El supuesto Dictador de las Tierras Vascas.

Domingo 10 de mayo de 2020

Fíjense bien. No es Ringo Starr el batería de los Beatles. Es Iñigo Urkullu como en  aquella película de Charles Chaplin “El Gran Dictador”. El dibujo es el típico de la factoría de la IA que prepara varios así de cara a la campaña electoral. El autor es Tasio quien fuera el dibujante de Gara, hasta su reciente jubilación. Tienen una cocina de veneno trabajando a tope. Buscan crear una matriz de opinión según la cual, Urkullu y el PNV actúan como si esto fuera una dictadura, régimen que ellos conocen bien. Su secretario general estuvo en la toma de posesión fraudulenta en Caracas de la presidencia de Nicolás Maduro. Clases de dictaduras, las mínimas a gentes admiradoras del Che, Castro, Chávez, Maduro y el Kaiser.

La bondad de estos memes es que con una mirada se te queda una idea, y esa idea contiene varios elementos. Bastante tóxicos, por cierto. Parece hecho en Wuhan y con la  pata de un murciélago. Venden la moto de que solo habla Urkullu  y solo habla él en ese medio. Hombre, si un presidente de un gobierno no puede emitir un mensaje en un medio público, como lo hacen los demás presidentes y lo hacen los demás partidos, ¿Quién lo puede hacer?. ¿Iturgaiz dándonos un concierto de acordeón?. Y  es que además no es verdad pues los informativos de ETB, sobre todo los del fin de semana son más bien factoría Tele Sortu Ejemplo reciente. Se murió la gran Gurutze Arregi pero el reportaje que sacaron fue el de Billy el Niño, del que también hay que hablar, pero no solo de este sujeto. Euzkadi es algo más que eso. Sobre todo es bueno destacar la vida de quien bien la sirve. Se entiende pues que todo gire alrededor de la violencia de unos y de otros. Y ese relato se puede construir no dando la menor pauta de quien fuera una gran mujer como Gurutze Arregi.

Pero analicemos lo que dice el tan bien intencionado y nada manipulador dibujo de Tasio:

1.- ”Aquí se vuelve a las clases cuando y como yo diga”. Pues no. Aquí se prima el criterio sanitario y eso no es verdad. Solo 4 de la ESO, 1º y 2º de bachillerato y de FP. Con espacios, mascarillas, entradas y salidas escalonadas, accesos unidireccionales, patio por turnos, sin comedor. Y se ha decidido  hablando con  todos los agentes que componen el Sistema Educativo Vasco. Pero les doy una idea. En breve habrá elecciones. Preséntense a ellas y según las reglas de algo  que se llama democracia, podrán ustedes hacer lo que proponen, porque como se ve, tienen más preocupación por la salud que el Departamento de Educación. Y es algo que es de alabar. Preséntense pues.

2.- ”Las elecciones se harán cuando y como yo diga”. Pues no. Las elecciones se iban a realizar el 5 de abril. Se suspendieron en decisión acordada entre todos y es obligatorio hacerlas no olvidando que ha habido dos reuniones para recabar opinión de los partidos pero no nos engañemos pues si  Urkullu hubiera dicho septiembre, hubieran dicho julio argumentando que Urkullu quería llevar la dirección de la lucha contra la pandemia como un dictadorzuelo. Y si hubiera dicho julio, como lo dirá, le tratarán de irresponsable cuando, según ellos, no puedes ir a votar en una jornada de doce horas pero si  puedes sacar al perro, ir a la playa, comprar una pata de pollo y visitar a tu ama, pero eso de votar no. Es malo. Sobre todo si no les votas a ellos. Haga lo que haga Urkullu le van a criticar. Será por algo. ¿Tienen miedo a que la  gente se dé cuenta  de la inutilidad y del cabreo  que están demostrando les pase factura?.

