Sarkozy entona un “mea culpa” por su apoyo al tirano tunecino

Francia «subestimó la desesperación y la aspiración a la libertad» de los tunecinos, y esa fue la única causa del apoyo tácito de París al tirano Ben Alí hasta el último segundo, pese a la insurrección. Ese fue el mensaje que reiteró Nicolás Sarkozy en una rueda de prensa, para intentar reparar la mala imagen que ha dejado su apoyo al ex dictador. Mala excusa. Y siempre es la misma.

París, dijo el presidente, «no calibró a su justa medida» la «desesperación de un pueblo hermano». Y, para explicar lo que no habría sido más que un error de apreciación, Sarkozy insistió: «Es un pueblo hermano que ha decidido tomar las riendas de su destino. Cuando se es tan allegado, cuando los destinos están tan imbricados, no siempre se tiene la distancia necesaria», dijo a modo de justificación.

Es lo malo. ¿Por qué no lo dijo antes?.

«Detrás de la emancipación de las mujeres, el esfuerzo de educación y de formación, el dinamismo económico y la emergencia de una clase media, había desesperación, un sufrimiento, un sentimiento de ahogo que, cabe reconocerlo, no habíamos calibrado a su justa medida», repitió.

¿Y para qué se gasta tanto dinero en servicios de información y en diplomacia?.

Con esas frases, Nicolás Sarkozy intentaba matar dos pájaros de un tiro. Por un lado, quiso borrar que hasta el momento de su huida de Túnez estuvo apoyando  tácitamente a Ben Alí, so pretexto de una supuesta amenaza islamista. Siempre lo mismo.

Sarkozy además intentó transformar el defecto neocolonial en virtud postcolonial. Dijo que, si hubo error de su diplomacia, también se debió a la necesidad de «guardar reserva», a causa del «peso de la historia» en las relaciones con las ex colonias. Por cierto, un peso de la historia aberrante.

Una última palabra sobre el extraño reflejo de la comunidad internacional

Y en particular de Francia. Decía Bernard Levy. ”Habrá quien diga que estamos acostumbrados. Pero aun así. Una ministra de Asuntos Exteriores que ofrece la experiencia de las fuerzas de seguridad francesas a una dictadura agonizante. Esa misma ministra que, pretendiendo excusarse, concede una entrevista al Journal du Dimanche en la que menciona tres veces su voluntad de «no injerencia en los asuntos del pueblo tunecino… Y el Elíseo, que en un comunicado difundido el sábado dice haber «tomado medidas» para «bloquear administrativamente» los «fondos tunecinos» de Ben Alí en Francia… ¿Qué significa esto?. ¿Se sabía que existían tales fondos?. ¿Se sabía que Ben Alí estaba saqueando su país?. ¿Y esperan a que pierda el poder para decirlo?. Esto es algo peor que un reflejo, es una confesión. Y una confesión que dice mucho de la moral que puede llegar a dirigir la política exterior de un gran país. Un mangante en el poder es un amigo. Cuando la ciudadanía lo derroca, entonces sí, duro con el bandido”.

Mientras, la fiscalía de París anunció una investigación preliminar, en respuesta a la querella presentada por tres ONG, sobre los haberes del clan Ben Alí y Trabelsi en Francia.

Zapatero nunca ha reconocido  nada de sus errores africanos a pesar de que Moratinos pasaba por experto. Su total insensibilidad la recubren de falso buenismo. Dicen que les interesan la defensa de los derechos humanos, pero jamás se mojan ni por el Tibet, ni en Venezuela, ni en el Sahara, ni en ningún lugar. Palabras. Solo palabras.

Eduardo Serra y sus planteamientos pre-facistas, neutralizados por Zapatero.

Nunca me ha gustado Eduardo Serra. Es el clásico español de la derecha dura que alguna vez disimula con gestos de cordialidad. Fue ministro de Defensa con Aznar y pasa por amigo del rey. Nos excluyó de la Fundación del Instituto El Cano y es un declarado antiautonomista. Un tipo peligroso al que una maniobra de Zapatero, hecha este sábado, ha logrado neutralizar.

Eduardo Serra acababa de entregar al rey, un jefe del estado, sin poderes de ninguna clase, un informe en el que cien grandes expertos y empresarios del país planteaban una regeneración económica, social y política. En el fondo cargarse el actual estado autonómico, al que culpan de casi todo. Mejor hubieran hecho señalar quien o quienes fueron los culpables del actual desaguisado cuando en 1975, a la muerte de Franco, solo había tres demandas autonómicas, las de la República y no un café para todos en el que Madrid ha llegado a ocupar un lugar de honor como demanda autonómica. El colmo.

Curiosamente, la mitad de las empresas que se reunieron este sábado con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dieron su apoyo a la iniciativa Transforma España, impulsada por la Fundación Everis y respaldada por cien personalidades, que fue entregada al rey Don Juan Carlos el pasado lunes en audiencia privada en el Palacio de la Zarzuela.

El documento presenta “una España globalmente poco atractiva y en busca de su identidad” y propone una ruptura radical ya que el problema no es de “evolución” sino de “transformación”. Entre otras cosas invitan a “repensar y refundar todos los pilares del sistema-país.

