Miércoles 23 de enero de 2019
Me da que va a ser la última vez que tantos venezolanos y vasco venezolanos canten el Himno Nacional de Venezuela y el Alma Llanera ante el Teatro Arriaga de Bilbao. Y ha sido muy emocionante que unas quinientas personas con frío, agua y viento, escucháramos las noticias que nos venían de Venezuela y que decían que Juan Guaidó, como está pautado en la Constitución de Venezuela, ha asumido como encargado la presidencia de Venezuela. De hecho ni la Unión Europea ni los americanos, salvo Mexico, habían reconocido la fraudulenta ceremonia de juramentación de un Maduro que no quiere soltar un poder que nunca ganó en las urnas.
Maduro habla de la injerencia de Trump, el gran espantajo que mueve, pero la única, repito, la única injerencia que tiene Venezuela es la de Cuba con sus 22.000 soldados, médicos, funcionarios, policías, espías y controladores del régimen.
Se ve luz al final del túnel y no es el de una locomotora. ¡Abajo Cadenas!
Afirmar que en Venezuela no se está dando un golpe de estado encubierto instigado desde diversos sectores económicos y políticos, con la sombra de Trump detrás, es mentir como un bellaco
Desde luego, sería muy aconsejable explicar a la opinión mundial que Juan Guaidó actúa con «legitimidad constitucional», puesto que creo que son muchos los que, estando absolutamente en contra del proceder de Maduro, tampoco bendicen un asalto ilegítimo al poder.