Hay ilusión

Ya falta menos. Ayer estuve en el Batzoki de Maruri cenando con los candidatos y el burukide José Pérez, la Junta y veteranos de más de treinta años de militancia. Joseba Alzaga repite como candidato a alcalde con un programa ambicioso de actuación y las manos llenas de resultados. Maruri es un pueblo que ha cambiado a mejor. Acaban de estrenar un soberbio batzoki donde vi una colección de los años setenta que me hizo ilusión verla allí.

Mi mujer María Esther, cuando fue diputada de Acción Territorial y Medio Ambiente trabajó mucho por esta localidad en el encauzamiento del río, en las piscinas que son toda una referencia en la zona, en el arreglo del ayuntamiento. Y Joseba me la describió muy bien. “Es una persona que se impone a la burocracia”. Todo un piropo y la clave de un ejecutivo. Seguir los papeles, acortar los tiempos, evitar duplicidades, hacer y hacer. Esa es la buena política.

Tuve oportunidad de conversar con Balta Errasti allí afiliado. Toda una personalidad, antiguo ex presidente de Confebask. Y a los veteranos de más de treinta años de afiliación les regalaron una estela discoidal. El lehendakari de la Junta es persona activa y cercana y toda la cena y el ambiente recordaba a la reunión de una gran familia, aspecto clave en la historia de un partido. Ya casi nadie se acuerda de Jaime Larrinaga, el cura de Maruri.

Y veo hoy resúmenes de mítines. Basagoiti nos acusa de meterle el dedo en el ojo a López y de ser el salvavidas de Zapatero. Omite que gracias a ello hemos logrado desatascar transferencias pendientes para Euzkadi, paralizadas durante treinta años y en beneficio de toda la sociedad. Omite además que la alternativa a Zapatero son ellos, la derecha pura y dura que haría económicamente lo mismo que Zapatero, pero peor, y con una asfixiante mayoría absoluta en Madrid. Ni hablar.

Y le veo a Madrazo, doña Julia que ha gobernado Bilbao con Azkuna, del PNV, más de ocho años. Y nos ataca metiéndonos en el mismo saco que el PP y el PSOE. En primera fila su hermano Javier, consejero de Ibarretxe sin necesitarle el PNV para nada, aplaudiendo. La coherencia como se ve en estos hermanos no debe ser su fuerte.

Y le veo a Aintzane Ezenarro hasta en la sopa o siendo candidata de nada. ¡Vaya respeto para sus compañeros!. Y le veo a Charli Prieto en Garoña. ¡Qué imagen!. Pero también le veo al candidato del PNV a la alcaldía de Gasteiz, Gorka Urtaran, dar muy bien la talla en debates y en mítines. Será alcalde de Vitoria-Gasteiz. Su ama, María Jesús Agirre, fue la mano derecha de Cuerda. Hijo de gato, caza ratones. Ha sido una de las buenas sorpresas de la campaña. Me dicen además que tuvo una muy buena campaña usando el nombre de su apellido, URA, y que fue un spot muy logrado. Como se ve, hay partido, hay programa y hay banquillo. Y sobre todo ilusión, que es la mejor gasolina para un proyecto político.

Carta inédita del Lehendakari Aguirre sobre el estudio de la historia

Esta es una carta inédita del Lehendakari Aguirre dirigida a Ceferino de Jemein, “Keperin” uno de los hombres claves del movimiento “Aberri”, ex presidente de Juventud Vasca de Bilbao, sabiniano extremo y, en tiempos de guerra, secretario de sanidad militar.  En el exilio escribió mucho sobre el nacionalismo y la guerra.

En esta carta no se sabe qué admirar más en Aguirre, si su sensibilidad hacia la historia o la mano izquierda con la que trata al integrista de Xemein. La carta es todo un documento ya que el Lehendakari tenía gran sensibilidad sobre la necesidad del conocimiento de la historia y con Galindez, Gurrutxaga, Jon Bilbao, Isaak López Mendizabal, Landaburu y un grupo de estudiosos mas, quiso dejar a las siguientes generaciones una historia vasca escrita por estudiosos vascos. Y esta carta hay que encuadrarla en estos estudios.