El caso es que muchos empresarios picaron pensando que este sujeto actuaba de buena fe pero cuando han visto que unas reflexiones hechas con la mejor voluntad de mejorar se convertían en un alegato contra el propio sistema democrático, se han asustado y fueron encantados a la reunión de La Moncloa con Zapatero, para que no se dijera de ellos que están en planteamientos pre-fascistas como los de Eduardo Serra, presidente de esta Fundación Everis, y que contestaba en la entrevista que le hizo un periodista de El Mundo, que curiosamente se llama Ignacio Anasagasti, el pasado 23 de noviembre, lo siguiente:

“P.-En el documento, se habla de la inseguridad jurídica que produce el actual modelo de Estado y la organización administrativa.

“R.-La mayor parte opina que el actual modelo de Estado no es sostenible. Hay determinados elementos que no pueden continuar. Por ejemplo, la inseguridad jurídica que dan 17 parlamentos legislando diarreicamente. Uno no sabe por muchos servicios jurídicos que tenga cuál es la normativa aplicable. La rotura de la unidad de mercado y la falta de seguridad jurídica van en contra de la prosperidad y del fin de la crisis. Todos coinciden en que es imprescindible la seguridad jurídica para un mayor desarrollo económico y que hay lagunas. Por ejemplo, en la proliferación de las normas legales, el rápido cambio de las mismas o su lenta aplicación, y en la tardanza en obtener resoluciones judiciales”.

Fíjense el respeto que tiene este personaje por las aprobaciones democráticas en los parlamentos, “17 parlamentos legislando diarreicamente” así como su obsesión por la rotura de la unidad de mercado, que no es verdad, pues ahí está la Unión Europea con directivas muy claras, pero todo sirve para su empeño, llegando incluso a involucrar al rey que encima les felicitó y “agradeció que hubiera un esfuerzo por parte de gente tan importante que se dedique a mirar no solo por los intereses particulares de sus empresas sino por los generales”. ¡Menudo olfato el del Borbón!. ¡Lo que no les diría!.

Algunos de los empresarios contactados llegaron a explicar su negativa alertando de que “con menos de lo que ahí se decía, un militar daría un golpe de Estado”. Las críticas al modelo autonómico o el perfil del promotor del manifiesto, Eduardo Serra -ex ministro de Defensa con Aznar- y sentido como “muy de derechas” por algunos de los empresarios, también pesó a la hora de los rechazos.

El columnista Raúl del Pozo captó inmediatamente la sucia jugada y escribió el miércoles 24 de noviembre: “Los grandes empresarios, los que controlan el 90% del Ibex, los que pagan mi salario asesorados por catedráticos e intelectuales orgánicos han guardado los rifles y se han ido a ver al Rey en el instante en que sigue el castigo de los mercados a España, cuando el Tesoro paga por la deuda el doble que hace un mes y más del doble que hace un año. No sé si el Rey les habrá replicado lo que contestó a un obispo cuando le amenazaron con excomulgarle si no se oponía al aborto. “Monseñor, ¿quiere que me pase la Constitución por el arco del triunfo?”.

Ahora ni se puede devaluar el vellón, como se hacía en el Imperio, ni hay un rey absoluto en el Alcázar, pero se habla de la quiebra del Reino de España y por eso la cúpula, la bóveda del panteón, ha decidido alertar al Rey comunicándole que el invento España se viene abajo. Enuncian una rectificación de la democracia del 78, como en los años 30 Ortega propuso que había que rectificar el perfil de la República. Proponen un cambio sistemático para transformar el país y recuperar representatividad democrática, pretenden la separación de poderes y el desguace de la tiranía autonómica con una nueva ley electoral. Los grandes empresarios llevaron al Rey la tostada y en los partidos han surgido leves reticencias.

Yo creo que no estamos ante un nuevo Manifiesto de los Persas ni ante un intento de nacionalizar la vía Berlusconi. Pero aunque su sangre no sea agria ni adusta, si prosperan acabaran zampándose a Zapatero como los caníbales se tragaron a Magallanes.

Ya ha empezado la gran fiesta antropofágica.

Habrá que seguir los movimientos de estos pre-fascistas.

Al PSOE le da pereza hablar del GAL.

Este pasado domingo le hizo el director de El País una larga entrevista a José Luís Rodríguez Zapatero. Le preguntaba de todo. El director le replicaba poco. Lean ustedes esta pregunta y su consabida respuesta:

P. Qué le pareció la entrevista de Felipe González en EL PAÍS?.

R. Le envié un SMS.

P. ¿Qué decía ese SMS?

R. Un fuerte abrazo. Camino de Seúl. La entrevista yo la vi desde una perspectiva distinta. Incluso he tenido alguna duda sobre si alguna de las cosas que decía en esa entrevista no las había dicho ya antes. Claro, yo he tenido conversaciones con él y algunas de sus declaraciones no me sorprendieron.

