Nosotros vamos a recorrer una de las zonas altas de la cuenca. Es una de las más agrestes y también para muchos la más desconocida y bonita. Aquí el paisaje es muy distinto al que el imaginario colectivo tiene de este gran río. Toda una aventura a escasos kilómetros de casa.
Nuestra primera parada, el Embalse del Ebro, también conocido como el Pantano de Reinosa. Se encuentra a caballo entre la comarca cántabra de Campoo-Los Valles y la región burgalesa de Las Merindades. Aquí el Ebro se nos presenta calmado. A pesar de tratarse de un embalse artificial, se ha convertido en una zona importante de aves que invernan en sus aguas o que descansan de las migraciones. Todo un regalo para la vista! Nos encantan las tonalidades de los nenúfares que nos encontramos cerca de la orilla!
Seguimos acompañando al río para recalar en el mirador del Cañón del Ebro, que deciros … es impresionante! Aquí el río se nos presenta en forma de brecha que se abre camino entre montes de encinas y arbustos. Sus aguas han creado este gran cañón de más de 200 metros de altura, que bien merece unas cuantas fotos!
Pero ¿Qué pasaría si recorriésemos el cañón por abajo? Si os acercáis hasta aquí os recomendamos que lo hagáis! Y es que qué hay mejor que ver y conocer el Ebro surcando sus aguas.
Más divertido aún haciendo rafting con nuestros amigos de Akuamaya! Es maravilloso deslizarse por los cañones del Ebro y más si te acompaña en el viaje por ejemplo una garza real. Si el tiempo acompaña un chapuzón para finalizar será la mejor guinda del pastel para un día de emociones.
Pero el recorrido no ha terminado, el Ebro aún nos depara muchas más sorpresas. Destaca por su belleza el Desfiladero de los Tornos. Un baño en el entorno de Tudanca donde sus aguas se calman en forma de meandro, es ideal. Más adelante el Ebro volverá a estrecharse en un desfiladero que se abre paso hacia Cidad de Ebro.
Y no podíamos poner final a nuestro recorrido más que en la monumental Miranda de Ebro, segunda localidad más importante de la provincia de Burgos después de la capital.
La localidad es atravesada por el río Ebro, el cual divide a la ciudad en dos zonas bien diferenciadas por su antigüedad histórica: el casco histórico o Aquende (orilla derecha) y la parte moderna o Allende (orilla izquierda).
El mejor broche a nuestro recorrido junto al gran río Ebro.