El Estatuto de Gernika visto por Carlos Iturgaiz, Marcos Vizcaya y Maddalen Iriarte.

Martes 26 de octubre de 2021

Este pasado lunes se cumplieron  42  años de la aprobación en referéndum del Estatuto de Autonomía de Gernika. Curiosamente solo salieron a la palestra Carlos Iturgaiz en un acto bajo el Roble de Gernika y Maddalen Iriarte.

Con grandilocuencia barroca Iturgaiz nos dijo que ellos son los únicos que defienden el estatuto aunque en el Senado, Oiarzabal presentó, no hace mucho, una moción para que no se completara esta ley orgánica de obligado cumplimiento. Se pirran por los actos vacíos, las palabras de sainete y poco más. En 1979 el fundador del PP, Manuel Fraga, estuvo contra el Título VIII de la Constitución y contra el propio estatuto de autonomía. Él estaba por la descentralización y los «coros y danzas». Que Iturgaiz diga las sinsorgadas que dice solo hay que tomarlas como el ruido de la lluvia cuando llueve.

Le pregunté a Marcos Vizcaya, diputado del PNV en  aquella negociación y me dijo lo siguiente:

«Hoy a pesar de sus carencias y en espera  de uno mejor, brindo por el Estatuto de Gernika que nos supuso un Gobierno y un Parlamento Vasco, en el que aún sus más enconados individuos pelean por estar, habiendo logrado al año siguiente la devolución del Concierto para Bizkaia y Gipuzkoa  que nos permite tener y mantener nuestro estado de bienestar.

Un estatuto por el que nos dejamos la piel en medio de la mayor oleada de terror desatada para hundirlo. A pesar de todo yo lo celebro como un gran paso hacia mayores cotas de soberanía democrática. Y no puede caer en el olvido el mayor y más difícil logro que ha conseguido el EAJ-PNV en las últimas décadas. Fue una lucha titánica en medio de la más absoluta soledad, cuando no la más cruel oposición».

Marcos Vizcaya, tras el retiro del Congreso de Xabier Arzalluz, aprobado el estatuto, fue el portavoz del PNV en aquella Cámara. Sabe bien de lo que habla.

Y es  verdad lo que dice.

Hay que añadir la postura remisa a veces pero imprescindible de Benegas con el PSE para convencer en Madrid a los Guerra y compañía. Fue una proeza hoy irrepetible. ETA mataba y la derecha franquista se soliviantaba pero no tenía el freno de mano puesto pues le pesaba el inmediato pasado de apoyar una dictadura. Hoy estaría en contra de cualquier acuerdo estatutario.

Y es verdad que fue el éxito de un partido, de un equipo de lujo, de una generación y de un Suárez que apostó fuerte.

Para marcar su terreno, también habló la portavoz de EH Bildu en el Parlamento Vasco, Maddalen Iriarte, que denunció que 42 años después de la aprobación del Estatuto de Autonomía de Euskadi, esta ley orgánica permanece «incumplida», dado que hay una treintena de competencias pendientes de transferir al País Vasco, por lo que ha reclamado al PNV que «clarifique» cuáles son sus intenciones para avanzar hacia un nuevo estatus político y que abandone sus «maniobras de dilación» en relación a este objetivo.

Como siempre esta señora se dedicó a dar la nota y hacer lo posible para que se olvidara que lo que ella representa hoy fue ayer el mayor enemigo del estatuto de Gernika al que tildaban de estatutillo vascongado. Olvida que sin ese estatuto no sería hoy miembro del Parlamento Vasco, al que no acudían por desprecio al no incluir a Navarra y tampoco hubiera sido trabajadora de EITB, ente público nacido del propio estatuto de Autonomía.

En su intervención podía haber asumido que si el estatuto está sin cumplir es precisamente por la existencia de una ETA que los dirigentes de Sortu apoyaron durante cuarenta años y que todo lo que dice está muy bien pero su obsesión en criticar al PNV, el artífice de este buen texto, le invalida para que le creamos absolutamente nada  de lo que dicen por su falta de generosidad y por no reconocer que una de las víctimas de lo que llaman «conflicto» fue un estatuto paralizado gracias a sus «éxitos de guerra».

Estamos pues, como siempre, ante gentes que nos quieren meter a todas horas gato por liebre. Ahora descubren que existe el estatuto, que es bueno, pero que el PNV tiene la culpa de que no esté completado y quieren que vayamos de la mano con las gentes del NO a por más cotas de poder sin haber completado las actuales, aunque en verdad y como dijo Otegi en Eibar lo que les interesa son los  presos. Presos que nunca dicen, están encarcelados por algo.

Nada nuevo bajo el sol.

Incluyo la fotografía de Marcos Vizcaya en el batzoki de Gorliz en 1979 cuando el estatuto fue aprobado. HB estaría en alguna manifestación o felicitándose por alguna acción de ETA.

Señores, ¡ya está bien de cinismo!.

Elías Amezaga y el Hotel Panamá.

Lunes 25 de octubre de 2021

Nació el 9 de agosto de 1921. Hubiera cumplido cien años. Su familia y sus amigos, lectores y admiradores no quieren que su recuerdo se diluya en la niebla. Hacen bien, porque Elías era un hombre intenso que dejó huella como  escritor, autor teatral, biógrafo, recopilador de datos, y de tantas cosas más. En la plaza Pedro Eguillor se le recuerda con este texto: “Elías Amezaga (1921-2008), escritor, polígrafo y gran bilbaíno”.

Lo fue  así como Ilustre de Bilbao  en la primera edición de esta distinción.

