Zapatero como Scott, se ha quedado congelado

Sábado, 17 de diciembre 2011

Efectivamente, modélico traspaso de poderes entre Zapatero y Rajoy. ¿Qué esperaban pues?. ¿La guerra de los Rose?. Pues no. Pero a mí me parece un traspaso de poca dignidad por parte de Zapatero. Que tenga que facilitar las cosas, está cantado, pero tanta obsequiosidad, me confunde. Parecería que estuviera contento de haber perdido y de dejar aquella casa. No sé. Un poco más de seriedad, si me hubiera gustado y no tanto arrumako. Pero es normal. Se va dejándole el muerto de la economía y el muerto del Valle de los Caídos a un Rajoy que en ésto no hará nada. ¡Menudo socialismo de chichinabo el de este sonriente Zapatero!.

Se ha celebrado el centenario de la llegada de Roald Amudsen al centro del Polo Sur. Robert Scott no lo logró y murió en el empeño. Era un oficial de la Armada Real y  en principio el más dotado para lograr la proeza. Olav Orheim es el presidente  del Patronato del Museo Fram de Oslo y definía así a Scott: “Scott no podía aprender de nadie y cometió un montón de errores prácticos. Simplificándolo mucho, no tenía habilidad de aprender de otros. Si no hubiera sido de la Marina Real probablemente  no habría tenido ese problema. Tampoco era un buen líder, nunca consiguió crear un grupo homogéneo y no era capaz de  tomar buenas decisiones, cuando  estaba bajo presión. ¡Tenía más medios que  Amundsen!».

No sé  porqué  esta definición del malogrado Scott me  parece  adecuada para endosársela al malogrado Rodríguez Zapatero. No formó equipos, se  cargó a una generación, no aprendió de otros, no  tomó buenas decisiones bajo presión. Y se  quedó en el camino. Hasta su última decisión es  cantinflérica. Con dos hijas adolescentes decide  construir una casa en una parcela que tiene  en León. Y cuando está en ello, sus dos hijas  le dicen que ellas de Madrid no se  mueven y si  se  quiere  ir a León que  se  vaya él. Y ha alquilado un chalet en Somosaguas. No un piso. Es no conocer ni  a unas hijas adolescentes, ni siquiera a él. ¿Qué  pinta Zapatero en León a los 51 años?. Lo malo de que se  quede en Madrid será su capacidad de  enredo. Irá al Consejo  de Estado y a la Fundación Ideas  de  su amigo Caldera al que depuró del ministerio de Trabajo en su segundo gobierno. Zapatero va a ser un problema para el PSOE. Al tiempo.

Su despedida a la francesa de la Alianza de Civilizaciones,  lo único que  planteó como  cuestión  original en su presidencia,  le  define. Todos creían que iba a viajar a Doha a despedirse  de un Foro que él había creado con el turco Erdogan y el portugués Sampaio, pero ni eso. Mandó al vicepresidente Chaves que estuvo en el Foro dos horas y ni se enteró donde estaba. Hasta Moratinos ha debido quedarse molesto, ya que él fue uno de los muñidores del invento, y está cabreado de la manera de dejar este Foro del impresentable Zapatero porque asimismo en el PSOE se llevaban las manos a la cabeza. Si el creador de esta plataforma trata así a su hijo querido, ¿qué no hará el PP que siempre ha criticado esta iniciativa que en realidad no ha servido para nada a pesar de que la ONU la hizo suya en el 2005?. Como Scott.

De este gobierno en funciones, triste y sin dolientes, solo he recibido la carta de despedida de quien fuera Ministra de Vivienda y Actuaciones Urbanas, Beatriz Corredor a quien Zapatero devaluó a Secretaria de Estado con Bibiana Aído. Por lo menos ha tenido la cortesía de mandar una de esas cartas tópicas agradeciendo el apoyo recibido y encantada del servicio público realizado. Se pasó de María Antonia Trujillo, con pisos de treinta metros cuadrados a Beatriz Corredor, pasando por Carme Chacón, que fue ministra de Vivienda, en una de las muchas ocurrencias de un presidente que vivía de epatar al personal y pensar que era muy listo.

