GURPEGI, BRUCE, ALVAREZ MIRANDA, GALDUROZ.

Miércoles 18 de mayo de 2016

Miranda y UrtziEstuve el sábado en San Mamés. Ganamos 3-1 al Sevilla. El estadio estaba lleno. Al final se le homenajeó a Gurpegi. Fue impresionante. La gente se quedó hasta el final. Nadie se fue. Y todos aplaudimos a rabiar. El acto fue sencillo y, los detalles, muchos. Los jugadores con la camiseta 18, la vuelta al ruedo. El con sus dos hijas. La entrega del cuadro de Arteta. Un sonido que funcionó como un tiro. El acercamiento a su peña. Su humanidad. Todo estuvo perfecto, sobrio, emotivo. Muy bien.

El martes en Anoeta, Bruce Springsteen. Llenazo Buen concierto. Gentes de todas partes. Detalles del divo a la ciudad. Visita a Donosti donde ha estado ya cinco veces. Buen reclamo para el turismo  vasco por el  estadounidense. Un cubrimiento de medios espectacular.

Fallece Fernando Álvarez de Miranda, político español democristiano que en tiempos de la dictadura se enfrentó al régimen al reunirse en Munich, en 1962, como parte de una oposición que pagó aquel «Contubernio» con cárcel, persecución y destierro. Concretamente Álvarez de Miranda en Fuerteventura. Fue el primer presidente del Congreso  de los Diputados democrático en 1977. Ante él levantó Ortzi su puño. Presidente del Movimiento Europeo. Defensor del Pueblo. Embajador en El Salvador cuando Ellacuria y su grupo fueron asesinados por la extrema derecha.

No ha tenido capilla ardiente, ni grandes comentarios sobre él y la transición. Patxi López está a lo suyo. El futbol y la Sexta lo marcan ahora todo. Hoy le he escuchado a Antonio Ferreras desafiar a Esperanza Aguirre y decirle que en su programa no hay censura. Claro que la hay. Al nacionalismo vasco. Solo salen los cuatro, salvo cuando a este señor tan arbitrario le interesa saber a quien vamos a apoyar. Una vergüenza de programa por su parcialidad.

Falleció el domingo Juan José Galduroz «Juantxu». ¿Quién era?. Un afiliado en Deusto al PNV. Estuvo en su primera Junta Municipal cuando se salió de la clandestinidad. Era el clásico militante cimiento. No había charla, manifestación, reunión, funeral, acto del PNV donde no estuviera. Un hombre entregado a una idea. De los de siempre. De los que mantienen el edificio.

En tres días he vivido estas cuatro situaciones. Ya sé que no son comparables, pero estamos demasiado inmersos en lo fútil, lo superficial, el espectáculo y  sobre todo estamos en manos de medios de comunicación que marcan la pauta y cuya escala de valores no es la generosidad, la solidaridad, la entrega. Y no me refiero ni a Gurpegi ni a Bruce Sprinsgteen.

Y me parece bien lo de Gurpegi, pero recordaba que en el viejo San Mamés recibimos al Lehendakari Leizaola en 1979  cuando volvió del exilio. Cuarenta años sin poder volver por una dictadura y siendo un símbolo de todo un pueblo.

Ya sé que  el espectáculo no es comparable. Lo mismo que el recibimiento. Estas hinchadas me parecen un poco de paletos.

Pero no digo que no haya que reconocer ni a Gurpegi ni aplaudir a Bruce Springsteen. No. Simplemente que no estaría nada mal que los medios públicos trataran de elevar algo más a la gente normal o al que ha hecho algo concreto por la sociedad, algo así como poner en valor  luchar por la democracia. Porque en el  caso  de Gurpegi y Bruce, aparte de su arte, les pagan. En los otros casos es puro idealismo. Y eso también tiene que ser reconocido.

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