Aparece este cuadro desconocido del Txakoli de Larrazabal

Martes 6 de octubre de 2020

A raíz de la publicación, el sábado  pasado, de  una fotografía del Txakoli de Larrazabal, poco conocida, he recibido de una prima la fotografía de este cuadro que desconocía. 

Su aita, hermano de mi amama Aurelia, supo que iban a derruir el caserío  en tiempos del franquismo y encargó  a un pintor le reprodujera como recuerdo lo que era aquel lugar clave en la historia del nacionalismo.

Mi prima tiene el cuadro en su casa con la indicación a sus hijos que el óleo sea entregado a la Fundación Sabino Arana cuando ella fallezca, dentro de muchos años. Un bonito gesto.

Su aita era un sabiniano militante y esta iniciativa es buena prueba de ello.

Me encanta que la nota del sábado nos aporte este dato de lugar tan simbólico hoy ya desaparecido.

Desgraciadamente el lugar donde retumbó la voz clara de Sabino Arana ya ni existe pero queda su obra y este óleo  que nos recuerda su grito-programa: Euzkadi es la Patria de los Vascos.

Consigna. Protestemos por todo

Domingo 4 de octubre de 2020

Antes solo había obligaciones. Ahora solo hay derechos. La conjunción derecho-obligaciones hoy no se conjuga. Mucho menos en el mundo sindical. Se pide sobre todo lo imposible y luego se queja uno de no haberlo conseguido. No quiere decir esto que no haya que resolver problemas ni priorizar las necesidades en tiempos de recursos escasos y crisis económica. Una crisis que sería hoy brutal de haber seguido las pautas de una Izquierda desnortada que buscaba contraponer economía y salud. Y se emplearon a fondo. No querían elecciones y acusaron al Lehendakari de irresponsable y de estar vendido a la patronal. Hoy, ante este rebrote nos propondrían una Gestora y quizás elecciones el 5 de abril pero del año que viene.

Lamentablemente no hay una opinión pública con músculo que les recuerde sus inmensos errores. Falta respuesta cívica. Vivimos una sociedad muy blanda que no percibe que la política es diferenciación y que ELA hoy es una plataforma  antisistema extraordinariamente  distorsionante. No es un sindicato democrático al uso. Nada que ver con su origen. Es  la  antipolítica en estado puro. Su lema es la huelga por la huelga sin acudir a ninguna mesa de diálogo. Lo avisó Arzalluz en el BEC. Seguimos aguantando impávidos su comportamiento antidemocrático de no aceptar los resultados electorales. Trump pretende  hacer lo mismo en USA. Lo que no se consigue en las urnas se consigue en la calle.

Bildu al unísono ha descubierto la queja continua y la palabra rodillo. Y sobre todo la sistemática denuncia  jeremíaca, sin aportar soluciones a nada.  Salvo  en Madrid, donde se arrastran por la alfombra. Entiendo que les preocupe la situación de los presos pero esa es su mochila, no la gran preocupación  de la sociedad vasca que sufrió las consecuencias de aquella violencia cruel y sectaria. Es  la  mochila de un inmenso fracaso que nunca aceptarán. Por eso les reciben con vítores en la calle ofendiendo y humillando a  las víctimas. No han aprendido nada, no han olvidado nada. Escucharle a Arkaitz Rodríguez decir que los presos no son violadores y que tienen el apoyo de parte de la sociedad ante el recibimiento nos indica que el nivel ético de este caballero es nulo. Sigue defendiendo aquellos asesinatos. Que se lo  digan a la viuda de Txema Agirre el ertzaina asesinado en la inauguración del Guggenheim. Era de ver el recibimiento a Ibon Gogeaskoetxea en el puente de San Antón y en Oñati de Oihane Bakedano, con pasillos y aplausos en la vía pública. No abjuran de esa historia, como el franquismo no abjura de la suya. Los extremos se tocan. De  ahí que la bronca que le montaron al presidente de las juventudes del PSE en su discurso del domingo 20 cuando pidió  que no se blanqueara esta historia me pareció injusto. Tenía razón. Escucho a Iker Casanova en las tertulias de Radio Euskadi los sábados insultando al PNV y me parecen sus argumentaciones escandalosas. Ataca sin autoridad moral ninguna porque se niega en condenar aquella barbarie.  Escucho a Arkaitz Rodríguez, secretario general de Sortu, seguir  justificando a ETA y me parece algo irreal. Ya dijo que los 42 ataques a los batzokis se quitaban con acetona. Siguen aferrados al dogma y creyendo representar en exclusividad a un Pueblo Vasco que no les ha otorgado mayoría alguna. Están los dos en el Parlamento Vasco y son los Comisarios del cotarro. La Sra. Iriarte pinta menos que Iturgaiz en un concurso de acordeones. Nada. Parlamento y pancarta. Jarabe democrático.

