Margallo: El Gobierno niega tener nada que ver con Corinna

Martes 5 de marzo de 2013 

SESION DE CONTROL AL GOBIERNO

SENADO

Madrid, 05.03.2013 

Pregunta sobre la relación que tiene el Gobierno con intermediarios internacionales que ejercen el cargo de lobistas y que se jactan públicamente de ello. 

Autor: IÑAKI MIRENA ANASAGASTI OLABEAGA (GPV)

El señor PRESIDENTE: Pregunta para el señor ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación. Pregunta de don Iñaki Anasagasti. Tiene la palabra su señoría.

El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Muchas gracias, señor presidente.

Muchas gracias, señor ministro, es un verdadero honor que nos conteste nuestra pregunta. Es una pregunta sobre la relación que tiene el Gobierno con intermediarios internacionales que ejercen el cargo de “lobbistas” y que se jactan públicamente de ello. (Risas.)

Quizá a usted esta pregunta le suene un poco rara, pero cogiendo la prensa internacional una señora ha dicho públicamente en un periódico que: la colaboración que he prestado al Gobierno español cuando se me ha pedido ha sido siempre delicada, confidencial, son asuntos clasificados, situaciones puntuales que he ayudado a solucionar por el bien del país.

No sé si fue con este Gobierno o con el anterior, pero sería muy interesante saber la respuesta a una pregunta sobre esta señora que dice estas cosas públicamente.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Anasagasti.

Señor ministro, tiene la palabra.

El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (García-Margallo y Marfil): Muchas gracias por su pregunta, no sé por qué le choca que la conteste porque me tiene usted en esta sala prácticamente todas las semanas. (Risas.)

Habla usted de “lobbistas” internacionales –eso es lo que veo en la pantalla- y habla usted porque sabe usted que los lobbies tienen maña prensa. No es de ahora, hay una referencia de 1869 de una editorialista americana que se llamaba Briggs que decía que los cabilderos –que es una palabra mucho más bonita que “lobbista”- eran como los reptiles que se arrastraban por los pasillos del Congreso, por el poder legislativo. Por eso conviene que pongamos el toro en suerte con claridad. Un lobby, o el cabildeo, es cualquier actividad que se lleva a cabo con el propósito de influir ante los legisladores y/o la Administración pública para promover decisiones proclives a los intereses de un sector. Y hay miles de lobby: hay lobby patronales, hay lobby sindicales, hay lobby armamentísticos, hay lobby medioambientales.Y el problema de los lobby es distinguir lo que está bien de lo que está mal; escuchar a los lobby es absolutamente necesario para cualquiera que quiera resolver un asunto con conocimiento de causa. No lo digo yo, lo dice le presidente Kennedy, que decía: lobbistas me hacen entender un problema en diez minutos mientras que mis colaboradores tardan tres días.

Desde el punto de vista internacional, en un país que usted conoce bien, porque ha estado conmigo, Méjico, el presidente Miguel de Lamadrid puso en marcha en 1989 un lobby para mejorar la imagen de Méjico en Estados Unidos y en los años noventa puso en marcha un lobby para acelerar la tramitación del Tratado de Libre Comercio.

Escuchar a los lobby no está mal, enriquece el conocimiento; lo que está mal es subordinar el interés general al interés particular que defiende un lobby y lo que está fatal es corromperse ante un lobby. Por tanto, el verdadero problema de los lobby nacionales, y, desde luego internacionales, es un problema de regulación. Estados Unidos, por poner un ejemplo, ampara el lobby en la enmienda primera y la Unión Europea lo ampara en el artículo 11 del Tratado de la Unión Europea.

Sobre la última parte de la pegunta, solamente tengo que decir que tanto la vicepresidenta del Gobierno como yo mismo hemos manifestado que el Gobierno no ha hecho encargo de ninguna de esas tareas que se citas. El secretario general del Partido Socialista Obrero Español ha dicho lo mismo del Gobierno anterior. Quiero añadir que en el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación no figura partida presupuestaria alguna en relación con lo que su señoría llama intermediarios internacionales que ejercen el cargo de lobbistas o instituciones similares ni gasto alguno en relación con este tipo de actividades.

En cuanto a los gastos reservados, me remito a la comparecencia que tuve en el Congreso de los Diputados. No puedo decir lo que se dijo en la Comisión de Asuntos Reservados, pero sí puedo decir que no hay la menor referencia que dé pie a una sospecha como la que usted está sembrando hoy en esta Cámara.

Muchas gracias. (Aplausos.)

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro.

Senador Anasagasti, tiene la palabra.

El señor ANASAGSTI OLABEAGA: Gracias, presidente.

Sembrando yo, no, la señora Corinna zu Sayn-Wittgenstein. Digo el nombre, no me importa decirlo, no soy Rajoy con Bárcenas (Risas.) digo el nombre.

Me quita un peso de encima, sinceramente, porque usted es monárquico y vaticanista y entre creer a la señora Corinna y creerle a usted, le creo a usted. Pero lo que ha ocurrido en muy importante, porque nos dice dos cosas: en primer lugar, que esta señora es muy mentirosa −y además hay que decirlo públicamente− y en segundo lugar, que se han hecho cosas anómalamente y que la Ley de transparencia que algún día se aprobará también tiene que ocuparse de la transparencia de la Casa Real, fundamentalmente para que no ocurran este tipo de cosas. A todo el mundo.

También le voy a plantar otra cuestión. Respecto al tren de alta velocidad entre La Meca y Medina, ha salido ahora la señora de Kashogui diciendo que intermedió en este asunto. Le voy a dar un dato. El ministro Moratinos trataba un poco mejor que usted a esta Cámara (Rumores.) Sí, el ministro Moratinos llamó un día al presidente Rojo y le dijo: ¡Hombre!, ¿por qué no vas a Arabia y haces de lobbista, esa diplomacia parlamentaria que es tan importante? Y allí fue una delegación parlamentaria, a Riad, en marzo del año de 2011, pero el único regalo que le dieron fue un pachulí malísimo, nada más, porque ese también es el trabajo parlamentario. Después nos hemos ido enterando de que ha habido más gente que ha hecho de lobbista en ese gran contrato del tren de alta de alta velocidad entre La Meca y Medina.

Señor ministro, me parece muy bien. Estoy con usted, yo no quiero sembrar ninguna maledicencia, pero, claro, si un periódico tan importante como El Mundo saca en primera página a una señora diciendo que ha tenido contratos confidenciales, asuntos clasificados, en situaciones puntuales, lógicamente, entenderá usted que tengamos que hacer una preguntita al Gobierno; y, además, si es un tema internacional, está muy bien que lo conteste usted.

Me ha parecido muy bien su clase, pero también le tengo que recordar que en Estados Unidos los senadores tienen que hacer campaña electoral y tienen que hacer uso de los lobby y no tiene nada ver que la situación de Estados Unidos con la situación española.

Muchas gracias, señor ministro y señor presidente.

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