Acabo de llegar de Madrid. No se todavía que decidirá el Tribunal Constitucional en relación con la coalición Bildu. Por eso escribo estas líneas al calor de una semana muy intensa. Y con muchos “sucedidos”. Pregunta a Zapatero, presencia de Zubia en el Senado tras su convalecencia, visita a la Delegación del Gobierno Vasco en Madrid, discusión de seis proyectos de ley, presencia en la Comisión Iberoamericana de las directoras del Instituto Etxepare, presentación del libro de Memorias en el Ateneo de Madrid del libro de Antonio Romero con Cayo Lara y José Luis Centella……Y hoy jueves, volver a casa.
En el aeropuerto he pasado el control de seguridad. Nada nuevo. Al hacerlo el policía de seguridad privada me ha dicho. ”Le vi a usted por televisión decirle a Zapatero que en Europa no había en ninguna constitución consagrada la pena de muerte y a ver qué hacía él mandándole un telegrama de felicitación a Obama. Ha hecho usted muy bien, pero he de decirle una cosa. Yo no tendría trabajo, ni ustedes estas incomodidades sin los ataques a las Torres Gemelas de Bin Landen. Su espíritu sigue vivo. Y me da que seguirá”.
La reflexión me ha llamado la atención, pero he pensado que cuando viajan en avión ni Obama, ni Zapatero, ni Rubalcaba pasan controles de seguridad. Por eso actúan como actúan. Es el matiz.
De todas maneras y a medida que las desastrosas informaciones que vamos conociendo sobre la operación, cada vez pienso peor de Barak Obama. Su trato a Pakistán, las fotos de él y su equipo en la casa Blanca siguiendo la operación como si de un partido de fútbol se tratara, su salida a la opinión pública jactándose de un asesinato extrajudicial, las informaciones sobre las torturas, la persistencia de Guantánamo, las felicitaciones de la Otan sin haberles dado cuenta Obama a ningún líder europeo de la operación, su subida en las encuestas, su manipulación con las víctimas en la zona cero, la persistencia en decir que el fin justifica los medios, su apología del terrorismo, el olvidarse de los juicios de Nuremberg, el juicio a Milosevic y a Pinochet, auténticos asesinos, pero que fueron juzgados, la simplonería de los norteamericanos que creen que en el mundo solo están ellos, todo esto y mucho más, me parece toda una vergüenza.
¿Y qué hubiera hecho usted?.
Pues no jactarme, no denigrar a Bush para hacer luego como él, no ponerme ridículamente la mano en el pecho, no torturar y luego tratar de justificar esta aberración humana, no invitar a cenar a los halcones y olvidarme de los grupos que defienden los derechos humanos. Si, se que es fácil decirlo, pero es lo que gente que se dice humanista debería haber hecho.
De ahí que cuando vuelva a pasar por el control de seguridad de los aeropuertos no le mentaré la madre a Bin Landen, sino a Barak Obama y sus halcones. Por hipócritas.