LUIS MARÍA RETOLAZA IBARGUENGOITIA, “ROQUE”

Viernes 23 de diciembre de 2016

RetolazaNació el 27 de diciembre de 1924 en Bilbao en una familia nacionalista que sufrió los rigores de la persecución de la dictadura surgida tras la entrada de las tropas franquistas en Bilbao el 19 de junio de 1937. Euskaldun, casado con Rosalia (Chalia) Ereño tuvo cinco hijos.

En la década de los cuarenta, con pocos años comienza a militar en la resistencia vasca. Sus convicciones le llevan a compartir información sobre intereses nazis en Bilbao con servicios secretos ingleses y norteamericanos. A los ingleses les informaba del tráfico de wolframio y pirita hacia Alemania, con Pio Lindegard como enlace, y a los norteamericanos de los nombres de los nazis hospedados en los hoteles Carlton y Excelsior de Bilbao, con Anton Zugadi como enlace.

En 1941, un grupo de jóvenes, entre los 17 y 20 años, se unen para fundar E.I.A. (Eusko Ikasle Alkartasuna), una especie de Confederación de Estudiantes Vascos con importante presencia en aquella vigilada Universidad. La primera organización clandestina de la juventud de Euzkadi. La mueven Juanjo Beristain, Txaber de Errazti, Iñaki Renteria, Mikel Zubizarreta, Luis M. Retolaza y Kepa Derteano.

De esta forma se empiezan a organizar los cuadros en Euzkadi y en las Universidades.

Llegan otros jóvenes: Xabier de Zamalloa, Fernando Uribe, Peli Urrutia, Iñaki Estrade, Benito del Valle, Antón Alkorta, Ernesto Madrazo y varios más, sin incluir a chicas jóvenes que les dieron una ayuda sin igual lo mismo que algunos sacerdotes.

Y de este impulso sale editado el primer periódico clandestino “Entérese”, de muy corta vida para dar paso de forma inmediata a “Azkatasuna”, que hizo daño a las autoridades de ocupación y lo persiguieron de forma muy continua.

Antón Zugadi, Andima de Ibiñagabietia y Juan de Ajuriaguerra, una vez salido éste de la cárcel en 1943 sabían muy bien cuáles y cómo se desarrollaban las actividades de este grupo, ya que el despacho de Antón Zugadi, acudían los seis de EIA, para entrevistarse y recibir instrucciones .La inexperiencia y la experiencia de la “brigada social” de la policía franquista comandada por Alejandro del Carmen y otros,,fue desgraciadamente bien conocida por este grupo ya que les llevó a la primera caída ,el 3 de junio de 1944.

Ya habían sido detenidos algunos resistentes de este grupo: Urrutia, Estrade, Uribe, Zamalloa y otros y la policía llegó a casa de Kepa Derteano de noche, de forma sorpresiva e imposible de escapar. En una chaqueta en su cuarto se encuentra un manifiesto y Derteano le dice a su hermana Ane, enlace y que recibe sus instrucciones:

“Avisar a Retolaza, Beristain y Renteria (los cuadros ejecutivos juntamente con Derteano) para que huyesen de inmediato y cuando le llevan a la Comisaria de Indautxu, Ane, llega a casa de Retolaza y gracias a esta información salen de Bilbao, por las vías de la Resistencia, hacia Donibane Lohitzun

A la edad de 21 años, pues, Retolaza había participado en la fundación del sindicato de estudiantes Eusko Ikasle Alkartasuna (EIA) y su publicación Askatasuna, junto con su buen amigo Iñaki Renteria, con quien se ve obligado a escapar a Francia en 1945, coincidiendo con una importante redada policial, en la que cayó buena parte del sindicato como acabamos de relatar.

Esta fuga no está exenta de vicisitudes, puesto que inicialmente los servicios norteamericanos ofrecen su ayuda para la salida del país desde Gibraltar, a donde llegan a trasladarse, pero finalmente la red encargada del paso es descubierta y se ven obligados a volver hasta el Pirineo navarro siendo descubiertos por los carabineros fronterizos en plena travesía.

Aprovechando un descuido de estos, escapan con ayuda de su contacto local. En un exilio que acabará durando cinco años, su primera actividad en Francia, es alistarse en la Brigada Vasca, integrada en el Batallón Gernika, participando así en la Segunda Guerra Mundial y combatiendo en favor de aliados. La acción más importante se desarrolla en Pointe-de-Grave en abril de 1945, si bien no llega a participar en ella por caer gravemente enfermo pocos días antes.

