La huelga por la huelga o el ejercicio abusivo de un derecho

Martes 8 de febrero de 2022

Bien, ya tenemos huelgas convocadas abusivamente. Lo argumento.

Es en la mesa sectorial de Osakidetza donde hay que plantear las cuestiones si de verdad se quieren resolver. Pero no lo quieren. Es la huelga por la huelga. Nos lo dijeron.

Omiten en su convocatoria para engañar a la ciudadanía  un dato del mayor relieve.

El orden del día de esa reunión de la Mesa de Osakidetza lo redactan  las dos partes: la Dirección de Osakidetza con dos temas y los otros dos temas la parte social. Los sindicatos.

Ni una sola vez, repito, ni una sola vez han planteado los sindicatos hablar de la atención primaria, ni temas adyacentes. Ni una sola vez. Ellos solo están para protestar y organizar huelgas.

Tampoco han solicitado poner encima de la mesa evitar la “supuesta” fuga de profesionales, ni siquiera datos contrastables. Ni una sola vez. Repito, ni una sola vez.

La vía para reducir la temporalidad son la Ofertas Públicas de Empleo (OPE) y Osakidetza acaba de convocar Medicina de Familia, Pediatría y Enfermería. Todo lo posible que da la ley. Todo. Me refiero a la ley de presupuestos 2018-2019. Lo mismo la OPE 2021aprobada.

Los sindicatos tienen todo el derecho a la huelga, pero si abusan de ella dañan a la sociedad y a la imagen de Osakidetza gravemente y muy frívolamente. En democracia son los partidos quienes se presentan a las elecciones, no los sindicatos. Pero ya lo han dicho ELA y LAB, ellos son políticos, pero en este caso de política destructiva, porque tienen canales para resolver problemas y no lo hacen. Hoy ha estado la secretaria General de CCOO en Radio Euzkadi. No ha planteado ninguna de las demandas que les llevan a la huelga.

El precepto constitucional reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses. El concepto clásico de “trabajador” vinculado al derecho de huelga que aflora en  los  albores de la revolución industrial, hace referencia a las personas laboralmente dependientes, laboralmente explotadas y económicamente expoliadas  que mediante el ejercicio de este derecho y otros de carácter colectivo, fueron consiguiendo mejoras en sus condiciones de trabajo, salariales, de seguridad e higiene, un contrato como el del trabajo que ya no considera el salario como una mera contraprestación contractual sino como un medio de vida del trabajador y, por último, consiguieron la existencia de un sector del ordenamiento jurídico, del derecho del trabajo, protector de los derechos de los trabajadores

En definitiva, el derecho de huelga posibilita históricamente  el advenimiento de la clase trabajadora a una situación bien ajena a las condiciones de explotación y abuso de la primera revolución industrial.

Todo esto tiene que ser complementado, con una segunda reflexión ajena a la legitimidad de los sindicatos para organizar cada dos por tres, e incluso llevar a los tribunales al Gobierno Vasco, por cuestiones que pueden ser encauzadas en una Mesa. El derecho a la huelga no es un derecho susceptible de ser ejercido ilimitadamente. La propia ley establece regular las garantías precisas para a asegurar el mantenimiento de los servicios mínimos, evitar la coacción y los piquetes intimidatorios, cuando el derecho se ejercite. Estas huelgas salvajes de sanidad compromete gravemente la imagen de la institución, que también es un bien. Les importa un pito.

Hablo con médicos y enfermeros/as. Se extrañan de esta facilidad para convocar huelgas en función del trabajo acumulado en una pandemia que es algo excepcional. ”Nadie vocacional de la sanidad puede argumentar en serio esto. Se descansa de mil maneras sabiendo además que esto es una crisis temporal. El problema es que aquí hay sindicatos antisistema, poca vocación  por la sanidad como servicio y gentes que creen que la medicina y el trato humano a los pacientes es un empleo sin más manipulando una situación excepcional como si fuera para siempre”.

Hay de todo. Y no niego que existan argumentos como el no cubrir puestos de pediatría en ambulatorios de Bilbao. La temporalidad se puede gestionar de muchos modos con contratos diarios por no haber habido una planificación adecuada o  con contratos más largos. Una pandemia es algo excepcional y medible en el tiempo, tratar de cubrirlo todo en una situación de emergencia y criticar como lo están haciendo, a mi juicio es de una irresponsabilidad absoluta y creo hay que decirlo, denunciarlo y pedir que lo haga mucha gente, porque ya está bien.

Creo que todo esto hay que plantearlo en las Mesas correspondientes. Ya sé que es pedir peras al olmo en gentes que están solo  a erosionar a Osakidetza y al Gobierno Vasco. No están en una sintonía de búsqueda de soluciones. No se buscan solucionar los temas, sino envenenarlos, y los convocantes de estas huelgas están en ello.

El derecho a la huelga es fundamental. El abuso de la misma, nefasto en una sociedad con valores, seria y que busca una buena imagen de profesionalidad. Que vayan a la Mesa sectorial de Osakidetza y no a los juzgados y que no tengan ese eslogan de la huelga por la huelga porque están abusando de un derecho.

