¡Ay Mikel!

Domingo 14 de agosto de 2022

Hace años, en una Semana Santa, me llamó desde Caracas EduardoFernández, el entonces secretario general de Copei, candidato presidencial yPresidente de la Internacional Demócrata Cristiana. Me preguntaba si aquelViernes Santo iba a estar en Bilbao pues él, con su esposa María Isabel, iban avenir para escuchar el Sermón de las Siete Palabras del jesuita Mikel deViana. Yo no sabía quién era Mikel pero allí estuve en la iglesia de los jesuitasescuchando un sermón que lo tenía todo. Oratoria, gesticulación, alusionessociales, cristianismo en vena, épica y dolor. Tras escucharle entendí el porqué el matrimonio había viajado exclusivamente desde Caracas a escucharaquel Sermón que es muy tradicional en Venezuela desde que Monseñor Pellíninflamaba a los creyentes incluso con consignas políticas contra la dictadura dePérez Jiménez. Habían tenido que viajar a Bilbao porque Mikel no podía volvera Caracas.Tras aquello fuimos a comer y allí me enteré de la historia de Mikel de Viana.Nacido en Caracas en el barrio de Santa Rosalía en 1953 la familia, emigrantesvascos, se habían trasladado al barrio Antímano. Su hermano José María, unaautoridad en el tratamiento de aguas, contaba la historia familiar de estamanera.”Para entender por qué somos tan vascos como venezolanos hay quecomprender un poco que la familia de mis padres y mi tía era una familia demuy escasos recursos, muy humilde. Mi aita llegó a Venezuela ya en edadmadura. Los oficios artesanales que había desarrollado, especialmente enmecánica, no los pudo llevar a la práctica. Siempre tuvo trabajos pocoremunerados. Cuando llega a Caracas, inicialmente vive en la Florida, despuésen la Pastora, pero tienen que mudarse a vivir en Antímano un barrio de gentehumilde, una parroquia foránea para entonces, donde los alquileres eran bajos.
Eso permite a la familia vivir la mayor parte del tiempo, ahí en Antímano. Todoesto hizo que la familia no fuera al Centro Vasco. Los amigos de mis padresalaveses fueron venezolanos e inmigrantes de otros países. Yo conocí queera ser vasco a partir de mis padres y de mi tía Casilda, muy importante ennuestras vidas, que vino para ayudar a mi madre en el nacimiento de Mikel.Ella se enamoró de Venezuela, de su gente y de sus sobrinos y se quedó.Hizo toda su vida en Venezuela. La casa donde vivíamos era una en las que sehacían arepas todos los días, se convertían en arepas cerca de 120 kilos demaíz pilao. En aquella época no existía la harina Pan y las personas quequerían arepas, tenían que comprarlas recién hechas. En esa casa dondevivíamos, la patrona y dueña de la casa en la cual alquilamos la planta alta eraPaula Escauriza, negra de Barlovento que fumaba tabaco con la candeladentro de la boca. Era allí donde se producían arepas para una buena parte delcasco de Antímano. Y con ella nuestra madre se dedicó a ayudar a la señoraPaula que se ocupaba de preparar arepas y empanadas y en algunas épocasdel año, hallacas, para mantener su casa y su familia. Mamá recibía un pagopor eso y así ayudaba a mi papá en el mantenimiento de la casa….”En ese ambiente creció Mikel de Viana aprendiendo el euskera en la Compañíade Jesús, con sus compañeros vascos enamorándose de la cultura de suspadres. Su vocación fue tardía, a los veinte años, llevando al trabajo jesuíticotoda su experiencia social de un barrio humilde habiendo sido además desacerdote y jesuita un intelectual, un profesor destacado y muy querido, unexcelente artista, especialmente en el teatro y un maravilloso imitador,ejerciendo como un acompañante espiritual que dio en su vida a las familiasen momentos difíciles o en la despedida de seres queridos. Él fue quiencelebró el funeral de nuestra ama y además del Aurtxo Txikia nos puso el AlmaLlanera en la despedida.Desgraciadamente tuvo que irse de Venezuela por razones políticas. Imbuidoen su trabajo social en los barrios marginales denunció la demagogia, la faltade respeto a los derechos humanos, el cierre de emisoras y cadenas detelevisión, la pobreza que se vivía en un país riquísimo denunciando laprogresiva dictadura de Hugo Chávez. Mikel era un jesuita valiente y claro quese enfrentó a un régimen policial y quiso ayudar a resolver todo lo que veíamal en un país que vivía la esquizofrenia de un discurso y una realidad cadavez más dual. Desde el Centro Gumilla y desde los barrios y la Universidad, asícomo de los medios, adquirió una inmensa popularidad. El curita vasco hablabaclaro y lo que decía venía de una experiencia directa. Ante aquello, el gobiernode Hugo Chávez se puso en contacto con la Compañía de Jesús y le dijo: ”Ome sacan a éste cura o lo encarcelo”. Y Mikel tuvo que aceptar la petición desus superiores y residenciarse en Bilbao y vivir todos estos años en laUniversidad de Deusto dando clases, celebrando misas en parroquias,reflexionando, siendo amigo de sus amigos, yendo a las manifestaciones queorganizábamos.El jueves pasado, a los 69 años, falleció Mikel de Viana y el domingo fueenterrado en el cementerio de los jesuitas en la Basílica de Loiola. Ese mismodía trece jesuitas concelebraron un funeral en el Colegio de Bilbao. En suhomilía el P. Peio Azpitarte lo describió como un “gudari”. Este sábado enCaracas el cardenal Baltazar Porras, el Rector de la Universidad Católicadonde Mikel dio clases y el P. Luis Ugalde, que tendrá a cargo la homilía celebrarán el funeral de despedida a una persona muy querida, muy respetaday obligada a morir en el exilio. Su muerte ha causado honda conmoción enVenezuela y son muchísimos los comentarios en favor de un cura valiente yconsecuente, donde no solo se le honrará en la Universidad Católica sinoasimismo en muchos lugares ,dada la dimensión nacional de su personalidad.Agradezco a Deia la posibilidad de despedir a Mikel y su trabajo en días enlos que es noticia el fallecimiento, triste, de Olivia Newton John, y aquí ni noshemos enterado que un jesuita vasco, luchador social, euskaldun y muy bravohasta el final, nos ha dejado con la tristeza de no haber podido regresar a suamada Venezuela porque moría en el exilio. Como Gregorio VII pudo decir:”Amé la justicia y odié la iniquidad, por eso muero en el destierro”.GB Mikel.

