Josetxu se ha ido al gran batzoki

Martes 15 de junio de 2021

En la extraterritorial de Madrid del PNV había un activista, Ernesto Buñuel, muy querido de los afiliados. Falleció y fuimos al tanatorio de la M30. No sabíamos en que lugar estaba hasta que oímos una voz que decía. ”Para Ernesto el cielo es un gran Batzoki. no tengo la menor duda que allí estará”.

Ayer recordé aquella vivencia cuando asistí al funeral de Mariano José Jauregi, más conocido como Josetxu en la catedral de Bilbao. ¡¡Que menos!!. Una catedral por cierto muy bien refaccionada y con un gótico muy fino.

Josetxu, casado y con cuatro hijos, fue activista de EGI en los años sesenta y desde que se abrió la afiliación, fue uno de sus militantes musicales más activos. Persona muy querida como dijo el sacerdote en la despedida y la prueba era una Catedral llena y una plaza de Santiago a tope.. Con su txistu y tamboril  y su kaiku azu era uno de los imprescindibles del Casco Viejo y del batzoki de Tendería. En el funeral estuvo el alcalde de Bilbao J. M. Aburto  y gentes de todas las ideologías.

En la plaza 25 txistularis interpretaron la canción icónica de Mikel Laboa, el aurresku bailado por seis veteranos ante su txistu y tamboril colocados en el suelo delante de sus familiares y el Agur Jaunak. Solo faltó el himno nacional vasco. Como digo la plaza estaba llena.

Me llama la atención que este periódico no se haya eco de una noticia de tanta cercanía. No lo esperaba de ETB porque no se trataba de informarnos sobre alguna crítica sindical ni el anuncio de la siguiente manifestación. No sé como un medio público no da cuenta de algo que interesara a los ciudadanos. Lo importante de una sociedad es estar cohesionada, tener identidad y estar unida por esos lazos invisibles de la amistad .Frente a un individualismo extremo ver ayer la plaza llena despidiendo a un hombre bueno, era hermoso por una parte y triste por la otra. Por su partida a ir a  tocarle el Txistu a San Pedro y por no habernos enterado, también, por los medios. Josetxu lo merecía. El Casco Viejo, lo merecía.

G.B. Josetxu.

¿Se acabó el mito de la buena gestión?

Lunes 14 de junio de 2021

Hace un mes revisé un trabajo dedicado a Joseba Rezola, de Ordizia. Fue vicepresidente del gobierno Vasco en el exilio, entre otros muchos cargos todos ellos de entrega a los demás. La conferencia en la Fundación Sabino Arana  el mes pasado me obligó a rescatar una carpeta con las cartas que me envió a Caracas los tres años en los que tuve relación con él. Rezola fue el alma de las dos Radios clandestinas que la resistencia al franquismo, una en Bayona y otra en Venezuela, puso en marcha con gran esfuerzo de equipos, presupuesto y riesgos. Su sensibilidad para la noticia, su gran capacidad para la acción política, su delicadeza en el trato de los diversos temas, el respeto al adversario y su gran ejemplo fue para mí una lección semanal por correspondencia sobre como quería él fuera una sociedad libre y con  valores. Era  la causa que vencía la sombra.

Rezola, junto a Lasarte, Lizaso, Arzelus, Urkola, Julene Urcelay y muchísimos más fueron dirigentes gipuzkoanos claves de aquella resistencia junto con Leizaola, de la que, quizás por ley de vida, pocos se acuerdan, aunque creo es obligación hacerlo para transmitir modelos de comportamiento político a una sociedad como la nuestra que anida conductas autoritarias y que incuba modelos muy sectarios de actuación. Cuando se deja de usar las armas no por una reflexión ética, sino por estrategia, pasan estas cosas que se van cronificando. De ahí la negatividad y la impaciencia por todo  ante los nuevos retos que tenemos planteados, no siendo los menores la crisis económica y la bomba demográfica. Me preocupa este discurso demoledor que solo busca  una sociedad crispada.

Transito pues como un viajero del tiempo por los momentos en los que todo era posible. Por lo tanto recordemos y comparemos. Al grano. J.M. Bastida pertenece a la siguiente generación de los nombrados. Encadenó seis mandatos en el ayuntamiento de Azpeitia, cuatro de ellos como alcalde de 1984 a 2003. Total, 24 años. Era el típico y clásico alcalde jelkide todoterreno del EAJ-PNV, una auténtica aspiradora para su pueblo. Conseguidor, insistente, ”harrapatari”, pelmazo hasta lograr las cosas. Con sus defectos y grandes virtudes pero sin que nadie pusiera en cuestión su ambición por una Azpeitia cohesionada, poderosa y con todos los servicios. De ahí que estoy seguro, no hubiera dudado medio segundo, en reactivar la fábrica de Corrugados en su pueblo.