3.- ”Todo el mundo andando por la derecha que es lo que yo digo”. Por la derecha, por la izquierda y por el centro. La sociedad vasca es la que es. No es uniforme como les gustaría. Lo de ellos es la extrema izquierda. Gentes  que todavía no han dicho que matar fue injusto. Y aquello no fue el virus de un murciélago. ¿Derecha todos los planes sociales que se van a implementar?. Podríamos decirles que ellos lo que buscan es el cierre empresarial total y la puesta en marcha del sendero luminoso de la dictadura del proletariado. Pero eso no debe ser bueno en una sociedad sana y con valores. Los que quieren pasar de la Alternativa Kas a la alternativa Kaos  poniendo un muro para que la gente no se vaya despavorida de su paraíso, tienen muy mal café y son capaces de todo.

 4.- ”No soy como Pedro Sánchez que no consulta nada con nadie”. Ya. Pues  por aquí Urkullu se reúne con todo pichichi institucional. Será  que lo malo es que no se reúne con el politburó de Sortu y sus correas de transmisión sindicales  pero no es porque les tenga rabia sino porque no lideran ninguna institución. Es una pena. El pueblo vasco está equivocado. No os preocupéis. En las siguientes elecciones eso se arregla. Ganáis y lideráis y se acabó el problema.

Urkullu va a la Diputación permanente y Nekane Murga habla todas las semanas con ellos. Y prepara planes. Igual le podéis decir que no se reúne con los sindicatos. ¿No será porque lo que les gusta a ELA y LAB es ir a Ajuria Enea pero a la puerta y con la pancarta?. ¿No será que a los sindicatos solo les interesa la vía judicial que por cierto ha sobreseído las cinco demandas presentadas?. ¿No será que estos sindicatos no tienen nada que ver con el acuerdo de esta semana en Madrid entre los sindicatos, la patronal y el gobierno sobre los Ertes?. ¿No será que estos sindicatos no son sindicatos?. Seguramente.

Yo creo que el problema estriba en que  no se ha reunido en un vis a vis con Maddalen, Arkaitz, Casanova, Arnaldo en la sede de Bildu. Y eso está muy mal Lehendakari pues son ellos quienes tienen la vacuna, el bálsamo de Fierabrás, y las recetas del mago Merlín para acabar con todo esto. Ahí estás fallando Lehendakari. Y no te das cuenta que la crítica de la IA no va en clave sanitaria sino en clave electoral. Quieren sacar cabeza, no tienen papel institucional  y están furiosos. Es comprensible. Por eso quieren que la gente se quede con la música de que tú eres un dictadorzuelo de tres al cuarto con sus críticas y sus memes.

Te sugiero Lehendakari  que  tus próximas apariciones las hagas en la sede de Bildu  rodeado de Maddalen, Arnaldo, Arkaitz y Casanova. Y que tú solamente les presentes pero que hablen ellos. A ver si nos enteramos cuáles son sus magníficas soluciones. En su día aprendimos como había que eliminar la basura y como había que hacer las cosas con la campaña del Puerta a Puerta. Solo les faltó que Martin Garitano nos hubiera salido como te pintan  a ti porque eso impone, pero eso ya pasó. Ahora y a posteriori, tienen la receta mágica. Déjales que nos la expongan. Yo pensé que en el debate del Congreso nos la iban a adelantar pero me quedé con las ganas y la abstención de Bildu, como  hizo el PP. casado y Bildu de la mano. Cosas veredes Sancho. Por lo menos ERC, que iba a ser su socio  encamado, votó no. Habrá que regalarles una brújula.

Déjales por favor que nos expongan sus críticas y planes porque quizás nos demos cuenta que como el cuento del rey, el monarca está desnudo. Déjales por favor. Ese mundo es capaz de hacer una sopa de pescado en un Aquarium pero no un Aquarium de una sopa de pescado. Pero no sabemos si tienen la fórmula. Igual si e igual tienen razón. No sé, pues. Lo único que sé es que están cabreados y que este dibujito no es más el aperitivo de lo que viene. Por cierto muy logrado salvo el que Urkullu lleve la gorra con la galleta del PNV ladeada. Eso, Srs de la IA, Urkullu no lo haría nunca. Las formas son las formas.

