El otoño es tiempo de setas, castañas y negociaciones presupuestarias. En cuanto a los de la demarcación autonómica, son habas contadas. La mayoría absoluta de la coalición de gobierno asegura la aprobación. Otra cosa es que siempre sea deseable sumar alguna sigla más al respaldo. ¿La de Elkarrekin Podemos? En el último ejercicio, los rojimorados se borraron del acuerdo. Vox y ese camarote de los Hermanos Marx que a la hora de escribir esta columna todavía se llama PP-Ciudadanos están descartados de saque. Mucho más todavía EH Bildu, que diría no, no y requeteno a lo que sea que le pongan delante. Por neoliberal, por austericida y hasta por españolazo, aunque luego los seis votos soberanistas vayan a estar en primer tiempo de saludo y a cambio de unas migajas para sacar adelante las cuentas del gran capitán Sánchez en el parlamento de la odiada metrópoli.
De acuerdo, quizá me adelanto a los acontecimientos y nos encontremos con una sorpresa. Me cuesta, sin embargo, imaginar la negativa de la autotitulada izquierda transformadora vasca. Y si les soy franco, tampoco soy capaz de componer un escenario en el que el PNV ponga proa. Algo me dice que habrá puñetazos en la mesa y amagos de ruptura, pero al final caerá el pacto por su propio peso. Quizá a cambio de una de las promesas recalentadas e incumplidas de la vez anterior, como el IMV, cuarto y mitad del TAV y un par o tres de novedades. La gran baza de Sánchez es que sus hasta ahora socios externos, los que le procuraron la investidura, no van a cargarse la baraja para dar vía libre a un cada vez más posible gobierno del PP con el apoyo, aunque sea fingiendo asco, de Vox.
Lo de terminar con las obras del TAV vale para todas las legislaturas. Si el propio Consejero del ramo dice que no tiene NPI del asunto, pues olé y olé.
La caverna defensora de las esencias patrias nos va a volver a llamar de nuevo chantajistas y separatistas. A ello, es necesario indicar que el demandar lo que se le debe a uno y que sistemáticamente es incumplido no resulta chantaje alguno, mas si cabe cuando resulta derivado del bloque de constitucionalidad que ellos mismos se jactan de ser los defensores a ultranza. Así mismo, tristeza nos produce el tener que llegar a estos extremos ante la cicatería y la poltronería de un Gobierno central a la hora de cumplir lo pactado. En especial, la de un ministro de Seguridad Social que cada vez que abre la boca sube el pan. Por otra parte, me gustaría indicar que el presupuesto es el modelo de preeminencia del Parlamento en el poder financiero y que le compromete en el desarrollo y programación de dicha actividad, tal y como se recoge en el artículo 134 de su sacrosanta constitución. Así pues, el hecho de querer velar por el cumplimiento de los compromisos adquiridos y defender lo nuestro resulta una aplicación mas del principio democrático dentro del caso particular de la actividad financiera del estado central. Por otra parte, y oyendo las últimas expresiones del gran gurú Pablo y del profeta de Amurrio se desprende que ellos están dispuestos a todos los manejos presupuestarios con tal de gobernar. Pues bien., a nosotros nos llaman traidores y separatistas por reivindicar lo nuestro mientras ellos no tienen pudor en desfigurar el poder parlamentario presupuestario, que eso si sería una verdadera traición al principio democrático. Si el presupuesto resulta un vehículo para la influencia del Parlamento en la política económica y de otra índole, resulta de justicia que se utilice para presentar las justas reivindicaciones del ámbito propio de competencias frente a los que se llenan la boca hablando de su cumplimiento. Negociar nunca es fácil y menos en estos momentos, pero es preferible a un rechazo que comprometería la recuperación económica y también al deseo de levantar castillos en el aire que no resisten una base económica responsable para ello. Por tanto, luchar en todos los campos que se ofrecen para ello no resulta ni agravio ni chantaje. Mas bien, es el de aquellos que hablan del patriotismo constitucional y no han cumplido ni cumplirían nada de sus fines dentro de los presupuestos. A ponerse el traje de faena y a negociar, pues mas vale un buen presupuesto que un mal pleito ante árbitros comprados y cuya formación en estos temas deja mucho que desear
El guión de toda negociación presupuestaria está escrito de antemano. No suele aportar sorpresas. Los participantes se conocen lo suficiente como para conocer las posturas y conocer las respuestas de cada uno de ellos.
Muchos faroles, muchos órganos, mucho postureo, mucho hacer declaraciones a los medios, y en todo ello muy poca sinceridad.
Así consiguen despistar a la ciudadanía, y hacer creer que todos han ganado en la negociación. Si lo que se consigue es poco, no importa, ya se encargarán de revestirlo con mucho perifollo y adornos, para que parezca más.
Y eso sí, en todas las entrevistas, durante y después de las negociaciones, cara sonriente y sacando pecho. Que se vea que trabajan y que consiguen cosas para el bien de todos.
Luego están los otros, los que desde el «no negociar», quieren lanzar el mensaje de que ellos solos lo harían mejor. Y a esperar unas nuevas elecciones que les den la oportunidad de demostrarlo.
¿Soy pesimista? o ¿Soy realista?
Lo que no quiero ser es ingrato. Les deseo a todos lo mejor, si es que eso sirve para el bien común.
Los presupuestos son necesarios y así lo tenemos que entender los ciudadanos, más vale unos presupuestos no del gusto de todos que ninguno
Así que la oposición que se ponga las pilas y deje de dar por saco porque va contra las necesidades de los ciudadanos . Solo pedimos responsabilidad y menos cuentas electorales para contentar a unos cuantos odiadores profedionales
El PNV está “pillado”. Sus votos pueden ser IMPORTANTES”, pero no DECISIVOS; a Pedro Sanchez, con los cinco de BILDU, que ya tiene amarrados, le bastan. Por otra parte, como dices, el PNV no quiere ni imaginarse un gobierno PP/VOX, podría ser MORTAL para el. Pedro Sanchez lo tiene de cara, aparte de los interesados (PP/VOX) nadie quiere elecciones anticipadas, por lo que pudiera pasar. Aquí nadie hace prisioneros ¡a degüello!
Efectivamente, el pacto está fácil.
Es curioso que mientras todos razonamos en base al apoyo de grupos minoritarios al Gobierno social-podemos, la prensa antidemocrática y sus partidos llam´andolo chantaje «filo terrorista etarra independentista» y otras lindezas, y el lado apoyador «negociación legítima» del instrumento básico de gobierno democrático, en realidad otra visión que podría también aportarse como cierta es de «chantaje» (sin ánimo muy peyorativo) de la coalición gubernamental a los partidos que le apoyan: «Esto es lo que hay, y si no, ahí tenéis lo que os espera: El traje Armani de la mano del uniforme de correajes de la España eterna».
Y es que, mientras que la oposición se comporte tan idiotamente destructiva y antidemocrática, más poder tiene el gobierno coaligado, o menos cesiones tendrá que hacer a los «enemigos de España».
La ausencia de cordón sanitario ( no puede haberlo entre fuerzas del mismo origen ) hace, en este caso, de refuerzo a la coalición titular del gobierno necesitada de apoyos. La perspectiva de algo peor y el «virgencita que me quede como estoy» son la mayor fuerza de Sánchez.
Por eso no es tampoco malo que no haya demasiada «proa» en el PNV y que el pacto caiga por su propio peso.
Así es Bildu siempre remando contra Euskadi y apoyando presupuestos en Madrid y Navarra ,de locos