Hoy domingo cogía el avión de las 8:15 en Barajas. Dentro le saludo a Rafa Alkorta. La víspera había trabajado él como comentarista en alguna televisión. “Te vi en la Noria al llegar al hotel”, me dice. “He buscado el libro en el aeropuerto pero no lo he encontrado”.”Ni lo encontrarás” le contesto. ”Somos Extraños en Madrid”. Se refería a mi participación en ese programa controvertido de Tele 5. Es la tercera vez que voy. El primer político fue Rodríguez Ibarra y el segundo quien ésto firma. A Jordi González le conocí en otro programa, pero éste en Barcelona. Es un buen profesional aunque haya temas escandalosos que trata que no me gustan, pero globalmente hace un buen programa y apuesta valientemente por la opinión. Ayer mismo la promoción de la película “Torrente” me hizo pensar que no me verá nadie pagando un euro por semejante espectáculo. Pero es el único programa de opinión en todas las televisiones españolas en horario estelar. La única. Y por allí han pasado Artur Mas, Montilla, Bono, Blanco,…..
Ayer fui invitado a hablar del libro “Extraños en Madrid”. Todas las presentaciones del libro habidas en Barcelona, Madrid, Ourense, Donostia-San Sebastian, Bilbao, se quedan chiquitas al poder contar con audiencia tan millonaria a pesar de lo tardío de la aparición en la madrugada. Los sábados, la noche suele ser joven.
Jordi actuaba de moderador y enfrente mío tenía a tres periodistas como Alfonso Rojo, que tiene un blog que se llama “Periodista Digital” y a quien conocí en Guinea. Carmen Gurrutxaga, autora del libro con Isabel San Sebastian “El Árbol y las Nueces” y Jimy Gutierrez Arnau, divorciado de la nieta de Franco e hijo de un diplomático que fue el director de Unidad y del diario Hierro además de escritor. A este Jimy le tenía yo al que más prevención y sin embargo estuvo exquisito. Sus registros son otros.
La pregunta que me hizo si el PNV no tenía nada que ver con ETA, se las traía, pero es lo que hay. Hoy un amigo me manda a mi correo este comentario:
“El debate previo sobre los niños robados me pareció horrible, no el tema de fondo en sí, sino las formas y el bochornoso comportamiento de Paloma Zorrilla, si no sales tú a continuación apago la tele. Esta además, creo es colaboradora de ETB…
Tu entrevista. No sé si los tres entrevistadores leyeron el libro. Giménez Arnau, dijo que sí y no voy a dudar, lo vi bastante moderado en sus preguntas y hasta desmarcó muy bien EAJ de ETA y la violencia algo que otros no hacen. Mamen, dio a entender que también y hasta habló de GALEUZCA y la ví bastante moderada en formas lejos de la agresividad de antaño y dejo a Rojo para el final. Dijo que se había leído el libro en «diagonal …» Leer «en diagonal» y enterarte requiere habilidad y capacidad de síntesis, que dudo tenga. Me dio la sensación que no se ha enterado de la idea central o no se ha querido enterar. No es que un vasco se sienta extraño en una ciudad como Madrid sino que hay ciertas gentes, que con sus comportamientos y por sentirte vasco y no dejarte engullir por lo español, esto es, reivindicar la diferencia, te hace sentirte extraño/ incomprendido en esa ciudad, que, además, como guinda es la capital del Estado.
Tu, como persona educada le saludaste correctamente, pero de ahí a que tengas que ser efusivo va un trecho y no sé lo que se esperaba este hombre porque cuando iba a apagar la tele y él se sentaba en la mesa política decía en voz alta » y es que a mí no me ha abrazado». No me gustó su intervención. Buscando el aplauso fácil en el tema de SORTU y cuando le comentaste lo de Falange ni se inmutó. Personajes como estos, creo y puedo ser duro en decirlo, son a los que les molesta que nuestro país se normalice”.
Este comentario de un amigo gipuzkoano habla por sí. Toda la intención era culpabilizarnos de la existencia de ETA. Lo de siempre y responsabilizarnos de apoyar a Zapatero frente a Rajoy. La pena es que el libro no tenga una buena distribución y que los políticos sean ágrafos. Habría un mayor debate sobre estas cosas. De todas formas agradezco la oportunidad para haberlo dado a conocer, los comentarios que suscitaron, y el hecho de poder decir en Madrid que somos políticamente extraños. Que no es poco.