El miércoles una magnífica conferencia en la Fundación Sabino Arana

Lunes 7 de febrero de 2022

Se han cumplido treinta años del golpe de estado que el  teniente coronel Hugo Chávez dio al presidente elegido Carlos Andrés Pérez. Treinta años después Venezuela es una dictadura. Si alguien sabe de lo que ha pasado y de como salir de esta situación de atasco es el P. Luis de Ugalde, bergarés, y Premio de la Fundación Sabino Arana.

El P. Ugalde ha dado ya en el pasado tres conferencias a cada cual mejor. Este miércoles, antes de volver a Caracas, nos dirá lo que opina y lo que él cree que se puede hacer.

El P. Ugalde es una referencia moral en Venezuela y una de las personas más escuchadas y respetadas.

Te invito a acudir. No te defraudará.

Belloc. Se apaga una llama.

Domingo 6 de febrero de 2022

Impresionado como estaba no pensé que cuando, con toda mi familia, estuve en el acto organizado en la Abadía Benedictina de Belloc, poco antes de la llegada de la pandemia, aquel lugar tan cargado de historia, iba a cerrar tan pronto. Uno piensa que todo en la vida es como en la película “De aquí a la eternidad” con  final feliz y 8 Oscars. Dos años después no lo ha sido porque entre la pandemia, la alta edad de los monjes benedictinos, unas instalaciones demasiado amplias y la ausencia de vocaciones, uno de los faros vascos, se nos apaga ante nuestras narices. Y recuerdo vivamente aquel acto al que acudimos invitados por Gogora y con presencia del Lehendakari Urkullu y del presidente de la Mancomunidad de Iparralde Jean René Etchegaray y del Presidente de los Pirineos Atlánticos, Jean Jacques Lasserre  donde Urkullu agradeció a los monjes la asistencia y protección ofrecida a vascos refugiados entre 1936 y 1940, entre ellos a nuestro aita. Se prevé se muden esta primavera a un convento cercano. Las instalaciones serán adquiridas por la asociación cristiana Habital&Humanisme, si bien la iglesia, el cementerio y la biblioteca seguirán en sus manos. Como otros muchos pueblos de la zona, Aldude y su valle, en la Baja Navarra, mantienen una especial cercanía con la orden.

En casa nos habíamos pasado toda la vida oyendo hablar de la Abadía y de los monjes. Y en ese 24 de febrero de 2020 visitamos las dependencias del Convento y al final el Lehendakari pronunció unas sentidas palabras, ”huían de lo peor y encontraron la mejor condición humana” antes de entregarles una placa de reconocimiento. En aquella mañana departimos con los 15 monjes que allí vivían en comunidad y con los familiares de aquellos jóvenes que estuvieron allí  acogidos. Después compramos un queso riquísimo. Estuvo muy bien aquel acto que saldaba una deuda con aquellos beneméritos benedictinos que dieron techo y comida a unos perseguidos. El acto no tuvo mucho eco como no lo está teniendo su cierre. Vivimos sumergidos, como la rana, en una información donde priman las  Ayusos, los Mañuecos, las vacas, Garzón, Nadal y el sursum corda, pero no hechos de calado como este cierre que no ha tenido ni un segundo en etb. Y lo siento.

Y eso que hay ríos de historia por detrás. Por lo que parece el sacerdote Aitzol quiso refugiarse en la Abadía pero el general Mola, enterado de los intentos de Ariztimuño, envió un mensaje al Abad del convento de los Benedictinos de Belloc, en la que le amenazaba que en caso de que se le permitiera la estancia tomaría represalias contra los también benedictinos del convento de Lazkao en Gipuzkoa. Ante semejante chantaje, Aitzol abandonó su residencia en Belloc y decidió partir a Bilbao el 15 de octubre de 1936 en el buque “Galerna” que salió de Bayona. El buque fue capturado en alta mar y el sacerdote fue apresado y llevado a Pasajes y de allí a la cárcel de Ondarreta donde fue torturado y el día 19 fusilado en el cementerio de Hernani. La falsa Cruzada católica de Franco reprimía con inusitada dureza a los vascos y no dudó en fusilar a 17 sacerdotes, entre ellos a Aitzol, por considerarlo nacionalista, sindicalista y precursor de la doctrina social cristiana.

Txiki Benegas me contó que le impresionó el que en los últimos momentos de vida de su padre, José Mari, antiguo abogado del PNV, estando ya delirando antes de su muerte, en sus entrecortadas palabras solo hablaba de que no llegaba el barco de Aitzol. La impresión sobre aquel terrible episodio en la vida de Benegas lo debió llevar muy dentro para que aflorase con tanta fuerza en sus últimos momentos. Algo parecido a aquella palabra que reiteradamente pronunciaba el ciudadano Kane antes de su fallecimiento. 