Le conocí más cercanamente  y visité una vez su Torre, llena de libros, a raíz del encargo que le hicimos de escribir una biografía del Lehendakari Agirre. Le gustaban las personas comprometidas y monolíticas. Y además le había cautivado el Lehendakari en una visita que le hizo en su exilio de Paris en la Delegación Vasca de la Rue Singer.

Aquel encargo  lo tomó casi como la obra de su vida aunque pronto se topó con archivos cerrados y protagonistas de aquella relación remisos a dar datos. Pero a pesar de todo y a su feliz terquedad comenzamos a presentar parte de su ingente obra en dos libros de los tiempos de diputado en la República de Aguirre en una rueda de prensa en el Carlton con el Lehendakari Ardanza. Recuerdo que me contó que le fascinó que los diputados vascos se alojaran en el Hotel Panamá en la Gran Vía de Madrid y me dijo que iba a escribir una obrita de teatro con este fondo.

“Mira Iñaki -me decía- ¡que escenario tan magnífico!. En un hotel con nombre tan sugerente se alojan unos vascos con el estatuto de Estella bajo el brazo luchando a brazo partido contra todas las inercias españolas y donde aparecerían desde Prieto a la Pasionaria, pasando por Calvo Sotelo, Monzón y compañía. Lo ambientaría en ese hotel con las reuniones que tendrían aquellos jabatos tras pasarse el día en  el Congreso. Y vamos  a divulgar lo que hicieron como lo hacían ellos en tiempos de la República a base del teatro”.

¡Que pena que no lo pudo hacer!

Afortunadamente su nieto Abraham mantiene la llama del recuerdo de un abuelo tan genial. Ex secretario y autor de la bibliografía de Elías mantiene el fuego sagrado del recuerdo de una existencia que no dejaba indiferente a nadie.

Amezaga escribió sobre los vascos allí donde le daban una oportunidad buscando siempre la huella de algún hijo/a de nuestro pueblo tan poco dado a escribir nada. Para eso estaba Elías. Seguía la pista y como un sabueso la encontraba, la relacionaba y consagraba su existencia. Ahí quedaba y él se acordaba de ella.

Elías Amezaga tiene una biografía de Sabino Arana muy cercana y en “Autores Vascos” recogió  en diez tomos con fichas detalladas los trabajos de más de 12.000 escritores. El esfuerzo diario de nada menos que treinta años.

Ya no hay personas con la vocación de la difusión, de la recopilación, de la puesta en valor de lo vasco como él. Por eso es magnífico se le recuerde y que su memoria continúe. Fue y sigue siendo todo un ejemplo y un referente.

Meteduras de pata

Domingo 24 de octubre de 2021

Ya saben que la monarquía española tiene un protocolo muy estricto. Nada que haga sombra al inviolable. Y la foto es de una recepción en el Palacio Real y cuando Pedro Sánchez y su esposa se pusieron al lado del rey español y de la princesa a dar la mano en amable recibimiento a los invitados a Palacio. Al muy poco llegó el jefe de protocolo, uno de esos chambelanes que saben poco de democracia, les dijo que se fueran de allí y los mandó con el resto de invitados. Sánchez se quedó con cara de tonto. No tiene sangre azul. Para la Casa Real fue una metedura de pata.

No sé si el comienzo de la pérdida de imagen y de votos del candidato de la CDU alemana Armin Laschet para las elecciones alemanas comenzó cuando se viralizaron unas imágenes en las que aparecía riéndose en grupo mientras  el presidente del país, Frank-Walter-Steinmeter expresaba desde el Land afectado por las inundaciones, Renania del Norte Westfalia, su consternación por la catástrofe. Fue un instante, pero destruyó su imagen.

Y es que los políticos en público deben guardar normas de hierro en cuanto a sus emociones que no era el caso de Sarkozy. Según un diario suizo la canciller alemana, Ángela Merkel no soportaba la efusividad de su colega francés que la envolvía a besos y achuchones cada vez que se encontraban en las reuniones internacionales, llegando a pedirle se contuviera. De manera clara ahí había un choque cultural. A Merkel esas efusividades no le hacían la menor gracia y poco le faltó para pedir un burladero portátil en las cumbres internacionales. Que corra el aire. No es como Revilla el tal Sarkozy, ya que el cántabro se iba a la Moncloa con una lata de antxoas, miel y sobaos y con un apellido con claras reminiscencias de embutido.

Hablando de meteduras de pata hay que recordar una que le pasó a Jaime Mayor Oreja. El día era lluvioso, la seguridad, una preocupación constante y la presencia del Papa en Gipuzkoa una circunstancia excepcional. Tal vez por ello Mayor Oreja hizo algo que muy pocas veces repetiría a lo largo de su vida: se puso nervioso y perdió los papeles.En un momento dado su mujer le vio acercarse a ella en estado de gran agitación y confesarle:

■ Isabel ¡No sabes lo que he hecho, no sabes lo que hecho!.

■ ¿Qué has hecho Jaime?

■ Le he besado la mano al general de la Guardia Civil.

Ante la presencia de una multitud de cardenales acompañantes del Papa y la abundancia de autoridades civiles y militares de Euskadi, el delegado del Gobierno, en su precipitación, había confundido en los saludos al general Rodríguez Medel con uno de los purpurados vaticanos y, para estupor del Jefe de la Benemérita, le había besado la mano. Un gesto que repetiría años después con un sacristán de Vejer de la Frontera al que tomó por el cura párroco de la localidad, para mofa, veja y escarnio eternos de cuantos le acompañaban.

Sinceramente esta vivencia no es muy llamativa. Lo llamativo hubiera ido que Mayor Oreja le hubiera besado la mano a un ertzaina. Pero en eso Mayor Oreja nunca se equivocaba.