Desmovilizados en octubre de 1945, se traslada a París donde realizó estudios de Derecho en La Sorbona. En este periodo es en el que realmente toma contacto con la organización del EAJ-PNV y comienza su vinculación más intensa con ella. Regresó en 1950 a Euzkadi, siendo encarcelado por la dictadura en dos ocasiones (1951 y 1954), la segunda de las cuales se prorrogó durante seis meses. El policía Alejandro del Carmen le tenía como uno de sus objetivos.

A su salida de la cárcel no dejó de colaborar con la resistencia antifranquista. Su seudónimo «Roque», era muy conocido. Bajo el liderazgo de Juan Ajuriaguerra , de quien muchos consideraban era su mano derecha, participó en la organización de la estructura clandestina del PNV, ocupando cargos en el BBB y en el EBB clandestinos y por tanto sin posibilidad de elección entre 1955 y 1976,años cruciales y en los que tuvo un papel importante ante el nacimiento de ETA y las diversas iniciativas de las juventudes del PNV.

Fallecido el dictador colaboró activamente en la fundación del periódico Deia, medio del que fue primer presidente de su Consejo de Administración. Fue asimismo el primer Consejero de Interior del Gobierno Vasco (1980–1988) durante los mandatos de los Lehendakaris Garaikoetxea y Ardanza tocándole poner en marcha una institución que levantaba muchos recelos en la administración madrileña, y contando como telón de fondo los atentados continuos de ETA.

A pesar de eso contó con la colaboración del ministro del Interior Juan José Rosón de UCD y posteriormente, bajo mandato socialista con el ministro José Barrionuevo y el secretario de Estado Rafael Vera. Su modelo policial, mixto entre el británico de los “bobbies” y el alemán, una policía que no tuviera rechazo, que fuera unánimemente reconocida y que incluso pudiera trabajar sin armas, chocó con la realidad conflictiva vasca donde los atentados de ETA impedían aplicar este modelo y demostrando que no era posible, pues la propia ETA asesinaba asimismo miembros de la Ertzantza como Carlos Díaz Arcocha, Genaro García Andoain y Joseba Goikoetxea.

Tras dejar sus cargos de responsabilidad pública fue elegido presidente del Bizkai Buru Batzar entre 1992 y 1996 y miembro del Euzkadi Buru Batzar entre 1996 y 2000, año en el que abandonó la política activa, manteniendo su estrecha relación con Xabier Arzalluz.

Falleció a los 82 años el 22 de abril de 2007 y su capilla ardiente fue instalada en la Academia de la Ertzaintza en su sede alavesa de Arkaute.

Con motivo del centenario del EAJ-PNV el director del periódico Deia, Antón Eguia, le realizó una entrevista del que entresacamos las tres últimas preguntas y respuestas. Fue así:

D.: ¿Qué momento de la vida del PNV fue más auténtico o fiel al nacionalismo: el del fundador, Sabino Arana; el de la República y José Antonio Agirre, el de la guerra, el de la oposición al franquismo con Juan de Ajuriaguerra, o el actual?

M. R.: Yo no hablaría tanto de si hubo momentos de más fidelidad o menos fidelidad o autenticidad, con relación al momento fundacional, dentro del nacionalismo vasco y en concreto dentro del Partido. Creo que sería mejor hablar, puestos a hacer historia, de personas y circunstancias.

Digo esto porque entiendo que en todo momento y a lo largo de esta complicada historia de 100 años, ha habido grandes sectores del Partido que han guardado una admirable fidelidad a los principios fundacionales del Partido y ellos son precisamente el soporte social que ha permitido la continuidad del mismo, durante este dilatado período. Esto me hace insistir en la idea de que la autenticidad y fidelidad han estado profundamente ancladas en la militancia, durante muchos años y quizás, sobre todo, más en los momentos más difíciles y en aquéllos en los que la represión era más dura. Por contra, qué duda cabe que ha habido personas del Partido que en un momento dado han estado muy próximas al mismo y en otros se han apartado por razones ideológicas o por razones personales. Pero estos han sido episodios personales que no han afectado a ese sustrato de autenticidad y fidelidad que ha -sido una constante. Por supuesto, las tres personas que se me citan en la pregunta, son paradigmáticas en cuanto se refiere a señalar personas fieles a los principios del nacionalismo, que no se puede explicar, en muchos aspectos, sin tener en cuenta todo lo que ellos significaron.

D: ¿Cuál cree que fue el momento más duro para el PNV: la guerra, la postguerra, el nacimiento de ETA, o las escisiones de los años ochenta?