Quien lo es y lleva mes y medio despidiéndose de todos, es José Bono que el martes y trece estuvo en el palco de autoridades, tras haber estado abajo en la presi­dencia los últimos cuatro años. A su lado estaba nuestro José Ramón Beloki, un buen tipo que ha trabajado muy bien y solo ha errado en una cosa que para mí era fundamental: no haber logrado que los cuadros de tres fascistas como Esteban Bilbao, Antonio Iturmendi y Alejandro Rodríguez de Valcárcel salieran de los pasillos del Congreso al basurero de la historia. Beloki fue abducido por Bono y su papel fue tan institucional que pasó por todo. Ahora bien, en su rol parlamentario, sobre todo haciendo seguimiento a las Infraestructuras, Y vasca, presupuestos, e Innovación, su trabajo ha sido impecable. Veremos que hace ahora. Cuando llegó, con él y con Erkoreka editamos un libro de entrevistas «Somos Vascos» donde aparecieron gentes como Setien, Etxenike, lribar, Gamboa, Borde, una socióloga norteamericana… y gentes variopintas. Beloki podría escribir y reflexionar sobre estos ocho años en Madrid, sobre sus años en la Diputación de Gipuzkoa y sobre la jefatura de prensa que ejerció en los cuatro años del gobierno de Garaikoetxea amén de sus experiencias periodísticas y como franciscano y sindicalista. Beloki tiene mucha mili y esa historia no puede perderse. Y que cuente lo que pasó en Ajuria Enea el 23-F, y el traslado del Lehendakari al caserío de sus padres.

Y hablando de Bono y sus despedidas estuvo el 13 de diciembre en los Desayunos de TVE con la periodista Ana Pastor a la que tildó con ironía de Srta. Rottenmeier aconsejándole ir a tertulias porque no le dejaba hablar. A raíz de ésto le han puesto fino a Bono pero así como en muchas cosas se equivoca, en ésto, y según mi criterio, no. Ana Pastor independientemente de sus forcejeos con el PP, es muy sectaria y así como bordó aquella entrevista al primer ministro iraní, por lo general es muy parcial. Ojalá siga en TVE, pero reconozco que no me gusta nada.

Otro que tal baila en esto del sectarismo es quien se dice va a ser el jefe de prensa del nuevo presidente del Congreso, Jesús Posada, el ínclito José Luis Ramos. Lo conocí en pasillos en Madrid, vino a Euzkadi como delegado de Europa Press, volvió a pasillos, le hizo una faena de muerte a Carlos Westendorp diciéndole que había salido ya su nombre como ministro de exteriores, mintiéndole, y gracias a eso logró unas declaraciones que le dejó muy mal a Westendorp ante el presidente González. Posteriormente ha sido el encargado de prensa de Soraya Sáenz de Santamaría, del Grupo del PP y ahora quiere volar con Posada. Pero no es un tipo recomendable. Muy interesado, poco serio, en definitiva alguien poco profesional. Mal empieza Don Jesús con gentes de esta calaña a su lado.

