Pasé el martes a eso de las ocho por la Puerta del Sol. La plaza estaba atiborrada de gente. Había pasado antes por la Plaza de la Opera donde vi unos tres círculos de gente joven discutiendo, hablando, argumentando de forma muy tranquila. Lo mismo en La Puerta del Sol con la diferencia de que en esta plaza había tiendas de campaña, toldos, chiringos, algunos bastante sucios y acumulando cartones y plástico. Y, por todas partes, carteles, letreros, frases. Algunas muy ingeniosas, otras banales.
El espectáculo era insólito y muy interesante. Había gente mayor, pero era la menos. La mayoría estarían entre la treintena y la cuarentena.
Al pasar me dieron un manifiesto que en líneas generales podría firmar el PNV. Pedir la separación de poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial es denunciar una evidencia. ¿Quién designa el poder judicial sino el PP y el PSOE?. ¿Es normal que no se pueda controlar de verdad al poder ejecutivo?. ¿Es normal que el rey sea intocable?.
Se pide transparencia informativa en todos los niveles del estado. Pues claro. Se piden medidas para incentivar y facilitar la participación ciudadana en la vida política, y la obligación de consultas en temas clave. Mayor facilidad para solicitar referéndums por iniciativa popular, posibilidad de revocar leyes y cargos electos mediante consulta popular. Totalmente de acuerdo. ¿No era eso lo que quería el Lehendakari Ibarretxe?.
Piden el endurecimiento de la lucha contra la corrupción. Muy de acuerdo. La pasividad actualmente vigente y la lentitud en el castigo es sangrante.
Y así todo.
De eso estuve hablando con varios jóvenes que de manera educada me abordaron. Les hablé de las listas abiertas del senado, de las consultas populares, del trabajo sordo que se hace en las instituciones y no se conoce. De ir abandonando la política espectáculo y les propuse que cuando acabe la presencia en La Puerta del Sol entreguen el manifiesto a todos los partidos y busquen el compromiso de los mismos y tras cuatro años, se erijan el tribunal público a la hora del análisis de lo hecho y de petición de responsabilidades, con señalamiento público a quien no cumpla lo prometido en el programa electoral. Porque no todos los partidos pensamos lo mismo, ni somos lo mismo. Y lo peor es la generalización en la crítica. Este movimiento debería convertirse en un gran notario y fiscalizador de la realidad. Y actuar ante la opinión pública. Sería bueno para todos. El ojo público es fundamental.