¡¡ Quiten las Estatuas de los Reyes Católicos!!

Domingo 8 de agosto de 2021

Alfonso R. Castelao fue elegido diputado por el partido Galleguista en 1931.Cuando llegó al hemiciclo del Congreso vio encima de la presidencia las estatuas de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando y pidió las quitaran. Siguen ahí. Argumentó que eran los causantes de las desgracias de España al imponer el criterio asimilacionista de los reinos de Castilla sobre una península multinacional, Portugal incluido. ”Castilla decía Castelao dotada de espíritu asimilista y de dominación, venció a los otros pueblos peninsulares. Es la Prusia de los pueblos ibéricos. La hegemonía castellana que en un momento histórico pudo tener su razón de ser, hoy es causa de perturbación para la armonía de los pueblos y naciones que componen la península .Castilla se afincó en conceptos cerrados, omnipotentes, intangibles, fulminó castigos y excomuniones; impuso un catolicismo más intolerante que el de Roma; declaróse, por medio de la Inquisición, proveedora general de la felicidad ultraterrena, suprimió siempre que pudo las soberanías ajenas ;usurpó poderes ;pospuso, en fin, la posibilidad de fusión o de acoplamiento de las realidades –lenguas, culturas, derechos, tradiciones, haciendas –al propósito de ser dueña y señora de España. La unidad, por lo visto, no estaba en armonizar todo cuanto fuese peninsular, es decir, propio de los diferentes pueblos que habitaban la península. Todo lo contrario. Estaba en la fuerza y en la imposición de todo cuanto fuese castellano y propio de los castellanos, comenzando por su lengua, compañera del Imperio, y de sus reyes. Y como Castilla fue engendrada y parida en el estruendo guerrero de la Reconquista, siempre consideraron indigno de su prosapia manejar el arado y fecundar la tierra y mucho menos comprender y acercarse a gentes que no hablaban el intocable castellano o pensaran diferente o tuvieran otros usos y costumbres”.
Tenía razón Castelao y lo acabamos de ver en los días previos a la reunión de presidentes autonómicos con Sánchez en Salamanca. España señores, es Madrid y su rey, un rey castellano. Cuarenta años después poco ha cambiado y siguen pensando igual que en tiempos del general.
A mí Castelao, me parece una personalidad atractiva aunque en Euzkadi tenemos poca noticia de él a pesar de los trabajos de Xosé Estvez, de la Declaración de Barcelona, de Galeuzka y de esa necesaria amistad vasco galaica que viene de la historia y que descubrí en los años ochenta y plasmé en un libro, Castelao y los Vascos, que los gallegos, Xurto Martin, ha tenido la gentileza de traducir y Xan Leira editar y diseñar dentro de la Memoria Documental de Galiza y a tal efecto, nos desplazamos a Ourense a final de junio para presentarlo en esta capital.
«CASTELAO Y LOS VASCOS» no es un libro de autor. Tan sólo un rompe-cabezas armado y formado por piezas sueltas, cartas, artículos de prensa y tra-ducciones del gallego. Quizás esta carencia de valor intrínseco como crónica mi¬nuciosa de una parte de nuestra historia la supla con algo que si se logra, ya es un pequeño avance: mostrar que en un momento clave del exilio, gallegos, cata¬lanes y vascos se pusieron de acuerdo, hasta el punto de que lograron sobresaltar los nervios de algunos prohombres de la República al soñar juntos afanes e ideas que la realidad política e histórica truncó con su inexorable dureza.
Aunque hoy sea poco conocida, fue muy importante esta relación, que llegó a cuajar en aquel proyecto denominado GALEUZCA, y que pese a no haber teni-do efectos prácticos, merece ser hoy conocido. De aquí vino la necesidad de com¬pilar parte de lo disperso en hemerotecas y carpetas personales.
Las urgencias políticas del postfranquismo no hacían propicio el dedicarse a la investigación. Hubo que improvisar muchas cosas y el día a día impedía mirar hacia atrás para dar a conocer lo que había sido aquel exilio tan largo como ex¬tenuante. El PNV sin embargo mantuvo y mantiene cordiales relaciones con el partido galleguista, el Bloque y Compromiso. Por otra parte se había reeditado en Durango la colección completa de la revista GALEUZCA realizada en Argentina. Esporádicamente se hablaba de este tema y cuando hubo que defender en el Congreso y Senado el Estatuto actual de Galicia los representantes del Nacionalismo Vasco lo hicieron con la misma dedicación y entrega cual si fuera propio. Visitas, cartas, y amis¬tad, pero también desconocimiento de un pasado sólo conocido por los protago¬nistas o los estudiosos.
Así las cosas, en junio de 1984, se decide que los restos mortales de Alfonso Rodríguez Castelao, que reposaban en el cementerio de La Chacarita de Buenos Aires, vuelvan a su Galicia natal. Quien fuera presidente del Consejo Nacional de Galicia, diputado y sobre todo líder galleguista volvía envuelto en la polémi¬ca. La Federación de Sociedades Gallegas había criticado en Buenos Aires «los manejos caciquiles de los organizadores del acto».
