Como a Altsasu le faltaban tocapelotas contumaces, ahora se le viene encima ser sede del penúltimo capítulo de la competición entre el PP y Ciudadanos por ver quién es más facha, más cuñao y más casposo. En realidad, es una especie de partido de vuelta, pues como guardamos en nuestra memoria de acontecimientos patéticos y causantes de rabia y vergüenza ajena, el Fuhrercín Casado ya eligió la localidad de Sakana para lanzar algunos regüeldos selectos cuando todavía era candidato a suceder a ese moderado que hoy nos parece Mariano Rajoy. En esta ocasión, es el turno del falangete naranja —Albert Rivera en el españolísimo carné de identidad—, que en su desesperada lid por recuperar el liderazgo de la carcundia hipanistaní, acaba de anunciar que el próximo 4 de noviembre montará su circo en el pueblo que, según brama, “se ha convertido en símbolo para los constitucionalistas que defienden la unión y la igualdad entre los españoles”.
Aparte de que hay que tener los dídimos cuadrados para sostener tal membrillez sobre un lugar en el que su partidillo no llega ni a pedo de monja, el figurín figurón termina de retratarse como el incendiario sin matices que todos sabemos que es. Al plantarse con una colección de sogas en casa del ahorcado, busca descaradamente que su presencia termine en trifulca que abra los telediarios y refuerce su condición de sacrificado héroe de la causa. Quizá por eso, merecerá la pena tragarse las humanísimas ganas de satisfacer su vocación martiriológica para evitar a toda costa que se cumpla su autoprofecía. Aunque cueste, el mejor desprecio hacia su provocación será no hacerle aprecio.
Lo tiene todo previsto. Si no hay nadie o no le hacen caso dirá: «Temen represalias por los cafres que dominan un pueblo tristemente abandonado por quienes deberían garantizar la libertad».
Si le dirigen aunque sea una mirada de través pero no le dicen nada: «Cobardes que no se atreven a enfrentarse si no es en mitad de la noche y en masa».
En el caso diría que remoto de que alguien le pregunte (el tono da igual) a qué ha ido allí saldrá con que él no tiene miedo. Si le aplauden –y se puede llevar una claque perfectamente– «Hoy empieza aquí la derrota del nacionalismo».
Aunque no le van a hacer ni la mitad del caso del que le hacían el año pasado da igual: gana.
Da mas que pena oír y ver a Casado «el masterizado» y a Rivera «el falangito» pasearse por Europa e hispanistan con unos discursos copiados de un tal Adolfo tristemente famoso por haber provocado la mayor tragedia que se recuerda.
Si no fuese porque esas bravatas propias del ultra nacional catolicismo radical franquista y viendo lo que se cuece por ahí abajo donde los golpistas del 83 reciben homenajes vociferando mientras le dan al tintorro ¡Vivas, Vivas y mas Vivas! podría uno echarse a reír.
Individuos trepadores de esta calaña sería mejor que no participasen en política si de verdad quieren hacernos creer que en hispanistan existe la democracia.
Es «carcunda» y no «carcundia».
«Carcundia» se usa desde tiempo inmemorial. No lo recoge la RAE, cierto, pero sí está en el Manuel Seco.
Harán lo de siempre. Organizarán unos cuantos autobuses gratis, con bocata de chopped y refresco, y la catetada se apuntará porque no tiene otra cosa que hacer.
De esto tenemos últimamanete mucha práctica en Catalunya. Y estarán, claro, todas las televisiones españolas esperando la mínima para escandalizarse. Tendréis que «hacer un Tortosa», expresión que se utiliza en Catalunya desde que los de C’s hicieron una visita a esa ciudad esperando precisamente reacciones airadas de la gente y la población respondió ignorándolos y girándose de espaldas a su paso. Apretar los dientes hasta que rechinen y esperar que el karma exista y a algunos les espere un futuro de gusanos físicos que complemente su gusanez moral.
Pues en vista del ganao que nos toca lidiar en los últimos años, creo que la recomendación que hace Gabriel del «Tortosa» me parece la opción menos dañina de todas las posibilidades que se abren.
Lástima que en el guiken de Walpurgis no convoque también VOX a sus huestes y se lien entre ellos por un quítame de ahi esas tanquetas y colócame esos tricornios ande se vean mejor.
Rulé muchas veces y muchas fiestas por aquellas calles de Altsasu y de los pueblos del valle de la Sakana, recuerdo que había hasta discoteca, «Lainoa» se llamaba y era un nombre muy bien traido pues la niebla forma parte del paisaje de este valle. Eran los tiempos en los que sonaba Potato a saco en los bares. Ha llovido mucho desde entonces, demasiado…..pero hay algo que no ha cambiado y es que, en general y ya entonces, los tricornios no generaban mucha simpatía.
En cuanto a falangito, que se traiga a Borrell de telonero. Y que se pierdan en la niebla.
En Sakana , ya saben cómo hacer .
Ese impulso que tenemos los Navarros para reaccionar al instante ante una provocación de los españoles , ya está perfectamente procesado y ya ha ganado el donde vas.? manzanas traigo , puede venir naranjito cuando quiera , los Navarros no olvidamos, pero se lo haremos saber ignorándolo , de momento.
Si no les hacen caso son capaces de tirarse piedras a sí mismos, el caso es tener su minuto de gloria en el telediario, cueste lo que cueste