La lavadora de Iñaki Iriondo

Sábado 9 de mayo de 2020


Este sábado, en Gara, Iñaki Iriondo gurú mediático de la IA publica una  interesante reflexión contra el EAJ-PNV con este expresivo titular. «Un candidato en todos los teleberris y el resto confinados». El candidato, como es fácil de entender es Iñigo Urkullu que muy a pesar de Iriondo es Lehendakari y tiene un trabajo que desarrollar

Acabáramos. Este es el gravísimo problema para Iriondo y Bildu y no el confinamiento. Por lo menos es sincero. No se trata de la salud sino de la campaña. Y dicho así, pues tiene razón, sobre todo para los suyos. Urkullu todos los días haciendo cosas, reuniéndose, formulando planes de futuro, reclamándole  a Sánchez la co-gobernanza y Maddalen en su casa o en la Diputación Permanente cabreada (siempre está cabreada) acusando a Urkullu de electoralismo. Uno hablando de lo que le interesa a la sociedad y la otra de lo que le interesa a ella.

Pues si es así, díganlo y no busquen subterfugios ni  eufemismos, ni se pongan la bata de enfermero para hacer parecer que están más preocupados por la pandemia  y la salud de los vascos que los demás.

Yo, hasta lo puedo entender, pero da la casualidad que el virus no le pidió permiso al PNV  para llegar y llevarse por delante, muy desgraciadamente, a  más de mil y pico personas en Euzkadi, ni para evitar el desastre económico que el maldito bicho va a causar, es normal que al frente del zafarrancho de combate esté Urkullu que es  quien tiene que hacer frente a la situación. Está en la ley.

Seguramente si Arnaldo Otegi estuviera en la misma posición Iñaki Iriondo no protestaría. Buenos son ellos a la hora del protagonismo.

En Euzkadi todas las instituciones se reúnen continuamente y la Consejera habla con los partidos políticos, pero no es eso. Iriondo quiere se visualice que los capitanes a posteriori tienen recetas mágicas que el PNV no tiene, como en su  día la tenían ellos con el Puerta a Puerta.

A Iriondo le gustaría una rueda de prensa diaria de Urkullu con Maddalen y con Miren Gorrotxategi, bueno con ésta no, ni con Iturgaiz, porque desbarran y eso rompe la armonía del mensaje.

La Diputación Permanente tiene las competencias que tiene, muy pocas, y si el 5 de abril se suspendieron las elecciones  lo lógico es que el Lehendakari, si se dan las condiciones, quiera convocarlas cuanto antes para que haya un Parlamento constituido y se pueda aprobar un presupuesto que haga frente a este naufragio.

Pero Iñaki Iriondo en su  nada sutil denuncia está dándonos datos de su preocupación. Sabe que igual, si hay elecciones ahora y ante una ciudadanía preocupada, la gente pueda estar tentada a revalidar la coalición PNV-PSE y  con mayoría absoluta y eso no le gusta. Lo entiendo. Serían otros cuatro años ladrando a la luna, con Urkullu de lehendakari y sacando al país adelante sin tanta fórmula mágica.

Lo que pasa es que  hay que tener una mínima coherencia y  mantenerla por encima de todo y sus diputados en Madrid, tras el discurso quejumbroso de Mertxe Aizpurua, va y se abstienen. Pero, ¿no habíamos quedado que el más estricto estado de alerta era lo que vosotros queríais?.

Un consejito.

Mejor  haría Iñaki Iriondo diciéndole a  su peña parlamentaria que fueran una pizca coherente. Iriondo es listo y conoce las reglas del juego. No se le puede criticar al Lehendakari aquí y en Madrid votar lo mismo que el PP. A ver si de una vez se sacuden tantos complejos.

Y en relación con Urkullu solo un apunte.

En todos los  informativos de ETB, sale Sortu aunque no haya hecho nada. Solo opina y siempre en la misma dirección, por lo que, menos lobos. Esos informativos son más TeleSortu que su querido Gara.

Un ejemplo. Se han pasado dos semanas criticando a Nekane Murga, la Consejera de Sanidad por no trabajar conjuntamente con la UPV en relación con los test y han querido hacer sangre, mucha sangre con este tema a pesar de que la Rectora haya dicho que trabajan conjuntamente  a satisfacción. Pues no. Dale y dale.

El jueves en el Parlamento, en la Diputación Permanente, Maddalen Iriarte sacó el tema de los test en plan ariete y como diciendo. ¡Ya os hemos cogido en renuncio. Sois muy malos !!.

