Las mujeres de Eulalia Abaitua

Jueves 25 de marzo de 2021

Hay  trabajos que se hacen y pasan casi  desapercibidos o no valorados en su dimensión. Pongo el ejemplo de esta magnífica exposición en las Juntas Generales de Bizkaia (C. Hurtado Amezaga) en la que titulada como las Mujeres de Eulalia Abaitua  muestra  34 fotografías de mujeres  o en su caserío o de forma familiar que nos muestran una vida muy dura con fotografías de 1900 sacadas por una mujer inquieta que vale la pena conocer. Si a esto se le añade un libro con las fotografías y textos de la presidenta de Juntas Generales así como con la  biografía de Eulalia Abaitua, y diversos textos sobre Abaitua como fotógrafa y sus  mujeres fotografiadas, hacen  de esta exposición algo que no se puede dejar pasar .

La exposición está  tan bien hecha que aparte de lo que vemos nos muestra a Eulalia Abaitua a una mujer inquieta, con personalidad y con una obra que merece ser conocida. Solo lamento que iniciativas de este tipo no tengan un amplio reflejo en los informativos de ETB, donde sigue siendo más importante el deporte que este tipo de cultura.

Les molesta les digan que son los herederos de ETA

Miércoles 24 de marzo de 2021

He comentado más de una vez que Bildu no existe. Y es verdad. Solo existe nominalmente. Aquel autobús en el que se subieron Sortu de chófer, EA, Alternatiba y Aralar, en la actualidad el bus va solo y no tiene más pasajeros que el conductor puño en alto, una señora de EA en la parte trasera  que solo mira por la ventana, Matutes en el Congreso más con IU que con lo abertzale y  Aralar que se hizo el hara kiri. La idea no era mala pero sigue ocurriendo lo que le pasó al escorpión con la rana, al del veneno le pudo el carácter y con su  aguijón se cargó a la rana en mitad del río..

Y eso se ve. En el Congreso a Bildu les catalogan como los herederos de ETA y eso no le gusta a la Sra. Mertxe Aizpurua que habiendo sido directora de Gara le tocó publicar los comunicados de ETA justificando sus atentados. No digo que ella estuviera de acuerdo con ellos, ¡Dios me libre!, pero es normal que los de enfrente la vean con el ojo torcido sobre todo cuando ella jamás ha condenado a ETA y solo habla del diputado Muguruza asesinado en Madrid  y no de todos los parlamentarios muertos por ETA, amén de la comprensión que tienen todavía hacia los llamados “ongi etorris”.

Mertxe Aizpurua y todo el comisariado de Sortu saben de sobra que ETA se disolvió sin someter su trayectoria histórica a un criterio social de justicia. Es más, anunció que su proyecto seguiría siendo defendido por «el movimiento político que denominamos Izquierda Abertzale», que continuaría con su «función histórica’. Pues bien, en tanto que la izquierda abertzale ha asumido la sucesión de esa función histórica, a ella correspondería realizar la autocrítica colectiva que podría libe­rar la carga existencial que conllevaría el arrepentimiento individual.

Sin hacer los deberes y llevando esa motxila como si no existiera la portavoz parla­mentaria, su señoría Mertxe Aizpurua, ha advertido a los demás grupos del Congreso de que no aceptará que se les defina como «herederos de ETA», calificativo con el que suelen denominar a sus dipu­tados partidos como PP, Vox o Ciudadanos. Aizpurua hizo este aviso el pasado martes, en la última reunión de la Junta de Portavoces, a raíz de una moción de C’s que se debatía ese mismo día en el pleno para censurar la política de acercamiento de presos de ETA a cárceles vascas, política que apoya el PNV para normalizar la situación.. Los de Arrimadas se refirieron a Bildu como partido «herede­ro del terrorismo». Y es que no Bildu, sino Sortu lo es o digan de una vez que el comunicado final de ETA sobre la IA no va con ellos. Estar al plato y a las tajadas es muy típico de este mundo bipolar. Si pero no. O todo o nada.

Aizpu­rua aprovechó para quejarse de que la Mesa hubiera admi­tido a trámite la citada moción con una referencia que juzga «inaceptable», según consta  de la citada reunión de la Junta de Portavoces. Pese a que se le informó de que exis­ten precedentes en la misma línea que también han sido calificados por el órgano de gobierno del Congreso, Aizpu­rua criticó que existe «una doble vara de medir» y avisó de que a partir de ahora cabría referirse a otras fuerzas políti­cas como «herederas del fran­quismo o del fascismo», inci­diendo en que no van a tolerar este tipo de “injurias”. Por cierto lo de denominar al PP y a Vox herederos del franquismo es más cierto que  la primavera.

Por otra parte tiene razón, pero no sé como va a impedir que le sigan llamando así de no cambiar de una vez el registro con el que siguen actuando. Aizpurua tiene todo el derecho de quejarse pero debería ponerse a pensar si su mundo está a la altura del cambio que ha de tener la sociedad hacia ellos cuando siguen diciendo que las pintadas se quitan con acetona, los “ongi etorris” son recibimientos de justicia y ahí sigue el comunicado final de ETA recordándonos que ellos son sus herederos. Tienen una oportunidad de oro en su asamblea de mayo donde nos dicen que solo tienen diez años. ¿Lo harán?. Me da que no.

