LA HISTORIA DE LA COMPRA DE LA DELEGACIÓN DE PARÍS

Viernes 24 de enero de 2025

La realidad: en el verano 1936 Antón de Irala, miembro del secretariado del PNV, acompañado de Federico Belausteguigoitia, llegaron a Paris en busca de vendedores de armas. Por otro lado, se necesitaba un local desde donde realizar gestiones diversas: desde atender a los primeros exiliados o dar cobertura a los empresarios vascos que no se habían sumado a la sublevación. En la capital francesa se encontraba Rafael Picavea, empresario y editor, que había montado allí una imprenta en sociedad con un judío.

Paseando con Irala y Belausteguigoitia, les mostró el «palacete» que estaba en venta a «muy buen precio». Su dueño lo había comprado poco antes con la intención de rehabilitarlo (estaba en un mal estado) para alquilarlo de personalidades y millonarios que viajan a Paris. Pero, el ambiente prebélico que vivía Europa no invitaba a grandes inversiones. Además, él mismo (el propietario) quería ponerse a salvo al otro lado del Atlántico.

Por resumir, Fede Belausteguigoitia se puso en contacto con su tío Francisco «Patxo», un importante empresario en México, militante del PNV, que puso todo su saldo en dólares para comprar la casa. Pero hizo más. Se puso en contacto con otros «millonarios» vascos, como Francisco Saralegui, de La Habana, y asimismo militante del PNV, que pusieron importantes cantidades de dinero (en dólares) con las que se completó la operación. Por razones fiscales, supongo, el propietario puso como condición que la compra del edificio no se escriturase hasta 1937,como efectivamente se hizo.

El edificio se puso a nombre de Marino Gamboa, un empresario (bien relacionado en los medios franceses y británicos), asimismo militante del PNV, por varias razones. Una, porque el PNV no tenía entidad jurídica en Francia. Otra, porque se ponía a salvo de cualquier otra «tentación». Gamboa era, por nacimiento, ciudadano de la Commowealth de Filipinas.

Al Estado español -en cualquiera de sus ramas, incluido el Gobierno autónomo- no le costó un duro el edificio. Con ayuda de los nazis y de un tribunal colaboracionista (mas las cosas de la guerra fría), ese mismo Estado español ha estado hasta ahora «de okupa». Digan lo que digan Mellado, Semper, Santiago González, De Andrés, Chacón… o Bildu.

Koldo San Sebastian

LA MUJER QUE PABLO GONZÁLEZ ENAMORÓ PARA INFORMAR A PUTIN

Jueves 23 de enero de 2025

Viendo ayer el informativo de la Sexta, me enteré que Zhanna Nemtsova había sido pareja de Pablo González, el espía ruso canjeado por Putin así como premiado con el Premio Portell de Derechos Humanos de la Asociación de Periodistas Vascos. Lo denuncié en su día. Todavía  y de forma incomprensible no se le ha retirado este premio para ensuciamiento del mismo a una  persona que contó con plataformas de apoyo para su liberación tras la detención preventiva en Polonia.

Me interesó la noticia y quise ver como la trataban en EITB y no salió nada. Ingenuo de mí. En este medio no hablan ya nada de Pablo González ni de Nabarniz, y eso que nos decían un día si y otro también, lo malo que eran los polacos.

Ahora en contraste nada dicen  de los  dos vascos secuestrados en Venezuela por Maduro. No es políticamente correcto importunar a Bildu y sus causas  y ahora no conviene ni en ETB ni en Gara remover estas cosas a diferencia de la Sexta, donde trabajó dos años Pablo González, que ha tenido el gesto profesional de reconocer que se había equivocado con esta persona.

Y sin embargo en Euzkadi hemos pasado del “Pablo Askatu” al silencio de la estepa rusa.

La noticia era ésta:

“Ella es la hija de un opositor ruso, asesinado en 2015. Pablo González tenía como objetivo acercarse a ella, ganarse su confianza y pasar los informes a Moscú. Lo consiguió. Ella lo ha contado ahora: mantuvieron una relación durante años. Sólo al final empezó a sospechar que no era quien decía.

Meses después de enterrar a su padre, el opositor Boris Nemtsov, su hija, Zhanna viajaba a Bruselas. Participaba en un foro del consejo Europeo cuando se le acercó un chico español que hablaba perfecto ruso. «Dijo que era Pablo González, de País Vasco, que trabajaba para Gara y que quería entrevistarme», asegura Zhanna Nemtsova.

Ese primer contacto se convirtió en el inicio de una relación profesional que con el tiempo terminó en romance. Así lo desvela Nemtsova, la cual afirma que tuvo un relación amorosa con González en 2019. Al principio, Zhanna no sospechaba que Pablo era un agente de Putin. Espiaba a la oposición rusa y por supuesto, a ella.

Ahora lo ha denunciado.

Gara y EITB callan.

Una pena que los hechos para estos medios no sea sagrados ni la opinión libre. Es lo que hay.