Alberto ELosegui. El alma de la Resistencia Vasca

Sábado 13 de agosto de 2022

Miembro de una importante familia gipuzkoana. En 1951, Elosegui, recién graduado de abogado, junto a su hermano se encargan de la defensa de los encausados gipuzkoanos Emilio Agote, José Larrea, Berakoetxea, Agustín Miner, procesados tras la fuga general de Euzkadi, que por primera vez afectó a los cuatro territorios vasco-peninsulares. Ocurriéndosele enviar crónicas a Camilo Cianfarra, periodista de gran prestigio del rotativo » The New York Times». Conociendole personalmente después y manteniendo la colaboración clandestina por años. Posteriormente es detenido y procesado al colocar, con un grupo de la Resistencia, una ikurriña en el Monte Urgull de Donostia.

Obligado a refugiarse. En Venezuela, fue periodista de la revista Momento, trabajando con personajes de la talla de Karmele Leizaola, Gabriel García Márquez y Plinio Apoleyo Mendoza, siempre incluyendo alguna referencia vasca. Siendo identificado por la dictadura franquista como uno de los nacionalistas más peligrosos contra el régimen.

Al llegar a Venezuela en plena dictadura de Pérez Jiménez y siguiendo la línea de muchos periodistas, utilizó el seudónimo de «Paul de Garat», llegando a ser una firma muy prestigiosa del periodismo iberoamericano y un mito para toda una generación de jóvenes vascos que se iniciaban en actividades políticas clandestinas en la década de los 60.