El hecho cierto es que sus restos volvieron a su querida Galicia. La prensa vasca reseñó el hecho con la dignidad que tenía la noticia y con la simpatía que tiene lo gallego en Euzkadi. Pero poco más. A nuestro juicio faltó énfasis nacio-nalista en resaltar el hecho. ¿Por qué?
Poco se sabía sobre Castelao y su obra. Casi nada de la relación de vascos y gallegos y muy poco de su sueño de GALEUZCA. Había pequeñas citas en bi¬bliotecas, nada de librerías y a los protagonistas de aquella historia no se les pre¬guntó nada con el fin de que recordaran aquellos años. Este espeso silencio sólo fue roto por algunos artículos, trabajos y una entrevista a Xosé Estevez quien ha estudiado con especial dedicación y éxito esta parte de nuestra historia reciente. En breve presentará su libro “A Presenza de Castelao en Euskadi”.
Así las cosas revolviendo viejas carpetas de artículos de D. Manuel de Irujo para la radio clandestina que trabajaba en Venezuela, vino a mis manos una se¬rie de cartas de Castelao a Irujo y de éste a Castelao. Eran cartas amargas, duras, plenas de reproches aunque rezumaran amis¬tad. Cartas del último tramo de la vida de Castelao desengañado de una Repú¬blica fracasada y desconocida por las grandes potencias que preferían la «segu¬ridad» del franquismo a la libertad peligrosa de una democracia. Publicar sólo aquellos documentos hubieran podido llamar a engaño. Había que ambientar todo aquel período y dar a conocer a los gallegos y a los vascos algo de lo que ha¬bía pasado entre estos dirigentes durante veinte años. No todo había sido triste. Había habido momentos de esperanza y cordialidad que era necesario dar a co¬nocer.
Para hacer este trabajo recurrimos a dos publicaciones, una gallega, «A Nosa Terra» y otra vasca «Euzko Deya», esta última órgano de prensa de la Dele-gación del Gobierno vasco en el exilio tanto en París como en Buenos Aires y México. De la transcripción de artículos y reseñas aparecidos en estos órganos de prensa, de entrevistas y documentos varios salió pues este trabajo que trata de acercar a Castelao al mundo vasco y lo vasco al mundo nacionalista gallego. Existía además un compromiso con el partido galleguista. Castelao había sido un hombre representativo de Galicia y un intelectual de primer orden pero sobre todo fue un militante a tiempo completo del galleguismo más sentido. Un nacio¬nalista gallego del partido galleguista. Y eso había que destacarlo, de una mane¬ra clara y terminante.
Hay hoy en día muchos que engolan la voz hablando de Castelao y son culpa¬bles directos de que Castelao muriera en el exilio. Hay hoy en día grandes perso¬najes que aparentemente asumen los postulados de Castelao y hubieran fusilado a éste si le hubieran detenido en 1936. Por eso era preciso decir que el galleguis¬mo de Castelao es un nacionalismo gallego que poco tiene que ver con la retóri¬ca, la forma, y las soflamas de gentes que tendrían hoy al Castelao vivo como a un radical sin futuro.
Pero Galicia fue Castelao y Castelao era Galicia, como se dice en este libro en frase feliz. Cuando Galicia vaya despojándose de toda la retórica de falso ga¬lleguismo y descubra al Castelao político, que por sobre todo defiende y siente a Galicia, habrá llegado efectivamente la gran hora de una nacionalidad histórica que junto a Catalunya y Euzkadi enriquecerán la política peninsular hecha a imagen y semejanza de Castilla..
Finalmente el libro se llama «Castelao y los Vascos» porque hemos deseado destacar la relación que tuvo el dirigente galleguista con todo el arco político vasco: PNV, ANV, Republicanos, Gobierno vasco, Delegaciones, Publicacio-nes, etc. No se limitó a la relación con un partido sino con un pueblo en el exilio y en sus diversas manifestaciones. La obra pretende por tanto ser de todos los vascos, de todos los gallegos y de todos los demócratas amantes de la libertad.
Bien es verdad que al final existieron dificultades. Que las potencias aliadas abandonaron a su suerte a aquel Gobierno republicano nacido con tanta espe-ranza en 1945. Bien es verdad que la solidaridad GALEUZCA al final se resque¬brajó, porque en su momento no pudo dar frutos prácticos. Bien es verdad que la distancia, la incomunicación, el exilio y la lucha por la supervivencia no son buenas consejeras para mantener proyectos políticos en el aire. Pero no es me¬nos cierto que en un momento dado GALEUZCA fue una realidad política, rela¬cionada y efectiva que produjo una positiva solidaridad y que mantuvo a través de su publicación y de su coordinación una plataforma política muy interesante y que estando ya en la historia, puede volver algún día a hacer historia.

