Este escudo me gusta

Sábado 30 de enero de 2021

Algunos dirán que es barroco, grandilocuente, falso y sabiniano. Que lo digan. A mí me gusta. Cuando uno es pequeño y no reconocido quizás hay que exagerar. Y Sabino Arana que era un gran publicista lanzaba símbolos de estado a un pueblo desorientado y perdido.

Una bandera con colores vistosos, un nombre que proviene del sol, un himno enraizado en la ezpatadantza (saludo a la bandera), una concepción de estado y un lema, ”Jaungoikoa eta Lagi- Zarra”. Dios y Ley Vieja. Ley Vieja como poder originario.

Los ingleses en su lema dicen “Dieu et mon droit” sin complejo alguno. Y no hay que tener complejos. Muchos en este país los tienen. Se puede mirar al futuro y ganar ese futuro si tienes los pies en un pasado que te describe. Euskera y tecnología, lo resumía en dos palabras, Xabier Arzalluz. Identidad y futuro.

Hoy nos han quitado en el escudo el cuartel de Navarra que está ahí pintado de rojo, mutilado, por eso cubre el escudo San Miguel, patrón de Euzkadi y del PNV y por eso el primer Alderdi Eguna en 1977 se hizo en Aralar. Un pueblo sin respeto a sus tradiciones, usos y costumbres es  un árbol sin raíces.

El dibujo lo pintó Nik, uno de los grandes cartelistas, dibujantes y artistas jelkides de tiempos de la República. José Mari Antzola, comandante del Malato, lo convirtió  en tarjeta y era lo que nos enviaba escrito por detrás con sus notas. Eso era  una militancia activa por lo propio. Comandante de gudaris.

Entiendo que al mundo de ETA, su lema era Iraultza ala Hil. Allá ellos. Pero el nuestro es Jaun Goikoa eta Legi Zarra, Jel, y por eso somos Jelkides. A mucha honra.

Si señor. Este escudo me gusta.

Lo que hay detrás de tanta bronca

Viernes 29 de enero de 2021

No es normal que en una situación límite como la que vivimos, la bronca política y sindical sea tan desmesurada. Algo tiene que haber por detrás. Y lo hay.

Para unos es desgastar al Gobierno Vasco como sea, creyendo que en plena borrasca hay que cambiar  de capitán, de consejera y de todo lo que huela a PNV. Es una oposición de tierra quemada propia del PP y de Vox, que solicitan que Urkullu cese a Gotzone Sagardui.

Pero hay otro tipo de oposición, más ideológica. Es la de Podemos que si el PNV hiciera lo mismo en Madrid, el gobierno Sánchez duraría lo mismo que el de Rajoy. Un mínimo de sentido de la responsabilidad adquirido en 125 años hace que se sepa que la política es el arte de lo posible y de hacer posible lo necesario. Pero para Podemos esto no cuenta. Ya dijo lo que le parecía el PNV. ”Una derecha casposa”.

No es el caso de Sortu (Bildu no existe). Su oposición es a tumba abierta y si ahora son las vacunas, antes el vertedero y un poco antes la convocatoria electoral. Ni presupuestos ni  nada. El rodillo lo aplican ellos. Es una estrategia destructiva de manual. Sortu no es un partido al uso. Es un ariete de desgaste que unido a ELA trata de erosionar al Gobierno Vasco con cualquier asunto. No tolera la mayoría absoluta PNV-PSE y no resisten  no ser el eje de la política vasca.

Imanol Lizarralde escribió hace una semana un buen análisis de lo que fueron las dos ETAS diciendo que no había una buena y otra mala. Las dos eran muy malas. Y se ve en la actualidad. No utilizan la violencia hoy, pero no por una reflexión ética, sino táctica e ideológica. Y el que no lo vea está como para llevarle a Disneylandia.

Decía así Imanol Lizarralde en El mito de las dos ETAs

“El que ETA pm anunciara su disolución en septiembre de 1982 quiere ser interpretado, por algunos, como la certificación de la existencia de una «ETA buena» (que se rindió a la democracia) y una «ETA mala» ultranacionalista, que siguió en su empeño

Ya que ETA es un fenómeno que pasó delante de nuestros ojos de principio a fin, con fechas y protagonistas reconocibles, resulta interesante comprobar los mitos que levantó en su camino. Parte de la acción de ETA fue también mitificar su lucha y sus luchadores. Medios de comunicación, creadores de opinión al servicio de diversas instancias e incluso historiadores profesionales han puesto su grano de arena en esa labor.

