Ante la anunciada huelga de ELA para febrero

Miércoles 13 de enero de 2021

En tiempos de desconcierto producto de algo tan desconocido y poco usual como una  pandemia con muertos y  alerta sanitaria, de escasez económica, es tan malo la existencia de tiburones económicos que quieran enriquecerse aprovechando el mal ajeno como poner en cuestión todo lo existente sin tener en cuenta el contexto. Y me refiero al anuncio de huelga en todo el sector  público vasco por parte de ELA para finales  de febrero. Al parecer este dato de la existencia de un virus que mata, les trae al pairo. Lo importante son sus reivindicaciones, que pueden ser muy importantes y necesarias pero me imagino que antes deberían agotar algo imprescindible en una sociedad civilizada como es la negociación.

Sin dejar de respetar el derecho a la huelga como un instrumento reconocido   pese a sus anacronismos, sus piquetes violentos y sus errores, las organizaciones sindicales han hecho posible que los trabajadores disfruten  de unas condiciones laborales que han dignificado a la persona  como tal y le han permitido desarrollarse y contribuir al propio avance de la sociedad .

Pero no es hoy el caso de ELA. No es un sindicato en la actualidad de compromiso, negociación y defensa de los intereses de los trabajadores y del bienestar general sino tan solo de confrontación y muchas veces de la confrontación por la confrontación. Acuerdos sobre los Ertes logrados en Madrid  entre sindicatos, patronal y gobierno serían imposibles aquí.

ELA nació en 1913 del seno del PNV, pero hoy de aquella ELA no queda nada. Vaciaron su contenido y se quedaron el nombre histórico algo que confunde al personal. Deberían llamarse Sindicato Revolucionario de las Tierras Vascas SRTV. Sería más expresivo, porque hoy ELA es  la correa de transmisión de Bildu para quien la mejor política es la de la tierra quemada. El todo o la nada.

El asunto no es privativo de ELA sino está encuadrado en la negativa de Bildu en  pactar unos presupuestos sociales que curiosamente aprueba en Madrid y en Navarra y en su meta de “desalojar” al PNV de todo. No hay que engañarse. Ante esta realidad fácilmente constatable Martin Lasa analizaba esta filosofía cainita de la siguiente manera:

“Es importante que Bildu siga en sus trece. Es importante, porque mientras continúe con su negativa al futuro y se siga aislando en su burbuja, ésta será cada vez más pequeña y habrá más gente que le siga abandonando en su marginalidad.

La realidad es que Bildu en sus diversas denominaciones, jamás ha llevado a la práctica política abertzale. Política abertzale publicitada, en palabras vacías una y otra vez y abandonada completamente en la práctica, en un bucle infinito de dime de lo que presumes y te diré de lo que careces.

Pero el tiempo, juez definitivo al final, pone las cosas en su sitio. Pasados los años, es complicado encontrar algún logro en la autodenominada izquierda abertzale que haya conseguido algo positivo para este País. Muertos, cárcel y exilio, no cuentan.

No al progreso, no a la modernidad, no al futuro.

Cuando el futuro les ha arrastrado, han pasado a defender lo que antes repudiaban, desde el ir a Madrid a hacer política, hasta colocar la bandera española en los ayuntamientos.

Si hubieran acertado en su diagnóstico con su matraca de PNV español, por haber ido al Congreso y Senado en Madrid y por haber colocado una bandera impuesta y no deseada, ahora evidentemente Bildu sería español de los de pura cepa.
Contradicciones evidentes en quienes no consiguen nada de nada. Ni tan siquiera vaciar las cárceles, su objetivo prioritario desde hace no se sabe ni cuantos años.

Lo que si está claro que es Bildu es una negación de lo posible y de lo positivo. Un intento de meter a este Pueblo en experimentos de revoluciones trasnochadas de hace más de 100 años para vivir sin prensa, sin partidos, sin sindicatos y guardando colas, con empleos abundantes en camisas pardas y policía política.