La travesía gasteiztarra de un venezolano olímpico

Sábado 7 de agosto de 2021


Un común denominador de los atletas olímpicos es su necesidad de emigrar para lograr las condiciones idóneas para prepararse. En Venezuela no hay garantías para entrenar al mejor nivel, por lo que muchos deportistas han tenido que perseguir su sueño olímpico en otras tierras.
Este fue el caso del velerista Andrés Lage, que multiplicó sus esfuerzos para conseguir una clasificación a los Juegos Olímpicos contra todo pronóstico, considerando cómo inició su ciclo olímpico.
El sueño de Lage inició en la Flotilla de Vela Club Puerto Azul, el club venezolano en el que dio sus primeros pasos. Entendió que para progresar, tenía que desarrollarse en otro país y en 2015 viajó a Madrid con Tokio 2020 como meta a largo plazo.
Arribó a Vitoria-Gasteiz, capital de la Comunidad Autónoma Vasca, con acceso a costas ideales para practicar, pero sin recursos. Ni siquiera contaba con un barco para entrenar.
Su escasez de recursos le llevó a dejar de lado la vela momentáneamente y centrarse en buscar trabajo. No uno, ni dos, sino hasta tres empleos simultáneos llegó a mantener para vivir en Gasteiz y ahorrar en aras de materializar su sueño.
En las mañanas trabajaba en una tienda de artículos deportivos, en las noches en un restaurante de comida rápida, y los fines de semana los dedicaba a dar clases de vela, su única conexión con el deporte que practicaba.
Durante dos años enteros permaneció en esa situación, mientras que el reloj olímpico seguía haciendo ‘”tic tac” y su camino se veía cada vez más difícil.
Después de sus esfuerzos consolidados durante ese período, en 2017 logró dedicarse exclusivamente a la vela. Consiguió un trabajo en la Escuela Navarra de Vela como monitor, y los fines de semana trabajaba como entrenador en Vitoria.
No obstante, su rutina no le dejaba ni un respiro para hacer entrenamientos específicos para sus competencias, así que debía asistir sin preparación.
«No tenía ni tiempo para entrenar, solo para competir. Era frustrante ver que no podía dedicarle más tiempo, porque si tenía tiempo para entrenar, no tenía para trabajar y si no trabajaba, no podía ir a competencias», relató en una entrevista para la web de Tokio 2020.
Con sus ahorros, pidió crédito para comprar y adaptar una furgoneta. En ella instaló una litera que utilizó para dormir cuando iba a competencias. Le adaptó un remolque y allí cobraba por transportar las embarcaciones de competidores de otros países. Así costeaba la gasolina para los viajes largos, la comida y los costos de inscripción. Además, ahorraba en gastos de estancia..
En 2019 tomó la decisión de centrarse definitivamente en su ruta a los Juegos Olímpicos y arriesgarlo todo. Abandonó sus trabajos y viajó a Valencia, para prepararse.
Sus esfuerzos rindieron frutos, pues logró su clasificación a los Juegos Olímpicos en la Copa del Mundo de Vela en Génova. Allí consiguió marcar el mejor registro de un venezolano en esta disciplina.
Finalmente, en 2020 obtuvo barco propio y aguardó al inicio de los Juegos Olímpicos con las dificultades que la pandemia supuso. En Tokio 2020 continuó su historia de lucha, pues a diferencia de otros deportes que acaban con una sola jornada, Vela culmina después de 10 carreras.
Lage cerró su participación en el penúltimo lugar, ubicándose en la 18º plaza de los 19 competidores con 153 puntos. Con barco propio y ya asentado en España, podría pensar en superarse a sí mismo en París 2024. Ganas, dedicación y esfuerzo no le faltan. Una pena que se haya tenido que ir a Valencia.

