El Lehendakari Aguirre ante el Guernica.

Lunes 1 de abril de 2019

Se han dicho muchas tonterías sobre el cuadro de Picasso llamado «Guernica».

Sobre todo que el Lehendakari Aguirre y sus colaboradores no quisieron saber nada del mismo.

Habría que recordar que la pintura del cuadro fue un encargo del gobierno republicano para el Pabellón español en la Feria Internacional de Paris de 1937, no fue el Gobierno Vasco quien tuvo a su cargo aquel Pabellón, por otra parte, cargado de arte, buen gusto y solidaridad democrática.

Pero esta fotografía desmiente el aserto.

Aquí le vemos al Lehendakari Aguirre junto a su secretario personal Pedro de Basaldua, su Consejero Juan Gracia, el delegado del Gobierno Vasco en Paris Rafael Picavea y el miembro del Tribunal de Garantías de la República, Francisco Basterretxea, ante el cuadro en el Pabellón en Paris.

Foto poco conocida que conviene sacar del cajón ante la próxima conmemoración del 82 aniversario de aquella masacre el 26 de abril.

El Pabellón de la República fue un edificio construido como representación de la España republicana para la Exposición Internacional de París de 1937. En aquel entonces el país se hallaba sumido en la guerra civil, por lo que el pabellón, que representaba al régimen constitucional republicano, sirvió como instrumento informativo en busca del apoyo de las potencias aliadas a la liberación frente a la sublevación del ejército. El edificio fue obra de los arquitectos Josep Lluís Sert y Luis Lacasa, y acogió gran número de obras de arte que fueron expuestas en su recinto, destacando el Guernica de Picasso.

En 1992, y con motivo de los Juegos Olímpicos, el Ayuntamiento de Barcelona construyó una reproducción del pabellón. Me encantaría que en el Parque de Doña Casilda de Bilbao se reprodujera este histórico Pabellón con una réplica del Guernica en su interior, habida cuenta que el Reina Sofia, sin esta joya del arte moderno, se queda en casi nada y no lo van a prestar nunca. Quedaría en el Parque bilbaíno como un grito contra la guerra y tendría infinidad de visitantes y a algunos les gustaría la denuncia de “para la Villa de Gernika fueron las bombas, pero el cuadro se queda en Madrid”. Como casi todo.

La Exposición Internacional de París tuvo lugar del 25 de mayo al 25 de noviembre de 1937 en París, la capital de Francia. Se llevó a cabo en el Palacio de Chaillot, bajo el tema de «Artes y técnicas de la vida moderna».

La Exposición alojó un Pabellón de España gestionado por el gobierno legítimo de la República en que, entre otros testimonios de la guerra, se presentó el Guernica de Pablo Picasso, cuadro denuncia que representaba el bombardeo de Guernica por la Legión Cóndor alemana el 26 de abril de 1937. En el propio pabellón se ofrecieron en venta, a favor de la República, ejemplares de la serie grabada “Sueño y Mentira de Franco”, igualmente realizada por Picasso.

Junto al Guernica se presentaron otras obras de arte, como la Fuente de Mercurio de Alexander Calder, La Montserrat de Julio González, El campesino catalán en rebeldía de Joan Miró o El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella de Alberto Sánchez Pérez.

Aunque la Exposición se inauguró el 24 de mayo, el pabellón español, no se inauguró hasta el 12 de julio. Se encontraba en la Avenida del Trocadero de París, cerca de los pabellones de Alemania y de la Unión Soviética. Los artífices del proyecto fueron el filósofo José Gaos (Comisario general del pabellón), el escritor José Bergamín (agregado cultural de la embajada de España en París), el pintor Josep Renau y el escritor Max Aub, que encargaron el edificio a Sert y Lacasa, y organizaron el contenido expositivo del pabellón. La producción audiovisual fue encargada a Luis Buñuel, que al comenzar la guerra fue nombrado coordinador de Propaganda al Servicio de la Información de la embajada española en París.

El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella, de Alberto Sánchez Pérez, copia de la escultura de 1937, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia, Madrid.

El edificio fue concebido como un contenedor vacío, casi sin paredes. Tenía tres plantas de altura, y la planta baja comunicaba con un patio que ocasionalmente era cubierto con una lona, haciendo la función de auditorio. A la primera planta se accedía por una escalera y a la segunda mediante una rampa, aunque también había un acceso en vertical dentro del edificio. Construido en un tiempo récord, tuvo que adaptarse a un terreno irregular, con pendiente y debiendo respetar los árboles del entorno. Asimismo, tuvo que ajustarse a una gran limitación de materiales, muchos de ellos prefabricados, como paneles de fibrocemento ondulado, paneles aglomerados o de material sintético. Según Sert, «el pabellón tuvo que hacerse corriendo, todo con materiales en seco, como una casa desmontable, una estructura de acero vista y pintada en dos colores». Todo ello no fue óbice para lograr una construcción de gran sobriedad y armonía de líneas arquitectónicas, que logró un conjunto esbelto, vanguardista y equilibrado conforme a las directrices del racionalismo arquitectónico en boga de la época, del que fue uno de los mayores exponentes en España, pese a su marcado carácter efímero.

Uno de sus principales reclamos fue el Guernica, que estaba situado en una de las paredes principales del pabellón, junto con las obras de Calder, Miró y Alberto Sánchez. En principio suscitó una gran polémica, ya que muchas personas esperaban un cuadro más descriptivo, en consonancia con el realismo socialista de la época. Incluso se planteó la posibilidad de cambiar el cuadro por una obra más realista llamada Madrid, 1937, de Horacio Ferrer, expuesta en la segunda planta del pabellón; pero la prensa internacional alabó el Guernica como una obra maestra, por lo que fue mantenida en su sitio.

El pabellón tuvo un carácter propagandístico, informativo y reivindicativo de la situación del país, exponiendo en sus paredes carteles, fotografías y demás elementos artísticos y documentales que mostraban los horrores de la guerra. La Comisión para ultimar estos trabajos, nombrada el 28 de mayo por Presidencia del Consejo de Ministros, estuvo formada por Renau, Vaamonde y los artistas publicitarios Gori Muñoz y Félix Alonso González, ayudados por otros grafistas y fototécnicos franceses. Entre otros documentos, se exhibían varios poemas de Federico García Lorca, y se contó con el apoyo de numerosos intelectuales internacionales, como Louis Aragon, Paul Éluard, Ernest Hemingway, Octavio Paz, André Malraux, Ilyá Ehrenburg, Waldo Frank, etc.

El edificio fue demolido al acabar la Exposición, mientras que sus autores, Sert y Lacasa, fueron juzgados por responsabilidades políticas por el bando sublevado, y tuvieron que exiliarse.

Un comentario en «El Lehendakari Aguirre ante el Guernica.»

  1. He leído varias versiones argumentadas de que el cuadro no te lo resentía el bombardero de Guernica.

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