No les veo yo mucho futuro a estos bolcheviques de salón, encerrados en su burbuja del no y alejándose de su Pueblo con aceleración constante en busca de que todos vivamos mucho peor.”

Azpiazu, Vox y Bernard Henry Levi

Martes 12 de enero de 2021

Se reunió el Consejero de Economía y Hacienda del Gobierno Vasco Pedro Azpiazu  con la parlamentaria, única, de Vox Amaya Martínez que no olvidemos está en el Parlamento porque le han votado, poco, pero le han votado los ciudadanos vascos y la democracia tiene su liturgia que es el gobierno de la mayoría con respeto a las minorías y Vox, nos guste o no (no nos gusta) ha irrumpido con representación parlamentaria en esta legislatura.

Vox existe con su ideología tóxica y ante ella y como en Alemania y Francia, todos los partidos en el Parlamento no pactan nada con esta opción de extrema derecha, buena lección para el PP y Ciudadanos en Madrid y en Andalucía que gobiernan en su Comunidad gracias a Vox.

Azpiazu sabía de sobra que en dicha reunión no se iba a llegar a acuerdo alguno y la prueba es que nada más terminar la misma Vox anunció la primera enmienda a la totalidad a los presupuestos. ¡Faltaría más!. El notición hubiera sido lo contrario. Vox está en contra del estado autonómico, del euskera, de todo lo que sea autogobierno y convivencia, pero la institución gobierno vasco debía recibir y escuchar a la representante de este disolvente partido. Y Azpiazu lo hizo.

He recuperado una reflexión del escritor y filósofo  francés Bernard Henry Levi que en su día me pareció acertada. Desde el análisis de la política francesa vio el auge de la extrema derecha en su país y su peligro  de esta aguda manera:

“¿Por qué no es una buena idea la ilegalización del Frente Nacional? Porque, a fin de cuentas, el negocio del Frente no es ni la inmigración, ni la inseguridad, ni siquiera la desigualdad entre las razas. Por encima de todo esto y más allá de estas temáticas localistas, su aberrante pretensión es ser el único partido que se atreve a decir la verdad sobre éstas y otras cuestiones. En resumidas cuentas. Le Pen viene a decir lo siguiente: «Hay tabúes, zonas de silencio y de misterio en nuestra socie­dad. Hay problemas que hay que evitar plantear so pena de sentarse en el banquillo de los acu­sados del sistema. Pues bien, yo los planteo estos problemas. Yo rompo la ley del silencio. Y por eso, los guardianes del sistema intentan censurarme, diabolizarme e ilegalizarme por todos los medios». El razonamiento es simplista, pero, desgraciadamente, eficaz, ilegalizando su partido, automáticamente le estaríamos refor­zando, porque se acreditaría su argumento cen­tral: el de ser una persona que habla claro y sin pelos en la lengua y, por lo tanto, el de ser un ciudadano peligroso para los bien-pensantes, ¿Ilegalizar a Le Pen? La tentación es fortísima, pero hay que rechazarla. Caer en ella seria ofrecerle en bandeja el ejemplo mismo de su fantasma. Sería tanto como darle abier­tamente la razón.

Mi otro temor es que si por casualidad volviésemos a hacer lo mismo, si ilegalizásemos a un partido sin por ello disolver ni a sus militantes ni a sus electores, en definitiva si sacásemos todas las consecuencias del hecho de que Jean-Marie Le Pen es, en efecto, el dirigente de una liga anti­democrática y fascista, estaríamos corriendo el riesgo de repetir la historia. Combatir a Le Pen sin tregua ni descanso, claro que sí. Pero sin recurrir a la guerra civil. Cerrarle las puertas del Parlamento, ¿por qué no? Pero sin abrirle las de la calle. Ahí reside el peligro y me gustaría estar seguro de que todo el mundo toma buena nota de él.”