Uno de los mitos más persistentes de ETA es el de que existieron dos ETAs, una buena y otra mala, de naturaleza radicalmente diferente. El historiador Luis Castells afirmaba recientemente que «la ETA de Burgos apenas se asemeja a la que atentó en la democracia». Esto oculta los visibles elementos de continuidad de ETA. Desde que ETA a partir de la V Asamblea, en 1968, se definió como marxista-leninista y comenzó a matar (que es cuando se diferenció del resto de organizaciones antifranquistas) conformó una estructura de mando y de poder muy estable. Josu Urrutikoetxea, el famoso Josu Ternera, entró en ETA ese mismo año y, poco más tarde, fue miembro de la dirección de la banda y finalmente representó a esta dirección en el proceso final que desembocó en su disolución.

Los presos de Burgos más relevantes (Onaindia y Uriarte, junto con José Luis Zalbide) se convirtieron en los nuevos referentes ideológicos de la ETA reorganizada. Es verdad que en 1973 ETA se dividió en una rama militar y otra político-militar. Pero tal cosa, como ambas ETAs lo reconocieron, no obedecía a diferencias ideológicas, sino a formas de afrontar la lucha a fines del franquismo.

Ambas ETAs propugnaron la creación un «partido comunista vasco dirigente» que fuera la vanguardia de un movimiento más amplio donde existieran también otros partidos, movimientos de masas y sindicatos, con la intención de conformar lo que entonces se llamó un «poder popular». Las dos «unidades populares» que se formaron con las elecciones de 1977, Herri Batasuna y Euskadiko Ezkerra, fueron el producto de aquel proyecto. La lucha política, la de masas y la lucha armada quedaban, así, enlazadas en estrategias paralelas, siguiendo el esquema internacional de los Movimientos de Liberación Nacional de carácter marxista.

El que ETA pm anunciara su disolución en septiembre de 1982 (en una decisión que, según cálculos, tomaron los dirigentes y el 20% de la militancia), quiere ser interpretado por algunos como la certificación de la existencia de una «ETA buena» (que se rindió a la democracia) y una «ETA mala» ultranacionalista, que siguió en su empeño. Si examinamos de cerca este proceso veremos que tal cosa está lejos de lo que realmente ocurrió.

Dentro del complejo político-militar era el partido (EIA, Partido para la Revolución Vasca) quien tenía la función dirigente, y trazaba las líneas maestras de actuación de las dos organizaciones (ETA pm y EIA). Desde este partido del que Mario Onaindia era secretario general se lanzaron recomendaciones en el sentido de que la lucha armada incidiera en la lucha laboral, especialmente radical en aquella época de crisis, y que se recaudara dinero. ETA pm aplicó estas recomendaciones mediante el secuestro, el tiro en la rodilla, la extorsión y el asesinato a empresarios y el atraco de bancos (acciones que, en plena democracia –los años que median 1977-1981, ambos incluidos–, sirvieron para beneficiar económicamente al partido con cientos de millones de pesetas, como lo cuenta Txutxo Abrisketa, máximo responsable de ETA pm). Incluso, según recoge Gaizka Fernández Soldevilla en su tesis, determinados dirigentes de ETA pm y EIA (al frente de estos, Mario Onaindia; según me confirmó a mí mismo Iñaki Albistur) han sostenido que la ejecutiva de ETA pm y algunos miembros de la dirección de EIA habían tomado conjuntamente la decisión de actuar contra UCD.

Sin embargo, Mario Onaindia diagnosticó que el pueblo vasco era reaccionario por admitir de mejor grado las acciones de ETA m, dirigidas sobre todo a las fuerzas de orden público y los militares, que las de ETA pm, que cubrían lo que el llamó «la lucha de clases interna de la sociedad vasca» como eran los empresarios y, también (añado yo) los políticos de UCD. A partir de esa constatación, Onaindia dijo que la lucha armada «no permite ningún avance de la conciencia revolucionaria en el seno de las masas, en cuanto a que se basa únicamente en un comportamiento plenamente burgués». Cuando, desde el partido, se tomó la decisión de acabar con ETA pm, las consideraciones no fueron de índole ética ni democrática sino expresión de una ideología, que fue la misma que sirvió para que la otra ETA siguiera matando.

Mientras tanto, la mayor parte del arsenal de ETA pm permaneció en manos de una mayoría de militantes que siguieron en activo. Muchos de ellos (incluyendo a personalidades tan importantes como Francisco Javier López Peña, Thierry, y Arnaldo Otegi) se pasaron las estructuras militares o políticas del otro conglomerado de la izquierda abertzale. Unos años antes, los miembros más destacados de la rama llamada Berezi de ETA pm (que contaba entre otros con Francisco Mujika, Pakito, y Eugenio Etxebeste) engrosaron el segundo peldaño de la dirección de ETA m (en cuya cúspide se encontraban el omnipresente Josu Urrutikoetxea, y Txomin Iturbe).

