Solana reivindica la política

Javier Solana

En la Biblioteca Nacional se presentó el martes el libro «Reivindicación de la Política. Veinte años de Relaciones Internacionales» de Javier Solana en conversación con Lluis Bassets.

Javier Solana (Madrid, 1942), a partir de la victoria socialista en 1982, fue ministro en todos los gobiernos de Felipe González. De modo sucesivo ocupó las carteras de Cultura, Educación y Ciencia y Exteriores, además de ejercer como portavoz. Entró en el sanctasanctórum de las instituciones anglosajonas al ser elegido secretario general de la OTAN e instalarse en Bruselas el 18 de diciembre de 1995. En 1999 hizo la mudanza sin cambiar de ciudad y pasó a ser Alto Representante de la Unión Europea para la Política Exte­rior y de Seguridad Común (PESC) hasta diciembre del 2009.

He escrito aquí el aprecio que me merece este profesional del abrazo: ninguno. Del marxismo pasó al grouchismo, de la ética a defender el Gal, de la «Otan de entrada No”, a secretario general y a bombardear Belgrado, de republicano a hacer reverencias en su recepción del Toisón de Oro y todo eso revestido del aura de hombre de estado. Para mí un perfecto hombre de plastilina cuya única ideología es el poder por el poder. Lo describe bien la secretaria de todos los presidentes que han pasado por la Moncloa. Esta semana ha dicho.”Para él, no existíamos”.

Reivindica ahora la política. Muy bien. Le falta un detalle. Eso hay que hacerlo desde la sindéresis y la ética. Y Solana no tiene una cosa y carece de la otra. Pero es un santón del PSOE. En resumen, que no pienso comprar su libro. No me merece el menor respeto. Me cargan estos políticos profesionales que se quieren tanto a si mismos y que una vez jubilados no ponen su experiencia al servicio de ninguna causa, sino de su ego.

Acabo de llegar de Caracas

http://www.youtube.com/watch?v=–Dy8utproE

Y por lo tanto tengo jet lag. El avión, en lugar de salir a las 4,30 de la tarde de ayer, salió a las nueve y media. En esas cinco horas, fuimos al pueblo de Maiquetia a comer unos tequeños y lomito y, en eso estábamos, cuando nos avisan de que a Iturgaiz no le dejaban salir. Había hecho unas declaraciones sobre Chavez y éste le había mandado a su servicio de inteligencia que le metió en una sala a este eurodiputado y le adoctrinó sobre la «revolución bolivariana». No creo que Iturgaiz esté por la labor.
Al fin le dejaron salir y nosotros decidimos salir de una inmensa sala de protocolo que tenía el aire acondicionado a cero grados y nos instalamos en una sala de la compañía Santa Bárbara donde nos tragamos casi toda la rueda de prensa de Hugo Chavez desde el salón Ayacucho del Palacio de Miraflores. Sicodélica. Ente los periodistas estaba la corresponsal de ETB, persona muy sesgada en sus informaciones y que nos ignoró olímpicamente.
Y ahí estaba Chavez, que no había celebrado la víspera su proclamada victoria 24 horas después, ni usado el «balcón del pueblo» del Palacio de Miraflores. No las debía tener todas consigo como parecía dar a entender viendo esa rueda de prensa. Chandal con la bandera venezolana, cuadro de Bolivar, todo el gobierno en su mesa con camisa roja, y tono desafiante y bastante chulesco propio de un militar en su cuartel arengando a su tropa, tratando de demostrar que había ganado las elecciones en votos y en curules (escaños). Y dos noticias: «Si la oposición se atreve que no espere otros dos años a las presidenciales sino que me presente el referéndum revocatorio. Y, la segunda, fue la directa amenaza a que «el joropo ha empezado y que se compren las alpargatas». El joropo es el baile típico venezolano. Algo así como decir: «El aurresku ha comenzado y que se aten los machos». ¿Por qué lo dice?. Porque hasta el 5 de enero, la Asamblea venezolana no se renueva y puede hacer y deshacer todavía a su antojo. Hasta convocar una constituyente. De ahí el peligro de esta transición.
¿Algo bueno? Sí. Hace cinco años también estuve, la oposición no se presentó porque no queria legitimar a Chavez y no se fiaba de su sistema electrónico de votación. Cinco años después, no hay debate sobre el sistema de votación y la oposición se ha presentado unida.
¿Algo malo? Chavez ha hecho una nueva ley electoral para favorecer los resultados del chavismo. Con menos votos se pueden sacar más diputados. Y,un ventajismo oficialista en los medios apabullante. Lo tienen hasta en la sopa. La oposición tenía cientos de caras y ojos, es decir, de los 162 candidatos. El chavismo solo una: Hugo Chavez en unas elecciones no presidenciales sino a la Asamblea.
¿ Incognitas? Todas. Saber si Chavez va a leer bien los resultados de una oposición unida, que ha sacado cabeza, que ha estado en todas las mesas electorales y que tiene líderes solventes que no predican el odio. Pero ahí está un Chavez que por la rueda de prensa que dio, puede tratar de acelerar su revolución bolivariana que sólo ha llevado a Venezuela inseguridad, recesión, odio entre clases, presencia cubana en el territorio, compra de armas, paseos de las FARC  por terrritorio venezolano, ineficacia y cierre de medios de comuniación. ¿Algo bueno? Algo, pero eso se puede hacer con el diálogo y la democracia. Para reparrtir riqueza, primero hay que crearla y Venezuela hoy está en recesión y sufriendo una inflación de caballo que a quien más golpea es al de abajo.
Acabo de llegar y seguiré hablando de esta experiencia tan interesante.

Me voy a Caracas

Salgo para Caracas, capital de una Venezuela en elecciones legislativas. Estuve hace cinco años. En aquella oportunidad la oposición se negó a participar. En esta va toda la oposición unida. Veremos.

Me invita el Consejo Nacional Electoral Venezolano. No estaré por tanto en el Alderdi Eguna. Contaré lo que he visto.

La invitación es ésta:

Carta de invitación del Consejo Nacional Electoral Venezolano