En la fotocopia de una fotografía enviada por el actual Abad de Belloc, P. Marc, he podido ver nada menos que a Aitzol con txapela, a D. José Miguel de Barandiarán, al literato Antonio Labayen, al sacerdote Román Laborda, al abogado José María Benegas y a D. Leonardo Arteaga que estuvieron allí en 1936. También estuvo quien fuera abad de Lazkao, Aita Mauro Elizondo, Nicolás Ormaetxea “Orixe”, D. Alberto de Onaindía, el bertsolari Basarri, Ignacio Olabeaga, el escultor José Alberdi, Pello Irujo, Cándido Echeverria, gudaris de todo tipo como Joseba Elosegi, Basurde, los hermanos Zubiria, el organista de Lekeitio Alejandro Valdés y su hijo Imanol. Muchísimos sacerdotes y religiosos así como gudaris del PNV y ANV, y la flor y nata de la cultura vasca de la época siendo visitados continuamente en  la Abadía por el lehendakari Agirre, Telesforo Monzón, Eliodoro de la Torre, José Mari Lasarte, muchísimos sacerdotes y religiosos así como gudaris del PNV y ANV.

Belloc es un monasterio benedictino en la localidad de Urt situado en la ribera del Adour y a 15 kilómetros de Bayona. Está en el departamento de los Pirineos Atlánticos, en la región de Aquitania y en el territorio vasco de Laburdi. Lo fundó el P. Agustín Bastres de Saint Pee en Laburdi. En 1874 los novicios vascos del monasterio benedictino de Pierre–que-Vire, deseaban fundar una abadía para dedicarse a la actividad misionera y para ello se fijaron en una vieja granja desocupada de Belloc. Cuando en 1902 el gobierno francés ordenó la disolución de la orden, los monjes se refugiaron en casas vecinas y un grupo se fue a Olza en Navarra y otro a Idiazabal y de aquí pasaron a Lazkao para ocupar un caserón antiguo de carmelitas expulsados por el gobierno español. Hacia 1928 volvían de nuevo a Belloc los monjes benedictinos más los nuevos monjes gipuzkoanos.

Con esta historia por detrás no es extraño que en 1936 acogieran y protegieran a nacionalistas vascos y a republicanos españoles y durante la ocupación alemana a resistentes franceses y a pilotos enviados por la red Orion. Denunciados por ello en 1943 el prior y el superior fueron detenidos e internados en Dachau hasta el fin de la segunda guerra mundial. La abadía recibió la Legión de Honor y una estela recuerda este compromiso con la democracia y la libertad de estos monjes.

A partir de 1968 acogió a miembros de ETA, que incluso celebraron alguna de sus asambleas en esta abadía que, como he comentado, fabrica quesos con la leche que producen los rebaños de alrededor. Completan su economía con  el cultivo de las viñas, huertas y árboles frutales.

De aquella etapa en Belloc solo recuerdo que una vez me contó mi aita  una de las bromas que le hicieron a un  gudari recién llegado a la Abadía. Le dijeron que era costumbre que cuando llegaban al refectorio por primera vez se tumbara en el suelo ante los benedictinos y, con los brazos en cruz, hasta que estos le diesen la orden de levantarse. Y al parecer uno de ellos picó el anzuelo e hizo toda aquella ceremonia. También recuerdo haber ido con él en los años sesenta a Belloc pero llegamos a la hora temprana de la comida y no pasamos de la puerta. Su comentario fue que aquello estaba muy cambiado.

¿Qué harían allí?. Vivir, alimentarse, trabajar en la huerta, rezar como novicios, ayudar a los monjes, lavar los hábitos, ir a Bayona en bicicleta a vender las legumbres y frutas que cultivaban en la Abadía y con lo ganado compraban vituallas para el día a día, ir de excursión a Lourdes, salir y estar con sus compañeros y sobre todo verlas venir y lograr no caer encerrados en el Campo de concentración de Gurs ya que sonaban los primeros sonidos de los tambores de guerra, de la II guerra mundial.

Es indudable que una época de nuestra reciente historia está desapareciendo. El fallecimiento del primer presidente del Parlamento Vasco, Juanjo Pujana es asimismo muestra de ello. Una época poco conocida desaparece aunque sea difícil de entender la presente sin la huella de la pasada. Gastamos muchísimo en  fiestas, en semanas musicales, en deporte de todo tipo pero lograr que una institución haga un documental, edite un libro, enaltezca todo este pasado es como ir a un sacamuelas de los de antes. En lugar de promover desde las instituciones que todo este bagaje cultural no se pierda y lo promuevan las personas responsables y con presupuesto, se cubren los servicios mínimos, pero ni un milímetro más.

Belloc se cierra y una llama se apaga. Y si te he visto, no me acuerdo, mientras se nos llena la boca hablando de Iparralde y cuando fallece Ramuntxo Kamlong o se cierra esta referencia no le damos la misma importancia. Si nosotros no ponemos en valor lo nuestro, ¿alguien en serio cree que lo harán en Madrid o en París?.