Fue la columna vertebral de «Gudari», revista clandestina elaborada y editada en Venezuela para posteriormente ser repartida en el interior de Euzkadi. Fué uno de los creadores de la Radio Euzkadi clandestina «La Txalupa», llevando diariamente su programación y edición. Ideó la película «Los Hijos de Gernika», dobló al castellano la película «El hombre en la Ventana», del lanzamiento de Joseba Elosegui en llamas ante Franco. Siempre estuvo pendiente de todo lo que existiera para erosionar al régimen, mantener la fé en la victoria y divulgar el nacionalismo. Publicó la biografía más completa del Delegado Vasco asesinado por Trujillo, «El verdadero Galindez». Fué quién tradujo del inglés el libro de George Steer, El Árbol de Gernika» , editándolo y difundiéndolo

Alberto Elosegui es un héroe de la lucha clandestina, poco reconocido, completamente comprometido, apostando todo en una época muy dura, que le causó persecución, cárcel y exilio. Su esposa Jone le apoyó y le animó siempre en su lucha. De Caracas viajó a Londres radicándose luego en Iparralde, pasando a vivir en Donostia con su familia, manteniendo una pluma aguda y equilibrada.

Falleció en Donostia rodeado de Jone y de sus hijos Paul, Unai, Leire, Jon y Miren y hoy será el funeral a las 6:30 de la tarde  en la Iglesia de la Sagrada Familia. 

Goian Bego Alberto.  Y como tú le  llamaste a Joseba Rezola en la edición de la revista gudari que le dedicaste,  has sido el «Gran héroe humilde».