P. Muchas no las había hecho en público nunca.

R. No lo sé. Tengo alguna duda, pero lo que sí me pareció excesivo fue la polémica de los días siguientes, las cosas que se dijeron… En fin, en caso de duda, yo no dudo de Felipe.

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Curiosa ética la de Zapatero. No duda de Felipe. Es su amigo. La clave de la actuación de la mafia. Impunidad de los amigos. Me defrauda largamente Zapatero. Un hombre que se vanagloria de la defensa de los derechos humanos. Pura palabrería. Nada con sifón. Ya lo dijo cuando estalló el conflicto del Sahara. Lo fundamental es la defensa del estado. Algo parecido, en otro contexto, argumentaba el recientemente fallecido almirante argentino Massera. La Esma, como purificadora del estado.

Y Ramón Jauregui sin enterarse, ni condenar las palabras de González. Sí lo hizo Charli Prieto. ¿Estarán en el mismo  partido?. Dijo  éste:

“Os lo voy a poner fácil (. . .) : yo condeno el GAL, el Batallón Vasco Español, la Triple A, las acciones terroristas allí donde se produzcan, las acciones violentas, las expresiones violentas, las expre­siones dudosas sobre la democracia, y condeno también las declaraciones de Felipe González y todo lo que no esté en rigurosa legitimidad democrática”, expuso en la sala.

Este es el socialismo que nos gobierna.

Ramón Jauregui, el ministro de la presidencia que reconoció la semana pasada la soberanía marroquí sobre el Sahara, al día siguiente de la entrevista en “El País” de Zapatero hablaba sobre el Gal a preguntas de “El Mundo”. Este socialista que era el Delegado del Gobierno en los años del Gal y que no se enteró de que una  docena  de sus compañeros socialistas organizaban atentados para matar gente, tuvo el tupé este lunes de pedir se pase página sobre este fenómeno. La ética de este señor deja mucho que desear. Al hombre le da pereza hablar de estas cosas:

P- ¿Se ha quedado de piedra al escuchar a Felipe González que tuvo en su mano volar a la cúpula de ETA, admitiendo ser la X de los GAL?

R.- Creo que lo más im­portante de lo que ha dicho es que, si tuvo que elegir, optó por la ley. Me parece un desatino que se exagere lo que ha dicho Felipe.

P– Sobre todo porque vuelve a poner en primer plano otra vez el tema de los GAL; y para el PSOE eso es un retroceso, ¿no?

R.- A mí me produce enorme pereza intelectual y no poca triste­za que esto vuelva a replantearse. Han pasado casi 30 años y los he­chos han sido juzgados, judicial y políticamente.

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Frente a todo esto, en Deia apareció una buena entrevista que hablaba de esta inmundicia.

Sin necesidad de preguntarle nada, Paddy Woodworth expresó su deseo de pronunciarse sobre la entrevista a Felipe González publicada por “El País”, que ha reabierto la herida de la guerra sucia. Pesa mucho la exhaustiva investigación que el escritor irlandés ha realizado sobre los GAL, que ha quedado plasmada en el libro Guerra sucia, manos limpias.

¿Se ha colocado Felipe González en la “X” de los GAL?

Me llama la atención que espontáneamente, sin ninguna provocación, haya desvelado esa oportunidad para matar a la cúpula de ETA en el año 90 o 91. Felipe González es un hombre muy inteligente, un político puro y duro, y me pregunto por qué ha elegido este momento para hablar de una acción que, de hecho, no tuvo lugar. Parece que ha vuelto a legitimar las acciones de los GAL, porque dice que estaba dispuesto a matar a gente a sangre fría. Es decir, que en un Estado donde no hay pena de muerte estaba dis­puesto a matar a gente que no tiene condenas y que puede ser o no de ETA. Me parece muy siniestro.

¿Cuál es su teoría?.

Espero que sea algo más sencillo, que Felipe está ya un poco viejo y quizás se ha soltado la lengua. Uno de los muchos problemas que no he podido resolver es el papel de González, si lo había, en los GAL. No se puede decir que sea culpable jurídicamente, porque no está probado en ningún juzgado, pero políticamente sí, porque era el responsable entonces y eran sus hombres los que estaban llevando los GAL, Barrionuevo, Vera, Sancristóbal, etc. Por comisión u omisión, era el responsable político de los GAL.

Siempre ha quedado la sombra de la duda sobre el ex presidente.

Lo más raro de González es lo que en mi libro llamo el «Léxico de la Ambigüedad», porque cada vez que decía algo sobre los GAL siempre era para negar los hechos, pero con un segundo sentido en el que ase­guraba que, en el fondo, estaba de acuerdo. Todas las declaraciones sobre las «cloacas del Estado», etc., eran en la misma línea. Yo me pregunto por qué el periodista de El País no le hizo otra pregunta, porque está claro que decía que, cuatro años después de los GAL, estaba dispuesto a llevar a cabo una acción de este tipo. Entonces, estaba de acuerdo con lo que hicieron los GAL.

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He querido recoger en este post el testimonio de Zapatero, de Charli Prieto, de Jauregui y de Paddy Woodworth. Con todos ellos se puede hacer usted una idea de la doble moral del socialismo español y del vasco.