El Presidente del Gobierno de Euzkadi

Particular

Sr. D. Ceferino de Jemein

PAU

Donibane, a 30 de Septiembre de 1.946

Mi querido Keperin: Ha hecho Vd. bien en escribirme su carta del 23 de Septiembre no solo por el derecho que asiste a todo vasco a expresar claramente su pensamiento y sus inquietudes sobre nuestras manifestaciones y actividades sino porque así debemos proceder entre viejos amigos aclarado lealmente nuestros puntos de vista.

Lo que creo es que Vd. no ha centrado el asunto en sus verdaderos términos. Quizá sea porque en el amontonamiento de ideas de mi intervención en el cierre del ciclo de Euzko Gaztedi no supe expresar las cosas debidamente o también quizá porque Vd. no distinguió entre historia y doctrina. Me inclino más por lo primero sin embargo.

Descuido del caso Ortueta.- Yo distingo el hombre del historiador. Censuro como el que más su actuación en diferentes épocas de nuestra empresa patriótica en las que me tocó, como a Vd. un papel activo. Pero esto no quita para que alabe su obra como investigador. Contra lo que Vd. crea Ortueta ha basado su tesis sobre textos auténticos y su obra ha tenido el exterior una acogida seria por no citar sino la opinión de Enrique de Gandía, probablemente el primer historiador sudamericano. No creo que el recuerdo de la conducta de Ortueta deba ofuscarnos hasta negarle los méritos que tenga en sus escritos.

Refiriéndome al fondo del tema me confirmo por su carta que ha incurrido Vd. en una gran confusión cual es la de creer que yo aludía la doctrina del Partido Nacionalista declarándome unitario como Vd. dice en lugar de confederal o unionista. Nada más lejos de la realidad y de mis propósitos.

Yo me referí a la Historia y de la historia hablé. Y la historia son los hechos del pasado tal como ellos vienen, lo mismo en el siglo VIII, que en el Xll,  y no como quisiéramos que fueran con mentalidad del siglo XX.

Por otra parte diga lo que diga la Historia, el Partido Nacionalista hoy puede sostener la tesis que prefiera en orden a la Constitución política del listado vasco. Cuando en páginas que Vd. leerá juzgo el reinado de Sancho el Mayor sostengo que su genio indígena no solo sintió la unidad nacional sino que supo realizar una Confederación de Estados nacionalmente homogénea. Y traigo como testimonios además de los hechos históricos probados los de Menéndez Pidal y Serrano Sáenz. Yo hubiera querido testimonios de autores vascos, pero aparte de los de Campión, Estornes Lasa y Ortueta pocos hay que utilizar entre los contemporáneos. La tesis confederal que Arana Goiri instituyó corno norma política actual tiene conmoción histórica porque en esencia se refiere a la unidad nacional y de él es el mérito de haberla definido y sobre todo programado.

Esta tesis no solo encuentra eco en los tiempos del Mayor sino también en los  que precedieron a la Monarquía Pirenaica en esos  trescientos años de lucha contra el invasor germano que es cuando se forma realmente la nacionalidad vasca con voluntad de existencia y de lucha. Llame Vd. como quiera al sistema de aquellos tiempos remotos. Para mí basta que aquellos hechos reflejen una unidad nacional histórica. Arana Goiri no estudió detenidamente los designios de la Monarquía pirenaica, ni pudo estudiar la Baja Edad Media vasca,  entre otras razones por falta de tiempo y porque no conoció textos necesarios  entre ellos los que contienen Momenta Germania Histórica o cualquiera de las  colecciones de documentos medioevales. Hizo en cambio lo que nadie hizo, ni haremos nosotros, es saber despertar para siempre una clara conciencia nacional y darnos un programa de salud patria. Pero esto no quita para que su obra cultural e histórica que la muerte interrumpió a los treinta y ocho años (38) necesite de complemento y de perfección y en diferentes puntos históricos de ratificación.

No debemos empequeñecer la figura de Arana Goiri haciendo mutable sus opiniones en materia histórica. No nos tomaría en serio nadie.