Euskaltel fue una apuesta estratégica del PNV

Viernes 6 de agosto de 2021

Lo digo porque tanto en Gara como en comentarios de personeros de Bildu  se lamentan de la operación de MásMóvil que se engulle a nuestro operador de telefonía. Son los mismos que nos criticaron en 1996 haber pactado con Aznar su investidura, siendo este acuerdo el fundamental para darle, en un solo acto, el SI. No fue un pacto ni de legislatura, ni de gobierno. Solo, tan solo, de Investidura.

Lo de ayer ha sido una operación empresarial, pues Euskaltel y MásMóvil, junto con otras son empresas de telecomunicaciones  que se harán con el mercado del norte peninsular aunque por delante estén Movistar, Vodafone, Orange y Euskaltel. La operación fortalece el Mercado de las Telecomunicaciones en un mundo globalizado y según nos dicen no tocarán el arraigo ni la sede de la compañía vasca. Y eso por cinco años. ¿Y después?.

Entiendo las lógicas del mercado pero la operación que el PNV hizo en 1996 a un alto costo, repito, no fue económica sino estratégica. Con dinero público se había construido una red de cableado impresionante que le dio a la naciente compañía un  gran valor añadido y la sacamos adelante  por nuestra terquedad ya que Aznar, cuyo socio preferente y quien le aseguraba las votaciones en 1996 era CIU no quería ésta pidiera lo mismo. Eran tiempos del monopolio de Telefónica y así como los vascos somos pocos, siete millones de catalanes le hacía una avería a Telefónica y a su monopolio y por eso nos pidieron que el acuerdo no constara en el documento final y que no lo hiciéramos público. Todavía recuerdo a Xabier Arzalluz, en la sede de Génova 13, pidiéndole a Aznar una firma de compromiso y Aznar poniendo encima de la carpetilla verde su mano, en símbolo de aceptación.

El caso es  que Euskaltel nació de aquel acuerdo PNV-PP y echó a andar con criterio estratégico de país. De ahí surgió el equipo ciclista que fue un bombazo y que proyectó la imagen de Euskaltel, de Euzkadi y de lo vasco en el estado español, en los Pîrineos, en Francia y en Europa de forma impresionante e increíble, algo que no se ha vuelto a repetir.

Así las cosas la compañía pasó de ser un servicio estratégico de Euzkadi a convertirse en una empresa con otros perfil ya  que competía en el mercado y cuyas sucesivas ventas iban disolviendo esa fuerza en mares mayores con aguas más profundas mientras enriquecía y siguen enriqueciendo los miembros del Consejo y a accionistas a título individual, nunca como partido. Ese es uno de los grandes lunares negros pues no se aprovechó, por ejemplo, para crear una Fundación ciclista o solidaria, con esas comisiones millonarias. Sobró egoísmo y faltó solidaridad y reconocer de dónde venían esos dineros que ellos con tanta facilidad se embolsaban.

Hoy todos los concernidos celebran el acuerdo bendecido por la Comisión Nacional del Mercado de Valores y cuyos accionistas, en un 97% están encantados con la venta y la entrada de ese dinerito numeroso y calentito.

¿Es Euzkadi hoy más fuerte?. No lo creo, pero entiendo que se me diga que al ser una empresa del país y cuya sede se queda en el país, no hay que meter la nariz en una operación económica de esta envergadura. Pues sí, pero eso no obsta para escribir que  no fue esa nuestra apuesta en 1996.

Y lo lamento.