La consejera, con su voz de GPS le dijo clara y gráficamente que hacer los test no es como apretar el botón de una lavadora. El asunto es complicado y necesita su tiempo, sus cautelas, sus respetos a la privacidad. Y lo de la  lavadora se entendía a la primera. Pues bien, sacaron el comentario al mediodía pero no a la noche no fuera  a ser que el que el personal viendo ETB lo entendiera y supiera que hacer un test no es como poner la lavadora. Fuera.

Si, si. Entiendo que todo está en clave  electoral, sobre todo en Urkullu y en el PNV pero nunca en ellos y que los dedos se nos hacen huéspedes pero tranquilo Iñaki. En los quince días de campaña Maddallen Iriarte va a tener su espacio electoral como ahora lo tiene en informativos casi diariamente y diría que hasta un poquito demasiado, si tuviera algo interesante que transmitir además de una queja agria y aburrida. Pero tiene derecho a sacar cabeza, que es al parecer, lo que a Iriondo le preocupa a tenor de su denuncia en Gara. No tanto el confinamiento.

Euzkadi ha pasado a la fase 1, ya lo siento Iriondo, y dentro de poco lo hará a la fase dos si las cosas no se tuercen, ojalá esto no ocurra, y se pueda ir a votar, convocar previamente mitincillos de cincuenta personas y que Tele Bildu, además de las continuas presencias de Maddalen va a poder intervenir Arnaldo, Arkaitz e Iker. Tranquilo.

Y lo estoy deseando. Quiero conocer cuál es vuestra alternativa. En su día fue KAS y la de ahora igual hasta coincide con la del PNV si no seguís predicando el confinamiento monacal y la crítica jeremíaca, aunque os preocupe de verdad que Urkullu trabaje en contra de la pandemia.

La muerte del Lehendakari

Viernes 8 de mayo de 2020

Personalmente no conocí al Lehendakari Agirre pero me acuerdo perfectamente el día en  el que murió en Paris. Vivía con mis aitonas en Donosti y la casa se estremeció. ”¿Qué va a ser de nosotros?” era la expresión más repetida. Aquel “nosotros” era la causa vasca, el pueblo vasco aherrojado. Entendí que había pasado algo terrible, pero no supe más. Mi aitona había sido represaliado y obligado a pagar una multa que lo inhabilitó. Era director del Banco Guipuzcoano en Zarautz, obedeció las instrucciones del Consejero de Hacienda Eliodoro de la Torre en 1936 para repatriar los fondos a Bilbao dejando a la familia en Zarautz. A mi amona le recluyeron en el convento de Santa Clara con otras  nacionalistas, a mi ama le cortaron el pelo al cero y al poco les expulsaron habiéndoles quitado todo. Acabaron en Iruña y de allí por monte a Iparralde. Para ellos José Antonio de Agirre era su referente, el hombre que desde el exilio les insuflaba ánimos y esperanza y ese día había fallecido con 56 años.

Es muy difícil describir la sensación de orfandad en la que quedó aquella generación y aquellos perdedores sometidos a una dictadura sin alma. Pero aquello ocurrió. Y para contarnos como fue, nada mejor que el relato de su amigo D. Manuel de Irujo quien con sentidas palabras nos escribió aquel mal recuerdo.

“Alderdi me pidió un artículo dedicado a José Antonio. Se lo envié. Pero después me pide que relacione sus últimos momentos. Esta demanda me intimida, tanto como me emociona. Yo no os he descrito jamás —y he descrito muchas cosas— los últimos momentos de la vida de otro hombre. He de iniciarme con mi mejor amigo. Porque, con todos los respetos debidos al cargo que encarnaba con tanta propiedad como eficiencia, a la hora de la verdad, en los momentos solemnes en que el hombre deja la vida, la condi­ción que prima en su ser es la de hombre, y por ser esto así, la calidad que más íntimamente se siente es la del amigo. To­dos los vascos hemos perdido a nuestro Presidente. Yo he perdido, además, al amigo, amigo con el cual había llegado a esa situación, máxima prueba de la amistad, en la cual pueden mantenerse posiciones coincidentes o discrepantes, conformarse o discutir, y discutir acaloradamente, sin dejar de ser amigo.