Sabino no definió en Historia, ni pudo completar su obra en la que se observa el mejoramiento de cada día. Fue un intuitivo genial, y hoy estoy  seguro que con un estudio de nuevas fuentes y otras comparativas hubiera  perfeccionado su obra prodigiosamente. Yo he leído íntegramente la producción histórica de Sabino con la profunda reverencia que siento por él. Pero sé que le interpreto si nos empeñamos en mejorar la obra histórica nacional y sobre todo si excitamos a la nueva generación estudiosa a bucear en el pasado, superando lo escrito hasta hoy en todo género de manifestaciones culturales que en conjunto nos den, al fin!, la verdadera historia de nuestra nación y de la entraña y fundamentos de nuestra civilización indígena. Porque desgraciadamente todavía no las hemos compuesto con aquel criterio que es  exigido para que nos entiendan, estudien y respeten. El propio Arana Goiri pedía el perfeccionamiento de su obra cultural en la carta del año 1903 -si mal no recuerdo- que fue pública en Ereintza de Kiskitza.

Vd. me cita textos de Labairu y de  Arana Goiri y del P.  Estella para probarme la independencia de los Estados vascos principalmente de Bizkaia. No la niego a partir del siglo Xlll en términos generales. Pero antes. ¿Costará mucho probarlo documentalmente?. Es desde este siglo para atrás donde se nota un vacío histórico que lo ha llenado el arbitrismo -aquí viene la leyenda- no en su totalidad pero si haciéndonos creer en personajes legendarios como Juan Zuria y sus sucesores hasta el siglo XI, sin contar todos aquellos de la época romana que hicieron las delicias de nuestros escritores del siglo XVIII y de bastantes del siglo XIX. En cambio que  olvido de cerca de siete siglos de lucha nacional y unida por la defensa de la  independencia y la constitución de un Estado!. ¡Qué olvido de las ideas y de las formas políticas de la época en que los hechos se produjeron!. ¡Que menosprecio por lo que pasaba a nuestro alrededor o en el mundo conocido de aquel entonces y que fácil aceptación del límite pirenaico como barrera histórica siguiendo inconscientemente el espíritu de los cronistas hispánicos!.

De aquí que nuestra producción histórica carente de visión nacional y fragmentada en exceso no ha tenido aceptación en el exterior de donde se deduce la ignorancia que ha existido sobre nuestras cosas. Empeñados en empequeñecer nuestra historia la hemos hecho incomprensible para quienes desean estudiarnos. Las lagunas abarcan siglos y para llenarlas se ha acudido a la interpretación abstracta de normas evolutivas aplicables en general a todos los pueblos, cuando no se han tomado como historias hechas que el más ligero examen científico rechaza.

Me haría interminable si siguiera, porque entrar en el análisis de estos temas me haría llenar páginas y páginas. Muchas las tengo ya escritas y aquí  en mi poder las que se refieren a la época que llega precisamente hasta el siglo XIII.

Se trata de la época más fundamental de nuestra Historia. El resto de la Historia vasca es más fácil de comprender porque está contenida en documentos más recientes y conocidos. Estas páginas las tiene hoy Ziaurritz. Son las  que puestas  en inglés constituirán parte de la Historia vasca que la Editorial de la Universidad de Columbia de Nueva York espero publique a fin de año o principios del   que viene. Una versión castellana se publicará, Dios mediante, en  Buenos Aires.

Cuando Ziaurritz lea estas páginas yo se las  enviaré a Vd. para que las lea. Mi pretensión  es  renovar las inquietudes, contribuir a una necesidad nacional urgente cual es la de contar con una historia, no con monografías esparcidas que confunden a quienes quieren estudiarnos si se presentan como compendio de nuestra Historia. Mis  juicios son siempre revisables y Dios quiera que una vez despierto el sentido investigador de nuestra juventud vengan quienes digan que mi obra es  elemental y retrasada para que la perfeccionen y rectifiquen.

Si no trabajamos con este espíritu haremos dogma de lo que fue dado a los hombres para su libre discusión y mejoramiento. En una palabra, nos estancaremos. Y no se asuste Vd. si en mis páginas ve el nombre de Ortueta citado con alguna  frecuencia. Yo  lo reputo necesario por ser además de justicia.

Una afirmación importante hay en su carta, que suscribo, es a saber, que sea cual sea  la resultante de la Historia los vascos jeltzales podemos pensar que la Confederación euzkadiana es el mejor de los sistemas políticos de acuerdo con el genio nacional. De aquí se deduce que podemos investigar sin miedo, porque sobre qué es lo que más conviene a Euzkadi hoy somos nosotros quienes debemos  juzgar y acordar. Y a fin de cuentas será el pueblo vasco a quien libremente lo determinará una vez que hayamos recobrado las riendas de nuestros destinos nacionales en la libertad. Pero el ayer, debemos  juzgarlo y estudiarlo tal como es, sin prejuicios a los que nos conduzcan nuestros actuales puntos de vista. Venga pues la investigación basada en pruebas que no otra cosa nos admitirán. Solo luego de los hechos probados podemos discurrir, sacando aplicaciones, que no otra cosa es la filosofía de la historia.

