lo derribó) y se fue con su hermano Koldobika a leer su propuesta que básicamente decía que en Bizkaia había ocho partidos y ninguno se preocupaba de los intereses de los bizkainos. Y de ahí surgió todo lo demás.

Para recordar este hecho «Betiko Lagunak», grupo movido por Txomin Saratxaga organizó en el Batzoki de Larrazabal ésta cena llamando a gentes de «todas las sensibilidades del nacionalismo» como dijo en su presentación. Recordó asimismo como durante este año habían fallecido Antón Ormaza, Lurdes Munitxa y Sabin Intxaurraga y dio la palabra a Juan José Pujana, quien fue el primer presidente del Parlamento vasco, que con entonación leyó aquel manifiesto de Sabino Arana. La idea era haberlo hecho entre unas veinte personas, pero para agilizar el acto se pensó en sola una, que en el caso de Pujana, lo hizo muy bien.

Tras la cena Txomin volvió a agradecer la presencia de todos los convocados leyendo las adhesiones de otros muchos y lamentando que el local no hubiera sido más grande, ya que las peticiones para estar presentes fueron muchas, y, habida cuenta que se encontraba presente Ramón Sota con dos de sus hijos y que su tatarabuelo había estado en aquella cena germinal, le preguntó sobre el nacionalismo vasco actual tanto a él como a sus hijos. Y para las diez y media y tras entonar todos el Euzko Abendaren Ereserkia, nos despedimos con el buen sabor de un encuentro entre abertzales.

El alcalde Azkuna no pudo acudir pero envió en su representación a Ibón Areso pero sí estuvo presente el Diputado General de Araba, Xabier Aguirre y el presidente del B.B.B. Andoni Ortuzar. Josu Erkoreka excusó su asistencia habida cuenta que había llegado de un viaje desde Egipto con trastornos de salud. La lista de los presentes fue ésta:

Su Majestad se cabrea

Es lugar común hablar de la bonhomía del Sr. Borbón y de su campechanía. Generalmente esta cercanía consiste en que te trata de tu, aunque tú a él solo le puedes llamar »Señor”. También que, gracias a la censura que hay alrededor de este personaje, la gente crea que todo el monte es orégano y por tanto, en todas las encuestas del CIS se diga que  la monarquía «es la institución más valorada». Pero la cosa tiene truco. Solo se puede hablar de él en clave positiva, nunca diciendo la verdad de los hechos. Aunque  poco a poco comienzan a decirse cosas porque  ahora resulta que el hombre es muy sensible a lo que dicen de él. Se recordará como en una comida con Esperanza Aguirre ésta salió en defensa de Jiménez Losantos y el rey casi la arma. Bueno, pues estos días a cuenta de su salud hemos visto nuevamente el talante de su Majestad. De él solo se puede hablar en clave de quemar  incienso, con  bombo y toque de platillos.

La airada respuesta  dada el lunes por el rey Juan Carlos sobre su salud, durante una recepción en La Zarzuela, se produjo precisamente en un día en que los asistentes al acto le encontraron con mejor aspecto. En los últimos tiempos con esa barba rala, parecía un clochard del Sena venido a más. Por eso personas que se encontraban presentes manifestaron que el del lunes “no era precisamente el día más indicado para preguntarle sobre su salud”.

Según esas fuentes, que además conocen y tratan al monarca desde hace tiempo, con las que  habló Monarquía Confidencial, don Juan Carlos no se esperaba que, al terminar la recepción a representantes de la patronal madrileña, los periodistas que cubrían el acto se dirigieran a él para interesarse por su salud, con una pregunta casi de cumplido: “¿Cómo se encuentra?”. Al escucharla, la respuesta inesperada del rey fue: “Fatal, fatal”. En ese primer momento todavía mantenía un resto de sonrisa.

La periodista replicó: “Pues yo le veo muy bien”, pero el monarca, sin escucharle y ya con evidente tono de enfado, añadió: “Como lo que os gusta es matarme y ponerme un pino en la tripa todos los días en la prensa… Eso es lo que hacéis en la prensa”. Una expresión que sorprendió profundamente a los periodistas, lo mismo que a los empresarios presentes. Como se ve todo muy fino. Y todo muy chusco. Denota que las lecturas no son su fuerte.

Tras salir al exterior del palacio para la tradicional fotografía “de familia”, tomada en las escalinatas de acceso, y cuando el grupo se disolvía, en los jardines de palacio don Juan Carlos se acercó expresamente al reducido grupo de periodistas que cubrían el acto, que son los que habitualmente atienden la información de La Zarzuela (de Radio Nacional, agencia Efe, TVE, etc.), para intentar arreglar la torta que acababa de poner. Siempre hace igual. Primero la arma, luego echa esas risotadas un poco bobas y ya está. La gente a tragar.

En tono distendido, don Juan Carlos se acercó a los periodistas para decirles que no estaba disgustado con todos los medios, sino con quienes alientan especulaciones sobre su salud. “Hay muchos que sí lo hacen”. Añadió que sugieren que está “para morirse”. Ya en tono de broma y con una sonrisa borbónica, mientras se despedía, concluyó “Como no tienen bastante información…”.

Lo ocurrido provocó en los medios digitales titulares como “El rey está enfadado con los periodistas”, “El rey, molesto por las especulaciones sobre su salud”, “El rey, a los periodistas: Lo que os gusta es matarme”. Y otros medios hablaban de “patente enfado” del monarca.

