La España Una y Grande sigue con sus tics que en el fondo no son más que miedo y una concepción de Europa del siglo XIX. Por eso Rajoy no irá a la cumbre UE-Balcanes del próximo 17 de mayo en Sofía (Bulgaria) porque se mantiene la asistencia a ella de Kosovo y considera que no puede contribuir con su presencia a cualquier tipo de reconocimiento de este territorio como Estado. Y le aterra que le saquen el tema catalán o el vasco.
El Ejecutivo ha estado esperando a conocer detalles del formato de la cumbre antes de certificar que Rajoy no estaría presente en ella, y finalmente se ha descartado su participación.
Fue el propio jefe del Gobierno quien a finales de marzo, tras la última reunión del Consejo Europeo, explicó que tomaría su decisión tras conocer cómo se iba a desarrollar la cumbre de Sofía y el proyecto de declaración que se planteara.
Unas cuestiones que admitió que generan en España «una cierta preocupación» .Más bien, en el Madrid político porque al resto se la trae al pairo.
España es uno de los cinco países de la UE (junto a Grecia, Rumanía, Chipre y Eslovaquia),todos los vecinos más la España imperial, que no reconocen la independencia de Kosovo de Serbia proclamada en febrero de 2008, ni, por tanto, que se trate de un Estado que pueda aspirar a integrarse en la Unión Europea.
El propio Rajoy se mostró «sorprendido» en sus declaraciones tras el Consejo Europeo de marzo de que se pueda hablar de la ampliación de la UE incluyendo a algunos países que no son reconocidos como tal por varios socios europeos.
Fuentes del Gobierno insisten en que España rechaza participar en cualquier acto que suponga el reconocimiento explícito o implícito como país de un territorio que realizó una declaración unilateral de independencia.
Aseguran que la ausencia de Rajoy se adopta de acuerdo con ese principio y que tampoco estaría presente en Sofía aunque el Gobierno no hubiera tenido que hacer frente en los últimos meses a las decisiones de los independentistas catalanes con la aplicación del artículo 155 dela Constitución.
El presidente del Gobierno sí participará en Sofía en una cena que los líderes de la Unión Europea mantendrán la noche anterior a la cumbre (el 16 de mayo) y en la que Rajoy podrá exponer en primera persona a sus colegas europeos por qué no estará presente en la cita prevista a la jornada siguiente.
Pero Rajoy aprovechará también su viaje a la capital de Bulgaria para mantener el 15 mayo una reunión con el primer ministro de este país, Boiko Borisov, con quien comentará igualmente sus argumentos para ausentarse de la cumbre UE-Balcanes.
La Presidencia búlgara de la UE (que concluirá en junio) comentó tras conocer la decisión de España de no participar en la cumbre con los Balcanes que pretendía trabajar para responder a las preocupaciones expuestas por varios socios comunitarios.
Tanto a ella como a la cena de los líderes europeos está previsto que asista la canciller alemana, Ángela Merkel, y, por tanto, será la primera ocasión en que ambos coincidirán desde que el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont se encuentra en territorio alemán.
Puigdemont cruzó a Alemania desde Dinamarca y fue arrestado el 25 de marzo pasado en cumplimiento de una orden europea dictada por el Tribunal Supremo español después de que éste le haya procesado por rebelión y malversación de fondos.
Sin embargo, la Audiencia Territorial de Schleswig-Holstein decidió después no admitir el delito de rebelión y le dejó en libertad bajo fianza al tiempo que solicitó más información para estudiar el cargo de malversación de fondos.
Las fuentes del Gobierno aseguran que no hay por el momento ninguna previsión de que Rajoy pretenda comentar este asunto con Merkel ya que -recalcan- se trata de una cuestión que está en manos de los jueces. Eso dicen, pero hablarán de ella y Rajoy presionará para que Puigdemont sea juzgado en España.
Para colmo, y como era de esperar, el primer ministro de Kosovo dice que su país nada tiene que ver con Catalunya porque su independencia la logró gracias a la desintegración yugoeslava y a la sangre y esa no es la situación de España y que por tanto no puede haber ninguna analogía. No es verdad, pues Kosovo se independizó de Serbia de la que formaba parte. Y para colmo este Sr. Ramush Haradinaj se pone en plan pelota y dice que su país jamás reconocerá la independencia de «esta región» que está tentada por la secesión. «Nosotros luchamos por la democracia, pero sobre todo por los derechos del hombre. Este no es el caso de Catalunya».
Se ve que lo han adoctrinado pues no se pueden decir tantas mentiras en tan poco tiempo.
Ya se ve también que esos principios democráticos de los que alardea el líder kosovar no incluyen el derecho al voto para decidir consagrando la unidad de los estados como fórmulas inamovibles, cuando uno las tiene. No opinaban así los kosovares cuando formaban parte de Serbia. Pasó lo mismo con las Repúblicas Bálticas. La Otan y estas presiones hacen milagros y convierten a los antiguos separatistas en sólidos separadores.
Nada nuevo en la Viña del Señor.
Es tal como lo cuentas Iñaki. Podría decirse al líder kosovar que si hay diferencias con el caso catalán es precisamente por el carácter pacífico y democrático de su movimiento soberanista, lo que desde Kosovo deberían envidiar. Y efectivamente manda narices esa actitud antisolidaria y gregaria de los poderosos ante otros casos de naciones (que no regiones) que ahora buscan su emancipación.