Seguro  estoy que esto sería lo que Sabino haría hoy y lo que en todo momento quiso fuera el resultado de acuerdo con sus apreciaciones o fuera en contra.

Por eso, querido Keperin, yo me siento cada vez más sabiniano porque creo que sus grandes líneas  cristianas,  patrióticas y sociales no contenían un  sentido cerrado e integrista de la vida sino otro am­plio y humano, que hoy nos ha permitido actuar como lo hemos hecho, en cumplimiento progresivo de nuestras ansias nacionales, en medio de enormes dificultades y mucha sangre y lágrimas y luchando en medio de la calle que no es lo mismo,  como Vd. bien sabe, que idear en casa sin contradicción.

Creo  que le dije al salir de la Conferencia de Euzko Gaztedi que Unamuno en su magnífico  estudio sobre el casticismo castellano -sin quererlo o   queriendo-  se refería a mi juicio al vasco- dice, que una vez que el espíritu esté bien asentado en sólidos principios  «venga la ducha». Creo que nosotros no nos hemos duchado aún lo suficiente. Yo deseo la ducha y muchas duchas para que ellas arrastren lo  que de innecesario llevamos a cuestas, porque tengo  la seguridad de que la roca invulnerable de  la verdad y del ser vasco ganarán extraordinariamente.  Claro está que para esto es necesario un espíritu objetivo lejos de luchas y de recuerdos pasados. Yo quisiera que se olvidaran para siempre.

Por favor, querido Keperin, no me cite a Artiñano el inconsciente amigo de los neo-visigodos cuando no comprendía la natural orientación pirenaica de los vizcaínos porque según él, ¡cómo habían de olvidar que sus hermanos asturianos luchaban en defensa de la fe contra los moros!. Todo esto es integrismo españolista y sobre tales errores no puede ser construida la Historia vasca. Labairu es aceptable como historiador – también  lo es y excelente Balparda- pero no es nacional en sus tesis, es un fermento de inconsciente castellanismo como Garibay. Estella, gran patriota, ha escrito una obra de iniciación elemental, con grandes  lagunas. Su pretensión no era sino la de divulgar y en este aspecto su obra es útil. Pero del siglo Xll para abajo no existe continuidad en su trabajo. Me cita Vd.  finalmente a Kondaño. ¿Esta Vd. seguro de que ahora piensa lo mismo?. Porque Kondaño es quién más  se acerca a Balparda en la tesis a mi juicio irritante de  que  los vizcaínos somos a la postre un producto más o menos leonés. El empeño del historicista lleva a Kondaño a huir del Pirineo, sosteniendo tesis que a mi juicio son antinacionales. En Balparda esta postura es lógica de acuerdo con sus propósitos apasionados, porqué verá en el Pirineo al enemigo de León, como  luego de Castilla o más tarde del imperialismo español. Es decir, Balparda persiguió en sus escritos destruir la tesis de una unidad nacional vasca. Yo, querido Keperin, respetando mucho a nuestros amigos leoneses políticamente no quiero nada con León -y la historia nos  ayuda- y en  cambio me siento fundamentalmente pirenaico porque allí en sus montañas y en todas sus  estribaciones el pueblo vasco unido resistió siglos contra Roma y contra Carlomagno, contra D. Rodrigo y contra Abderramán, contra AIfonso VI el Emperador leonés y contra Alfonso Vlll el artero, Sancho el Fuerte decía a Jaime el Conquistador que el prohijamiento mutuo que le ofrecía y la  alianza contra Castilla eran «por la salvación de un pueblo». Mientras  tanto los Haros y los Gebaras como hoy los Rodeznos y los Rodas, se iban con el castellano que supo corromperles con tierras -ah!  la Rioja- y con títulos. Así traicionaron a su patria y a su estirpe vasca desmembrando el cuerpo nacional cuando se consolidaba, como supo hacerlo Portugal, una forma estatal indígena. No sé si Vd. sabe que todos estos personajes eran por sí o por sus antecesores caballeros de Nabarra y que uno de los Gebaras llevó el título de «Princeps Nafarrorum». Que poco pudo hacer el pueblo contra tanta ambición. Entonces se desarrollaba su espíritu democrático, pero aún las instituciones que la encarnaban, no habían alcanzado ni la forma ni el vigor que más  tarde tuvieron. Este es otro tema  sobre el que hemos abusado, sin prueba documental. Querido Keperin, yo me sitúo  con el Pirineo y con aquellos que durante 410 años combatieron a su aire y con  ideas de su época en forma incesante queriendo crear y consolidar para el Estado vasco, territorio y forma, consistencia y ser. La historia de sus empeños nos lo dice claramente. Volvamos los ojos a aquella tradición de unidad -que es unitarismo- y no desdeñemos su ejemplo, que nos ha de servir no solo para explicar racionalmente y comprensiblemente nuestra historia, sino para dar un fundamento a nuestra lucha actual por la libertad, con nuestras ideas democráticas eternas y nuestra  concepción republicana vasca. Porque el ayer fue el ayer, y el hoy, es nuestro. Lo que no tenemos derecho es a quebrar una clara línea de unidad nacional que nuestros mayores nos dejaron. Si su evolución progresiva  fue quebrada o interrumpida, investiguemos con afán para saber si fue suya la  culpa, o la de los eternos traidores que aparecen en todas las épocas de nuestra historia. Estoy seguro  que Sabino pensaría hoy así, él que vio certeramente en la institución señorial un elemento extraño ya antivasco.

