JUAN MANUEL DE EPALZA ILUSTRA SOBRE EL PACTO DE SANTOÑA

Jueves 22 de dic9iembre de 2016

Pacto de SantoñaJuan Manuel de Epalza fue un estrecho colaborador del Lehendakari Aguirre y del presidente del BBB, Juan de Ajuriaguerra.

Vivió desde varios cargos en el ejército vasco todas las vicisitudes de la guerra y del llamado Pacto de Santoña.

Entre mis papeles encuentro esta carta de 1981 dirigida por entonces la senador Ramón de la Sota que al parecer la preguntaba por este polémico episodio de nuestra historia reciente.

Epalza contesta con soltura, conocimiento de causa y acopio de datos del máximo interés.

Esta fue aquella carta de contestación:

Lekeitio, 29 de septiembre (San Miguel) de 1981

Sr. D. Ramón de la Sota BILBAO

Querido Ramón:

Recibo tu carta del 22 y de acuerdo con lo que te dije en Ayegi en el Alderdi Eguna, te contesto largo y tendido para que las cosas queden bien claras.

De los cuatro que iniciamos lo de Santoña en su versión militar, no quedo más que yo. Los demás han muerto y a mí me sería muy fácil el inventarme actitudes, arengas, frases históricas, apelando al padre Aitor, a las barbas del Profeta y citas del Corán que acompañarán la solemne declaración de la creación de un Estado Vasco Independiente al toque de cuernos de cabra, clarines, txistus y albokas, añadiendo otros toques, éstos emotivos pero ciertos, de ruidos de cañoneo, ciertos, pero no en Santoña sino en Gemika en el acto de proclamación y Jura del primer Lehendakari Aguirre, solemnidad a la que también me tocó asistir. Lo podría hacer ahora o dejarlo escrito y firmado para que mis hijos, o cualquier otro, lo saque a relucir cuando yo falte también y no quede nadie que de lejos ni de cerca vivió aquello y lo pueda desmentir. Tu y yo conocemos a más de uno que si pudiera hacerlo lo haría muy a gusto. Lo que pasa es que yo no me visto, hasta ahora al menos, con ropa ajena ni miento para vestirme de pavo real. Por suerte, y probablemente por desgracia, las cosas no sucedieron así.

Es cierto que el tema de Santoña ha sido “Tabou”. El propio Tuñón de Lara en su artículo de MUGA anda por las ramas en él y habla de intuiciones, de “según parece”, pero sin dar en el clavo porque, también a él, le gustaría que las cosas hubieran sucedido a su gusto. Pero, el tabú cierto, lo ha sido por razones que nada tienen que ver con las que parece te interesan a ti. Hoy día no hay motivo alguno para mantenerlo ya que han pasado los años suficientes para la prescripción de todas las acciones, penales y políticas, que una posible República Española pudiera intentar contra actores e instigadores de aquellos hechos. Otro de los motivos del tabú ha sido la incómoda postura de José Antonio Aguirre que no tuvo ni parte ni siquiera conocimiento de los mismos hasta su realización, aunque los asumiera a posteriori con gallardía y nunca nos desautorizará y para completar el cuadro también molestaba la cuestión a los franquistas y aún más a los italianos que tan bien parados salen de ellos. Estos son realmente los motivos del “entierro” del caso Santoña.

Es una pena que Juan Ajuriaguerra no haya dejado nada escrito sobre el asunto, explicándole el porqué, cómo, cuándo, dónde, de la parte política del asunto. El Canónigo Onaindía que tuvo algo que ver en él, quizás por edad… o por llevar la contraria defiende a los italianos con medias verdades, como cuando dice que el Pacto lo rompimos nosotros por una demora de 24 horas en su cumplimiento. Lo de las 24 horas es cierto, pero estas 24 horas de retraso no supusieron peijuicio alguno para los italianos que cubrieron todos sus objetivos previstos tanto políticos como militares, a pesar del retraso. Aún después de la entrega de los batallones vascos, seguían dispuestos a cumplir las cláusulas del mismo en la parte que les correspondía. Yo mismo se lo oi decir así en Santoña al General Manzini, que en realidad se llamaba ROATTA y era el Jefe del Alto Estado Mayor del Ejército italiano.

Y voy con tu carta: de su contexto deduzco que a ti, o a quien sea, le interesa el asunto para ver si de él puedes sacar consecuencias que, trasladadas a los actuales tiempos, llevarán agua a algún molino, enfrentando actitudes de “tibieza” actuales con “gallardías” de otros tiempos. Creo Ramón que vas mal por ahí.

Primera pregunta: “El Gobierno que se constituyó en Santoña, y del cual tú eras Vice, como Justicia y Guerra, ¿era un Gobierno constituido dentro de la legalidad republicana, o estaba fuera de la legalidad republicana?”

Respuesta: Como ya te decía en mi anterior carta, lo de Santoña no fue más que una rebelión, sublevación, alzamiento, sedición o como lo quieras llamar, de parte del Ejército Vasco. Fundamentalmente de la adscrita a Euzko Gudarostea del PNV como motor de la acción. Su objeto, cumplir por nuestra parte con los compromisos contraídos al llegar a un pacto o paz separada con los italianos (exclusivamente) que evitara la destrucción del Ejército Vasco, que los gudaris supervivientes fueran utilizados como carne de cañón por unos u otros y para garantizar la salida al extranjero de Jefes y responsables políticos de todos los partidos encuadrados en el Gobierno Vasco. No tienes más que leer las cláusulas para verlo.