La decisión de ETA pm en 1982 (propiciada por los políticos de EE) es paralela a la tomada por ETA en 2011 y 2015. Además, fue un ex polimili como Arnaldo Otegi quien liquidó la última ETA con razones análogas a las de Onaindia: la lucha armada ya no suma sino que resta a la lucha política. Ya no es un instrumento útil para la causa que defienden (la independencia y el socialismo). Pero los que la ejercieron (igual y en el mismo sentido que los presos de Burgos) son héroes”.

Ortuzar. Mozkorra borroka e Iceta

Jueves 28 de enero de 2021

En Onda Vasca han entrevistado este jueves al presidente del EBB, Andoni Ortuzar. La primera parte, como no podía ser menos ha girado sobre el cese y dimisión de los directores de Basurto y Santa Marina. El propio Ortuzar ha pedido no seguir dando vueltas a la manivela de algo que ya no da más de si, salvo para una oposición que cree encontrar en el tema el gran argumento para erosionar al Gobierno Vasco y al PNV. Y eso que fue inmediato el cese y la dimisión. Si en lugar de ocurrir esto y haber actuado como se actuó se hubiera procedido como lo hace ELA, tendríamos música hasta el verano, pero es que tenemos una oposición rodillo no un gobierno rodillo.

También ha hablado sobre lo ocurrido en Donostia y Santurtzi en relación a los incidentes con la ertzaintza que ha bautizado como «mozkorra borroka» dos palabras con muchas erres que son muy gráficas. También ha hablado del nombramiento de Iceta y de la marcha de Illa.

He aquí el tratamiento a los dos asuntos.

La reflexión que hacíamos es que siempre pasan cosas que nos acaban haciendo quitar el foco de lo importante. Lo anterior a esto fue todo lo que hemos vivido, todos los incidentes que hemos vivido en diferentes localidades, donde curiosamente confluían, no sé si llamarles negacionistas o jóvenes que no quieren acatar las normas con otros que, según ustedes, no perteneces a ese colectivo y que habían ido al ruido.

En Euzkadi nos conocemos todos y más en los pueblos. Lo que a nosotros nos llega es que, efectivamente, detrás de esos incidentes hay una amalgama de gentes muy diferentes, pero todos ellos con un denominador común, que es el antisistema y el oponerse a las normas establecidas y al buen gobierno en este momento de crisis por la pandemia, el oponerse a establecer una reglas que hay que cumplir por el bien de todos y por el bien de la salud pública. Me da igual si son negacionistas de extrema derecha o antisistemas de extrema izquierda, me da igual, porque el resultado final es el mismo, es ese tipo de altercados que son muy tristes. Son doblemente tristes porque no debieran de tener lugar nunca en la vida, en la convivencia de un país como el nuestro, y, segundo, es gravísimo que se produzcan en este momento. Y también es muy grave que haya gente que quiere mirar a otro lado o señale a quien no hay que señalar, porque yo estoy seguro de que la Ertzaintza no tiene ningún interés en desplegarse por las calles de nuestro país pero lo tiene que hacer cuando suceden este tipo de cosas. Y no creo que haya gente que, por mucho que esté frustrada por no poder salir, tenga que andar quitando alcantarillas o tenga que ir con los bolsillos llenos de piedras a hacer botellones. No entiendo qué tiene que ver una cosa con la otra, salvo que alguien quiera que haya lío.

¿Quién quiere que haya lío?

Pues no lo sé, pero hay gente que está buscando el lío. Y hay gente que está dando coartadas a los que parece que solo buscan el lío.

Sea más concreto.

Hemos oído declaraciones de dirigentes de una determinada formación política, y hemos asistido a votaciones de comunicados de condena de algunas instituciones en las que uno o dos partidos políticos o se han abstenido o han votado en contra. Es incomprensible que esto suceda a estas alturas, no puede ser, no podemos. Nunca ha sido legítima esa clase de lucha pero ahora sería tremendo que en el año 2021 y en la situación en la que estamos alguien legitimará la ‘mozkorra borroka’. Esto es gravísimo, y no creo que es propio de una sociedad sana tener gente así. Ese tipo de conductas tienen que ser denunciadas y tienen que ser claramente reprobadas, sobre todo por aquellos que se supone que tienen algún ascendente moral o político sobre esa gente. Que yo les diga a los que estuvieron en la Parte Vieja de San Sebastián o el otro día en Mamariga (una zona que conozco muy bien y sé de que pie cojea la gente que andaba ahí porque son conocidos), que yo les diga que no lo hagan, no va a tener ningún efecto. Ahora, que se lo digan otros y otras, a lo mejor sí. Pues, por favor, que lo hagan.