Nagore Alkorta no es José Mari Bastida para desgracia de Azpeitia

Martes 23 de marzo de 2021

En Azpeitia, localidad donde ETA mató a Inaxio Uria por la espalda, Txiki Muñoz, secretario general de ELA cerró la empresa Corrugados Gallardo hace nueve años. Durante estos años ha sido el monumento a una actividad que fue muy importante y que se iba achatarrando  con las inclemencias del tiempo sin que se le vieran ninguna posibilidad de salvamento. Era el  Titanic de Azpeitia y solo le quedaba esperar  algún reportaje audiovisual como el monumento a un trabajo del pasado cuyo cierre obligaba a la emigración.

Afortunadamente y como un milagro ignaciano, parece que los sucesores de aquella empresa quieren volver a levantar la actividad desde aquellas cenizas, pero, aunque el Gobierno Vasco y la Diputación de Gipuzkoa están a favor, el ayuntamiento de Azpeitia (mayoría absoluta de Bildu) está en contra, alegando  la necesidad  de cumplir un plan urbanístico como si los planes urbanísticos no se pudieran modificar en beneficio de darle vida a un muerto con todo lo que eso significa. Vida, trabajo, futuro, arraigo, apuesta medioambiental…

No es cierto, sino absolutamente falso, que el plan urbanístico impida lo que se quiere hacer. Solo hace falta voluntad política, cosa que Bildu no la tiene.

Bildu, Ela y Lab  son los primeros en pedir cuentas de todo y sobre todo al gobierno Urkullu, y al PNV. Y pongo ese título, referido al alcalde Bastida  porque me acuerdo de aquel  inquieto regidor  del EAJ-PNV, Jose Mari Bastida, que era una auténtico harrapatari para el pueblo. Era ese su trabajo. Mejorar Azpeitia, que es lo que toda corporación democrática tiene que hacer a no ser que, como en el Puerta a Puerta de las basuras prime lo ideológico por encima de cualquier otra consideración.

Lo  malo fue que democráticamente, los ciudadanos de Azpetia eligieron a Bildu y aquí están las consecuencias. Elección democrática por supuesto, pero con personas inflexibles al frente que siempre apuestan por el todo o la nada. Y siempre gana la nada. Entre 200 puestos de trabajo y los inducidos, el dogma por el dogma.

Si Corrugados no puede volver a poner en marcha la empresa, ya sabemos de quien es la responsabilidad, aunque la disfracen de falsa legalidad.

Pero veamos en que consiste el asunto.

El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) aprobado en 2013, – contempla que alrededor de una tercera parte de los terrenos que ocupa Corrugados Azpeitia, en concreto la zona de acería, dejen de ser de uso industrial para pasar a residencial y servicios-

El Plan General no prohíbe de manera expresa la reanudación de la actividad de Corrugados Azpeitia en las actuales instalaciones, hasta la elaboración de un Plan Especial que lo determine y que, a día de hoy, no parece existir. En concreto, se afirma que: «No se declara a priori ningún edificio y uso en situación de fuera de ordenación. Podrán continuar desarrollándose los usos y actividades existentes y autorizarse obras e instalaciones de renovación, optimización y refuerzo hasta la aprobación del Plan Especial que establezca un régimen de fuera de ordenación adecuado a las necesidades productivas de la explotación industrial existente».

Por lo tanto parece que no existe, en principio, un asunto de legalidad en términos estrictos y si de una voluntad municipal para acompañar o no el desarrollo de un proyecto industrial a muy corto plazo, desde la certeza de que el grupo Cristian Lay, -los nuevos propietarios de Corrugados Azpeitia-, no ve viable el traslado de las actuales instalaciones a la zona de Trukutxo por motivos de coste, ya que supone triplicar los 50 millones de euros con los que está dispuesto a arrancar las actuales instalaciones, y el retraso al menos de dos años que supondría la construcción de una nueva acería. Unas plantas, que salvo en Estados Unidos, -donde precisamente el grupo azpeitiarra Sarralle va a construir una acería para Arcelor Mittal y Nippon Steel-, y Asía, no se están poniendo en marcha en los últimos años en Europa, como consecuencia de la delicada situación que ha vivido el sector siderúrgico.

Por otra parte, no parece sensato pensar que el Gobierno Vasco, competente a la hora de dar la autorización medioambiental para la reanudación de la planta, y la Diputación Foral de Gipuzkoa estén en disposición de saltarse el status quo legal por el mero capricho de recuperar una actividad industrial y una empresa que fue uno de los ejes donde pivotaba no solo la economía de Azpeitia, sino también la de la comarca del Urola, por la situación de crisis económica en la que nos hallamos. Al margen de la generación de riqueza que en cascada puede suponer para Gipuzkoa, como es el caso del puerto de Pasaia, donde hace ocho años era uno de sus principales clientes, hasta el punto de que, trasladando su actividad a la realidad de hoy, el 30% del tráfico de la dársena guipuzcoano tendría como origen y destino Corrugados Azpeitia.

El fracaso de la operación de reactivación de Corrugados Azpeitia, en caso de que se produzca, puede significar el deseo de algunos de renunciar al ADN industrial de este país que ha hecho posible, gracias al esfuerzo de nuestros antepasados, de ser lo que somos y que, -como estamos viendo-, más resistentes que otros en la mayor crisis económica jamás conocida en el mundo. Es muy lícito que algunos no quieran seguir con el modelo industrial conocido hasta ahora, pero de la misma forma deben plantear nuevas alternativas que, a día de hoy, no parecen existir. Mal que les pese la industria es la base de nuestra estructura económica para generar un tejido productivo que tiene como resultado un mayor estado de bienestar social.

Y todo ello englobado en una apuesta medioambiental que sirva de referencia en Europa, pese a los de la pancarta.