Naturalmente que, ni la sedición, ni la violenta ocupación de instalaciones militares, ni la detención y desarme general de cuantas fuerzas republicanas santanderinas se encontraran en Santoña, ni la puesta en libertad “a dedo” de todos los presos y rehenes encerrados en el penal del Dueso y en la cárcel de Santoña, etc. etc naturalmente repito, que nada de ello se encontraba dentro de la legalidad republicana, ni de ninguna otra y menos en una guerra.

El que los Comandantes que iniciamos la acción por orden de Ajuriaguerra y los que posteriormente fueron llegando, diéramos a nuestro grupo, medio en broma, medio en serio, el nombre de Gobierno Vasco de Santoña -nombre que no recuerdo aparezca en ningún escrito de entonces, y aquí te envío fotocopia de uno que acabo de encontrar-, no creo que permita a nadie sacar conclusiones políticas como a las que tú quieres llegar.

Alguien tenía que encargarse de ordenar aquel guirigay, alguien tenía que atender al acopio de materia, abastos, subsistencias, transportes, barcos, consignas, órdenes a tropas, fuertes y baterías ocupados, etc. Por eso nos repartimos todas esas, y otras funciones entre unos cuantos gudaris que aunque jóvenes y con algún sentido del humor, estábamos lo suficientemente aspeados, cansados, de mala uva, etc, etc. como par acordamos de hacer declaraciones políticas (éramos gudaris y no dirigentes políticos) ni en “gestos históricos” rimbombantes. Es posible que aquel momento estuviéramos escribiendo una página de historia, pero ni los sabíamos entonces ni nos importaba. Además, las “páginas históricas” las suelen redactar los periodistas y pseudos-historiadores, bien calentitos en su casa, unos años después, sin arriesgar nada y según la óptica política o la mala uva de cada cual. No pretendas ahora tú, a los 40 y pico años, hacer otro tanto inventándote “pro domo sua” historias “bonitas”.

Ya sabes que frases “históricas” famosas como la de Waterloo de “La Garde meurt que se rend pas” son apócrifas e inventadas a posteriori, así como la otra, también de Waterloo, la adjudicada al General Cambronne, “MERDE”, aunque más verosímil que la anterior, es también falsa. Por cierto que ésta última palabreja estaba mucho más cerca de nuestras mentes en Santoña que la anterior o cualquiera otra que se le parezca.

En resumen: Juan Ajuriaguerra, de acuerdo con sus compañeros de EBB especialmente Luki Artetxe, tomó la decisión política de pactar con los italianos (que ya habían intentado llegar a algo parecido con José Antonio antes de la caída de Bilbao) a espaldas de Franco, de la República y del propio Lehendakari Aguirre. Juan lleva las negociaciones personalmente (como solía hacerlo todo) con alguna colaboración muy restringida. Para poder llevar a cabo el acuerdo ya pactado, me ordena en “Villa Mixeri” de Laredo que me ponga inmediatamente en contacto con Alejo Artaza, que tenía cuartel en Santoña y le quedaban unos pocos gudaris de su batallón con objeto de hacemos cargo, como fuera, de la Plaza y puerto de Santoña y de su hinterland. Él no interviene para nada en la operación militar, de cuyo desarrollo le damos cuenta cabal en Laredo, ni en su posterior organización, dejándonos manos libres para actuar como mejor nos pareciera, cosa que hicimos entre Alejo Artaza, Gabriel Arana, el Com. Ibarretxe y yo, con el concurso del batallón Padura traído a Santoña a ese fin por Gabriel Arana ex comandante del Mungia

Una vez tomada militarmente la Plaza y neutralizados sus ocupantes, se cursan por Euzko Gudarostea (Ramón Azkue) y por nosotros, instrucciones a los batallones vascos para que se vayan reuniendo en la zona Laredo-Santoña, así como las pertinentes para el cese de los combates y para dejar paso libre a los italianos en su marcha sobre Santander capital, todo ello de acuerdo con las estipulaciones del Pacto. No se permite la salida del puerto de Santoña-Laredo a ninguna embarcación hacia ningún destino. Llegan el SEVEN SEAS SPRAY y el BOBBY, previamente contratados en Laburdi siguiendo instrucciones de Juanito Ajuria y se esperan otros tres barcos más, entre ellos el trasatlántico HABANA, que no llegan, etc, etc, etc, pues aquí no se trata de escribir un libro sino de contestar exhaustivamente a tus preguntas.

Segunda pregunta: “¿Hubo en Santoña en algún momento, y por la duración que fuera alguna declaración de estado fuera de la legalidad republicana?”

Respuesta: Ya va en gran parte incluida en lo anteriormente expuesto, pero concretamente NO. Ni estábamos para bromas, ni teníamos tiempo para ellas, máxime que al segundo día tuvimos un conato de “Plante” por parte de algún grupo de gudaris y no por motivos patrióticos ni políticos sino por otros más prosaicos y a ras del suelo. No hubo por lo tanto ninguna “declaración de estado” como tú dices. Todo lo más en Santoña, en la Comandancia Militar y una vez detenidos el Jefe de la Plaza y su Estado Mayor y desarmados personalmente por Artaza y por mí y después de trasladarse a Laredo para dar parte a Juanito de cómo iban las cosas, se izó la bandera de Euzkadi, bandera que me encontré por algún lado y que años después me di cuenta que era la del grupo de mendigoizales “Bilbotarra Bazkuna” de Juventud Vasca de Bilbao.

 

 

Un comentario en «JUAN MANUEL DE EPALZA ILUSTRA SOBRE EL PACTO DE SANTOÑA»

  1. Luego se dice que Pío Moa tergiversa la historia, que lo hace; pero este artículo es tan infumable como los del citado gallego.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *