Martes 20 de diciembre de 2011
Rajoy ya es presidente del gobierno. Era lo previsto tras su amplia mayoría absoluta del 20 de noviembre. No ha sido en su discurso y en las réplicas implacable como lo fue Aznar en el año 2000. Tampoco ha enseñado del todo sus cartas. Las elecciones andaluzas serán en primavera y no hay que asustar. Pero algo si ha dicho en relación con los recortes, la deuda, el déficit, y el IVA. Nada de la situación vasca, y menos del estado autonómico. Pronunció, 39 veces la palabra España y ninguna la palabra «plural». Estamos pues ante una recentralización como la copa de un pino.
Rubalcaba se creció ante su parroquia. Se puso el primero en la parrilla de salida. Le vi medido, ágil, en clave positiva pero marcando el terreno. Carme Chacón no estará muy a gusto. Y vi el debate por TVE. La mejor manera para no perder detalle. Y a las siete del lunes fui a la SER a nuestro debatillo semanal con Benegas. Antes, Isabel Cobo, le hizo una entrevista a Rafa Larreina, flamante diputado de Amaiur. Fue del PNV, pero solo reconoce que es de EA. Dijo que sus referencias en Madrid eran Lasagabaster y Azkarraga. Antes hubo muchos más. Se le ha caído de la boca la palabra Euzkadi. Ahora todo es Euskalherria. Solo conserva la corbata. Sinceramente, esta gente que esconde su pasado, me parece patética. Y de muy poco fiar.
Rajoy en el día de hoy ha estado mesurado. «No me veo prepotente ni perdiendo las formas y trabajaré para que nadie en esta Cámara actúe de forma prepotente y perdiendo las formas». Bueno, es un gran avance. De aquel Aznar a este Rajoy el matiz no es su españolidad, sino las formas, y en la verdadera democracia, las formas son el fondo. Veremos. Porque a su lado tiene una derecha agresiva y una rancia extrema derecha. Sin ir más lejos, tras apoyar al rey en su follón familiar La Razón publicaba a página completa la fotografía de Franco en su caballo corno reclamo de una Colección de Esculturas “que recordarán a las generaciones futuras el orgullo por nuestro pasado”. «Francisco Franco, el Espíritu de África”. ¡Casi nada!.
Por eso en política hay que tener otro talante. Parece que lo tiene el nuevo secretario general del Partido Socialista de Catalunya elegido el pasado domingo en el Palacio de Congresos de Catalunya, Pere Navarro. Dicen de él que no es de esos alcaldes carismáticos, pero domina las formas, es impecable en sus discursos, sabe rodearse de buenos equipos y no comete errores de bulto. De hecho con él, no ha ganado el sector más catalanista sino el más continuista con las políticas de Montilla, el que no aboga por tener un Grupo parlamentario propio en el Congreso, sino tan solo votar diferente, si es el caso, cuando algo referente a Catalunya no les gusta. «El éxito fundamental del PSC fue el equilibrio entre el catalanismo de izquierdas y el socialismo español» según dice Jordi Mercader. Al candidato opositor Ángel Ros, alcalde de Lleida, le achacan no haberse presentado y confrontado su peso real. «Mucho de los aquí presentes no están buscando una salida política sino una salida laboral». No es el único caso.
Y finalmente un apunte que me ha llamado la atención. Deia publicó el domingo una entrevista hecha a Basagoiti. Tuve la paciencia de leerla y entre tanto tópico encontré esta perla cuando el periodista le preguntó como veía al presidente del PSE, Jesús Egiguren. Y Basagoiti contestaba así:
“Creo que es una máquina de hacer batasunos. Sus reflexiones siempre vienen a decir que los buenos del país son los de Batasuna, que el camino es la negociación de Loiola, en la que Batasuna salió fortalecida y legitimada. En su intento de capitalizar la paz y de que el PNV tenga menos poder institucional no se está dando cuenta de que está fortaleciendo la posición de los Otegis, los Bildus y los de Amaiur”.
Por primera vez coincido con Basagoiti. Así lo veo, porque no hay que olvidar que Egiguren es un declarado enemigo político del PNV y que tiene como su santo y seña acabar con nuestra representación pública. Menos mal que algunos empiezan ya a conocer el percal de este personaje.
Y finalmente comentar algo que leí el domingo en una entrevista que le hicieron a la escritora Emma Cohen. Fue en el suplemento dominical de El Mundo y me gustó. Entresaco una respuesta que da a una pregunta sobre si su generación había sacado a España del Franquismo. Y ella contesta, con acierto y sinceridad:
“No, yo tengo la plena certeza de que mi generación no sacó a España del franquismo. Franco murió cuando quiso, todavía no se ha muerto. Los dejes del franquismo existen. Está claro en el asunto de la memoria histórica: eso que se llamó Transición no ha solucionado exactamente nada. Ganaron la guerra y lo saben, y aquí no ha habido juicio, no ha habido justicia. Y estamos en lo que se puede estar, en lo que permiten los vencedores. Yo no puedo estar orgullosa ni no orgullosa de mi generación. Puedo entender, pero no calificar, decir qué estupendos o qué botarates, porque, realmente, no ha habido más que lo que se ha podido hacer en la comanda azul. En todo mi recorrido vital, el único vago resplandor patrio que yo veo, por utilizar el término, es el 15-M. No veo otro. No veo la Transición como vago resplandor, sino como apaño”.
Tienes razón Enma.
No sé si estamos ante una recentralización como usted afirma, Senador, pero lo que sí es constatable es que estamos ante una garrafal descoordinación entre administraciones públicas.
Aquí enn la CAPV, por ejemplo, su tan loada foralidad no mantiene la coordinación adecuada para que los ciudadanos vivan sin sobresaltos innecesarios. La coordinación entre las administaciones forales con la administración municipal y con la Agencia Tributaria es inadecuada por insuficiente.
Y ko ejemplifico.
Un ciudadano que cambie de municipio y de régimen tributario y que haga el trámite de nueva inscripción domiciliaria, no tiene bastante con eso, que debiera de bastar, ha de notificar a la hacienda correspondiente su nuevo domicilio fiscal y también a la anterior, pues de otro modo acabá siendo notificado en los Boletines Oficiales, porque no sabrán localizarle, salvo que sea para multarle o cosas parecidas, en que muestran mayor celo por saber dónde se halla.
Y así, un montón de casos pequeños que molestan, fastidian, incordian y hacen perder el tiempo a muchos ciudadanos.
¿No han tenido tiempo de arbitrar el modo de pasarse esas informaciones? Y no me vale que saquen el cuento chino de la confidencialidad de los datos cuando estamos más fichados que fichados por docenas de sistemas informáticos.
¿Y qué le voy a contar sobre la sanidad que usted no sepa ya?
Es una vergüenza el tener tantas administraciones para que al final te creen más problemas de los que te resuelven.
No sé si recentralización, pero una poda de administraciones y mayor permeabilidad y coordinación entre ellas si que me parece deseable y ojalá que llegue pronto y bien.
Otro día hablaremos, si quiere, de los medios públicos de comunicación y del sistema educativo, que es único en la Ley Orgánica correspondiente pero resulta un conglomerado bastante descoordinado en la práctica, quizás por la dejación que han hecho los Gobiernos de la Nación de su capacidad inspectora.
Saludos y a pasarlo bien.