La Historia vasca así concebida tiene a juicio  hoy de la mayoría un sesgo infinitamente más nacional y más de acuerdo con lo que nuestro pueblo sintió durante largos siglos. No reduzcamos nuestra historia a luchas mezquinas, a eternas divisiones y a odios de casta que bastante hemos padecido a  causa de todo ello. No  retratemos a nuestro pueblo carente de sentido nacional e  incapaz como alguno de nuestros enemigos dijo, de constituir formas superiores de vida política. Porque la historia no es esa. Aceptemos que nuestros antepasados tuvieran una idea patriótica a su manera y según el tiempo en que vivieron. ¿Qué sentido tiene de otra manera una lucha de trescientos años, coordinada al Norte y Sur del Pirineo, contra francos y visigodos, y como explicar los doscientos años de lucha de la Monarquía nacional por el mantenimiento de la Rioja, caída la cual, cayó Bizkaya, privada de soporte por el Sur ?. Ojalá que esta lucha de consolidación estatal hubiera llegado hasta el siglo XVI. El imperialismo, como en el resto de Europa, hubiera hecho quizá garra de nosotros, pero el recuerdo de una unidad nacional en la lucha perenne coincidiendo con el despertar de los pueblos y más tarde con el de las nacionalidades, nos hubiera permitido presentarnos ante el siglo XIX en condiciones infinitamente más ventajosas que aquellas en las cuales ha tenido que luchar nuestra nación. Ni el caso de Nabarra, ni otros similares hubieran sido, ni lo serían hoy, una preocupación para nosotros. Afortunadamente llegó la luz y con ella la recuperación. Con la unidad de todos los vascos llegará también la libertad. Y el pueblo dirá su voluntad y seguirá escribiendo nuestra historia mes al estilo del siglo VIII ó del XI que no de aquellos otros siglos de división y confusión.

Me he alargado demasiado cuando hubiera deseado ser más breve. Su carta lo merecía sin embargo. A mi agradecimiento, quiero unir un ferviente deseo y es que los patriotas concertemos y dialoguemos construyendo seguros de la buena fe y patriotismo de los demás, en un ansia generosa de superación y perfeccionamiento a la que debemos invitar cordialmente a las generaciones jóvenes. Abrámosles las puertas en lugar de cerrarlas. Creo que al hecho de que suscitemos estas preocupaciones dará por bien empleado nuestro tiempo.

Me asustó únicamente en su carta aquella afirmación solemne de que «reventaría si no le expusiese mi opinión». Querido Keperin, no reviente Vd. porque nos hace mucha falta. Al contrario escriba y escriba sin miedo, que cuando se escribe con el fin y los nobles propósitos que Vd. persigue no solo es conveniente sino necesario.

Muchos recuerdos a Karmele a la que supongo ya bien.

Le abraza con el afecto de siempre

José Antonio de Aguirre”.

Puerta del Sol: ”Juan Carlos Y Sofía, a ver si hacéis la compra algún día”.

