Agenda de un Senador (1)

Martes 29 de noviembre de 2011

Tenemos las credenciales – Solo quedan 16 Senadores Socialistas –Franco fuera del Valle de los Caidos- Elorza no es partidario de Egiguren

El martes me entregó  en Sabin Etxea el muy eficiente  Jon Miraballes la credencial de senador, papelito imprescindible para poder acreditarse, expedido por la Junta Electoral.  En la credencial pone que obtuve, en representación del PNV y en lista abierta 204.567 votos. ¡Dios mio!. ¡Tanta gente depositando la papeleta sepia y sin que en toda la campaña se hubiera hablado del Senado!. Y recojo las credenciales de Cazalis y Ruth.  Iré el jueves con José Mari a Madrid.  Previamente he rellenado la ficha donde me preguntan a ver si tenemos hasta gato.  Ruth y Lore irán la semana que viene. Están fuera. En Alemania y en Belfast. Los diputados el viernes. Me hubiera gustado hacerlo el mismo día y luego una foto de los diez.  Lo que decía Ajuriaguerra  que éramos diputados y senadores de un solo Grupo, no se visualizará. Una pena.  Zubia ya ha estado en Madrid. Ha quedado impresionado del descalabro del PSOE.  De la novena legislatura, la anterior, sobreviven 16 Senadores.  Se han quedado en huesos. Y ha hablado con José Manuel Camacho, que es el segundo de a bordo y fue el segundo de a bordo de Carmela Silva, la anterior portavoz.  Ahora lo será Marcelino Iglesias, ex presidente de Aragón.  Este parece un buen tipo.  Lástima de gente buena que ha quedado en el camino. Todos los senadores jóvenes han sido desplazados  por los náufragos de las elecciones municipales y  se han quedado en casa. Muchos de ellos sin trabajo. Es la otra cara, la desconocida. Y eran senadores muy válidos.  Los echaremos de menos.  Y se ha salvado Narvay Quintero de Coalición Canaria.  Es un joven muy pegado a su isla de El  Hierro.  Hace cuatro años sacó la senaturía con los votos de los canarios venezolanos, a quienes visita y mima.  Pero no le ha hecho falta en esta ocasión.  Y eso que el PSOE y el PP han ido juntos. ¡Chapeau Narvay!.

Por la tarde me corto el pelo.  El cliente anterior, un señor del barrio, me dice con simpatía ¡Caramba, un político en la peluquería. Y también se cortan el pelo”. “Pues si, ya ve. Y eso que cada vez tengo menos, pero he de sacarme la foto del carnet y ya sabe!” le contesto.  A veces la gente se piensa que no existimos.

Y me llaman de Europa Press. Quieren sacar los de la Comisión ad hoc  a Franco del Valle de los Caídos.  Pues muy bien.  Han pasado 36 años de aquel entierro.  Ni Hitler está en Berlín, ni Mussolini en Roma.  Esa foto de Franco enterrado allí es la mejor definición de lo que ha sido la transición española.  Pero no me fío del PP.  Estos socialistas como Ramón Jauregi son muy melifluos. Quieren hacerlo consensuando la iniciativa con el PP.  Y en ese mundo hay más franquistas por metro cuadrado que arena en la playa de Bakio.  Veo muy poco fundamente democrático en éste PSOE de merengue.  Me huele todo a chamusquina.

Y leo algo de Antonio Elorza que me llama la atención.  Le pega un palo a Egiguren que se conformó en una entrevista con decir que está feliz  al  andar en la Parte Vieja donostiarra sin miedo  y que dos señoras le dieran un beso en la calle. Termina así su artículo de El Correo: “¿Cómo construir la democracia con quienes están satisfechos de un pasado criminal, con ETA aún sin desaparecer y actuante contra su disidencia interna (caso Idoia López Riaño)? ¿Para qué sentarse en una mesa política donde un participante va a aceptar únicamente  aquel acuerdo que abra el camino para la independencia, por juzgar que “la paz” solo existe acompañada de su victoria? ¿Qué van los socialistas vascos a oponerles como posible alternativa política?  Egiguren debe saber que las condiciones en tal mesa serían hoy la liberación de los etarras presos, la integración de Navarra y una independencia más o menos disfrazada al modo del “estatus de libre asociación” del plan Ibarretxe.  ¿Qué márgenes existen para ampliar el Estatuto? ¿Qué solución digna puede inventar el PSE para el problema de los presos si no existe perspectiva de que rectifiquen y soliciten perdón? Claro que el Gobierno PSE puede unirse a los abertzales para plantar cara a un Gobierno de Madrid que no acepte la “alternativa democrática” que Egiguren asume, Currin incluido, en vez de mantener la firmeza de que todo cambio sustancial requiere contrapartidas (desarme en primer término).  El PSE iría entonces camino de planear, como el alma de Garibay, a mitad de camino entre el cielo y el infierno, sin encontrar por ello la senda de “la paz”.

Se ve que Antonio Elorza no es muy partidario ni de Egiguren, ni de lo que planea parte del PSE. Esta será la siguiente batalla.