Quizás por esa mentalidad de servicio, los de siempre, le quemaron su coche (que una suscripción popular le restituyó), a cuenta de vertedero de Lapatz en Azpeitia en donde el 3 de diciembre de 2008 asesinaron a Inaxio Uria  cuando jugaba a cartas con sus amigos. Debatida la monstruosidad en el ayuntamiento ANV se negó a condenar el hecho  saliendo del equipo de gobierno EA y Aralar  por no aprobar la moción de rechazo y condena del asesinato. La misma palabra condena que 13 años después la IA sigue sin pronunciar. Acciones que al parecer dejaron huella en una mentalidad sectaria y dogmática que sigue coleteando. A Bastida veinte encapuchados le hostigaron en la calle  estando con  su familia, sin que nos olvidemos del secuestro del empresario Guibert y otros atentados. Sortu, heredero de este horror, y mandando en el ayuntamiento  quiere nos olvidemos de él, pero sin cambiar ellos de conducta..

No ha sido pues fácil ser regidor en Azpeitia por lo que personalmente me pareció  incomprensible una manifestación de apoyo a la actual  alcaldesa de Bildu por el gran mérito de impedir una inversión, creadora de puestos de trabajo, en un valle  necesitado de ellos. Me imagino que la buena Sra. llamaría al Soviet sobre lo que debía hacer y le dirían que se agarrase a lo que decían los Fariseos sobre el Sabath. ”El hombre está hecho para el Sábado y no el Sábado para el Hombre”. La letra muerta de unas normas aprobadas, pero con posibilidades de adaptación, antes que una inversión que quizás podría visualizar una apuesta del Gobierno Vasco y la Diputación por dar vida a la comarca. ”No es no y ¿qué parte del no es el que no entiendes?” dijo urbi et orbi Nagore Alkorta sentada en su trono de marquesa de Loiola, sin buscar ninguna solución, riéndose de un informe que consideró cuatro papeluchos  y obviando todo lo demás. Me imagino la perplejidad de Bastida viendo a la alcaldesa llorando en la plaza, recibiendo el apoyo de Bildu por  la gran hazaña de no hacer nada, más que impedir que otros hagan algo con el agravante de que al día siguiente en la Ordizia natal de Rezola se repitiese la  misma escena pero esta vez con Otegi comparando “las mentiras  del PNV con las mentiras de Trump y Ayuso”. Típica boutade para que nos olvidemos que aquí quienes han felicitado a Trump cuando ganó las elecciones fue Bildu. Si la política es diferenciación y con semejante pasado de falta de valores ¿cómo es posible que nadie sensato de ese mundo  no se dé cuenta que el programa de la IA es el NO?. No al Puerto, no al Metro, No a la Incineradora, No a Corrugados, No al TGV, No a Leitzaran, No a condenar el atentado de Inaxio Uria y el secuestro de Guibert. No ahora contra Hondalea como estuvieron contra el Guggenheim. No  a todo. Magnífico su programa industrial, de convivencia y de  creación de empleo.

El domingo pasado, nos recordaron la muerte de Txabi Etxebarrieta poniendo pringando al ayuntamiento de Bilbao. Se ve que la IA busca la legitimidad en un pasado antifranquista huyendo de su responsabilidad en tiempos de construcción democrática. Se ve claramente también que están en crisis y la proyectan en los demás ya que en su obsesión antijelkide llegan incluso a coincidir nada menos que con el PP con quien votan hasta por un puñado de pipas. Borja Corominas, el portavoz del PP en el ayuntamiento donostiarra  nos ha dicho que “esta pandemia ha desnudado las carencias del PNV y ha tumbado el mito de su capacidad de gestión”. Ese mismo día, Arnaldo Otegi nos sermoneaba muy enfadado diciendo enfático que “existe un modelo de gestión que se está agrietando y de ahí que la impronta de gran gestor de la que ha hecho gala el PNV durante años se está cayendo”. Curiosamente ese día la noticia era, para berrinche de ELA y LAB, junto a Sortu, que Euzkadi obtiene la puntuación más alta del estado en el índice de desarrollo de los servicios sociales, el llamado índice DEC. Y para más INRI, el Sociómetro vasco indicaba que a pesar de la pandemia, el gobierno de coalición no acusaba desgaste alguno y el PNV y el PSE conservaban sus resultados de hacía un año. Demasiado para su “body”. De ahí su frustración, su negatividad, su exageración, su no saber actuar en democracia, su cabreo perpetuo, su insólita actitud en Azpeitia, su fijación con Zaldibar y con la Consejera Sagardui.