Ese mensaje me imagino que iba a los nombres propios de Maddalen Iriarte y Arnaldo Otegi, pero hay otra formación, decía usted, que también se ha escabullido de condenar, que es Elkarrekin Podemos. ¿Eso le ha sorprendido?

Sí. Yo creo que en la política vasca empezamos a tener algunos tics y algunos complejos propios de otras latitudes. Las cosas están bien o están mal, y punto. No están bien pero si me viene mal a mí, están mal. O no están mal pero…. Un partido político tiene que saber abstraerse de los entornos y de los intereses electorales, y tiene que decir las cosas claras: esto ha estado mal. Lo mismo que yo he dicho que ha estado mal la conducta inadecuada e inaceptable de las dos personas de las que hemos hablado antes, pues alguien tendrá que decir que eso estuvo mal y que la actuación de la Policía fue la que tuvo que ser en esas circunstancias.

Pues lo que se ha dicho es justamente lo contrario y el foco se ha puesto sobre la Ertzaintza.

Antes hablábamos del dedo y la luna. En este caso, el dedo es la Ertzaintza y la luna son los incidentes.  No hay que dar pie a esos incidentes, esa es la clave.

Vamos a mirar un poco a Madrid y a los cambios que ha habido en el Gobierno español. Parece que le dan la bienvenida a Miquel Iceta como Ministro de Política Territorial.

A ver, Miquel Iceta es un dirigente socialista, no es nacionalista y no es soberanista, no nos equivoquemos, no hagamos una sobreestimación y esperemos milagros de donde no se van a producir. Pero dicho esto es verdad que Miquel Iceta tiene algunas características buenas para el momento político en el que está y para el Ministerio al que va. Miquel Iceta, sin ser soberanista y sin ser nacionalista, es una persona que respeta y entiende a los que pensamos de esa manera. Va a un Ministerio que en este momento, en esta legislatura y probablemente en la que venga, va a ser un Ministerio crítico porque hay que abordar de una vez por todas el modelo de Estado, que hace aguas por todos los lados. Y creo que es bueno que dirija esos designios del Ministerio una persona de la periferia y que entiende el Estado de otra manera, que no es la nuestra, pero que la entiende de una manera más abierta, la participación o la existencia de naciones como Euskadi, como Catalunya, etc, que tienen que tener un reconocimiento… Ahora, enfrente tiene una tarea enorme y va a tener muchos y poderosos enemigos con inercias centralizadoras, con inercias negacionistas, ahora que se utiliza tanto la palabra, inercias negacionistas de los hechos nacionales… Yo le deseo mucha suerte y mucha fuerza, porque va a necesitar mucha fuerza, mucha voluntad y mucho tesón para vencer todas esas inercias y esos tics y esa resistencia al cambio que va a encontrar en su propio Ministerio.

Y la prueba, porque hechos son amores y no buenas razones, podría estar en marzo con Prisiones…

Claro, en marzo hay que sacar adelante Prisiones, el Ingreso Mínimo Vital y otras, creo que son cinco o seis materias las que están ahí pendientes. Y está en octubre con el siguiente paquete, y está el tercer plazo, en el que supuestamente acabaríamos cuarenta y tantos años después con el cumplimiento del Estatuto de Gernika. Ojalá sea el ministro que cerró el Estatuto de Gernika y su cumplimiento. Creo que para él, que lleva Iceta como apellido y sus antepasados, su abuelo, sus tíos y tías eran nacionalistas vascos, militantes del Partido Nacionalista Vasco, pues yo creo que sería bonito.

Y en 40 segundos, ¿qué le parece la maniobra que ha provocado todo esto, que es el abandono de Illa de Sanidad para ser candidato?

Bueno, en este momento de políticas líquidas y en que las encuestas y los test electorales mandan más que la capacidad de acción política… pues es normal. Creo que el Partido Socialista de Catalunya y el Partido Socialista Obrero Español han visto que tenían un activo electoral importantísimo y han decidido mandarlo. Yo conozco a Salvador Illa, creo que es una persona también de buen talante y no voy a criticarle, porque en política seguramente estaba en un sitio complicado y probablemente le han mandado a otro más complicado, pero en la forma de hacer política del PNV no creo que eso se habría producido así.