724 fallecidos por covid anteayer en el conjunto del Estado. Son tres veces las víctimas mortales de los atentados de Atocha o del accidente del Alvia de Angrois. Tremendo, ¿verdad? Pues mucho más, si piensan que, a diferencia de las tragedias citadas, la repercusión mediática será prácticamente nula. Ni programas monográficos especiales, ni opinadores de saldo, ni ardorosos denunciadores de lo que se ponga a tiro. Tampoco pomposos funerales institucionales con las autoridades ejerciendo de plañideras. Qué va. Esta vez la cosa se queda en una puñetera cifra para echarse las manos a la cabeza entre el último bocado del segundo plato y el primero del postre, justo antes de cambiar de canal, a ver si ha empezado el concurso de cocina o el de gañanes ligoteando.
¿Tan inhumanos nos hemos vuelto? En absoluto. Ya lo éramos a fuerza de digerir números sin desbastar. No sé cuántos ahogados en el Mediterráneo, masacrados en vaya usted a saber qué guerra ignota o a manos de estos o aquellos integristas con tarifa plana para el matarile. Es lo que tienen las muertes ajenas al por mayor, que acaban convirtiéndose en rutina. Y qué poco ayudan los portavoces sanitarios de pelo revuelto y voz ronca haciendo chistes en la comparecencia diaria y proclamando que ya casi estamos alcanzando el pico de esta vuelta.
Hay varios sesgos en juego, en esto que comentas.
Cuando lo que sea le ocurre a «otros», no nos sentimos identificados. Puede ser pura indiferencia, como en este caso, o puede incluso ser justificación directa. De personas lejanas: «negros», «moros» que se matan por «salvajes», etcétera. O de cerca, que ejemplos no nos faltan.
Pero también hay un sesgo más insidioso. El sesgo o falacia del mundo justo. Es bastante descriptivo. Es pensar que el mundo es justo, así que si algo horrible le ocurre a alguien es que se lo merece; en realidad, es la otra cara de la moneda que lleva a defender que el ultrarrico x se lo ha ganado todo.
Acojonante podría ser la palabra adecuada.
Y eso suponiendo que los ilustres señores contadores hayan aprendido ya a llevar los números.
Los que no se acojonan son los cántabros que quieren reabrir el asunto del ocio y el negocio para Semana Santa, o los que protestan por la nueva suspensión de los Sanfermines o la temible IDA que excreta con su boquita de piñón revenido que ya es hora de aflojar o la ministra bocachancla que pone fecha a los viajes nacionales sin tener ni puta idea de cómo va a moverse la pandemia.
Muchos aliados tiene el virus. Así le va de bien.
Si bajamos la guardia el virus anda listo y se propaga como la pólvora
La pregunta de si viajaremos o no en Semana Santa me parece bastante tonta
Mientras no estemos vacunados una grandísima parte de la población mundial tenemos que olvidarnos de nuestra antigua vida y si no nos convencemos de algo tan evidente es que nos está afectando al cerebro o nos importan un bledo los muertos . Si es así , sálvese quien pueda
Creo que estamos siguiendo la pandemia con un exceso de cifras, datos, estadísticas, y todo ello como si de un torneo deportivo se tratara. En muchos casos hemos visto y oido eso de que «se ha batido un récord.. »
Pero de todos esos datos, para mi hay uno que estremece: es el número de muertos de cada día. Y es un dato de valor absoluto, decisivo, contundente y claro, que refleja la realidad y la magnitud del problema sanitario que estamos sufriendo.
Un dato que, por si sólo, tendría que ser suficiente para que todos y todas tomemos conciencia y hagamos todo lo que esté en nuestras manos para ganar la batalla al covid-19.
Y es que la triste y dura realidad, es que se nos mueren familiares, amigos, conciudadanos, y para algunos/as esto no parece ser motivo para tener comportamientos adecuados que eviten la propagación del virus.
Lamentable.
Pues siendo cerebrales, tendríamos que pensar que cada mes que se retrasa el proceso de vacunación se producen 724 muertes, haciendo abstracción de las pérdidas sociales, económicas, sicologicas, …) y pasar factura, en forma de responsabilidades políticas, a nuestros eficientes representantes, desde la señora Von Der Leyen para abajo. Hoy la consejera de Sanidad del GV ha dicho, yo creo que con alivio, que visto el ritmo de llegada de suministros de vacunas, no va a haber problemas en la campaña de vacunación: ¡Vamos, que no va a hacer falta agobiarse! ¿Acabaremos en 2024? ¿O para entonces “todos calvos”?
Si por algo ha destacado el Covid 19 ha sido por la sobredosis de cifras. Al final, selección natural.
Perdón, quería decir 724 muertes en UN DÍA. Más de 21000 en un mes.La magnitud de las cifras se nos escapa.