Felipe VI se lo ha buscado

Viernes 25 de septiembre de 2020

Antes que nada decir que el gobierno Sánchez , que lleva superprotegiendo a la Casa Real de forma abusiva, ha vuelto a meter la pata. El Borbón es mayorcito y si los cortesanos tenían miedo de una posible bronca, que lo deje. Lleva en su cuantioso sueldo aguantar improperios que por otra parte se los ha ganado a pulso. No todo debe ser desaparecer en las islas Fiji.

Carlos Lesmes, presidente del CGPJ, está muy molesto porque el rey no ha presidido el acto de Barcelona de entrega de despachos en la Escuela Judicial. Un acto protocolario en el que no estaba invitada la Consejera de Cultura de la Generalitá y que ha acabado con el grito de rigor de ¡Viva el Rey!. Todo muy decimonónico y haciendo abstracción de que estaban en Catalunya. Alguno ha habido que en su habitual rebuzno ha pedido que esa Escuela Judicial tenga su sede en Madrid. Faltaría más!!

Por otra parte su parcial y desequilibrado discurso de octubre 2018, contra la votación promovida por el gobierno Puigdemont, pasándose por alto su compromiso constitucional de ser árbitro y moderador, tiene estas cosas. A lo hecho pecho. Fue un discurso amenazador, de raíz centralista, huyendo del pluralismo, y utilizando un tono de reproche sin la menor empatía hacia el idioma catalán, le enajena casi todo el apoyo que había conseguido su padre. Hoy cuenta en Catalunya con muy pocos seguidores y miles de detractores. De la reverencia a la indiferencia o a la irrelevancia junto al rechazo. Quien le redactó y alentó aquella balandronada Felipe VI debería tenerlo pasando la fregona por el Valle de los Caídos. Quien dice lo que quiere oye lo que no quiere.

Y falta la sentencia contra Torra, otra de esas barbaridades de la injusticia española.

Y luego se quejan.

Letal informe de la ONU contra Maduro y el Chavismo

Jueves 24 de septiembre de 2020

No sé ustedes pero yo no he visto en ETB la menor información sobre este escándalo democrático y de  conculcación de derechos humanos. No dudo que la situación Palestina merece un seguimiento, pero es el único seguimiento que este medio público nos hace desconociendo por ejemplo algo tan grave como un análisis fidedigno y pormenorizado  de la dictadura madurista.

Es  un informe de Naciones Unidas. Son 443 páginas. Viene como respuesta de un mandato dado a una Misión Internacional Independiente (una portuguesa, un inglés y un chileno). No hay sesgo posible de imperialismo, yankismo, trumpismo, lacayismo y demás epítetos de la neolengua impuesta por el chavismo-madurismo en estos 20 años.

¿A qué no se han enterado ustedes de nada?. Lógico. ¿Cómo se van a enterar si la información se oculta, como se oculta el discurso de Guaidó en la ONU?.

Un presidente de la Asamblea reconocido por cincuenta países democráticos, no por el de Bielorusia, el siniestro Lukashenko.

“El informe es de fecha reciente, 16 de septiembre de 2020, y representa un enorme paso hacia adelante. Histórico, diríamos. Naciones Unidas señala por primera vez en nuestra historia responsabilidades individuales sobre graves violaciones de derechos humanos cometidas por el Gobierno venezolano y, sin mucha fraseología diplomática precisa los nombres de los responsables: Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Néstor Reverol, Vladimir Padrino López, a los jefes de los servicios de inteligencia y otros 45 funcionarios del régimen venezolano. ¿Hacia dónde nos conduce este extraordinario logro? 

Al escenario esperado por todas las naciones y pueblos demócratas del mundo, es decir, la mayoría: a una más pronta que tarde actuación de las competencias de la Corte Penal Internacional, con sede en La Haya, Países Bajos. ¿Motivos? Muy precisados: detenciones arbitrarias, torturas y tratos crueles a detenidos ejecuciones extrajudiciales, violencia sexual, desapariciones forzadas, muertes bajo custodia, entre otras violaciones a los derechos humanos fundamentales de los venezolanos.