M. R.: Se me cita en la pregunta varios momentos para que califique si fueron o no los más duros. Es una cuestión problemática. En primer lugar me parece de justicia destacar, aunque no se me pregunte sobre ello, que también fueron momentos muy duros, a juzgar por los testimonios de la historia, los primeros balbuceos del nacionalismo vasco, donde a la represión policial hay que añadir algo que siempre es muy doloroso y que no es .otra cosa que el menosprecio de tus propios conciudadanos.

La labor que hicieron los primeros nacionalistas tuvo que ser necesariamente de una gran dureza y en ese sentido creo que todos debemos también rendirles homenaje. Por lo que se refiere a los momentos concretos de la pregunta, tengo claro que la guerra y la postguerra tuvieron una dureza singular. Para la militancia del PNV fueron momentos en los que tuvieron que sobrevivir frente a poderes que ejercieron una. implacable persecución personal, patrimonial e ideológica; no sólo sobre el PNV, sino también sobre todo lo que oliera a vasco en. general. Lo vasco fue menospreciado, torturado, vejado e insultado y en ocasiones, asesinado. El GAL no es nuevo. Para comprenderlo no hace falta más que ir a cualquier hemeroteca y sacar del archivo. Unos cuantos testimonios periodísticos de los muchos que existen.

D: Usted conoció el pulso político clandestino del nacimiento de ETA ¿cree hoy que se equivocó el PNV al no admitir aquella disidencia? ¿No se podían haber ahorrado muchos sufrimientos posteriores? ¿O fue efectivamente inevitable?

M. R.: Me parece arriesgado juzgar un hecho, que ya pertenece a la historia como es el nacimiento de ETA, con los criterios actuales. Para enjuiciar las cosas hay que situarlas en su momento y en ese sentido hay que empezar por decir que no estuvo en la mano del PNV, en aquéllas circunstancias, el dirimir la cuestión en un sentido u otro. En medio de la represión que en aquellos momentos se estaba viviendo aquí, surgieron diferencias de opinión acerca de cuál podía ser la política posible, para el PNV en la clandestinidad, en aquellos momentos. Unos, vieron claro que había que resistir con todas las fuerzas y energías posibles y hacer una política posibilista y realista, hasta que vinieran mejores momentos. Muchas personas que vivieron aquellas circunstancias, aún tenían abiertas las heridas, en ellos mismos o en sus entornos familiares, tanto de barbarie de la guerra como de los años difíciles de la postguerra. Era difícil y duro, pedirles más sacrificios personales. Otros, más jóvenes, entendieron que la acción política debía de orientarse por otros derroteros y que el elemento de la fuerza, de las vías de hecho, debía ser un componente integrante de. la acción política. Desgraciadamente, en la humanidad, la fuerza, la violencia es un componente de la historia y nosotros, los nacionalistas vascos, lo aprendimos muy bien en el año 36. Por lo tanto, a nadie debe de extrañar que un sector del nacionalismo, menos apaleado por la guerra y la postguerra, optase por esta vía. Visto lo que ha pasado después, pienso que aquella decisión no fue buena. Como pensaban las mejores cabezas del Partido, este tipo de caminos, se sabe cuándo y cómo se empiezan a recorrer, pero nunca cuándo y cómo se acaban. Y esto, lo estamos viendo ahora.

Y para finalizar, Luis María Retolaza subrayó que en el seno de la sociedad vasca, se están produciendo importantes transformaciones. «Unas veces no sabemos muy bien en qué sentido se orientan y en otras ocasiones, nos ofrecen como expresión de reacciones que nos parecen constituir una auténtica ruptura. En la medida que el PNV, como Partido político, tiene que ser un cauce de expresión, de los sentimientos e inquietudes de los sectores sociales que se incorporan en torno. al mismo, lo que pienso es que debemos estar muy atentos a cómo se gestan y desarrollan estos fenómenos de cambio social. Sería un error que nos quedáramos anclados en un cierto conformismo e ignorásemos esta realidad cambiante que, en definitiva, se traducen en demandas sociales que necesitan ser encauzadas y resueltas.»

 Concluyó: «Es aquí donde el PNV tiene un gran reto al que debe o bien dar respuesta, o ayudar a que la sociedad la encuentre. En este sentido, creo que debemos ayudar a cambiar todo lo que haga falta cambiar, sin más límite que el de no’ perder nuestras esencias, que en definitiva, constituyen nuestra razón de ser

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