Subimos Danubio arriba, dejamos atrás la mágica Budapest, y damos con otra bella capital de Europa Central, Bratislava. Es increíble como a las orillas de este largo río se pueden encontrar tan bonitas ciudades. Aunque no sea tan conocida como otras capitales europeas (Budapest o Viena), lo cierto es que este lugar está cargado de encanto.
Nuestra visita no fue muy larga, apenas una mañana, pero nos dio tiempo a darnos cuenta de que la capital de la joven Eslovaquia tiene mucho que ofrecer. Nada más llegar sorprende el castillo en lo alto de una colina rocosa, dominando el Danubio. Sus cuatro torres están consideradas como el símbolo de la ciudad. A los pies, es fácil encontrar los conocidos como los cruceros fluviales, son hoteles flotantes que recorren las aguas del Danubio. Y es que estamos muy cerca de Viena y Budapest, se puede acceder a ambas ciudades navegando. Viajando por esta zona de Europa te das cuenta de lo cerca que están las capitales unas de otras en esta región. Por ejemplo, Bratisalva es la única capital del mundo que tiene como frontera dos países. Estamos a poco más de sesenta kilómetros de la frontera con la República Checa y a sesenta de la capital austriaca.
Foto: https://eslovaquianews.wordpress.com
El Danubio es en esta ciudad también uno de sus grandes valores. Y es que la cuenca del Dunaj (Danubio en eslovaco) fue vía muy importante para unir la Europa Central y Oriental. Una gran autopista natural a la que cada día se le da más valor. Aquí también dicen que se encuentra la mejor vista del Danubio sobre una ciudad. Está en el mirador del Puente Nuevo. Es una estructura que se encuentra sobre un pilón del puente y que se asemeja a un platillo volante. Arriba también hay un restaurante al que se sube por un ascensor.
Pero para nosotros, sin duda, lo más bonito y encantador es la Ciudad Vieja. Como su nombre indica, el barrio alberga muchos monumentos históricos y también se encuentran las instituciones centrales y administrativas del país. Está repleta de callejuelas empedradas y bonitos edificios de estilo barroco que nos hablan del buen gusto de esta gente por el arte. No es la típica capital bulliciosa de edificaciones grandes y extravagantes, es más bien una pequeña ciudad donde poder pasear y deleitarse con sus tiendas y terrazas. Para nosotros toda una sorpresa!
Eslovaquia ha sido y es, en parte, el hermano pobre de la antigua Checoslovaquia. Praga, la capital checa, es una de las más turísticas de la región. Y aunque la sombra comunista aún se puede apreciar en algunos barrios del extrarradio, los eslovacos han hecho bien sus deberes y han sabido recuperar sus raíces y sus peculiaridades como país. Aquí, en este pintoresco barrio se puede ver el esplendor de antaño.
Una de las zonas más bonitas y donde poder tomar un respiro, ya que en este barrio todas las calles son peatonales, es la Plaza Hlavné Námestié. Aquí se encuentra la fuente de Maximiliano. También conocida como la de Roland, un personaje mítico que protegió la ciudad. Esta obra de arte está repleta de leyendas. Una de ellas dice que la estatua vuelve a la vida cada Viernes Santo. Sin embargo, se dice que cuando lo hace, solo puede ser visto por los ciudadanos nacidos y criados en Bratislava, de corazón puro y que nunca hayan contado una mentira. Así que difícil encontrar un lugareño que lo haya visto!
Esta ciudad tiene un punto creativo que os sorprenderá. También es conocida como la ciudad de las estatuas de bronce. Se tratan de obras de arte que podréis encontrar paseando por el casco histórico. Pero no son la típica escultura de algún personaje de renombre de la capital, sino que son personajes, en posiciones de lo más curioso, que hacen la delicia de los turistas.
Foto: http://visit.bratislava.sk/
La más conocida es la de Cumil, en el cruce de las calles Panská y Sedlarská. Representa a un trabajador que sale de una alcantarilla y mira hacia la calzada (dicen que para fisgar por debajo de las faldas de las mujeres).
Foto: http://visit.bratislava.sk/
En las calles Laurinská y Radnicná nos pilla por sorpresa un paparazzi. Aunque seguro se trata de uno de los fotografos más fotografiados de Bratislava.
Foto: http://visit.bratislava.sk/
Otro de los lugares que no os podéis perder es la Plaza Hviezdoslav. Aquí hay un precioso parque repleto de edificios como el Teatro Nacional de Eslovaquia. Dicen que la oferta cultural, como la ópera, es de calidad y a muy buen precio.
Pero sin duda, lo mejor es perderse por sus callejuelas y si se puede, parar a disfrutar de una cerveza en una de sus terrazas. Un plan ideal si vais en verano. En Bratislava, como en casi toda Europa Central, se beben de medio en medio litro. La cerveza eslovaca por excelencia es la Saris. Otro motivo más para no olvidarse de pasar por esta ciudad de Europa Central regada por el Danubio.