Las imágenes de lo ocurrido fueron difundidas por la Agencia Atlas, y colgadas en numerosas páginas en Internet. Vea aquí esas imágenes:

http://www.youtube.com/watch?v=IRbdew-a7sg&feature=player_embedded

El Danubio no es azul

Viajé el domingo a Budapest. No lo hacía desde 1986 bajo régimen comunista y a una reunión de la Democracia Cristiana. En esta oportunidad a la Cosac (reunión de  todos  los parlamentos europeos). La actual presidencia semestral es húngara, la siguiente polaca y la primera del año que viene maltesa.

Son reuniones de trabajo y de mucha discusión. Cada uno allí es de cada padre y de cada madre y todos reivindicando la traducción simultánea. Veintidos cabinas en esa maravilla que es el parlamento húngaro. Tardaron 17 años en hacerlo, pero es el parlamento bicameral más bonito del mundo. Su escalera principal es de quitar el hipo. Y no es  tan antiguo. Se  terminó en 1904.

De aquella estancia a ésta, la impresión es como de la noche al día. La recuerdo borrosamente como una ciudad muy bella pero sucia, descuidada, con la gente mal vestida, sin ganas. Y he vuelto a una ciudad que empieza a ser turística, con sus grandes edificios simbólicos iluminados, cosmopolita aunque sin inmigración, dinámica y haciendo sus  deberes con los ajustes.

La comisión de la que formé parte estaba presidida por Miguel Arias Cañete, ex ministro con Aznar ya que esta comisión mixta dedicada a temas europeos son presididas por la  oposición, así  como la de  presupuestos y la de control de RTVE. Un dato: es la comisión parlamentaria que más veces se ha reunido en esta legislatura. A la misma ha ido  Juan Moscoso el candidato del PSN al ayuntamiento de Iruña y Eva Parera, de Unió Democrática de  Catalunya, entre otros.

El lunes, además de asuntos internos de la Cosac, nos habló el primer ministro húngaro Viktor Orban y contestó todas las preguntas que  se  le hicieron. Durante la presidencia española José Luis  Rodríguez Zapatero no lo hizo.

El tipo me  pareció un poco chulo pero muy potente y con las ideas claras. Es un húngaro peleón que se ganó una buena bronca en el Parlamento  Europeo a cuenta de su ley mordaza que ha tenido que modificar. Pero tiene una fuerza parlamentaria de dos tercios y con ella ha emprendido reformas de calado. Fue un tipo valiente que cuando sacaron a Imre Nagi, el líder antiestalinista de la invasión de 1956, de la fosa común, pronunció un discurso diciendo a los soviéticos que se fueran a su casa. Y empezó a hacer política con 21 diputados y hoy domina la política húngara.

Hace cuatro años presidió la comisión europea de la Cámara húngara y al anterior primer ministro, a cuenta de que en un off de record reconoció haber mentido, le hizo la vida imposible.

Comenzó diciendo que tras haber perdido las  elecciones en el 2002 dejó una Europa optimista y a la vuelta ha encontrado una Europa hecha unos zorros, en crisis y rezumando pesimismo. De una zona competitiva de 500 millones de habitantes a una Europa con tres países y medio en crisis  económica y sin espíritu europeo.

Habló de las cosas que se había ocupado, además de la preocupación por el envejecimiento de  la población y del bajo índice de natalidad.

1.- De la Gobernanza Económica para poder prevenir futuras crisis y ordenar las cuentas.

2.- Poner encima de la mesa el debate energético. No hay mercado homogéneo sin apuesta energética y con una ampliación de la red de suministros, sin perder la capacidad de expansión.

3.- Ha abordado la situación de la minoría étnica gitana para que nos sea un problema europeo y puedan integrarse sin perder su personalidad.

4.- Abordar el paro contemplando que hay más de diez millones de desempleados.

5.- Hincarle el diente al debate demográfico como uno de los más importantes en el horizonte.

6.- Estar al loro frente a las sorpresas de toda presidencia. A él le ha correspondido la situación del Japón y la primavera norteafricana.

7.- Estudiar los puntos oscuros de Schengen tras la reunión de Sarkozy con Berlusconi con objeto de que Europa siga contando con una movilidad libre de personas.

Y finalmente, trabajar para dejar lista para su ingreso a la República de Croacia.

En relación a Hungría nos habló de su consolidación financiera, reestructurando su vida económica y poniendo en el punto de mira a la deuda. “Si no la vencemos, ella nos vence”.

Introducir un sistema fiscal parcial apoyando mucho a las pymes.

Salirse del FMI, no entrando en el euro y saneando la economía.

Al final nos habló del lenguaje políticamente incorrecto que no permite hablar de la familia, del trabajo bien hecho, de la productividad, de una Europa de los valores. Se declaró demócrata cristiano y nos dijo que no le importaba nada la controversia política, pues eso era la democracia.

Tras esta intervención no hubo delegación que no le preguntara algo. Fue curiosa la intervención del jefe de la delegación española que entre otras cosas protestó porque el español no fuera idioma oficial en relación con las patentes europeas y todo quedara en el inglés, francés y alemán.

Termino este breve apunte con la intervención de Orban que parece un tipo con los pies en el suelo y con iniciativas socialdemócratas y liberales. Un tipo curioso, pero indudablemente un líder.