Esta semana tenemos pleno en el Senado. Tras la Junta de Portavoces el martes con presencia de Ramón Jauregui, ministro de la presidencia para explicarnos el por que el gobierno ha destinado barcos y aviones a la guerra de Libia con un coste de 43 millones de euros, comparecencia hecha a petición nuestra, hemos tenido la visita del Emir de Qatar, demostrando en todo que no importa el tamaño del país si tienes petróleo y gas. La obsequiosidad ha sido extrema.
Nos ha venido el jeque Hamed Bin Jalifa al Thani sin su segunda mujer, la guapa jequesa Mozah Bint Nasser, que todos esperábamos pues es mujer elegante e interesante y dicen que preocupada por los derechos de la mujer. De todas maneras ella es la segunda de las tres mujeres reconocidas del jeque.
El Emir es un tipo alto con mirada inquietante. Nos dio la mano, firmó en el libro de visitas y le escuchó a Rojo decir las bondades de la relación entre España y Qatar y lo mucho que une a los dos pueblos. Sobre todo los contratos. Ni una palabra al castigo corporal, la amputación, la pena capital y la discriminación de la mujer que mantienen en el Emirato, sede de la cadena de televisión Al Yazira, que pretende dar una versión moderna e islamazida de la actualidad al mundo árabe. Al Yazira se ha convertido en el medio más influyente, por delante de Facebbok y Twitter, en su tratamiento de lo que está ocurriendo en el norte de Africa. Pero el Emir no le contestó a Rojo. Se limitó a agradecer las medallas que Bono y el presidente del Senado le dieron, de vil metal. La víspera Juan Carlos de Borbón le había condecorado con el Collar de la Orden de Isabel la Católica a él y la Gran Cruz a ella. Ridículo. Esta distinción fue creada por aquel rey felón llamado Fernando VII en 1815 y ya va siendo hora que se modernicen en algo con estas inverosímiles distinciones. Meter lo católico en una condecoración a un líder musulmán tiene su cosa.
De allí a ver la Biblioteca del Senado que vale la pena conocer. Es de un gótico notable y parecería que en esa sala se podía haber filmado la película de Harry Potter. Allí hemos estado Pio García Escudero, Carmela Silva, Jordi Vilajoana, Ramón Aleu, Pere Sampol y yo. Del Congreso solo nos ha venido Soraya Saenz de Santamaria que apenas conocía el Senado y que le ha gustado lo que ha visto.
Este Emir es un jeque bien visto en Europa ya que además de contratos participa en la ofensiva internacional con cuatro aviones de combate. Pero también le han ayudado al rey de Bahrein a reprimir las justas revueltas de su pueblo. Siendo el país más pequeño del mundo ha conseguido un Mundial de Fútbol y los lideres españoles, tanto políticos como empresariales, se pelean por sobarle el lomo. No en vano tiene el PIB per cápita más alto del mundo. Los partidos políticos no están permitidos, pero si se reconoce el derecho a la libertad de expresión y asociación. Los cristianos gozan de libertad de culto y las mujeres pueden conducir. ¡Que avances!.
Al leer su discursito le recordaba a Rojo presentando un informe anual sobre los países que todavía mantienen la pena de muerte. Hubiera sido una buena ocasión para recordarle a este Emir de mirada intranquilizadora que nadie es dueño de la vida de los demás. Pero no. Todo ha quedado en ser amables y obsequiosos. Poderoso, muy poderoso es Don Dinero.