Este ha sido uno de los muchos gritos que se corearon el lunes por la noche en La Puerta del Sol, llena de banderas republicanas. Reivindican la “Democracia Real”, no la monárquica, sino la real. Y gritan cosas muy duras contra los partidos y los políticos. A uno de ellos, desencajado, le vi generalizar  estos conceptos con epítetos tales como:”Asquerosos, cerdos, corruptos, abominables, fusilables” y otros muchos  adjetivos parecidos. No dudo que en la política haya tipos como esos, pero en los ojos desorbitados y en la generalización de los insultos estaba su debilidad argumental.

Algunos han querido comparar lo que está ocurriendo con “Democracia Real”, este mini fenómeno, con lo acontecido en el norte de Africa. Craso error. Sería comparable en todo caso, a lo hecho por aquella juventud bajo el franquismo, cuando en el estado español no había ninguna de las libertades y solo represión. Aquí, mal que bien, hay elecciones, hay posibilidad de votar a todas las  opciones, desde la extrema derecha a la extrema izquierda, y el 22 votará  todo el mundo que quiera.  Hasta los de Bildu. Y que si  a los jóvenes de la Puerta del Sol no les gusta nada de lo que hay que funden su propia plataforma, su partido, su coalición, o lo que sea. Son libres de hacerlo. Pero demagogias, las menos.

Se por otra parte que mucho de lo que piden, es  de justicia y del género lógico, y que siguiendo a Steven Hassel, se sacuden la pereza y actúan cuando el agua  les está llegando a la barbilla: paro, corrupción, falta de perspectivas, sociedad blanda sin valores ni principios, pero tienen la fuerza del voto y de la movilización contra los intereses mediáticos, contra una banca sin alma, contra unos banqueros que se enriquecen con la miseria ajena, contra los imputados en las listas electorales. Y me parece bien que se luche contra todo  eso con las ideas claras, porque si no, cualquier aventurero los va a emborrachar y llevar al huerto. Hay miles de ejemplos de ello.

Pero no está de más pedirles que su  argumentación sea sólida y no el cúmulo de improperios del de los ojos saltones, al que se le  unía a su cabreo  un odio infinito con una incultura oceánica.

Asimismo y  al calor de todo ésto y del grito que encabeza este post, añado que uno de los mitos a batir es el de esta monarquía de esclavos felices que tiene España. Escuchaba estos días las comparaciones de lo sucedido con Straus Khan con lo que le ocurrió a Berlusconi y sus velinas, al presidente de Israel y su encarcelamiento, a Clinton con la becaria, al ministro Profumo, y así una serie de reyes, príncipes, presidentes de gobierno y jefes de estado pero, como no podía ser menos, omitían cualquier alusión al rey de España, un Borbón al que la clase política española disculpa a cuenta del “borboneo” que no es más que chulería, irrespeto a la mujer, prevaricación y  probada obsesión sexual. Las aventuras de Juan Carlos con Bárbara Rey, el asalto a la casa de ésta por parte del Cesid para borrar pruebas, la aventura extramatrimonial del rey con la anticuaria de Barcelona, sus aventuras en el extranjero, han sido de una corrupción de cloaca pero todos ellas muy celebradas, permitidas y calladas  por Adolfo Suarez, Felipe González, Calvo Sotelo, Aznar y Zapatero, y toda la prensa “bienpensante” de este país, que sabían de pe a pa que esa imagen de familia bien avenida del monarca era todo un cuento chino de irrespeto a su mujer y a la gente decente. Pero ahí está el doble de  Straus Khan dando la mano y contando chistes malos. Por eso me ha parecido muy bien que estos grupos saquen estos pareados contra institución tan caduca y tan protegida por la censura. Ojalá así, a la gente se le empiece a caer la venda de los ojos y al monarca esa careta de dignidad que él, ni su familia, merecen.

Y en cuanto a lo de la compra, no estaría mal. El otro día le oí a José María Iñigo contar que le preguntó un día a la reina si sabía freir un huevo. La respuesta, seca y cortante fue: NO. Como queriendo decirle, ”¿Cómo es posible que me pregunte usted esta plebeyez?”. De ahí que me parezca genial que griten en la Puerta del Sol y por las esquinas eso de  “Juan Carlos Y Sofía a ver si hacéis la compra algún día”. Ya era hora.