La Mesa del Congreso no le hace caso al Rey

Viernes, 16 de diciembre de 2011

A raíz de las declaraciones de casi todos los portavoces que pasaron entre el miércoles y el jueves por La Zarzuela y tras su posterior rueda de prensa todo parecía indicar que el rey estaba de acuerdo en que Amaiur tuviera Grupo Parlamentario, a pesar de no cumplir con el requisito del 15% en Navarra y que el tema se iba a resolver a favor de Amaiur. Y sin embargo la Mesa del Congreso con el voto en contra del PP y las abstenciones del PSC y de CIU denegó la posibilidad de Grupo Parlamentario a Amaiur. Con lo que toda esa ronda de declaraciones, sobre todo del Grupo Mixto y de lU, hablando de ésto, se ha comprobado que eran brindis al sol. Que el rey no pinta absolutamente nada y que lo que pueda decir, no tiene el menor valor. Y todo ésto en el supuesto de que este buen señor solo se limitara a escuchar, poner cara de interés ante la demanda, decir que algo haría y quedarse en su Palacio con la mesa llena de cartas que varios portavoces le entregaron que seguramente ni abrirá porque haga lo que haga, diga lo que diga, el poder está en la mayoría absoluta del PP y el rey es tan solo un adorno. Como le dijo a Rubalcaba. «Aquí», recibiendo a todos de uno en uno». Pues muy bien. Lo curioso ha sido que Amaiur pensara que su carta el Rey era a los Reyes Magos.

De todas maneras Amaiur debería haber aprendido en cabeza ajena. Cuando nosotros hablábamos de la importancia de tener un Grupo propio se nos miraba por encima del hombro como diciendo: ¡ya están estos pelmazos con el mismo rollo de siempre!. Pues ya se ha visto que la cuestión tiene su peso. Y cuando el PNV, sabiendo lo del maldito 15% no nos presentábamos en Navarra y últimamente lo hacíamos a través de Nafarroa Bai, era precisamente por ésto. Porque sabíamos la guillotina que supone el reglamento para este caso de no cumplir con la pauta de cinco diputados y 15% de los votos en todo los lugares donde un partido se presenta. Son las reglas del juego. Amaiur se creyó que podían cargarse a Na-Bai, presentarse ellos en los cuatro territorios y cantarnos luego la palinodia. Pero de momento les ha salido el tiro por la culata. El PP no les va a dar ni agua. La caverna está muy atenta y Posada les podrá recibir, dar buenas palabras, darles la mano en el pasillo, soltar un discurso diciendo que todos los diputados son iguales, pero a la hora de la verdad, si te he visto no me acuerdo.

Como conclusión hay que concluir que lo hecho por Amaiur en Navarra fue un error. Cargarse a Na Bai fue una mala iniciativa, y no haber aprendido en la cabeza ajena del PNV un dislate. Ahora toca apechugar con lo que hay porque la Justicia puede tardar cuatro años en resolver este conflicto. Hay precedentes. Y nosotros que no estamos en la Mesa del Congreso solo decir que hubiéramos votado en favor del reconocimiento de Amaiur como Grupo Parlamentario. Hacer normal lo que es normal a nivel de calle, que dijo Suárez. Y eso que la medida nos perjudica. Somos ahora el quinto Grupo de la Cámara y si Amaiur tuviera Grupo, seríamos el sexto. Pero nobleza obliga.

Todas estas cosas deberían ser analizadas con mayor objetividad, poniendo las cosas en perspectiva, ofreciendo los antecedentes, haciendo seguimiento de los asuntos, criticando pasividades y cosas así pero tenemos los medios que tenemos. De ahí que me haya llamado la atención un artículo escrito por Carlos Fuentes sobre Tom Wicker, un gran periodista que acaba de morir y que él conoció. Decía de él:

“Editorialista sagaz y duro, Wicker elogió al presidente Lyndon B. Johnson por su promoción de los derechos civiles y lo condenó por escalar el injusto y tramposo conflicto de Vietnam. Acusó a Richard Nixon de bombardear en secreto a Cambodia y de abrir el camino a un estado policial con los crímenes de Watergate.

El título era significativo: Uno de nosotros, implicando que Richard Nixon no era un extraño al bien y al mal -la ética- de Estados Unidos, sino un hombre eternamente insatisfecho que ascendió mediante la mentira y la teatralidad pública y que, una vez instalado en el poder, no pudo abandonar los vicios y tretas de su carrera, sino potenciarlos al máximo involucrando a la nación entera en el caso Watergate. Importante análisis del poder corruptor que afecta, quien más, quien menos, a todos los que lo tienen y lo abusan.