La medalla que Zuzaeta quitó a Franco

Viernes 12 de agosto de 2022

Once años después de que la corporación franquista de Gernika decidiera conceder la medalla de brillantes aldictador, los ediles democráticos de la villa aprobaron solicitar de los herederos del anterior jefe del Estado la devolución de tal condecoración. Lasvíctimas del bombardeo y de la represión fascista quedaban desagraviadas.
El 29 de enero de 1966, el ayuntamiento de Gernika, al frente del cual se encontraba Augusto Uncetabarrenechea concedía a Francisco Franco la medalla de brillantes de la villa. «Por la paz que, gracias a los incansables esfuerzos de V.E. -decía una carta del alcalde franquista- y por la palpable prosperidad de España, venimos a rendir a V.E. nuestro homenaje de gratitud, rogamos nos honre aceptando la primera Medalla de Brillantes de Guernica. Y que el significado y el valor de este ofrecimiento, supla la cortedad vizcaína denuestras palabras». Las bombas de la aviación alemana y las mentiras del «caudillo» sobre la masacre quedaban «premiadas» en una condecoración de nuevo cuño.
Una medalla de brillantes montada en un camafeo de sangre y horror, en un marco de destrucción y odio. A finales de 1965 y en previsión de la conmemoración de los «treinta años de paz» de Franco, la corporación «azul» guerniquesa se apresuraba a aprobar un reglamento para la concesión de medallas «al mérito de la villa de Guernica y Luno». Tras el holocausto, llegó la represión y en ella los honores al dictador. Dicho reglamento, en su artículo 16 decía: «Si por actos posteriores a la concesión, el titular se hace indigno de poseer la medalla, el Ayuntamiento se la podrá retirar». Quedaba abierta una puerta al desagravio «Indigno de tales honores» ya en 1979, el primer ayuntamiento democrático de Gernika decidió hacer»borrón y cuenta nueva».
En el 42 aniversario del bombardeo la corporación municipal realizaba la siguiente declaración:»Esta corporación considera como agravio realizado al pueblo de Gernika la concesión de distinciones y honores realizados al anterior Jefe del Estado don Francisco Franco Bahamonde por personas que no representaban al pueblo deGernika. En consecuencia, esta corporación acuerda repudiar tales actuaciones y retirar a Don Francisco Franco Bahamonde el título de «Hijo adoptivo» que le fue concedido por acuerdo plenario de esta corporación en sesión celebrada el día 13 de febrero de 1946, así como la medalla debrillantes que le fue otorgada por acuerdo de la corporación municipal el 29 de febrero de 1966, por considerarle indigno de tales honores».
A pesar de que esto fuera aprobado el año 79, ninguna gestión se llevó a cabo de cara a recuperar el mencionado galardón.
Por eso, elgrupo de concejales del Partido Nacionalista Vasco presentaba ante el pleno municipal una resolución en tal sentido. La propuesta nacionalista causó expectación entre la opinión pública y diversos medios de comunicación estuvieron presentes en una reunión municipal no exenta de tensión.Los focos de Euskal Telebista daban pie al «lucimiento» particular de cada una de las fuerzas municipales.
De los 17 corporativos solamente 15 estaban presentes en la sala -1 socialista, 1 de HAS-hoy EA-, 2 de HB, 2 de EE y 9 del Partido Nacionalista Vasco-. En la calle, una fina lluvia rompía la monotonía. En el salón de plenos los ánimos se encrespaban. Toño Ruiz desde las filas de Euskadiko Ezkerra desarrollaba su papel de tribuno. Un orador más sonoro que convincente que llegó a encrespar los ánimos del nacionalista Eduardo Vallejo quien manifestó que «el PNV no necesita ningún Pepito Grillo que le diga lo que tiene o no quehacer». Entre las sonrisas del edil socialista que manifestaba no entender loscambios de criterio de EE y la simpatía contenida de los representantes de HB,el miembro de HAS –hoy en las filas del partido de Garaikoetxea- acusaba a la alcaldía de discriminación al tiempo que presentaba ante el pleno un escritoavalado por el «grupo parlamentario de Eusko Alkartasuna» firmado por Juan Porres.»
Una representación inusual -comentaba a «Euzkadi»- un edil nacionalista. Si ETB no hubiera estado aquí el pleno hubiera terminado para las once y media». Bien es verdad que la «movida» resultó un tanto artificial, máxime si se tiene encuenta que el pleno finalizó al filo de las dos de la tarde, pero el desarrollo de la sesión plenaria dejó traslucir la realidad oculta de la vida municipal. Ninguna corbata estaba presente en la sala. Juan Luis Zuzaeta, con gesto reposado «aguantaba» los ataques de la oposición, sobre todo de Euskadiko Ezkerra, cuya exigua representación -dos de diecisiete- pareció, a tenor de las intervenciones, el grueso de las tropas de Aníbal atravesando los Alpes. Finalmente y gracias al consenso entre PNV y HB, el ayuntamiento de Gernika acordó llevar a cabo las gestiones oportunas para ejecutar el acuerdo adoptado ocho años atrás. De esta forma, la representación democrática rompía un agravio e instaba a los herederos del dictador a la devolución de una condecoración bañada en sangre. Una insignia de la que se desconoce el paradero.
«No sabemos -declaró a esta revista el portavoz nacionalista en el ayuntamiento guerniqués- dónde puede encontrarse la medalla en cuestión. No sabemos si se llevó a Suiza camuflada en aquel reloj que fue localizado en la frontera pero tampoco nos importa mucho. Si quieren, que se queden con ella.No la queremos. Pero que los herederos del dictador sepan que ya no les pertenece porque el pueblo de Gernika se la ha retirado».
La reunión de concejales concluyó sin solemnidad. Sin la parafernalia deplenos parlamentarios o congresos resplandecientes. Finalizó entre el malestarde quienes opinaban que con ese acto se abría la campaña electoral -todo decara a las cámaras y los medios de comunicación- y quienes increpaban aaquellos «que les gusta figurar». «Hay que venir todos los días al ayuntamiento -declaraba indignado un veterano concejal del PNV-. Como yo, que desdeprimera hora de la mañana estoy aquí. No hay que venir sólo a estas reunionescuando están los periodistas. Cuando hay que trabajar hay que venir».Franco se quedó sin la medalla de Gernika en el cincuenta aniversario delbombardeo de la villa. Sólo PNV y HB apoyaron una moción que hace posibleque tal resolución se ejecute. El «caudillo» pasó al olvido.