De ahí toda esta agitación solo explicada porque siguen sin asumir su derrota y creen que ser opositor es ser alguien con un palo para meterlo en las ruedas de lo que funciona y aunque todo lo exagerado no es creíble, distorsionan  gravemente el día a día en una situación de emergencia. Para colmo  tienen la gran ayuda de unos informativos de ETB que  magnifican sus manifestaciones, sus huelgas, su discurso marginal. Una  información muy parcial que silencia los logros y que minimiza calculadamente lo institucional y que lo mete en igualdad de condiciones en un totum revolutum. Esa no es mayoritariamente la sociedad vasca.

Recibieron al nuevo gobierno con una huelga. No le dieron tiempo al Consejero en sentarse en su despacho, y aunque les había recibido y pedido tiempo, pararon un día en un ámbito tan frágil y sensible como la educación. Les importa poco. Siempre tienen razón en todo. Pues no. La vida educativa con algunos picos, no es lo que nos contaron. Algún  día los padres se cansaran de que sus hijos sean utilizados como rehenes. Y como gran programa nos anuncian huelgas y más huelgas, paros y más paros en sanidad y educación, algo que debería ser la “última ratio” tras el fracaso de una negociación. No el primer cartucho. Nada que ver con los sindicatos en los países que funcionan pensando en el bienestar colectivo. Nada que ver con el acuerdo de los Ertes. La guerra por otros medios como decía Clausewitz, es la desestabilización permanente en tiempos de crisis, es  malograr todo lo que tocan. Lo han hecho con el movimiento de los pensionistas de los lunes y lo hicieron con el hoy desaparecido vertedero de Zaldibar del que ya no hablan.

Es el agit pro desde la Herriko Taberna. Hacen impunemente lo que en un país totalitario no podrían hacer. Se puede ser comunista en una democracia. No se puede ser demócrata en un país comunista. Y usan sus tácticas. EA no existe. Se la comió Sortu de un bocado. Típico. Le exprimieron el jugo, pusieron un mascarón de proa y a aplaudir. ”Si no hacemos  algo antes de junio, EA puede desaparecer como partido” decía Miren Aranoa de  la Coordinadora de EA en Navarra. Eso no le importa al portavoz de Eusko Alkartasuna, Iker Ruiz de Egino que denunciaba el 20 de septiembre “la enorme falta de autocrítica del nuevo Gobierno Vasco y justificaba las huelgas porque nacen de la preocupación”. Un fino analista. El  capitán del Titanic.

Por eso la política ahora es la del calamar. Tinta y huida. El 17 de septiembre en Gara, dos  de sus gurús  Rafa Diez Usabiaga y Eugenio Etxebeste “Antxon” escribían una salmodia con este titular. ”Con este PNV no es posible”. Lo leí y me dije, ”afortunadamente”.

Finalizaban su memorial de agravios diciendo que “el  PNV ha situado de forma obsesiva a la Izquierda independentista (ya no es abertzale) como enemigo principal, como foco de sus críticas e insultos, en el fondo la izquierda independentista ha sido, es y será el espejo de su renuncia nacional, conservadurismo económico y prepotencia política” .Justamente lo que hacen ellos, pero atribuido al PNV, el partido del Negocio Vasco, el lacayo de Confebask, el neoliberalismo hecho partido. Ellos no insultan. Ellos no convocan huelgas. Ellos no manipulan la desgracia del vertedero. Ellos no se cargan el movimiento de los jubilados. Ellos negocian con Madrid buenas lentejas tras cuarenta años en que éramos tildados de traidores a una patria que solo ellos representaban.

Es lo que hay. Que tengan cuidado. El premio al zorro que más corre es cepo electoral. Y el cansancio de la parroquia. A un mes de su pérdida en las urnas, el fracaso, se lo  atribuyen al PNV y a Urkullu. Ellos son “la  solución frente al fracasado modelo  de imposición de Urkullu”. Pues vaya. Un poco de tila no les vendría nada mal. Lo malo de este dibujo es que no son estos buenos tiempos  para tener semejante oposición bisoña, adolescente, enrabietada, abonada a la crítica por la crítica y deseando  fracase  todo para en la cloaca poner nadar. La democracia es alternancia y ésta comienza con la competitividad. La sana competitividad, y no esta espúrea versión  de un escenario distorsionado donde solo pretenden medrar los extremos, ante la pasividad de la gente normal que  piensan no va con ellos. Y ¡vaya que si va!.

