Cuando Adolfo Suárez, en aquella Semana Santa de 1977, legalizó al Partido Comunista, la derecha franquista y un sector del ejército consideró aquella medida como una traición y un hecho tan relevante que a partir de ahí le hicieron la vida imposible de tal manera que a los tres años tuvo que dimitir.
Y, sin embargo, el tiempo dio la razón a Adolfo Suarez que quiso hacer normal lo que era normal a nivel de calle. Aquel hecho puso al PC en su sitio y hoy, tanto él como IU son opciones democráticas minoritarias que nadie pone en duda.
Algo parecido pasará con esta decisión de un Tribunal Constitucional que ha pretendido corregir una anormalidad democrática como la que se vivía y a la que algunos se habían acostumbrado y que en Euzkadi daba pingues beneficios como es el pacto PSOE-PP que desalojó al PNV de Ajuria Enea. Por cierto ningún magistrado del Constitucional ha sido propuesto por el PNV y menos por Bildu.
Puedo entender los recelos existentes.ETA sigue viva, aunque muy tocada, y sus anteriores intentos de tregua habían acabado en fracaso. Pero no era esta la situación actual de una Sortu y menos de una Bildu cuyos candidatos habían firmado un compromiso de utilización de las vías políticas y democrática y rechazo y condena de la violencia de ETA, con un importante aditamento dado por la reforma de la ley electoral como es el que si Dios no lo quiera, se produce un atentado y un electo o Bildu, no lo condena, puede ser ilegalizado. Es una ley con red y moviola.
¿Por qué entonces no dar una oportunidad a la paz y a la normalización política y por que el Supremo en lugar de juzgar hechos juzgó posibles intenciones?.¿Por qué no se atuvo al hecho relevante de los cambios en ese mundo y se retrotrajo al pasado y a buscar con lupa posibles concomitancias basadas en informes policiales de parte?.
Con esta decisión del Constitucional todos los partidos políticos podrán confrontar sus proyectos y, en breve, los candidatos y luego electos del PP y del PSOE podrán abandonar su escolta que significará que el proceso se irá asentando hasta, muy en breve, la completa desaparición de ETA. Estoy seguro de ello. El Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo no hubiera tolerado la actual anomalía como era desear hacer política democrática sin apoyo de la violencia y no permitirlo. No haber valorado los cambios habidos en este mundo, era a todas luces inadmisible.
Decía Rabin que la paz se negocia y pacta con los enemigos y no con los amigos. Y de eso se trata. A más política, más democracia y eliminación de la violencia. Y de eso se trata y en este momento de elecciones, conocer lo que propone cada cual a la ciudadanía vasca. Y el 22 de mayo que cada quien vaya a votar lo que quiera. En eso consiste la democracia.