La última disputa que yo he tenido con José Antonio fue con cargo a la operación anglo-francesa sobre el canal de Suez. El la condenaba con fuerza. Yo sentía que no se hu­biera ultimado, con la ocupación material de todo el canal, ocupación que hubiera conducido a su internacionalización. «Hace mucho tiempo que no habíamos levantado la voz dis­cutiendo», me dijo José Antonio. «Es el único tema que nos separa de los muchos que están sobre el tapete. Dejémoslo, ya que, de nosotros no depende su solución». Leizaola y Landaburu, que presenciaron la disputa, me hicieron la mis­ma reflexión.

José Antonio era hombre fuerte, sano, sin lacras de nin­guna especie. Su padecimiento crónico, permanente, se reducía a una bronquitis, en la que, después de dejar de fu­mar, había mejorado. Recuerdo que, hace dos años, cuando fumaba —y fumaba mucho, aunque él se defendía de esta inculpación que le hacíamos constantemente sus amigos— reunidos en Pentágono —porque también nosotros teníamos nuestro Pentágono— él con Leizaola, Landaburu, Urcola y yo, había momentos en que debíamos esperar a que tosiera a su gusto para seguir deliberando. Desde hace dos años se encontraba bien, completamente bien, sano y fuerte, templado en su vida física como en su alma, con aplomo y equilibrio plenos. Aquellos ataques de bronquítico habían desaparecido, o se habían amenguado, aunque fueran en él de mayor intensidad que en cualquiera de los cuatro restantes, entre los cuales había dos, Urcola y Leizaola, que no tosían ni por equivocación.

El viernes 18 de Marzo, trabajando en su despacho de la Delegación con Aspiazu, confesó a este que se sentía con cierto malestar, algo griposo, por lo cual pensaba quedarse en casa unos días a sudar el catarro. Podía afirmar este pro­pósito con muchas garantías de acierto, porque las reac­ciones de sudor eran en él fáciles y copiosas. Pero el sábado 19 volvió a la Delegación y tuvo que oírnos, en coro, a Alberro, Landaburu y a mí mismo, que le llamáramos al or­den, recomendándole que no hiciera tonterías y que no deja­ra la casa en unos días para evitar un ataque gripal mayor. El, que estaba muy seguro de sí, nos contestó que se en­contraba mejor, añadiendo que, aquella noche tendría lugar la cena semanal acostumbrada, que en su casa solíamos ce­lebrar todos los sábados del año Don Alberto Onaindia, él y yo, pasando revista en la intimidad del hogar, a todos los su­cesos de importancia —de dentro como de fuera de casa— que la vida diaria nos ofrecía.

En efecto, la cena se prolongó con toda la secuela de obligados comentarios, rodeando la mesa de su despacho privado, hasta que, allá sobre las 11,30 yo, invocando los derechos del más viejo y alegando que el último autobús era a las doce, hice que se levantara la sesión. José Antonio no sentía esta necesidad. Se encontraba pleno de facultades en todos los sentidos de la palabra.

El domingo 20 oyó misa y comulgó en su parroquia de Saint Pierre du Gros Caillou. José Antonio era devoto de la parroquia, a la que reconocía todo el sentido religioso y cor­dial que le otorga la Iglesia.

Pasó el día bien, aunque acostado. Dejó la cama para oír misa a las seis de la tarde.

Durante la noche del domingo tosió bastante, por lo cual, decidió no salir de casa, rindiéndose a nuestras insis­tentes recomendaciones. Cuando el lunes 21 Mari, su mujer, llamó a la Delegación para anunciar que su marido se quedaba en casa, Aspiazu, que recibió el aviso, indicó a la Sra. Agirre la conveniencia de que lo viera el médico. De acuerdo con esta sugestión, Aspiazu llamó al Dr. Lasa y le dijo que, aunque el Presidente no tenía cosa mayor, sin du­da que, tanto la familia como la Delegación quedarían más tranquilos si le visitaba.

El médico encontró a José Antonio con los bronquios muy cargados y le recomendó guardara reposo durante un par de días. El propio José Antonio, que recibió a Aspiazu en la cama, dijo a este que prefería reposar un par de días.