No se dan cuenta que para hacer una nación se ha de partir de la realidad misma de los vascos actuales y de su libre voluntad, de lo que votan y de cómo superan la adversidad. Sin despreciar todo lo que una secular convivencia ha creado y transmi­tido. No es de recibo vivir mirando hacia atrás aferrados a formas de lucha  ya periclitadas. Es hacia el futuro a donde hemos de mirar desde lo que hoy somos, abordándolo como un reto que hemos de afrontar colectivamen­te y no desde la parcialidad impuesta. Es importante sentirse portadores  de un nacionalismo probado, firme y se­reno. Hemos recibido un legado exento de fa­natismo y de cualquier sombra de totalitarismo  y anclado en un profundo sentido democrático. Por lo menos nosotros.

Recibimos también los ataques de quienes, después de pasar por todos los radicalismos y dogmatismos, han sentado plaza de racio­nalidad, de modernidad y de un neo-abertzalismo difuso y acomodaticio. La racionalidad constituye un buen instru­mento para huir del fanatismo. Es, también, una buena brújula, aunque no la única, para señalar el camino. Pero si la razón puede dar luz, nunca proporciona calor. Si es brújula nunca es motor. Por eso nosotros buscamos brújula y motor, razón y corazón Y no nos dejamos inmutar por la sonrisa burlona de esa progresía de taberna. Quien presume mucho de moder­nidad oculta por lo general, inseguridad y ne­cesidad de autoafirmación.

Lástima que estos días constatemos que los recién llegados al juego institucional sigan sin aprender el abc de la democracia y que el porvenir y la cohesión de Euzkadi les importe  una higa.

Una foto inédita del Txakoli de Larrazabal

Sábado 3 de octubre de 2020

Revisando documentación antigua, he encontrado esta fotografía para mi olvidada. La publicó uno de esos sabinianos radicales que incluso editó  una pequeña revista en Caracas a la que llamó  SABINDARRAK.

Se trata del Txakoli Larrazabal donde Sabino Arana acompañado de su hermano Luis, dio a conocer las líneas maestras de lo que pretendía  y que con el tiempo iba a ser su programa de acción: EUZKADI ES LA PATRIA DE LOS VASCOS.

Quería romper con el seguimiento al carlismo que habían hecho sus antecesores a los que prometían que prometían Fueros y Rey diciendo Sabino que con los carlistas no se nos había perdido nada. Por eso revalorizó el euskera, diseñó una bandera, le dio a la nación  vasca el nombre de Euzkadi dejando lo de Euskal Herria a los carlistas, junto al Gernikako Arbola, y con Cleto de Zabala creo el Himno Vasco «Gora ta Gora Euzkadi (Euzko Abendaren Ererserkia) y  puso en  valor la historia vasca al presentar su librito «Vizcaya por su Independencia» que glosaba cuatro batallas mitificadas bajo el título de «Cuatro Glorias Patrias».

El lugar elegido fue este Txakoli en Begoña que la piqueta se lo llevó  por delante, algo incompresible en la historia de un pueblo que por lo menos debe conocer y honrar su historia. Otros, como los ideólogos  de Sortu, lo hacen de otra manera, haciendo suya la idea pero sin reconocer derechos de autor, o, lo que es peor, suplantando su mensaje.

Hoy en día  en las cercanías  está  el Batzoki de Larrazabal, un activo lugar de encuentro, pero su lugar debería haber sido éste. 

La casa donde nació Sabino Arana fue destruida bajo el franquismo lo mismo que este merendero donde el 3 de junio de 1893 lanzó su mensaje político  que su seguidor, Engracio de Aranzadi, dijo que fue toda una provocación  en momentos en los que el euskera desaparecía, el genio civil se conculcaba, los jóvenes  tenían  que hacer obligatoriamente el servicio militar así como los vascos pagar impuestos a Madrid, gracias a un Cánovas del Castillo que había  dicho: «cuando la fuerza causa estado, la fuerza es el derecho»

La merienda cena no fue nada bien pero eso no arredró a los hermanos Arana que a los días pusieron a circular su hoja volandera, Bizkaitarra y a los dos años fundó Sabino  el EAJ-PNV que el pasado 31 de julio cumplió 125 años y hoy gobierna en todas las instituciones vascas.

A Sabino Arana lo silencian, lo vilipendian, lo deforman pero ahí  está  su obra que resonó por primera vez, como un grito de defensa, entre estas cuatro paredes.