Bildu no quiere pactar con el Gobierno Vasco ni la hora.

Lunes 11 de enero de 2021

Pedro  Azpiazu, Consejero de Economía y Hacienda, está realizando la ronda de consultas para saber si, además del PNV y PSE con mayoría absoluta, distintos Grupos de la Cámara están dispuestos a apoyarlos. Es la ley más importante del año y donde se plasma la voluntad de un gobierno a la hora de llevar adelante políticas concretas y, en este año pandémico, la situación sanitaria y el superar la grave crisis económica que nos está haciendo vivir el maldito virus, parece son las prioridades.

Es verdad que el actual gobierno tiene mayoría en la Cámara con lo que los presupuestos están asegurados pero Azpiazu mueve ficha y desea que en una situación casi límite los presupuestos sean de toda la Cámara. En situaciones como las que se viven el arrimar el hombro, el no hacer oposición a tumba abierta, el marcar prioridades parecería lo sensato, mucho más al inicio de una legislatura de cuatro años. Tiempo hay para la crítica a tumba abierta.

Dice el refrán que los hombres y los rocines cada uno va por sus fines y en general, todos los Grupos se han mostrado propicios a escuchar e incluso a acordar sabiendo que en negociaciones de este tipo lo importante es que te acepten partidas que luego puedan venderse y salvar la cara. Es lo normal. Pero para Bildu no lo es.

Tampoco para Podemos. Pilar Garrido, la jefa de quien dijo que el PNV era “la derecha casposa” ha dicho este lunes que teme que el gobierno aplique el rodillo, palabra mágica. Rodillo que dio el ciudadano vasco con su voto, rodillo que no le dieron ni a Podemos ni a Bildu. Y es que la democracia tiene sus reglas. Una de ellas es que gobierna la mayoría, con respeto a las minorías. Y en eso está el Gobierno Vasco.

El 11 de Noviembre del año pasado Arnaldo Otegi marcó el campo. ”El PNV tiene un problema. Tiene que mirar a la cara de los abertzales de este país y decirles que va a sacar las cuentas con el PP y el PSOE”. Una vez más hizo de adivino porque nadie del PP había dicho que apoyarían esas cuentas y al decir lo que dijo se descartaba como Bildu y le pedía a Podemos que no lo hiciera. Lo mismo que ELA. Algo incomprensible en democracia.

Posteriormente ha jugado a la yenka, aunque en Madrid no le haya importado sacar adelante unas cuentas donde estaba implícito el 155, la Casa Real, la policía, guardia civil, ejército, la Y  y demás. Ley del embudo a gogó. Para mí lo ancho, para ti lo agudo. En Madrid si, en Gasteiz, no. Fuera PNV!!!

A Bildu le horroriza el Pacto en la CAV. Su estrategia es la de acusar al gobierno Urkullu de apisonadora, vender la moto que ellos son la única alternativa para este país para “desalojar” al PNV y que solo ellos se ocupan de lo social cuando el presupuesto social de este gobierno, sanidad, educación, acción social se  lleva el 85% del mismo. Repite una mentira muchas veces para que termine calando.

Es una lástima pues Bildu pierde la oportunidad de presentarse como un partido útil, serio, con argumentos y no pidiendo el oro y el moro sabiendo que los dineros, como las habas, son contadas y siempre hay que elegir.

Finalmente. Cuando uno quiere llegar a un acuerdo con alguien no se pasa el trecho hablando mal de quien negocias, salir con cara de fastidio, no presentar alternativa lógica y posible alguna e ir vendiendo que los únicos que saben de sanidad, educación y bienestar social son ellos. Triste manera de analizar la realidad demostrando que lo de Bildu no es el pueblo sino sus objetivos. Y, ya se sabe, el fin justifica los medios. Si siguen así van a tener que cambiar su lema de”¡Iraultza ala hil! “ a “Cuanto peor, mejor”

Es lo que hay, Sra. Baronesa.