Y es que algo que no soportan es que el EAJ-PNV haya hecho avanzar más lo social que ellos con sus pancartas, sus piquetes, sus manifestaciones por cualquier cosa, su puño en alto y sus primaveras rojas. A pesar de ellos tenemos la RGI, el Concierto, Osakidetza, presupuestos y una esperanza de salir adelante que sus recetas mágicas insolventes que solo demuestran que allí donde se aplican ocasionan miseria, emigración y desesperanza. El cuanto peor, mejor, no es plato de gusto para nadie salvo para la burbuja en la que viven. Podrán  ser toda alternativa de gobierno que digan y quieran pero si a su mensaje se le quita la ikurriña quedan en lo que son y que en un alarde de sinceridad lo describieron en su día presentándose como el “Partido Comunista de las Tierras Vascas” y coloquialmente “el  partido hipercabreado y negativo de las tierras vascas”.

No deja de ser una lástima que no sepan ver la realidad, no hayan aprendido criticar  lo criticable, presentar alternativas argumentadas y aprender a hacer oposición. Vienen de un inmenso fracaso y al parecer lo quieren seguir perpetuando creyendo que aplicando la doctrina de Goebbels aquella  de que repitiendo una mentira cientos de veces se convierte  en una verdad, la sociedad que es tonta y no tiene elementos de comparación, les va a creer de forma mayoritaria y cualquier partido serio va a querer bailar en su pista embarrada no terminando de aprender que solo aciertan cuando rectifican. Allá ellos. Las cosas solo dejan de existir cuando se deja de creer en ellas. Y estos Comisarios solo creen en la revolución bolivariana. Lo ocurrido en Azpeitia es una magnífica muestra.

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Domingo 13 de junio de 2021

Tomaba el cortadito mañanero en una terracita del Casco Viejo cuando he recibido una agradable llamada. Era el Lehendakari Ardanza que agradecía el post de ayer y me pedía agradeciera a los cientos que se han introducido en las letras para felicitarle, desde todos los lugares. Tiene un quebranto de salud y me ha dicho con humor. ”No sabía si iba a llegar a los ochenta y ahora la meta la pongo en los 85”. ¡¡Y que lo veamos Lehendakari!!.

Hemos estado hablado de aquella tensísima sesión en la que fue elegido Lehendakari con un Grupo Parlamentario dividido. Le he escuchado animado y pleno de sabiduría. El Lehendakari Ibarretxe también me ha comentado cariñosamente el post. Me alegro mucho.

Y la foto es de un día en el Edificio Granada, sede entonces del EBB. Allí teníamos una oficina de Relaciones Exteriores y la imagen es significativa. Dos eruditos hablando de historia. El Lehendakari Leizaola y Joseé Ramón Scheifler. Un lujo escucharles. En aquellos años los políticos que venían  de  sufrir la dictadura sabían historia y consideraban que nadie que no tuviera claro de donde se venía debería ser promovido a ningún cargo de dirección. Quien no conoce la historia está condenada a repetirla. Viejos y sabios tiempos.

El post dedicado a Scheifler tuvo, entre otras, dos entradas que deseo destacar. Una es de la Catedrática Emérita de la Universidad de Deusto, María Jesús Cava, que me envió la dedicatoria que el Lehendakari Leizaola dedicó a la Universidad. Muy sentidas palabras.

Y la otra es de José A. del Moral con esta fotografía donde dice:

“Qué gran tipo Scheiffler. Durante la carrera, un grupúsculo de alumnos le visitábamos una vez a la semana para que nos hablara de un tema que no nos interesaba demasiado, la teología. Lo que en realidad queríamos hacer era escuchar a un hombre sabio como él. Un fin de semana nos llevó hasta Loiola, lo que ahora va a ser su hogar. Le visitamos hace un año y medio en Deusto. Nos hicimos esta foto con él en las escalinatas de Loiola”.