¿Quiénes?. La responsabilidad la exponen sin medias tintas: el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, la Dirección General de Contrainteligencia Militar, las Fuerzas de Acciones Especiales, la Policía Nacional Bolivariana, el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas y la Guardia Nacional Bolivariana. Quienes deseen entrar en los detalles del mismo, este Informe ya es de carácter público y se encuentra en internet. Sin jamás renunciar a mí posición de plena independencia y autonomía frente a las diferentes tendencias o posiciones del sector democrático venezolano, con la presentación de este informe creo que es de justicia reconocerle un extraordinario logro a la gestión del  presidente de la Asamblea Nacional -y presidente interino- Juan Guaidó. 

Un informe de este calibre no sale solo, no se fabrica de manera abstracta, en una lejana u oscura biblioteca. Detrás de la profusa exposición de casos y detalles hay obvias muestras de trabajo en equipo, apoyo, colaboración, asistencias, facilitaciones por muchos individuos y  varias ONG a los fines de quebrar el oscurantismo, el secretismo y la carencia de moral y escrúpulos del régimen presidido por Nicolás Maduro. Y en esta oportunidad Juan Guaidó y su equipo han demostrado que se han sudado la espalda cumpliendo con sus responsabilidades. No debió ser fácil ante tantas amenazas y el continuado uso cubano de los organismos de seguridad del Estado.

Resumo, otras fallas u omisiones aparte, este caso demuestra que si hay gestión, que si hay logro. Un avance. Pero sobre este Informe tengo también una segunda relectura. En sus líneas me siento tropezar con el compromiso con la verdad, con el ejercicio profesional de una serie de periodistas venezolanos que desde diferentes medios y con anterioridad han venido documentando, investigando y publicando varios de los casos allí expuestos. Me atrevo a afirmar que en las consecuencias que de seguro este Informe tendrá al corto plazo, estará la victoria del quehacer diario del periodismo objetivo, de investigación, independiente y moderno venezolano. Un periodismo que se precia de competir en escenarios internacionales en los cuales se reconoce y premia la excelencia. Una vez más, por muy cruel y habanera que sea la hegemonía comunicacional que se nos ha querido y logrado imponer en estos 20 años, hoy estamos ante otra manifestación de la fuerza que tiene la información y del ejercicio del verdadero periodismo independiente. Gana la democracia venezolana”. 

Nelson Bocaranda

Los sindicatos del NO

Miércoles 23 de septiembre de 2020

En Euzkadi no tenemos sindicatos, solo organizaciones negativas con una cúpula leninista que funcionan como un contrapoder pero sin presentarse a las elecciones. El NO es la única palabra que tienen en su diccionario.

Y no es que propiciemos una sociedad democrática sin sindicatos y sin derecho a huelga. No es eso. Lo que sería sano y lo normal es una sociedad con unos sindicatos que defendieran los derechos de los trabajadores pero con la mano tendida a la negociación, base de una sociedad civilizada. Pero no es esto lo que propician ELA y LAB. Lo de ellos no es construir sino destruir acuerdos. Lo de ellos no es defender derechos con obligaciones sino plantear imposibles y luego buscar la confrontación.

Idoia Mendia y Jokin Bildarratz, PSE y PNV son políticos con amplia experiencia. Los dos llamaron a los sindicatos nada más llegar. A los dos les dieron con la puerta en las narices ante su petición de dialogar y proponer mesas de conversación y acuerdo con una fraseología chavista y antidemocrática. No se presentan a las elecciones pero actúan como si hubieran ganado. Nada de esto podrían hacer bajo regímenes afectos a la ideología de la cúpula de estos sindicatos donde no existe la libertad de sindicación. Se puede ser comunista bajo un régimen democrático pero no demócrata bajo un sistema comunista.

Conviene que lo sepan tantas gentes de buena voluntad que se siguen chupando el dedo ante estas gentes que ya anuncian la huelga por la huelga en educación y sanidad haciendo a Bildu el trabajo sucio.

Es lo que hay señores. Despierten de una vez Gobierno, partidos, empresarios, parlamento y por lo menos háganlo saber a una ciudadanía confusa y sin claves.