Jueves 9 de febrero de 2017
JUSTICIA HISPANA
Es una vergüenza de consecuencias graves. Pero España es así. La vicepresidenta del Constitucional, Adela Asua, considera “totalmente improcedente” que el Partido Popular y el PSOE pacten la renovación de ese tribunal sin esperar siquiera a que lleguen todas las propuestas de las asambleas autonómicas -de las que se escogen a los magistrados- y sin buscar tampoco el consenso de todos los partidos políticos.
La magistrada ha declarado en una entrevista de la cadena Ser que ese consenso es “fundamental» para la credibilidad y el respeto del Constitucional, por lo que es “muy preocupante” y “un menosprecio” a los parlamentos de las comunidades autónomas que se hable de un acuerdo de los dos principales partidos antes de que algunas Cámaras se hayan pronunciado.
Adela Asua abandonará en unas semanas el tribunal, ya que es uno de los cuatro-magistrados del TC (que tiene 12 plazas) que concluye su mandato. Se trata de los cuatro que corresponde elegir al Senado entre la lista de candidatos que proponen las comunidades.
Asua recordó en la entrevista que parlamentos como el catalán, el vasco y el asturiano han renunciado a enviar sus nombres al considerar que “no merece la pena” y ha calificado de preocupante que eso se vea con normalidad. “Deberíamos superar la idea de “tú señalas a dos y yo señalo a dos”; deberían ser cuatro personas de consenso de todos los partidos”. En su caso, Asua accedió al Constitucional de la mano del PNV, que la propuso al Senado como magistrada. Hasta su incorporación al TC, ejercía de catedrática de Derecho Penal en la Universidad del País Vasco.
Además de la forma en la que se está fraguando el acuerdo de renovación, la vicepresidenta del TC también lamentó la escasa presencia de mujeres en el Tribunal. Tan solo cinco de los 62 magistrados que han accedido al Constitucional desde su creación han sido mujeres. En este momento son dos: Asua y la magistrada catalana Encarnación Roca, candidata a ocupar su puesto en la Vicepresidencia.
En opinión de Asua, existen “elementos inconscientes” que promueven esas resistencias al cambio y favorecen la uniformidad en la elección.
GEROA BAI CREA UNA NUEVA WEB
Geroa Bai ha puesto en marcha una página web con la que pretende «acercar la actividad política del partido a la ciudadanía”. El proyecto nace como un intento de reforzar la transparencia de la coalición, que pone a disposición de los usuarios toda la información referente al trabajo de los parlamentarios, ediles y ayuntamientos en los que Geroa Bai tiene presencia. La iniciativa, en el dominio geroa-bai.com, incluye cuatro apartados específicos en los que se vertebra el ADN de Geroa Bai.
Estos son el desarrollo económico, las políticas sociales, la paz y la convivencia y un apartado bajo el epígrafe Navarra, en el que se incluyen todas aquellas iniciativas llevadas a cabo por Geroa Bai en pro del autogobierno.
MIREN LO QUE DICEN DOS PROFESORES
“Dos ejemplos referidos a la historia peninsular avalan nuestra posición. En primer lugar, la larga vigencia de las realidades forales en Navarra y las provincias vascas, que no son precisamente una derivación del nacionalismo sino todo lo contrario. Fue allí donde tuvo que hacerse realidad el sueño constitucional que los españoles americanos habían albergado hasta constatar en 1821 que no iba a ser posible compartir nación con la metrópoli. Los vascos sí pudieron porque desde 1839 tuvieron justamente lo que no tuvieron los americanos: autonomía. Articulada sobre una ley con dos artículos, funcionó hasta 1876 y se transmutó luego en los Conciertos Económicos. Fue entonces cuando surgió la expresión “derechos históricos” para referirse a aquella autonomía. Si el primer nacionalismo vasco denostó toda esa tradición política generada entre 1839 y 1878, otros afluentes del nacionalismo la utilizaron a beneficio de inventario. También lo hicieron otras familias políticas e ideológicas, como el socialismo, sobre todo desde que Indalecio Prieto se puso al mando. Es la autonomía lo que históricamente ha articulado la identidad vasca (y la española en Euskadi)”.
Josep M. Pradera y José María Portillo
El País (31/01/2017)