Al recibir el doctorado de Harvard, Wicker propuso una política de «desobediencia civil» para protestar contra la guerra de Vietnam y el objeto de su crítica incluyó por igual a empresarios y líderes obreros, legisladores y racistas, televisión y prensa. Tanto como atacó, fue atacado, pero sus títulos se sucedieron con la regularidad implícita en la ética de trabajo, el idealismo y el temperamento de Wicker.

Y, claro, su gran obra sobre Ia prensa de 1978, donde denunció el mito de la objetividad informativa, evoca la dependencia informativa de fuentes oficiales y teme el sometimiento de la prensa a factores ajenos a la información”.

Haría falta por lo que se ve muchos Tom Wicker en la prensa española y en la vasca.

Amigo de Urdangarin con el Rey

Jueves, 15 de Diciembre de 2011

Hoy ha estado en la Zarzuela Xabier Markel Errekondo, un tipo alto, bien vestido, con camisa negra y corbata blanca, que le ha dado una palmada al rey y en la rueda de prensa le ha llamado Majestad.  Antiguo jugador de balonmano compañero de Iñaki Urdangarin, no ha podido visitar esa casa en peor momento para el suegro del antiguo jugador de talón-mano

Fue Alcalde de Usurbil en representación de ANV y no sabemos si ha hablado con el suegro de su yerno.  La foto es un cambio total de decoración.  De aquel Idigoras en 1993, con una ETA actuando, a esta Amaiur pidiendo como sea se respete su derecho de formar Grupo Parlamentario y diciendo que el rey está de acuerdo en ello, Y haciendo la trampa de dejar a Navarra en el camino para que, prometida la Constitución, los seis diputados de Bizkaia, Araba y Gipuzkoa, ver si de chamba el PP les admite.

Por menos de eso nos han puesto el grito en el cielo. Un poco antes ha llegado Erkoreka con una sonrisa de satisfacción, a pesar de la pérdida de ubicación que hemos tenido en la Cámara. De ser el cuarto grupo al sexto.  El rey estaba más circunspecto y tenía más motivos para estar bajo la ola con la de goteras que tiene en el Palacio. Pero la vida es así. Pura imagen. Las procesiones van por dentro.

Empezó ayer y terminará hoy. Se trata de un formulismo vacío como es la consulta por parte del rey a los representantes de las fuerzas representadas en el Parlamento. Digo vacío porque no es determinante lo que diga el rey. Se hace para que se vea que está ahí.

La primera vez que hice este trámite fue en 1986. Posteriormente acudí en 1989, 1993, 1996 y finalmente el año 2000. Y de cada uno de estos encuentros tengo varias anécdotas y vivencias varias. Cuento hoy mi última entrevista en el año 2000, con Aznar ya en La Moncloa y diciendo barbaridades contra Ibarretxe.

Mensaje de Arzalluz al Rey

Tras la extenuante campaña del año 2000 que le dio mayoría absoluta a José María Aznar y poco después de constituirse las Cortes Generales, la Casa Real fue llamando a los distintos portavoces parlamentarios con el fin de evacuar consultas en relación con quién debía proponer el Rey como candidato a presidente de gobierno con objeto de que se realizara el Debate de Investidura en el Congreso. Se trata de un mero trámite, pero le da al Rey la oportunidad de hablar con todos los grupos parlamentarios, cuestión que sólo hace una vez cada cuatro años. No es para herniarse.

En la reunión que mantuve en 1986, el Rey fue muy crítico con Juan Alberto Belloch y Margarita Robles a cuenta de haber propiciado que se sacase a la luz el caso GAL. Aquello me extrañó tanto que le pregunté por qué en un Estado de derecho no se podía saber nada sobre aquella aberración. Y es que aquello me pareció insólito, porque en realidad no era creíble que en La Zarzuela lo ignoraran todo sobre el asesinato de 28 personas e incluso que el Rey no sólo no supiera nada, no intuyera nada, sino que no sospechara nada sobre el hecho imperdonable que desde las cloacas de un Estado, del que él era el máximo representante, se asesinara a esas 28 personas a pesar de recibir continuamente información reservada. Por otra parte, en ningún mensaje de Navidad, a la hora de condenar el terrorismo o en los de la Pascua Militar, el Rey aludió a semejante cuestión, mientras que en privado criticaba que se hubiera quitado la tapa al puchero.

El caso es que tras la mayoría absoluta de Aznar tuve que volver a La Zarzuela a decir lo evidente, que no era otra cosa que Aznar debería ser el propuesto. Sin embargo, no quería una reunión más con el Monarca en momentos en los que se adivinaba, tras el espléndido resultado del Partido Popular, una legislatura guillotina, dura y bronca, y por eso le solicité al presidente del EBB, Xabier Arzalluz, que me escribiera unas letras para el Rey. Arzalluz me contestó que aquello no serviría para nada pero en base a mi insistencia lo hizo, y con aquellas letras en el bolsillo fui el 12 de abril de 2000 a visitar al Rey.

Desde la puerta de Somontes al palacio hay seis kilómetros de un parque natural, en el que saltan los ciervos y hurgan en la tierra con su hocico los jabalíes. Al llegar al palacio me recibió un teniente coronel que me acompañó al primer piso. Al poco de estar en la sala de espera vino Fernando Almansa, un granadino que había estudiado en Deusto. Hacía cuatro años lo había hecho Ricardo Martí Fluxá y en la primera ocasión recuerdo al marqués de Mondéjar, quien me contó de qué manera el Rey recibía cajas de puros de Fidel Castro.

Tras una breve espera conversando con Almansa me recibió don Juan Carlos. Departí con él durante tres cuartos de hora. Y le entregué la carta. Ésta decía:

Bilbao, 11 de abril de 2000

Señor:

Me permito enviarle un respetuoso saludo aprovechando la visita “protocolaria” de nuestro portavoz Anasagasti.

Pienso que desde Madrid se nos ve cada vez más lejos. Lejanía que puede ir aumentando hasta no poder ya vernos, si sigue la política cerrada y la absoluta incomunicación del Gobierno Aznar.

No quisiera aumentar sus preocupaciones. Pienso que Anasagasti podrá comentarle mucho más directa y competentemente nuestros problemas, que lo son también de Su Majestad.

Afectuosamente,

Fdo: xabier arzalluz

Estas letras me dieron pie para que le contara cómo estábamos viendo la situación y cómo la frase de Arzalluz de que cada vez estábamos más lejos era una buena descripción de la situación que además iría a más. El rey estuvo receptivo y amable y sobre todo sonriente cuando le pedí que se mojara más, que hiciera gestos de distensión, que no fuera tan neutral ante una situación de atropello, que si bien el enemigo era ETA, él era el jefe de un Estado que se decía plural, en teoría, pero no era así en la práctica.

Cogió la carta, me dijo que la estudiaría. Hasta hoy. Nunca más supe de ella. Arzalluz había vuelto a tener razón. Todo aquello era una pérdida de tiempo.

Tras la reunión y a la entrada de palacio, los periodistas habían colocado una gran carpa para la habitual rueda de prensa. Por allí pasábamos los portavoces para repetir las generalidades de costumbre. Estuve en un tris en decir que le había entregado al Rey un sobre con una carta de Arzalluz. Me mordí la lengua. Hubiera sido toda una primicia informativa y sólo hubiera servido para que los tratadistas constitucionales y los periodistas del pensamiento políticamente correcto me dijeran que el Rey era una instancia intocable.

Y sin embargo era el día en el que Aznar pedía la dimisión de Ibarretxe desde Bratislava, capital de una Eslovaquia que se había separado por las buenas en 1993 de Chequia, con el simple argumento de que ejercitaba su derecho a la autodeterminación, hecho que el gobierno español había reconocido inmediatamente.

Al ser preguntado por estas acusaciones les dije a los periodistas que si por Aznar hubiera sido no habría habido transición, ni una Constitución con Capítulo VIII, ni hechos diferenciales sino la “España Una, Grande y Libre”. Con semejante cerrazón no se hubiera reconocido al PC, ni se hubiera desmontado el Movimiento. No había más que haber leído los artículos de Aznar en el periódico Nueva Rioja de Logroño en los tiempos en los que era un inspector fiscal con querencias neofalangistas. Comenzaba a ser normal que un presidente de gobierno pidiera nada menos que la dimisión de un lehendakari porque no le gustaba lo que decía. Dije también que era más fácil hablar con el Rey que con Aznar y que ya estaba bien que todo un gobierno tuviera tan poco respeto institucional hacia una Comunidad Autónoma. Aquello al PP le sentó fatal sobre todo por el lugar desde el que se decía y por el eco que aquellas palabras habían tenido en momentos de euforia y machaqueo del Partido Popular.

Sin embargo, en esta España de recurrente silencio respecto al Rey suelen ser raras las voces que se escuchan indicándole al Rey lo que debe hacer. Una de ellas es la del editorialista y dibujante gráfico de El País, Máximo, quien en mayo de 2003 y en su esporádica sección “Diario Regio” y bajo una corona se hacía la siguiente reflexión poniéndose en los zapatos del Rey: “Soy Rey de todos los vascos (con perdón) y me preocupa que unos lo acepten más que otros. ¿Debo permanecer pasivo ante esta disyuntiva?. ¿Debo hablar con unos y con otros?. Ya sé que el gobierno tiene las atribuciones constitucionales, pero yo tengo las atribuciones de la historia de España. ¿O no?. La Reina y yo (no sé si el Príncipe) estamos hechos un lío, Máximo.”

Fantástica reflexión políticamente incorrecta, como lo fue al mes la carta que el escritor italiano Antonio Tabucchi le dirigió al presidente de la República Italiana Carlo Azeglio Ciampi a cuenta de Berlusconi:

“Yo soy un ciudadano y usted un presidente de la República: dirigirse al propio Presidente en una democracia es cosa normal, al menos mientras ésta exista. Y le ruego que disculpe las molestias: si ha asumido la carga de convertirse en presidente de la República en una coyuntura histórica como la actual a su venerable edad, sin carrera política a sus espaldas, debía de estar usted muy convenido a la grave tarea a la que hacía frente. Su alto cargo, aunque en Italia haya muchos que preferirían verle relegado a un empíreo equivalente al del Papa, donde la palabra no es discutible siendo dogma, prevé en una democracia normal pelmas como yo. La democracia significa también reciprocidad: usted es el garante de mi Constitución, yo le pido cuentas por ello. Y así, a mi manera, me convierto en garante de lo que usted debe garantizar. En caso contrario, como decía Paul Celan, ¿quién ha de testificar por el testigo?.”

Aquella carta abierta cuyo título era tan sólo un “Señor Presidente” se le habría podido ocurrir a algún intelectual español. Y sin embargo esto no ha sucedido, salvo en el caso de Máximo, y dudo que suceda. Sobre todo que alguien hubiera descrito a Aznar como Tabucchi había descrito a Berlusconi. “Berlusconi no parece tener rémoras; evidentemente, tiene las espaldas bien cubiertas. Y no sólo por la «honorable sociedad» que lo sostiene, sino a nivel mundial. Ha entrado en nuestra Unión Europea corno ciertos kamikazes entran en un autobús con un cinturón de explosivos”.

Algo así había estado a punto de hacer Aznar con relación al tema vasco. Sin embargo en Italia se denunciaba públicamente por un intelectual y en España sólo cabía entregarle al Rey una carta en palacio y sin que se enterara nadie. “Pienso que desde Madrid se nos ve cada vez más lejos…”, le decía Arzalluz.

Y el Rey en silencio.