El martes 22 entre 10 y 10:30 de la mañana, la Sra. Agirre llamaba a la Delegación. Su marido, dijo, había sufrido un malestar, perdiendo el color, con deseos de de­volver y con un fuerte dolor en el pecho que irradiaba a los brazos, de manera concreta al brazo izquierdo. Había pensado en levantarse para ir a la Delegación, pero se volvió a acostar. Escucharon su relación, en dos conferencias telefó­nicas sucesivas, Azpiazu y Alberro. Se llamó inmediatamen­te al médico y Azpiazu se trasladó sin pérdida de tiempo a su casa.

Lasa vigilaba muy de cerca a Agirre. Le veía con fre­cuencia. Conocía bien su fisonomía fisiológica. Azpiazu en­contró a José Antonio nervioso, inquieto, sin hallar postu­ra, con el brazo izquierdo dolorido, se quejaba de sentir una especie de biotzerre en la región cardíaca, pero tenía el pulso normal. Una hora después —en espera del médico— el en­fermo sudaba copiosamente, «a chorro», el dolor se había calmado algo, pero el pulso acusaba una clara arritmia.

A las 12:15 llegó el médico, que reconoció al enfermo, escuchando de él la explicación del ardor sentido en el pecho, especie de biotzerre, o algo de reuma. Lasa le siguió el aire, pero se diagnosticó la angina de pecho, como po­sible, dados los caracteres apreciados, aunque la arritmia no correspondía a dicha enfermedad, recetándole un antico­agulante con orden de quietud absoluta y prohibición de conversaciones y visitas, todo ello en previsión de que estu­viera formándose un infarto de miocardio, pensando en ha­cer un electrocardiograma en cuanto transcurrieran las 48 horas precisas para que ello tuviera lugar, en su caso. La opinión del médico fue la de que el acceso no se repetiría y que, en el caso de que se repitiera, no sería mortal. Algo pa­recido dijo a Azpiazu primero y a Alberro después, silen­ciándolo al enfermo y a su mujer.

El propio José Antonio, que tras la visita del médico se encontraba mejor, comentó con Azpiazu —no sin un cierto humor— lo que Lasa le había dicho y el régimen de absoluto reposo que le había ordenado, encargándole que, con la me­dicina recetada, le llevase los periódicos.

A la una y media estaba el anticoagulante en casa de José Antonio. Azpiazu, que la había llevado, comunicó sus te­mores a Landaburu en la Delegación. Entre tanto. Leizaola buscaba a los hermanos de José Antonio para hacerles partícipes de los mismos. A las 4,30 de la tarde, José Anto­nio se encontraba bien, su mujer había salido a hacer algún recado y Azpiazu cruzó unas palabras con el enfermo encontrándolo sereno, tranquilo y con su moral recuperada.

A las cinco de la tarde del 22, Mary preguntó a su marido si le apetecía algo y José Antonio le contestó que tomaría un té con pastas, encargándole que le trajera el periódico. A las 5,30, la señora de Agirre recogió el servicio y dio a su mari­do «Le Monde» y las gafas para que pudiera leerlo. Pocos minutos después de dejar la habitación, oyó unos extraños estertores. Volvió encontrándose a José Antonio desencaja­do, agonizante.

En la casa se hallaba con ella su cuñada Tere Amezaga. Mary telefoneó a sus hijos y hermanos, a la Delegación y a un médico que vive en las cercanías de casa. Para cuando lle­garon los primeros, José Antonio había dejado de existir. La Doctora que fué la primera en acudir a la llamada sola­mente pudo acreditar su defunción. Esto sucedía alrededor de las seis de la tarde.

Con distancia de minutos fuimos llegando sucesivamente Alberro y Landaburu, el Dr. Lasa, Don Alberto que le dio la absolución, el coadjutor de turno de Saint Pierre du Gros Caillou que le administró la Extrema Unción, Leizaola, Aintzane, Iñaki de Agirre y su mujer, Angel de Agirre y yo. Mary cerró sus ojos. Don Alberto, Leizaola y Landaburu lo vistieron. La vida de José Antonio se había extinguido para que comenzara la de su recuerdo como símbolo, enseña, mi­to. José Antonio entraba en la historia.”