Los muy cafeteros del politiqueo disfrutamos cual gorrinos en lodazal con las negociaciones presupuestarias. Aunque a veces se diría que vista una, vistas todas, lo cierto es que cada ceremonia de apareamiento de las cuentas públicas presenta peculiaridades que las hacen únicas para los paladares entrenados como el del que suscribe. Y qué gozada cuando, como es es el caso, coinciden varias al mismo tiempo y se aprecian las contradicciones, las incoherencias o directamente la bipolaridad soez de determinadas siglas. En este sentido, no deja de ser despiporrante cómo en Vasconia los de la piruleta y la gominola —Elkarrekin Podemos, en el registro de grupos del Parlamento— se ciscan en el mismo TAV que su metrópoli española, la del gran gurú de Galapagar apellidado Iglesias Turrión, ha bendecido, y no precisamente con con cuatro duros, en el acuerdo para las cuentas del Capitán Sánchez. Que tu mano pretendidamente izquierda no sepa lo que hace tu otra mano supuestamente zurda.
Por lo demás, salgan o no salgan los números en el Congreso, ovación y vuelta al ruedo para el inquilino cada vez menos accidental de Moncloa. Ha conseguido unos presupuestos de lo más fotogénicos. No le arrienda uno la ganancia a las formaciones soberanistas catalanas, que pueden quedar en esta historieta como las que se cargaron por un quítame allá estos presos una serie de medidas que suenan a música celestial aunque sean de cumplimiento más bien dudoso. Hace bien el PNV, plusmarquista sideral de pactos beneficiosos, en mantenerse esta vez en discreto segundo plano. Cuando se aclare el panorama, tocará poner las cartas sobre la mesa.
En referencia a los catalanes, no creo que tengan mayor problema en justificar un no al impreso de propaganda electoral que llaman proyecto de presupuestos. De hecho, ya responden a este intento de chantaje PSOE-PODEMOS a ERC (sobre todo) y al PDCAT replicando que, por ejemplo, lo de los 900 euros se puede hacer vía decreto, proyecto ley o algún mecanismo de estos y que ellos ( ERC) estarían dispuestos a presentar dicha medida en el congreso para aprobarla por dicha vía. Es decir, que no son los presupuestos el vehículo único para sacar adelante medidas de este tipo si así se desea desde la mayoría parlamentaria. Más complicado me parecería justificar ante los suyos y, sobre todo, ante las familias de los presos políticos y exiliados un sí a los «presupuestos» de un gobierno de jetas bienquedas que en el fondo es tan nacionalista Español, tan cutre y tan carcelero como el gobierno del PP. Con colonia y con fuegos artificiales para distraer al personal a cuenta de la villa, eso sí.
Dicho lo cual en la quiniela de si aprueban o no los presupuestos pondría una «X», no del GAL ni de Felipe Gzalez, de no tengo ni P… idea más bien.
Por cierto, escuché a un defensor de las cuentas (de la lechera) que subir a 900 euros el salario mínimo incrementaría el consumo a las PYMES e incentivaría el empleo. Me pregunto porque no, entonces, subir a 1.500 ó 2.000 el euros el salario mínimo. Pleno empleo en un plis plas, no?.